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Algunos poemas de Gonzalo Márquez Cristo y Armando Orozco

Hace siete años falleció el poeta colombiano Gonzalo Márquez Cristo y hace 80 años nació el escritor Armando Orozco, dos figuras fundamentales para las letras en Colombia. Por esa razón traemos una selección de poemas de los dos autores.

gonzalo márquez cristo y armando orozco

Restituciones, Márquez Cristo
Pretendo que todo lo perdido se convierta en poema.

Las heridas como los huracanes tienen nombre. Y aunque ignoro por qué a mi alrededor nacen los abismos, desde el origen fui mancillado por la felicidad, por su cima inclemente.
Las invasoras restas del recuerdo. La pugna de la raíz. La antigüedad del silencio…

No pongo flores en el cementerio del sueño, pero continúo a pesar de todas las arenas movedizas del espíritu.

La culpa que no te deja partir es el amor.
Y ahora la niebla, la lluvia, la ausencia…

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El desequilibrio llamado belleza, la terrible orfandad de lo sagrado, la rosa ígnea que me guía en la desesperación…

Sé que el camino terminará por encontrarme.
Como todo lo que se hace visible para morir.

La cometa, Orozco
Una cometa es la paloma
que vuela de la infancia
al cielo.
Sostenida tan sólo
por la ilusión
Que nos ató a la tierra.
Es la niñez
que se elevó en color
hacia la nube
en traje de papel.
Para imitar fugaz al ave
que pasó
un día por el cielo.

Destino de silencio, Márquez Cristo
El ojo insomne nos condena y por eso cultivamos lo invisible.
Todo sufrimiento conduce a la infancia.

Hemos minado la entrada al deseo y es inútil interrogar nuevas puertas para salir del aquí. Se hace tarde. El reloj es un roedor sigiloso.

Los colores callarán y permaneceremos en el lugar donde los árboles vienen a morir. Sólo allí no estaremos solos.

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Detrás del humo sube mi ciudad.

(Ellos hallaron usura en la desdicha, fundaron el terror solar e instauraron factorías de espejismos).

La víctima ha sido revelada. El sueño ahora me interroga. (Han sitiado mis manos. Persiguen mi alarido).

Ninguna pregunta será resuelta hasta que culmine el canto del agua.

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Hoy transitamos por los desiertos del regreso. Lo poco que me dejó la noche me ha sido arrebatado por quienes defienden este tiempo incinerado.

Aquí te despierto memoria.
Me ilumina la respiración.
Debajo de una palabra puedo vivir.

Monólogo de Muhammar, Orozco
El buitre clava su pico
y garras en nuestros costados
quiere encender automóviles
y bombillas inútiles
por carreteras y rascacielos
de Nueva York.
Mover porta aviones
por todas partes
deshaciendo el mundo.
La British Petroleum Company
no perdona
ni siquiera a los inocentes
alcatraces del Golfo de México.
Con la ira de Jehová fue a Irak
mañana Irán… a Venezuela.
El buitre ríe,
se burla por los noticieros.
El reloj de arena del desierto será su sudario.

Las palabras perdidas, Márquez Cristo
Alguien descifra la escritura de la lluvia y sin embargo no puede escapar.

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Un alud de imágenes nos extravía la palabra; acudimos al grito y al llanto, a veces a la indiferencia, pero sabemos que nece-sitamos de la guerra para ser inocentes.

Todo lo ha ofrendado la ceniza.
Desde que desterramos a la noche desa-parecieron las más profundas alianzas y nuestros perseguidores pueden encontrarnos.

Una herida siempre recuerda la vida, todo nacimiento procede de su túnel. Un árbol arde en nuestros ojos de agua.

La verdad –es decir lo prohibido–, impone su reino de terror… y hemos decidido habitarlo con las manos entrelazadas.
Creímos que la poesía nos enseñaría a morir…

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Persistimos… Con frecuencia hacemos la extraña sonrisa del miedo. Si huimos, la soledad convertirá a alguien en víctima. Por eso la palabra se pasa de mano en mano para construir una morada invisible.

A veces para sobrevivir renunciamos al conocimiento.
Y cuando todos duermen escribimos… Pero un poema es el fósil de un sueño, el cadáver de un dios…
¿Aún podremos salvarnos?

Miedo, Orozco
En la dureza del día
así como es sencillamente
la vida
me dejo llevar
por los presentimientos.
Y son tantas las dudas
y el miedo
que corro a esconderme en lo espejos.

Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.

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