Desde tiempos remotos, la humanidad ha intentado encerrar la naturaleza dentro de límites tangibles, transformando el caos del paisaje en jardines cuidadosamente dispuestos. En la tradición persa, los pairidaeza , o jardines amurallados, ofrecían refugio ante la hostilidad del desierto, mientras que los europeos del Renacimiento tejieron en sus laberintos vegetales un reflejo de la razón y el orden. A lo largo de la historia, el jardín no ha sido solo un espacio de contemplación, sino un símbolo del paraíso perdido y del deseo de dominar la naturaleza.
Bajo esta misma inquietud, la exposición Paraísos y jardines: La naturaleza representada, curada por Luis Fernando Ramírez Celis y presentada por el Banco de la República, construye una cartografía visual de la relación entre el ser humano y su entorno domesticado. A través de 147 obras de la Colección de Arte del Banco de la República, la muestra traza la persistencia de estos espacios en la pintura, el grabado, la escultura y el video, desde el siglo XVII hasta la actualidad, poniendo en diálogo la exuberancia barroca de Jan Brueghel el Joven con la mirada contemporánea de artistas como Miguel Ángel Rojas, Emma Reyes y Abel Rodríguez.
El recorrido de la exposición se estructura en cuatro momentos que despliegan las múltiples facetas del jardín en la historia del arte. En Utopías , el visitante se enfrenta a la idea de los jardines como territorios idealizados, espacios de plenitud que, como la Atlántida o la Arcadia, solo existen en el anhelo. En la sección Edén , la mirada se bifurca entre la visión occidental del Jardín del Edén y la selva tropical americana, concebida como una naturaleza sin domar. Obras como Adán y Eva en el Jardín del Edén , de Brueghel, evocan la armonía inicial y la posterior caída, mientras que el trabajo de Abel Rodríguez, indígena nonuya y etnobotánico autodidacta, presenta un contrapunto: el bosque amazónico no como un edén mítico, sino como un ecosistema vivo y en riesgo.
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La exploración continúa con Jardines, parques, flora y fauna, donde se presentan las múltiples formas en las que el ser humano ha estructurado su relación con la vegetación: desde los patios coloniales hasta los parques urbanos del siglo XIX, desde la precisión científica de los estudios botánicos hasta el exotismo ornamental de los bodegones barrocos. La última sección, El jardín florido , introduce la dimensión funeraria del jardín. Aquí, la obra Cementerio, jardín vertical (1992) de María Fernanda Cardoso se alza como una de las piezas más potentes de la muestra: lirios artificiales emergen de una pared en la que se insinúan tumbas dibujadas, un recordatorio de la tensión entre lo efímero y lo eterno, entre la vida y su cese.
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Enmarcada en el contexto de la modernidad, la exposición también abre preguntas sobre nuestra relación con la naturaleza en la era de la crisis ecológica. ¿Hasta qué punto el jardín es un testimonio de nostalgia ante la pérdida de lo natural ? En un mundo donde los paisajes urbanos han desplazado la vegetación, donde la biotecnología moldea la flora y la fauna a conveniencia, el jardín sigue funcionando como una metáfora de lo inalcanzable. Como en los cuadros de Claude Monet, donde el jardín de Giverny se desdibuja en manchas de color, o en los entornos digitales donde la naturaleza se ha convertido en simulacro, la muestra nos enfrenta al carácter artificial de nuestras propias construcciones verdes.
Paraísos y jardines: La naturaleza representada es más que una exposición de arte; es un reflejo de nuestras tensiones con el entorno. Nos recuerda que, aunque la naturaleza haya sido domada, nunca ha sido del todo contenida. Como los jardines de Babilonia, suspendidos entre la realidad y el mito, estas representaciones nos invitan a cuestionar si alguna vez existió el paraíso que tanto anhelamos recuperar.
Taller especial
Como parte de la exposición Paraísos y jardines: La naturaleza representada , el Banco de la República invita a un taller especial dirigido por el curador Luis Fernando Ramírez Celis, en el que los participantes explorarán la creación de jardines imaginarios. A partir de los trazos arquitectónicos de los Museos del Banco de la República, el taller propone un ejercicio de transformación espacial, donde formas, líneas y estructuras se convierten en escenarios vegetales únicos. Dirigido a jóvenes y a todos aquellos que conserven el espíritu de la exploración creativa. Entrada libre con inscripción previa. Para participar, envía tu nombre, apellidos, edad y número de contacto al correo educacionmuseos@banrep.gov.co.
🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
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