Las dos pinturas, cuyo rastro se perdió durante la Segunda Guerra Mundial, fueron localizadas en 2019 por funcionarios del Estado polaco que llevan a cabo una campaña para localizar y retornar los miles de obras de arte y objetos históricos sustraídos a Polonia durante el conflicto.
La "Mater Dolorosa" y el "Ecce homo" del maestro belga Albert Bouts forman un díptico que se encontraba en el castillo de Goluchów desde 1883 y desde allí fueron trasladadas a Varsovia, donde fueron sustraídas por los nazis, momento a partir del cual su rastro se perdió hasta que reaparecieron en el Museo de Pontevedra.
El ministro polaco de Cultura, Piotr Glinski, recordó que Polonia "perdió más de 500.000 obras y objetos artísticos" en los saqueos desencadenados durante la Guerra , que hasta el 70 % de los libros de las bibliotecas polacas fue "robado o destruido" y que en total se extraviaron bienes culturales por valor de unos 10.000 millones de euros.
En cuanto al proceso de restitución, el ministro polaco destacó la profesionalidad mostradas en todo momento por las autoridades españolas y expresó su deseo de que los futuros procesos de restitución con otros países implicados "se lleven a cabo del mismo modo, lo que hasta ahora no está siendo el caso", según dijo.
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Por su parte, el embajador de España en Polonia, Ramiro Fernández Bachiller, tras congratularse de que las dos pinturas ya estén "en casa", destacó la defensa "de la integridad territorial" de todos los países, lo que incluye su patrimonio cultural.
El diplomático explicó que a través de las "peripecias" de las obras en Europa es posible reconstruir parte de la historia común de los países europeos y señaló el valor simbólico que la devolución de las pinturas tiene en el contexto europeo y en especial las buenas relaciones entre España y Polonia.
Por su parte, el director del Museo de Pontevedra, José Manuel Rey, explicó cómo la petición del Estado polaco sorprendió a las autoridades de la institución que, en cuanto fueron conscientes del verdadero origen de los cuadros, no tuvieron duda de que había que "proceder a su restitución lo más rápido posible".
Según el director del Museo de Poznan Tomasz Lecki, entidad que gestiona la colección expuesta en el castillo de Goluchów, las peripecias sufridas por los cuadros restituidos simbolizan las trágicas circunstancias que afectaron a múltiples obras de arte por la invasión nazi.
Dado que el proceso de investigación se llevó a cabo a través de internet y existen algunas réplicas de estas obras, los técnicos polacos tuvieron que recurrir a relacionar pistas proporcionadas por expertos, fuentes originales y documentos históricos que confirmaron que en efecto se trataba de los cuadros expoliados.
Los datos del Ministerio de Cultura polaco indican que hay unas 155 peticiones de restitución, pendientes de respuesta por parte de 15 países. Le invitamos a conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
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