"Es un proyecto para dar a conocer en toda su amplitud la creación de Roser Bru. La fundación pretende así aportar una plataforma para facilitar la investigación académica de su obra y la transmisión de conocimiento, constituyéndose en el principal referente del legado de Bru" , expresó este viernes la curadora del proyecto, Inés Ortega-Márquez.
El archivo cuenta con más de 2.000 obras y archivos que la artista creó o recopiló a lo largo de su vida: cuadros, fotografías, cuadernos de notas, recortes de prensa sobre sus exposiciones, cartas con grandes artistas e intelectuales; juntas, configuran la viva imagen de la artista catalana.
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Bru, nacida en 1923 en Barcelona, se exilió en Chile en 1939 al bordo del buque Winnipeg junto a su familia, huyendo de la dictadura , ya que su padre fue un destacado militante Esquerra Republicana de Catalunya, formación perseguida tras la guerra civil por sus aspiraciones catalanistas e independentistas.
La artista ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Santiago poco después de llegar a Chile y se convirtió en discípula de reconocidos pintores, como Israel Roa y Pablo Burchard, iniciando una larga carrera que, junto con las exposiciones de sus obras en todo el mundo, estuvo marcada por la memoria histórica y la lucha por las injusticias.
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Entre el contenido que recoge el archivo digital, se puede recorrer el viaje del exilio, desde la España sumida en la guerra civil hasta la llegada a la ciudad chilena de Valparaíso al bordo del barco de refugiados Winnipeg, pero también su paso por escuelas de arte chilenas donde se identifican conocidos artistas en su juventud.
Muchos de los documentos recopilados aún no están catalogados en detalle, por lo que el proyecto, más que un final, es un inicio para desentrañar la vida artística, intelectual y social de Roser Bru: "Es solo una primera etapa. Será un trabajo en progreso que se complementará en el futuro", remarcó Ortega-Márquez.
Un legado vivo
El embajador de España en Chile, Rafael Garranzo, que conocía personalmente a Bru, dijo en la presentación de la nueva plataforma que la artista catalana fue una bisagra entre España y Chile: "Se hizo suyo" el país que lo acogió, pero "siempre tuvo a España y su Cataluña natal como referente".
Garranzo recordó a Bru como una persona sociable, con muchos amigos, y que le gustaba compartir la vida artística con otras personas, dejando un delegado que trasciende a su persona y quedó grabada en la memoria colectiva.
"El artista que trabaja en solitario deja su obra y su tradición, pero los que además le añaden la variante social , como lo hacía Bru, crean memoria colectiva, sensación de grupo", añadió el embajador.
La Fundación Roser Bru, según explicó este viernes la nieta de la artista, Amalá Saint-Pierre, es quien recogió el material que Bru había guardado en su casa , y la trabajó para presentarla ahora en el archivo digital.
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Saint-Pierre valoró que, con muchos esfuerzos, el archivo es un inicio para "democratizar" el legado de la pintora catalana, pero que más adelante la fundación quiere saltar de lo digital a lo material, abriendo la casa de Roser Bru como un museo sobre su obra y su vida.
"Ojalá en un futuro se abra un museo sobre Roser Bru, como lo hacemos hoy digitalmente -subrayó la nieta de la artista-. La memoria puede ser intangible, pero se convierte en hito cuando se hace tangible" . Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.