En el vasto universo del cine, ciertas películas logran capturar esa cualidad intangible que Gabriel García Márquez describía como "lo real maravilloso". El realismo mágico, una corriente literaria que en el cine encuentra un territorio fértil, se caracteriza por la coexistencia de lo cotidiano con lo extraordinario, la normalización de lo imposible y una atmósfera en la que lo mágico no necesita explicación. A diferencia del cine fantástico, aquí lo insólito se inserta en la realidad sin aspavientos, con una naturalidad que desarma y seduce.
Para los entusiastas de esta estética, hay películas que escapan a las recomendaciones predecibles como Amores perros o La casa de los espíritus . A continuación, una selección de cintas que encapsulan el realismo mágico en el cine de formas sutiles, elegantes y profundamente humanas.
"Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives" (2010), de Apichatpong Weerasethakul
La filmografía del tailandés Apichatpong Weerasethakul es, en sí misma, una exploración del realismo mágico. Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, ganadora de la Palma de Oro en Cannes, sumerge al espectador en un mundo donde los fantasmas conviven con los vivos y la transmigración del alma es un hecho cotidiano. La narrativa se desarrolla con un ritmo contemplativo, donde la frontera entre el presente y el pasado, lo humano y lo sobrenatural, se diluye con una sutileza que evoca la literatura de Juan Rulfo .
"La ciénaga" (2001), de Lucrecia Martel
Lejos del exotismo fácil, Lucrecia Martel construye en La ciénaga un microcosmos de opresión familiar donde el clima, los silencios y los cuerpos enfermos generan una sensación de inminente descomposición. La magia en su cine no es evidente, pero se filtra en lo cotidiano con la misma insistencia que la humedad que empapa su paisaje. Martel no necesita criaturas fantásticas; su realismo mágico emerge del lenguaje sensorial y de la tensión latente en cada interacción.
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"Khrustalyov, My Car!" (1998), de Aleksei German
El ruso Aleksei German ofrece una visión del realismo mágico profundamente enraizada en la historia política de la Unión Soviética. Khrustalyov, My Car! es un vertiginoso descenso a un mundo donde el absurdo y la represión coexisten con una lógica tan pesadillesca como poética. La narrativa se desenvuelve como un torbellino de imágenes oníricas, en las que la realidad política se distorsiona hasta alcanzar un punto de surrealismo latente.
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"Tumbbad" (2018), de Rahi Anil Barve y Adesh Prasad
Esta película india es una fascinante combinación de mito y realidad. Tumbbad se construye alrededor de un folclore ancestral, donde la avaricia humana es castigada por fuerzas sobrenaturales. Su fotografía lúbrica y sus secuencias cargadas de simbolismo convierten a la película en una experiencia sensorial única, donde lo mágico no es un artificio sino un elemento inherente a la vida de sus personajes.
"O Melissokomos" (1986), de Theo Angelopoulos
Theo Angelopoulos, maestro del cine contemplativo, crea en O Melissokomos (El apicultor) una obra donde el tiempo y la memoria adquieren una cualidad casi onírica. La historia de un hombre en busca de su pasado se despliega con una cadencia hipnótica, en la que la realidad se enreda con evocaciones y silencios cargados de significado. La magia en Angelopoulos está en la poética de lo cotidiano, en la forma en que el paisaje se convierte en un personaje más.
Estas películas, alejadas del consumo masivo, proponen una visión del realismo mágico que escapa a los convencionalismos. A través de sus atmósferas, sus narrativas fragmentadas y su poética visual, nos recuerdan que lo mágico no siempre está en lo visible, sino en la manera en que elegimos mirar la realidad. Para quienes buscan experiencias cinematográficas que desafíen la percepción, este cine ofrece un refugio, una invitación a ver el mundo con ojos asombrados.
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