En medio de una mañana caótica en Bogotá, me encontré frente a la sala de cine, esperando una historia distinta a la que estaba pronta a ver. Las sillas estaban casi vacías y esto hacía mucho más acogedor el recito, al menos para mí; las luces se apagaron y aquella chispa que siempre recorre mi estómago empezó a crecer, no había visto un filme completamente en francés hasta que Nour (el protagonista de esta película) apareció en la pantalla con unos pantalones cortos hablando acerca del inicio del verano.
Sentí que me hablaba directamente a mí, que no había nadie más allí, vi como sus hermanos mayores jugaban fútbol en la arena mientras él explicaba que ese verano iba a ser decisivo para su vida. El dilema en que se veía envuelto Nour es el mismo en el que nos hemos visto muchos, irnos o quedarnos.
La casa de Nour quedaba en un barrio popular a la orilla del mar, como era verano el joven debía hacer los quehaceres e ir por los víveres; sus tres hermanos mayores se dedicaban a distintas cosas a las que les llamaban "trabajo" pero eran lo menos parecido a ello, la madre de Nour yacía en una cama conectada a la máquina que daba señales de vida, había sido desahuciada y ahora debía estar en cuidados paliativos hasta que sucediera lo irreparable.
Con una figura paterna opacada por sus tres hermanos mayores, Nour descubrió que a su madre le encantaba la ópera cuando estaba sana, su padre italiano le cantaba Una furtiva lágrima , de la ópera El elíxir del amor , de Gaetano Donizetti, esta melodía logra convertirse en el camino que atraviesa la película, siendo una banda sonora de la misma.
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En el caluroso verano de aquel pueblo costero, nuestro protagonista de 14 años encuentra a una profesora de canto quien es la llave de una puerta maravillosa hacia la música como válvula de escape. Claramente no está bien visto que un adolescente se dedique a la ópera y menos cuando no hay recursos para ello. Sin embargo, Nour navega entre las melodías que le pone a su madre para calmar el dolor y las clases de Sarah en las que se escabulle mientras hace trabajo comunitario.
Esta película es la entrada a la vida de un joven artista que quiere escapar de la cruda realidad que le espera, de una familia disfuncional y al mismo tiempo extremadamente leal; con toques de comedia y angustia Yohan Manca nos presenta un drama completamente enternecedor, divertido y caluroso, así como aquel verano decisivo para la vida de Nour.
La idea está inspirada en la obra teatral Pourquoi mes frères et moi on est parti , de Hédi Tillette de Clermont-Tonnerre, que Yohan Manca interpretó en teatro a sus 18 años. La adaptación libre del director también es una oportunidad para darle la importancia necesaria a la pedagogía, es, también, una reflexión acerca de las segundas oportunidades y de como la música puede salvarnos.
Mis hermanos y yo se estrenó en el Festival de Cannes 2021 y desde entonces se ha presentado en el Festival Internacional de Cine de Sao Paulo, el Golden Horse Film Festival y la Semana Internacional de Cine de Valladolid, donde obtuvo el Premio a Mejor Largometraje de la sección Punto de Encuentro.
Al salir de la sala y después de derramar una que otra lágrima, sentí el calor del verano en el puerto de Nour y lo escuché desde lejos cantándome como si quisiera alejar todo lo que aflige y lo que duele, así de profundo es este filme, queda en la memoria, entre las líneas de la cotidianidad, entre lo ordinario del día a día. Ojalá puedan respirar el aire fresco al lado de la playa y escuchar las voces a lo lejos deseando un mejor futuro.
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