Cinema Paraíso vacío, la música resonaba en las paredes de aquel recinto mítico por donde han pasado tantos y a donde van tantos a disfrutar del cine. Poco a poco caras nuevas se empezaron a divisar en medio de la oscuridad de las calles de esta ciudad feroz parecida a la que conocería minutos después a través de la pantalla, las sonrisas y las felicitaciones se escuchaban de lejos, el reencuentro y los amigos volvían a ser protagonistas.
La sala se llenó con rapidez y el público se acomodó ansioso de ver la historia de aquel joven entristecido, los silencios necesarios y la imagen cuadraban perfecto para un inicio que nadie esperaba; Fabián, el habitante de esta ciudad salvaje, caminaba en medio de la violencia y el dolor por la muerte de su madre, en medio del duelo se ve atravesado por lo que más le gusta, el rap.
Fabian es perseguido por una violencia inevitable en Medellín, el monstruo que sigue a tantos jóvenes en Colombia, esto hace que deje la ciudad, a sus amigos y a la música para emprender la búsqueda del único pariente que le queda, su abuelo paterno, un hombre ya cansado quien decide acogerlo en su finca, el terreno se pinta de colores gracias a las flores plantadas y a las montañas magníficas de Antioquia.
Henry E. Rincón, director de la película, menciona que “ La Ciudad de las Fieras , es el encuentro de dos mundos, a través del arte, la música y la vida. Un encuentro con el miedo y la incertidumbre de no tener un lugar en el mundo. Un viaje frenético en el cual encierro dos universos tan mágicos y trágicos al mismo tiempo, que nos da unos matices únicos que enriquece el relato. Es una historia que cuenta la realidad de muchos en el país”.
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En medio de este viaje Fabián descubre que su abuelo ha cargado con la tradición de la silleta de flores desde hace años y se prepara para su última feria, el joven y el viejo comienzan a entrelazar el tejido del helecho y de los tallos así como van combinando sus historias, sus costumbres, la música y el lazo finalmente se va uniendo.
Sin embargo, la ciudad llama, se escucha a lo lejos, Fabian regresa por el beat y oye el rugido de las fieras haciendo eco en el concreto; su pasión por el rap continúa, es un escape, la vibración que lo transporta a un lugar seguro porque esa ciudad está más feroz que nunca.
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¿Alguna día nuestro jóvenes dejarán de sufrir la guerra?, esto me preguntaba mientras veía en la pantalla a aquellos que matan por dinero, los animales de sangre fría, sin miedo a jalar del gatillo sin importar quien esté al frente.
Fabián se sentía solo en el mundo, abandonado por quienes juraron cuidarlo, a la deriva en un laberinto espinoso, no le quedaba nadie; pero el hijo siempre vuelve a casa, Fabian volvió al rap, el salvador, el puente que unió su soledad y lo que lo hacía sentir vivo. Volvió, también, al hogar que nunca había sido suyo pero que aquel hombre con manos ajadas formó para él.
La música salvó a Fabián y seguirá salvando a los jóvenes que buscan un mejor futuro, que esperan una luz de esperanza a través de la melodía, La ciudad de las fieras es también el empujón para que el público reconozca la tradición y la música como un camino de visibilización, paz y armonía.
Al salir los créditos volvimos al murmullo, a explorar esta jungla de ciudad alejada de la propia naturaleza, a enfrentarnos al mundo hostil y bárbaro, pero con pétalos de esperanza en el cuerpo.
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Recuerde que la película estará disponible en salas de cine desde el 8 de septiembre en Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Pereira y Envigado; sumérjase también entre las bestias y conozca a Fabián en medio del caos.
Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.