Más de diez años después y desde una exposición en Bruselas que se pregunta por el poder de la fotografía en la defensa de la democracia, Masturzo no puede evitar responder con pesimismo.
"Simplemente mirando a mi propio archivo, mi experiencia de como mucho 15 años, no debería ser optimista", cuenta a Efe desde la exposición de una selección de fotografías ganadoras del World Press Photo acogida por el Parlamento Europeo.
Al lado de su icónica imagen de Irán -donde las protestas ciudadanas desde la oscuridad de los tejados reverberan los ecos de las de 1979 durante la Revolución Islámica-, Masturzo apunta precisamente a las noticias que llegan esta semana desde el país persa, donde se suceden las protestas por la muerte de una mujer de 22 años detenida por la llamada Policía de la moral por no llevar bien el velo.
El resto de su carrera profesional también remite a la desesperanza: tras Irán, cubrió las Primaveras Árabes en Libia y Egipto, la liberación en 2010 de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi tras años de arresto domiciliario y el continuo conflicto entre Israel y Palestina; todas ellas zonas calientes del planeta sin resolución pacífica por el momento.
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"No soy muy optimista, pero es parte del juego y tenemos que seguir peleando", explica el italiano, que puntualiza, sin embargo, que "tener dudas, cuestionar las cosas y ser críticos" ya puede ayudar a defender la democracia.
El año después de galardonar la imagen de Masturzo, fue la fotógrafa sudafricana Jodi Bieber la que se hizo con el World Press Photo gracias a su retrato de la joven afgana Bibi Aisha, a la que su marido talibán le cortó las orejas y la nariz después de que ella tratara de huir de sus abusos.
Cuando la conoció en un refugio de mujeres de Kabul, Bieber pidió a la joven que cerrara los párpados y pensara en su belleza, fuerza y poder interior para después abrir los ojos y mirar directamente a la cámara. En el momento, dice, no fue consciente de estar sacando la fotografía que acabaría en la portada de la revista TIME. Podría interesarle: El Archivo de Bogotá exhibirá imágenes inéditas de la ciudad en la primera mitad del siglo XX
Su foto cambió la vida de Bibi Aisha -que hoy vive en Estados Unidos y ha podido acceder a una cirugía reconstructiva, quiere estudiar enfermería y escribir un libro sobre su experiencia-, pero Bieber cree además en la capacidad transformadora de la fotografía como forma de dar "poder" a los sujetos de sus piezas artísticas.
"Para mí, si una fotografía es continuamente vista y debatida en el caso de, por ejemplo, la violencia machista, (...) cada vez que se habla de esa fotografía las mujeres se empoderan y no sienten vergüenza para hablar sobre ciertas cosas", asegura Bieber.
Ambos ganadores del World Press Photo coinciden en advertir, sin embargo, sobre la sobreexposición a imágenes en redes sociales.
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"Con los millones y millones de imágenes que vemos cada día, creo que puede que nos olvidemos fácilmente de ellas porque simplemente saltaremos a la siguiente fotografía que sea popular. Mi lado optimista dice que si vemos de manera consistente fotografías que retraten un problema, eso puede ayudar a mantenerlo en la agenda. Pero definitivamente pienso que olvidamos rápido", advierte la fotógrafa sudafricana.
Para Masturzo, la posibilidad de que cualquiera pueda denunciar una injusticia sacando una foto y subiéndola a internet es positiva para la democracia, pero coincide con Bieber en que esto "puede hacer que no miremos realmente a ninguna", "que pasen y al día siguiente ya nos hayamos olvidado de ellas".
Por eso, subraya la labor de instituciones como la fundación del World Press Photo o el Parlamento Europeo para seleccionar fotos de momentos históricos y reunirlas en una exposición que permita reflexionar hoy sobre las imágenes que hace décadas fueron icónicas. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.