El museo londinense explicó que "actualizó el nombre de la pintura para reflejar mejor el tema de la obra", en una declaración enviada a la AFP. Ahora titulado "Bailarinas ucranianas", el cuadro del pintor francés (1834- 1917) muestra a bailarinas que en sus cabellos tienen cintas azules y amarillas, los colores de la bandera ucraniana.
"Es casi seguro que las bailarinas eran ucranianas y no rusas", escribe el museo en la descripción del cuadro publicada en su sitio internet. "Desde que Rusia inició la guerra en Ucrania, pienso en esta obra. Que las bailarinas no sean rusas y que nunca lo fueron", escribió el 14 de marzo en Instagram Tanya Kolotusha, ucraniana que vive en Londres, y cuestionó al museo para pedirle corregir el nombre del cuadro.
"Rusia/los rusos se adueñaron y se adueñan aun de muchos elementos de la cultura ucraniana", agregó. La National Gallery le respondió al día siguiente, afirmando que modificó el título de la obra.
"Es importante recuperar nuestro patrimonio cultural y nombrarlo correctamente", afirmó el lunes Kolotusha a la AFP, y denunció la invasión actual como "un ataque contra la cultura".
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En un artículo publicado a fines de marzo en el diario alemán Der Spiegel, la directora del Instituto ucraniano en Londres, Olesya Khromeychuk, también subrayó el lugar de la cultura en la guerra en Ucrania.
Vladimir Putin "tiene uno de los más grandes ejércitos del mundo, pero posee también otras armas. La cultura y la historia desempeñan un papel predominante en su arsenal", afirmó.
"Por ejemplo, cada paso por galerías o museos en Londres con exposiciones sobre el arte o el cine de la URSS revelan interpretaciones deliberadamente falsas o simplemente perezosas que presentan a la región como una Rusia infinita, como el presidente ruso actual quisiera verla", agregó.
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