"Duele. Esto significa que estoy viva" es la frase inicial de 'Cuando florece el ajenjo', una obra representada durante el festival anual León de Oro en el teatro Les Kurbas. La obra, basada en el baile y el canto, deja mucho que interpretar a los espectadores reunidos a unos dos kilómetros del lugar del ataque con misiles que mató a ocho personas hace apenas un mes.Sin embargo, el torbellino de movimiento, creado por diez actores en el pequeño escenario, capta el carrusel de emociones que sienten muchos ucranianos, divididos entre las amargas noticias diarias y el deseo de seguir adelante con sus vidas.En un momento dado, una actriz interrumpe su apasionado baile para explicar que lo está interpretando sobre las cenizas de su casa destruida. Dedica el baile a todos los que han muerto o han perdido sus extremidades, al tiempo que hace una demostración de rebeldía. "Baila con obstinación, sin dudas ni remordimientos. Porque ésta es la danza de la muerte del enemigo y la danza de tu vida", se dice a sí misma.Dos realidadesPuede que a muchos en el extranjero les resulte difícil entender cómo se combinan las dos realidades en Ucrania, explica Natalia Terletska, actriz entre el público. Una es aquella en la que las ciudades son bombardeadas cada día y la gente muere en sus casas y en la línea del frente. En la otra, la vida parece casi normal, con la gente acudiendo a teatros y museos.Terletska observa cómo la celebración de la vida contrasta con la muerte traída por Rusia, mostrando que el país invadido se niega a dejar que el enemigo imponga su voluntad. Sin embargo, la fragilidad de la situación es evidente. "Solo gracias a nuestro ejército podemos estar aquí ahora", subraya Andrí Vodichev, otro actor, después de la obra, pidiendo donativos para ayudar a equipar a la unidad de un amigo que lucha en el frente.Tiempo insuficienteLa sensación de que la guerra lo ha acelerado todo se refleja en 'Kindergarten' (guardería), una exposición dentro del Festival de Escultura.Talladas en madera con una motosierra, las esculturas representan a niños jugando con juguetes, montando un caballo de madera frente al retrato de un general o balanceándose en el aire. "La madera me ayuda a expresar lo que me preocupa y me duele mucho más rápido que el metal o la piedra", explica su creador, Volodímir Semkiv, que se pasó a este material tras el inicio de la invasión.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Las figuras tienen un aspecto tosco, intencionadamente carente de pulido, lo que hace que algunas parezcan amenazadoras. Según Pavlo Gudímov, el comisario, la exposición da a entender cómo los adultos se comportan a menudo como niños. Primero crean el caos esparciendo sus "juguetes" por todas partes y luego escapan de las consecuencias de sus actos, sugiere.Explicar la guerraCómo explicar al público extranjero que Ucrania lucha por su supervivencia contra el imperialismo ruso ha sido uno de los temas clave del 'Foro del Libro', que reunió, en persona y en línea, a autores como Salman Rushdie, Djamila Ribeiro y Lydia Cacho.En América Latina, muchos siguen viendo la invasión a través del prisma de la Guerra Fría, como una batalla entre dos grandes potencias geopolíticas, subrayó Cacho, reconocida periodista de investigación, en la presentación de su libro infantil 'El día que invadieron mi planeta'.Por eso es importante dar voz a sus víctimas, en particular a los niños, argumenta, con su relato en el que describe un ataque del ladrón de Brutus Robaplanetas, obsesionado con el poder, al planeta Ukrai. "Los niños ucranianos con los que he hablado sienten que Rusia les ha robado todo su mundo. De eso trata el libro", afirma.Estas historias más sencillas pueden calar más fácilmente en los corazones de los lectores extranjeros que los necesarios, aunque a veces abrumadores, relatos detallados de los crímenes de guerra rusos, cree Cacho.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Cuando empezó la invasión a gran escala me pregunté qué podía hacer, sabía que no quería irme y quería ser útil, así que empecé a filmar", explicó en rueda de prensa la directora Olha Zurba, que dice haber concebido el filme, proyectado fuera de competición, pensando en las futuras generaciones.Songs of slow burning earth (Canciones de tierra que arde lentamente) es un diario de la guerra en Ucrania que muestra esa evolución, entre 2022 y 2024, desde el pánico inicial, las primeras llamadas a los servicios de emergencias o el colapso de la estación de tren de Kiev en las primeras evacuaciones, al hábito de vivir con el sonido de las alarmas antiaéreas y la muerte diaria de allegados."Nadie quiere luchar en Ucrania, pero no tuvimos opción", afirmó Zurba en Venecia. En el documental, las observaciones reflexivas se entrelazan con testimonios de sus protagonistas, civiles que han visto cómo sus vidas han dado un vuelco.Hanna Vasyk, de Kiev y 37 años, trabajaba antes de la guerra en la industria cultural, es filósofa y antropóloga. En junio de 2023 entró en las fuerzas armadas ucranianas y actualmente es responsable de reclutamiento.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí."Hasta ahora nos las hemos arreglado para luchar contra uno de los mayores ejércitos del mundo, pero no sé cuanto tiempo podremos mantener la línea del frente", dijo Vasyk en Venecia."Este documental es una buena oportunidad para que otros países piensen a lo que nos enfrentamos y no sean tan inocentes como fuimos nosotros, que no creímos que podría ocurrir y ocurrió", puntualizó.Junto a ella, Mykola Hradnov-Savytskyi, veterano de guerra, actor y director, herido gravemente en marzo pasado en los alrededores de Donetsk, donde sufrió la amputación de sus dos piernas y actualmente en proceso de rehabilitación con prótesis.Y Mykhailo Puryshev, un empresario de Mariupol y padre de cuatro hijos, dueño de un restaurante antes de la guerra, que ha trabajado como voluntario repartiendo comida y medicinas y que, entre marzo y abril de 2022, ayudó a escapar a miles de ucranianos de la ciudad ocupada por los rusos.Este jueves 'Russians at war', sobre los soldados rusosMañana jueves se presentará en la Mostra otro documental, 'Russians at war', de la directora rusocanadiense Anastasia Trofimova que, sin permiso oficial y a base de ganarse la confianza de los soldados rusos, se empotra en un batallón del ejército ruso en Ucrania.Según indica en la sinopsis, lo que descubre está lejos de las narrativas oficiales, una guerra que "divide a las familias" y "soldados desilusionados a quienes les cuesta entender por qué están luchando".Preguntada por este trabajo, la directora ucraniana lo criticó aunque dijo no haberlo visto aún: "Es como si en la Segunda Guerra Mundial Dinamarca hiciera una película sobre el lado humano del ejército alemán, cuando todo el mundo sabe que están cometiendo un genocidio".Zurba agregó que la película está rodada en territorio ocupado, lo que supone una violación de las leyes humanitarias internacionales, y consideró que "no ayuda a poner fin a la guerra sino a prolongarla"."Creo que trata de despertar empatía hacia los soldados rusos, pero los cineastas rusos harían mejor si nos ayudaran a los ucranianos a mostrar verdadera cara del crimen, especialmente por parte de los soldados rusos", declaró.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"La temporada arqueológica todavía está en su apogeo y ya en Moscú hemos hallado más de 10.000 piezas arqueológicas", dijo a la prensa el jefe del departamento de Patrimonio Cultural de la Alcaldía de Moscú, Alexéi Emeliánov, en una excavación llevada a cabo en el histórico barrio de Kitái-Gorod.Las profundas capas de la historiaA varios metros bajo tierra, en la cantera abierta por los arqueólogos que estudian este terreno en la que en el futuro se erigirá un moderno complejo inmobiliario, Emeliánov destacó que los científicos han efectuado seis excavaciones en esta zona que abarcan más de 3.000 metros cuadrados."La profundidad de la capa cultural alcanzó los diez metros y nos trajo hallazgos maravillosos en el mismo centro de Moscú, que nos develan las distintas capas de la historia de la capital rusa", recalcó.Emeliánov mostró algunas de las piezas más sorprendentes, como un fragmento de un pulso bizantino del siglo XII que "usó una moscovita lo suficientemente adinerada como para permitirse un adorno tan refinado" y crucifijos de piedra 'pre-mongoles' de la misma época.Además mostró diversos objetos, tanto utilitarios como decorativos, como ánforas de barro, puntas de lanza metálicas, fragmentos de tinteros, pequeños candelabros, anillos de latón e incluso monedas de oro, todos hallados en los terrenos que en el siglo XIX se conocieron como Chizhévskoye Podvorie.A pocos metros de la presentación, el equipo de arqueólogos continuaba sus labores: marcando minuciosamente con reglas y diversas señales el terreno, los investigadores levantaban cuidadosamente la capa de tierra con cucharas de albañil o incluso con brochas, a la espera de un nuevo descubrimiento.En las paredes de la cantera, cubierta con un techo rústico para permitir el trabajo ininterrumpido todo el año, se pueden distinguir con claridad las capas "históricas", cuyas diferencias por color y textura podría interpretar solo un especialista.En el fondo de la excavación los arqueólogos llegaron a un pozo con paredes de troncos de madera que pasó siglos bajo tierra y ahora deberá ser conservado para evitar que se desmorone tras ser expuesto nuevamente.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Arqueología de 'rescate' en acciónAhora, el deterioro de las antiguas mansiones que otrora ocuparon el lujoso barrio de Chizhévskoye Podvorie impulsó a las autoridades a encarar una reconstrucción que conservará solo las fachadas de estos edificios, al interior de los cuales nacerá un nuevo centro inmobiliario con oficinas, tiendas, restaurantes, cines.Y allí es donde interviene la arqueología de 'rescate', dijo a su vez a la prensa Leonid Kondrashov, arqueólogo jefe de Moscú, según el cual, estos equipos de investigadores que preparan el camino a los constructores trabajan "prácticamente el año entero"."Los que nos dedicamos a la arqueología de 'rescate' tenemos el siguiente dilema: sabemos dónde puede haber piezas arqueológicas, pero convencidos que los arqueólogos futuros tendrán mejor equipamiento, nosotros, al contrario de lo que muchos piensan, no nos apuramos demasiado en cavar", comentó a la prensa.Sin embargo, añadió, "la ciudad debe vivir, desarrollarse, sobre todo una megalópolis como Moscú, por lo que si comprendemos que la ciudad necesita hacer una excavación, la hacemos".Sacar brillo a la basura de la historiaKondrashov destacó que esta zona, al pie de la antigua capital de los zares, ya estaba poblada por agricultores mucho antes de que el príncipe Yuri Dolgoruki, decidiera fundar Moscú."Por suerte nosotros hallamos vestigios de esta época, porque la ciudad después, durante la Edad Media, barrió con todo eso y ahora solo algunos objetos aislados de aquellos tiempos", lamentó.Sin embargo, celebró la vanidad de la aristocracia que durante siglos buscó calor a la luz de los zares rusos y se asentó lo más cerca que pudo de la realeza, dejando marcas en estos terrenos."Dejaron las huellas que justamente esperábamos encontrar y como veis, los arqueólogos las hallaron. Nada desaparece. Cuando esparzan basura, recuerden, los arqueólogos del futuro investigarán todo eso", afirmó, medio en broma y bastante en serio.Para el arqueólogo jefe de Moscú, en esta ciencia "no funcionan los principios deportivos, hasta el objeto que parecería ser el más insignificante puede dar un vuelco a cómo interpretamos la historia"."Todo depende de la hipótesis científica", sostuvo. "En el curso de las investigaciones podemos confirmar la hipótesis, o por el contrario, demostrar su invalidez. En eso consiste el trabajo de mis colegas", concluyó.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Quería transmitir la majestuosidad de esta obra de teatro de Shakespeare. Es una pieza maravillosa que no suele frecuentar los escenarios", afirmó Krasavin en rueda de prensa, poco antes del estreno.El trabajo en esa obra, "la última pieza de Shakespeare, una especie de despedida", fue arduo y llevó más de un año, confiesa, un esfuerzo que se vio recompensado con una partitura "bastante compleja" que demandó "gran dedicación" de la orquesta, la cual finalmente logró "dominar" la composición.Un equilibrio en los límitesLos instrumentos dejan de afinar en el foso y se impone el silencio mientras la oscuridad se adueña de la Sala Nueva del Bolshói.Se alza el telón y los marinos cantan a coro -en formación rectangular, estática- el monólogo de Próspero, el desterrado duque de Milán que fragua su venganza en una isla olvidada, una forma poco habitual de comenzar un ballet.En un gesto brusco, Próspero lanza su maldición y desencadena la tormenta de luces, sonidos y movimientos que desatará los sucesos relatados por William Shakespeare hace ya 413 años.Este ballet, la tercera colaboración de Samodúrov con el Bolshói, fue todo un reto para el otrora estrella de Ballet Real de Holanda y del Royal Opera House, ya que "es una obra difícil que busca un equilibrio en los límites entre la comedia y la tragedia"."Puede ser interpretada en cualquier sentido de la rosa de los vientos, y a mí me justamente gusta mucho esta indeterminación", comenta el coreógrafo, que confiesa su amor por el teatro popular y el arte de masas cuyos "micro y macro universos también son inherentes a esta obra" de Shakespeare.Es por ello que la coreografía se aparta de los cánones habituales para el Bolshói y busca un equilibrio entre lo clásico y lo profano.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Un proceso difícilLa bailarina Anastasía Stashkevich, que interpreta a Miranda, asegura que los ensayos de esta puesta fueron "los más difíciles" de su experiencia, "con alegrías, lágrimas, desacuerdos, búsquedas, hallazgos".En particular recuerda que la búsqueda de una ligereza en sus movimientos inherente al ballet clásico se enfrentó a las exigencias de Samodúrov, que le pedía que mostrara "músculo" y diera más firmeza a la danza para tornarla más gestual."Es la primera vez en que compagino la danza contemporánea con el ballet clásico", asegura a su vez el bailarín Mark Chino, que encarna sobre las tablas a Ariel, el espíritu del aire que sirve fielmente a Próspero.Según Chino, "se trata de una plástica, un movimiento, una técnica bastante inusual para un bailarín clásico que confluye con una danza que cuenta una historia. Esto es difícil de hacer, ya que no todos los movimientos son clásicos"."Pero llega el momento en que todo se pone en su sitio y la coreografía se torna cómoda y dejas de preocuparte por la parte técnica y te concentras en el componente dramático y actoral", sonríe.Luces, movimiento, músicaA todo ello se suman los vestuarios, más de 150 diferentes, de la mano del diseñador Ígor Chapurin, y sobre todo, de la escenografía y las luces de Alexéi Kondrátiev, quien aseguró haberse inspirado en las tempestades del marinista ruso-armenio Iván Aivazovski y los intempestivos lienzos del estadounidense Jackson Pollock.El protagonismo de la luz es esencial: los personajes surcan una escenografía minimalista, geométrica, en la que las olas entrelazadas se convierten en ojos escrutadores desde los que escapan intensos haces lumínicos que otorgan un volumen inquietante al espacio.La magia de Próspero, un anciano con poderes casi ilimitados pero reducidos al marco de una isla -la perpetua maldición del agua por todas partes- se ve subrayada por esta imbricación de movimiento, luces, vestuario, música, en su empeño por dominar los elementos naturales -viento, agua, tierra, fuego- y los destinos humanos, dando cuerpo al montaje y la trama."Uno de los temas principales de esta obra es la naturaleza, el control de la naturaleza por la civilización, y pienso que esto liga muy bien con el ballet, porque trabajamos con artistas, con sus cuerpos, la expresión a través de los movimientos de sus cuerpos", resume Samodúrov.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Las recientes declaraciones de los escritores (Akunin y el poeta Dmitri Bikov), que tuvieron una gran repercusión en las medios de comunicación, requieren una valoración legal", informó Pável Gribkov, director general de AST, en un comunicado.Le secundó el popular servicio de venta de libros digitales Litres, quien suspendió el viernes la distribución de las obras de Akunin.Seguidamente, la cadena de librerías "Ciudad que lee-Tragaletras" retiró de las estanterías las obras de Akunin, seudónimo de Grigori Chjartishvili, aunque adelantó que se han dirigido a juristas independientes para entender el alcance legal de esa decisión editorial.Akunin, que se exilió tras la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014, ha condenado desde un principio la campaña militar rusa en Ucrania, al igual que Bikov, conocido crítico literario.La decisión de las editoriales rusas coincide con las entrevistas realizadas por dos conocidos bromistas rusos a ambos autores, quienes, al igual que otros autores y opositores al Kremlin, han abogado por el inmediato cese de las hostilidades.En vísperas de la guerra, Akunin acusó en una entrevista con EFE al presidente ruso, Vladímir Putin, de ser un "dictador" con ambiciones postimperialistas que ha llevado a su país a un estado de "semidesintegración"."Moscú considera a Ucrania y a las otras antiguas repúblicas soviéticas parte de su 'zona de influencia' y no quiere que ésta se reduzca. Toda la crisis ucraniana, desde la toma de Crimea a la financiación de la revuelta en el Donbás, es un castigo a Ucrania porque en 2014 el nuevo Gobierno decidió dar un giro del Este al Oeste", aseguró.La oposición en el exilio acusa al Kremlin de denunciar la cancelación de la cultura rusa en Occidente, al tiempo que censura a los autores y artistas que no comulgan con la actual política militarista de Putin.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de la escuchar.
El primer ministro ruso, Mijail Mishustin, "firmó la decisión sobre el nombramiento de Valeri Guerguiev al puesto de director general del Teatro Bolshói por una duración de cinco años", indicó el gobierno en Telegram.Numerosas orquestas occidentales boicotearon el año pasado al maestro de 70 años y tradicional partidario del presidente Putin, por no haber denunciado la ofensiva rusa contra Ucrania iniciada en febrero de 2022.Valeri Guerguiev, que también es director del teatro Mariinski de San Petersburgo desde 1996, ciudad donde Vladimir Putin comenzó en política a principios de los años 1990, dirigirá ahora los dos principales escenarios del país.Putin sugirió en marzo de 2022 fusionar la dirección de los dos prestigiosos teatros, como era habitual antes de la revolución de 1917.La cercanía de Guerguiev con el jefe del Kremlin, especialmente durante la anexión de Crimea en 2014, le ha acarreado varias polémicas.En marzo de 2022, la Orquesta Filarmónica de Múnich decidió despedirlo por no haber denunciado el ataque de Ucrania. Igualmente, varias orquestas y festivales en Europa y Estados Unidos anularon sus compromisos con el músico.Hasta ahora, el director de orquesta no ha hecho ninguna declaración sobre el conflicto. A principios de año realizó una gira por China, pero actualmente dirige por lo esencial en Rusia.Su nombramiento se produce en un momento en el que oenegés y medios denuncian una purga cultural en Rusia, con despidos o huidas de artistas que han sido críticos con el poder y que no han mostrado su apoyo públicamente.Valeri Guerguiev reemplaza en el Bolshói a Vladimir Urin, que firmó al inicio de la ofensiva en Ucrania una carta abierta de artistas y actores en la que se pedía "a todas las partes" cesar los combates.Urin, que dirigía el teatro moscovita desde 2013, tomó posición públicamente en favor del Kremlin en varias ocasiones.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Murátov está categóricamente en desacuerdo con la decisión del Ministerio de Justicia y recurrirá a los tribunales", señala la nota publicada en Telegram. Mientras transcurran las diligencias judiciales, Murátov cesará sus funciones, que serán ejercidas de manera provisional por uno de sus colaboradores, Serguéi Sókolov."Nóvaya Gazeta" destaca que su director ha sido acusado de ser agente extranjero no por recibir financiación exterior, sino por "formar una opinión negativa sobre la política interior y exterior de Rusia". "Claro está. Por su opinión y sus ideas", señala.El pasado 1 de septiembre el Ministerio de Justicia de Rusia declaró agente extranjero a Murátov, al que acusó participar "en la elaboración y difusión de materiales por parte de agentes extranjeros y también utilizó plataformas extranjeras para difundir opiniones destinadas a formar una actitud negativa hacia la política interior y exterior".A principios de marzo de 2022 Murátov pidió un alto el fuego "incondicional" en la guerra en Ucrania y anunció la entrega de la medalla del Nobel de la Paz a una fundación de ayuda a refugiados ucranianos.El galardón fue vendido en Nueva York en una subasta que recaudó la cantidad récord de 103,5 millones de dólares, que fueron destinados a Unicef para ayudar a los niños ucranianos.Murátov también ha denunció el "genocidio" de los medios independientes en Rusia, donde se han clausurado casi 300 cabeceras.Recientemente, Murátov subrayó que cada vez son más los rusos que desean la paz, pero que la guerra es una cuestión de supervivencia para Putin.En los últimos meses el premio Nobel participa en la defensa legal del activista Oleg Orlov, uno de los dirigentes de Memorial, que recibió el Nobel de la Paz el pasado año, y que es juzgado por desprestigiar al Ejército ruso."Nóvaya Gazeta" fue bloqueado por las autoridades rusas en septiembre de 2022 después de que el periódico suspendiera en marzo de ese año su publicación.Según una ley rusa aprobada a finales de 2019, a partir de ahora Murátov y los medios rusos que publiquen sus artículos en Rusia deberán catalogar todos sus materiales periodísticos como elaborados por un "agente extranjero".No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En 2014, el presidente ruso, Vladímir Putin, proclamó que Odesa, junto con otras ciudades del sur y el este de Ucrania, pertenecían a "Novorossiya" ("Nueva Rusia"), sugiriendo que sus vínculos con el resto de Ucrania eran débiles o artificiales.Pero cuando la ciudad afrontó el peligro real de caer bajo el control del invasor, en la primavera de 2022, se evidenció inequívocamente hacia dónde se orientaba su sentido de pertenencia."Hablar ruso no significa ser prorruso. Eso no nos impide ser patriotas ucranianos. ¿Cómo podemos tener sentimientos de identidad hacia Rusia cuando está destruyendo nuestra ciudad y matándonos?", dijo Oleksandr, voluntario, mientras pasa del ruso a un perfecto, aunque un poco más lento, ucraniano.En ningún lugar de Ucrania se ven tantas banderas ucranianas por la calle como en Odesa. Cuelgan de los edificios residenciales, están pintadas en sus paredes y portales y forman parte de la decoración de los cafés locales."Fue una muestra espontánea de sentimientos por parte de la población local, artistas, servicios municipales y empresas, justo cuando las tropas y barcos rusos se acercaban a la ciudad", explica Oleksandr.Es uno de los muchos ciudadanos que colaboran para juntar y entregar ayuda en el frente. Odesa es un importante centro de apoyo para otras ciudades golpeadas por la guerra, como Jersón.El ejército, o más concretamente la resistencia ucraniana, está creando una nueva memoria colectiva, mientras que los recuerdos relacionados con Rusia van siendo descartados. "Fue aquí donde nació uno de los primeros y más potentes símbolos de la resistencia en esta guerra", explica Vladyslav Mykhailenko, gerente de la ONG "Ciudad Futura".Se refiere a la desafiante negativa de los guardias fronterizos ucranianos en la diminuta Isla de la Serpiente a rendirse ante el buque de guerra ruso "Moskva", con la frase "Buque de guerra ruso, vete a la mierda" que se hizo viral.En el Museo de la Flota está colgada una gran pancarta de "Gracias", hecha con retratos de ciudadanos. Las ventanas del museo quedaron destrozadas por un reciente ataque con misiles y ahora están cubiertas con paneles de madera.Otra bandera cuelga cerca de donde se erigía el monumento a la zarina Catalina II, hasta que fue retirado en respuesta a una petición popular."La población se da cuenta ahora de que la ciudad no fue fundada en realidad por Rusia y sus entonces gobernantes. Es una ciudad europea, no rusa. Mire a su alrededor y verá la herencia de arquitectos franceses, italianos o rumanos por todas partes", explica Vladyslav.El ucraniano, en alzaAunque el ruso se sigue oyendo con más frecuencia, el uso del ucraniano ha aumentado masivamente. La ciudad es ahora más claramente bilingüe que antes de la invasión.Para Anastasia Vynohodova, una abogada de Odesa, el ucraniano fue siempre su lengua materna, aunque también hablaba ruso en la vida cotidiana."Yo era un ejemplo típico de la influencia de la propaganda rusa", explicó en alusión al legado dejado por cientos de años de dominio de la lengua rusa, a expensas del ucraniano, implantado en tiempos del Imperio y luego por la Unión Soviética.La invasión rusa hizo que ella y dos amigos fundaran el club de conversación ucraniano "Liasy Tochat", donde practicar y lograr una mayor fluidez en un ambiente informal. Desde entonces, sus reuniones semanales han atraído a más de mil personas de distintas edades y procedencias.El ucraniano está ganando terreno rápidamente en la comunicación pública y privada, asegura Anastasia. Cada ataque ruso no hace más que contribuir a ello."Hablar ucraniano es importante porque es una cuestión de identificación nacional. Va a llevar tiempo, ya que debería ser una decisión personal, no una coacción", argumenta."Pero espero que en Odesa se hable cada vez más ucraniano. Para que Rusia no pueda volver a decir que viene a liberarnos a nosotros, los 'rusoparlantes'", subraya Anastasia. Le invitamos a conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"La amenaza es que la parte donde cayó el misil está moviéndose", explica a AFP el alcalde, Gennady Troukhanov, frente a la catedral ortodoxa parcialmente destruida en la noche del sábado."Empezaremos a derribar el muro inmediatamente. Tememos que arrastre todo el edificio cuando caiga", añade, dirigiéndose al metropolitano Agafanguel, un religioso ortodoxo de 84 años responsable de la diócesis.Odesa, un puerto del mar Negro -cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO a principios de este año- se había mantenido relativamente a salvo de las hostilidades tras la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.Después de que Rusia se retirara a mediados de mes un acuerdo sobre la exportación de cereales ucranianos, comenzó a bombardear las zonas portuarias de la ciudad, dañando también algunos de los edificios más antiguos. "Nunca habíamos visto ataques así", confirma el alcalde.Edificada hace más de 200 años y destruida por los soviéticos en 1936, la catedral de la Transfiguración fue reconstruida a principios de los años 2000 gracias a donaciones. Fue consagrada en 2010 por el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill.El alcalde de la ciudad pidió al metropolitano ortodoxo la autorización para proceder a una demolición parcial del edificio. "Explique a los feligreses que es peligroso y que no deberían estar aquí", le dijo. "Es una tragedia. ¡Qué lugar santo!", respondió el religioso.Odio e incomprensiónDurante una liturgia al aire libre, los fieles lloraron escuchando cantos y salmos. Grandes íconos dorados y caras de querubines fueron colocados contra las paredes exteriores.En el interior, los voluntarios limpiaron el suelo y apilaron íconos rotos y astillados. Los murales, recientemente terminados, fueron arrancados dejando al descubierto la estructura de hormigón y metal."Estos muros fueron construidos con nuestras manos, con nuestro amor. Cuanto dolor", lamenta una fiel, Galyna, de 58 años, que vende velas para recaudar fondos para la restauración."Esta iglesia es el orgullo de Odesa", asegura otra de 85 años, también llamada Galyna, examinando un ícono de la Virgen que sobrevivió al ataque y quedó casi intacto.El edificio pertenece a la Iglesia ortodoxa ucraniana, adscrita al patriarcado de Moscú. Si bien rompió sus lazos con Rusia, en Ucrania muchos consideran que permanece fiel al Kremlin.El portavoz de la diócesis de Odesa, el decano Maximian Pogorelovsky, de 31 años, afirma haber sentido, como otros eclesiásticos, "odio" e "incomprensión" ante el bombardeo ruso."Podemos afirmar que ellos (los rusos) apuntaron a la catedral, probablemente para asustarnos", destaca. El Kremlin negó haber atacado el edificio, asegurando que la destrucción fue causada por misiles antiaéreos ucranianos, disparados para interceptar los cohetes rusos que caían sobre la ciudad.Pogorelovsky establece un vínculo entre la destrucción de la catedral original por los soviéticos en 1936 y el reciente ataque. "Esta catedral fue reconstruida, todo el mundo estaba contento, y ahora los herederos del bolchevismo -los cohetes rusos- la destruyeron", precisa.Además de la catedral, los recientes bombardeos afectaron la Casa Histórica de los Científicos y edificios de departamentos cerca del puerto.En el hogar familiar de la última planta de una construcción de piedra del siglo XIX, Asia Kashperuk, estudiante y bailarina de 22 años, guarda sus pertenencias entre paredes destruidas y un techo perforado. "Es lo que queda de nuestro departamento", relata con amargura.Según Katarina, la madre de Asia, las autoridades dijeron que su edificio estaba bajo la protección de la UNESCO y que, por lo tanto, no podían "hacer nada". "¿Van a esperar a que se derrumbe?", se pregunta. Le invitamos a conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La región de Moscú no había sido atacada por drones desde hacía casi tres semanas. El ataque se produjo después de que Kiev prometiera responder a los bombardeos rusos en Odesa del pasado fin de semana, que causaron dos muertos y destruyeron una catedral."Dos drones ucranianos fueron neutralizados y se estrellaron. No hay víctimas", declaró el Ministerio ruso de Defensa, que acusó a Kiev de realizar un "acto terrorista".Uno de los artefactos cayó en una importante vía de la capital rusa, Komsomolsky Prospekt, cerca del Ministerio de Defensa. Según dijo a la AFP una fuente ucraniana de Defensa, que pidió el anonimato, el ataque contra Moscú fue "una operación especial del GUR", los servicios de inteligencia militar ucranianos.Periodistas de la AFP vieron un edificio con el techo dañado y varios vehículos de las fuerzas de seguridad y camiones de bomberos y una ambulancia desplegados en el lugar. La policía acordonó la zona."No estaba durmiendo. Eran las 03H39 de la madrugada. La casa realmente se sacudió", contó Vladimir, un vecino de 70 años. "Es escandaloso que un dron ucraniano casi volara hasta el Ministerio de Defensa", añadió.Anton Kashirin, un mesero de 32 años en una cafetería cercana, restó importancia al incidente, que consideró "poco peligroso". "Estoy tranquilo, ya pasó y eso es todo. No es ninguna novedad ni la primera vez que esto ocurre", señaló.Otro dron alcanzó el centro de negocios de la calle Likhacheva, donde una fotógrafa de la AFP vio varios ventanales rotos en la parte alta de un gran edificio.Depósito de municiones en CrimeaMoscú y su región, que se ubican a más de 500 km de la frontera ucraniana, ya han sido atacados por drones en otras ocasiones. En mayo, uno de estos asaltos alcanzó el Kremlin.El 4 de julio, cinco drones fueron derribados en la región moscovita, según las autoridades. El ataque perturbó el funcionamiento del aeropuerto internacional de Vnúkovo.Este ataque en Moscú se suma a los registrados desde hace una semana en Crimea, una península anexada por Moscú, y en el sur de Ucrania, donde se acentuaron las tensiones después de que, el pasado lunes, Rusia decidiera retirarse de un acuerdo para exportar grano ucraniano por el mar Negro.En Crimea, un bombardeo ucraniano con drones alcanzó un depósito de municiones, en el distrito de Dzhankói, en el norte de la península anexada, informó este lunes el gobernador ruso Serguéi Asksionov.Se evacuó temporalmente a la población en un radio de 5 km alrededor del depósito, precisó. También se suspendió la circulación ferroviaria durante unas horas, y más tarde fue restablecida.Según el ejército ruso, 14 drones ucranianos fueron neutralizados en Crimea con equipos de interferencia y otros tres, por la defensa antiaérea.Nuevo ataque cerca de OdesaPor otro lado, se produjo un ataque de "casi cuatro horas" contra una infraestructura portuaria ucraniana de la región de Odesa y destruyó un hangar de grano, indicó el lunes el ejército ucraniano.En el frente, Kiev afirmó el lunes que le arrebató más de 16 km2 a las fuerzas rusas la semana pasada en el este y en el sur del país, casi dos meses después de haber empezado su contraofensiva.El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió que habría "represalias" a los tiros de "19 misiles" rusos contra Odesa, cuyo casco histórico fue incluido a principios de año en la lista de patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco.La ciudad portuaria, que ha sido blanco frecuente de bombardeos rusos, fue atacada en la madrugada del domingo. Dos personas murieron y otras 22 resultaron heridas, de las que al menos cuatro eran niños.La catedral de la Transfiguración resultó muy dañada, algunas de sus paredes se derrumbaron y varios iconos fueron incendiados. El templo, inaugurado hace más de 200 años, fue destruido por los soviéticos en 1936 y reconstruido a principios de los años 2000.Veinticinco monumentos sufrieron daños por los bombardeos del domingo, según el gobernador regional, Oleg Kiper. Rusia asegura que únicamente efectúa ataques contra sitios militares."Nuestras fuerzas armadas nunca atacan instalaciones de infraestructura civil, y mucho menos catedrales, iglesias u otros edificios similares", señaló este lunes a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien culpó de los daños en la catedral a los sistemas de defensa aérea de Ucrania. Le invitamos a conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.