"Es un honor haber sido seleccionada para el TIFF, porque la programación y la competición es muy buena", explica Martelli en una entrevista con EFE durante su visita a la capital nipona para dar apoyo a su película antes del fallo del jurado este martes.
Manuela Martelli (Santiago de Chile, 1985), conocida por papeles como el de Silvana en "Machuca" (clásico de Andrés Wood, 2004), debuta en "1976" como directora y guionista, en una historia muy personal y que se entrelaza con su propio relato familiar.
El filme sigue la vida de Carmen (interpretada por Aline Kuppenheim), una mujer de la alta burguesía santiaguina, que emprende un camino de autoliberación cuando recibe el encargo de un cura amigo para auxiliar en la clandestinidad a un opositor a la dictadura de Augusto Pinochet y decide ocultárselo a su familia afín al régimen.
"Empecé revisando mi propia historia hacia atrás y cuál era mi herencia en línea familiar. Comencé a investigar sobre mi abuela, a la cuál no conocí y me sentí heredera de una cierta sensibilidad", explica la chilena, quien añade que el título de la cinta coincide con el año en el que falleció su abuela.
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Historia desde los márgenes
En esta película tan personal y que supone el desenlace a ocho años de trabajo entre escritura y rodaje -así como con el retraso de la pandemia-, Martelli buscaba también mostrar el punto de vista de una mujer y centrarse en aquellos que, aunque no protagonizan la historia, son partícipes de la misma desde los márgenes.
"Me interesaba meterme en los márgenes, en los recovecos de la historia, porque me parecía que desde allí era el lugar desde el que yo podría hablar. El 98 % de la sociedad vive la historia desde los márgenes, no en la primera línea. Unos se dedican a cortar cintas, otros hacemos historia desde la cocina", señala la cineasta.
Revisitar un momento reciente y trágico de la historia de su país también era importante para Martelli, quien se muestra preocupada por "la fragilidad de la democracia" con ejemplos recientes como el de Rusia o Irán.
"Me parece que la memoria es una cosa que hay que estar revisitando y reviviendo, trayéndola al presente y volviéndola viva. En Chile me parecía que es necesario buscar puntos de vista distintos, ya que se genera cierta inmunidad cuando los relatos son contados siempre de una manera", afirma la directora.
Un éxito sin precedentes
"1976", que podría llevarse el gran premio de Tokio este martes, ha pasado por otros festivales con gran éxito de la crítica y el público y fue proyectada en la Quincena de Realizadores, un apartado paralelo e independiente del Festival de Cannes.
En el Festival de Cine de Londres, resultó galardonada con el premio "Sutherland" a la mejor ópera prima, así como el premio a Mejor Largometraje Chileno del Festival Internacional de Cine de Valdivia, celebrado en el sur de Chile y uno de los más importantes de la región.
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La cinta es también una de las 16 producciones, en representación de otros tantos países, que competirán por el Goya a la mejor película iberoamericana en la 37 edición de estos premios, que se entregarán en una gala el próximo 11 de febrero en la ciudad española de Sevilla.
"Fue un proceso largo, de aprender a escribir y a levantar una película, que es una cosa que no se aprende en la universidad. Levantar una película de época y además siendo la primera, no era fácil y ver cómo siguió todo y cómo estrenamos ha sido muy gratificante, además del recibimiento", explica Martelli emocionada.
El TIFF, que cuenta este año con presencia iberoamericana récord y otorgó un premio a la carrera del realizador mexicano Alejandro González Iñárritu, cuenta también con dos películas españolas en competición: "Mantícora" (2022), del director madrileño Carlos Vermut y "As Bestas" (Las Bestias, 2022), del también madrileño Rodrigo Sorogoyen.
El TIFF pondrá punto y final a su edición número 35 este miércoles en una ceremonia en la que se anunciara no solo la mejor película sino también premios a mejor dirección, actor y actriz, contribución artística y de audiencia.
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