El séptimo disco de su carrera, 'Eternal sunshine', publicado este viernes en todo el mundo, propone desde esa portada, en la que la intérprete y compositora parece apoyarse sobre su propio hombro, cuál es otro bálsamo necesario en estos casos, y así lo canta: "Sé tu jodido mejor amigo".Desde que hace menos de dos meses anunciara su salida, Grande (Boca Ratón, 1993) restringió al máximo la información en torno a este trabajo, por ejemplo con el lanzamiento de un único single, 'yes, and?', que repite la jugada de Taylor Swift con 'Midnights' (2023).Según su discográfica, quería enfatizar la escucha en formato de álbum de sus nuevas canciones, que adquieren todo su sentido juntas y en un orden concreto. "Son todas piezas diferentes y elevadas de la misma historia, de la misma experiencia", ratificó en una entrevista sobre este "álbum conceptual".'Eternal Sunshine' comienza con una pregunta: "¿Cómo saber si estoy en la relación correcta?", y, tras trece cortes y poco más de media hora, es su propia abuela quien le da la respuesta: "No te vayas a la cama sin dar un beso de buenas noches. Es lo peor que puedes hacer. Y si eso te incomoda, entonces estás en el lugar equivocado. Sal de ahí".Como personalidad de la música, con dos Grammys y unas ventas estimadas de más 90 millones de discos, para Grande es difícil escapar del escrutinio público, sobre todo en momentos como tras su divorcio a finales de 2023 del agente inmobiliario Dalton Gomez.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Ella misma explicó que este álbum es fruto de un rapidísimo proceso creativo (comenzó su confección el pasado septiembre, en paralelo con su debacle sentimental) y en 'Eternal sunshine' es la artista quien asume la batuta del relato de su vida frente a la prensa sensacionalista.Ese era el mensaje que aparece ya en el videoclip de 'yes, and?', en el que se burla de los comentarios gratuitos tanto de seguidores acérrimos como de críticos, cuando uno de ellos esboza: "¿A quién le importa si ella es feliz? No quiero felicidad, quiero arte"."En algunos de los cortes me muestro realmente vulnerable, otros son como interpretar el papel que la gente espera que haga a veces", afirmó sobre estas nuevas canciones, confirmando una vez más, como en este "single", que bebe de la cultura del "voguing" y de lo que Madonna hizo con ella, que a veces la pista de baile es el mejor catalizador para evacuar penas.Frente a 'Positions' (2020), su anterior álbum, aquí hay más cortes rítmicos y bailables, véase 'Bye' o 'We Can't Be Friends (Wait For Love)', siempre desde esa óptica elegante de la que Grande ha hecho marca, con ecos a la música Motown y al r&b noventero (hay incluso un corte titulado 'The Boy Is Mine', pero nada que ver con el de Brandy y Monica).Otra de las figuras que se asoma como referente en estos temas es el de Mariah Carey (las comparaciones vocales fueron inevitables desde sus inicios) y Grande decidió materializarlo con una regrabación a dúo de 'yes, and?' que publicó hace unas semanas pero que no aparece como parte de la edición final del disco.Aunque si hay una reunión importante tras el paréntesis que supuso su anterior álbum, es la que establece en la gran mayoría de los cortes con el sueco Max Martin, responsable de un sinfín de los éxitos pop mundiales de los últimos 30 años y también colaborador como coautor y coproductor en cinco de sus álbumes, con éxitos como 'Problem', 'Break Free', 'Dangerous Woman' o 'No Tears Left To Cry'.De su mano, y de la de otros colaboradores habituales como Ilya Salmanzadeh o Shintaro Yashuda, teje un colchón agradable de canciones, a veces susurros amigos para apaciguar la mente sin necesidad de extirpar los recuerdos, como sucedía en la película 'Olvídate de mí' ('Eternal Sunshine Of The Spotless Mind'), a la que Grande rinde homenaje en el título del disco.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El ‘Swfitposium’ reunirá a académicos de todo el mundo para hablar sobre el fenómeno de Taylor Swfit y su influencia en la economía, la industria musical o la literatura, ámbito al que se dedica de lleno McCausland en las clases que imparte en la prestigiosa Universidad de Gante sobre la relación entre las letras inglesas y la música de Swift.La artista de Pensilvania, de 33 años, fue elegida como el personaje del año 2023 por la revista Time, una decisión inédita que se explica por su enorme popularidad: En su gira "The Eras Tour" que, tras un parón, retomará en Japón el próximo viernes, Swift ha recaudado hasta ahora 1.300 millones de dólares y ha generado alrededor de 5.500 millones (a falta de 85 conciertos).Su prestigio es tal que hasta el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, interpeló a la cantante para que movilizase durante su paso por Europa -que arrancará en mayo en París- el voto de los jóvenes para las elecciones europeas de junio.Pese al revuelo que causaron estas declaraciones -a los pocos minutos, saltaban a las páginas de casi todos los medios-, McCausland considera que Swift es una estrella del pop y que, como tal, no debería esperarse que se posicione en asuntos políticos, y menos europeos (es estadounidense).“Taylor Swift no es una tirita que podamos poner para solucionar un problema mayor que se refiere al compromiso (político) de los jóvenes y que se remonta a una serie de problemas sistémicos como la educación o el activismo”, explica McCausland en una entrevista con EFE.En cambio, la profesora británica considera que la carrera de Swift puede servir de inspiración académica a través de sus letras: “Aborda temas y técnicas centenarias, pero les da un giro moderno y eso, a su vez, nos muestra que la literatura inglesa está siempre cambiando”.McCausland impartió este año la asignatura ‘Swifterature’. Una idea que, si bien había meditado durante varios años, se materializó cuando observó varios paralelismos entre la canción ‘The Great War’ y el poema ‘Daddy’ de la escritora Sylvia Plath.A la clase se inscribieron estudiantes belgas e internacionales, un 70 % de ellos mujeres, y de distintos ámbitos -astronomía, física, historia del arte o arqueología- y, aunque contó con gran apoyo por parte de sus colegas y del alumnado, enfrentó también algunas suspicacias cuando presentó su idea al claustro.Según McCausland, gran parte de la academia defiende que la literatura inglesa debe seguir siendo una suerte de "monumento" y no compararse con algo "tan frívolo" como la cultura pop, pero ella argumenta las posibilidades que tiene crear un hilo invisible entre las obras clásicas y la cultura popular moderna."Los poetas románticos pueden ser vistos y apreciados por lo que son y Taylor Swift también. Y el diálogo entre ellos es interesante, pero es más que eso, ya que la literatura inglesa es algo vivo, que crece y evoluciona constantemente", reflexiona.“A menudo me preguntan eso de si Taylor Swift es la nueva Shakespeare, y me parece muy reduccionista (…). En cierto modo implica que para que algo tenga valor ha de ser comparado con lo antiguo. Además, personalmente, si vamos a compararla con un autor canónico, está mucho más cerca de los poetas románticos”, concluye.Su asignatura, en la que -bromea- los alumnos no hablan de cuánto adoran a Swift, aborda desde poetas anónimos de la literatura inglesa hasta Geoffrey Chaucer, Charlotte Brontë y Jane Austen: “Si examinamos canciones del (álbum) Folklore, hablamos de la idea del hombre, la naturaleza y el poder, y lo utilizamos como transición a los poetas románticos”.McCausland no ha sido la única que ha introducido el universo Swift en las aulas, pues universidades como las de Berkeley, Stanford y Harvard en EE.UU. también ofrecen ya cursos sobre la artista. “Hay mucho sexismo porque no se ve como algo digno, ya que es algo que disfrutan principalmente las mujeres jóvenes”, reflexiona.McCausland suscribe que el éxito de Taylor ha dado a las mujeres jóvenes la “validación para ser ellas mismas” y, aunque tampoco la considera “el mejor icono feminista, sea lo que sea ser feminista” -matiza-, su personaje y el hecho de que tenga una carrera tan prolífera -concentrada en más de 10 álbumes- logra que muchas fans se identifiquen con lo que representa.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La noche de los Grammy es una de las más esperada de la temporada de galardones en Estados Unidos. La edición número 66 de los Premios de la Academia de Grabación premiaron a los artistas destacados en el 2023 y en esta última entrega se celebró el trabajo de las mujeres en la música. Las nominaciones estaban encabezadas por las artistas que dominaron las listas y lanzaron trabajos discográficos maravillosos, que fueron la banda sonora del año pasado en las listas y plataformas de escucha. Primero hablemos de Karol G, quien se llevó el Grammy a Mejor álbum urbano por Mañana será bonito; es la primera vez en la historia de los premios en que una mujer gana en esta categoría. También debemos mencionar a Natalia Lafourcade que se alzó con el Grammy a Mejor álbum de rock latino por su disco De todas las flores. Por otro lado, Dua Lipa abrió el show con canciones icónicas como Houdini y Training Season, Olivia Rodrigo volvió a iluminar el escenario cantando Vampire de su disco Guts. En la gala también se le hizo homenaje a la leyenda del folk Joni Mitchel quien cantó de nuevo junto a Brandy Carlile. Además Annie Lennox le hizo homenaje a Sinnead O'Connor cantando Nothing Compares 2 U.SZA ganó en las dos categorías más importantes de R&B con su disco SOS, Billie Eilish se alzó con el galardón de canción del año con What was I made for?, canción que compuso para la película Barbie y que también está nominada al Óscar. Y por primera vez en su carrera musical Miley Cyrus brilló con dos Grammys por Grabación del año y mejor actiación de pop en solitario por su canción Flowers, un himno al amor propio. Cyrus también se presentó en la gala y fue la prueba de la autenticidad. Victoria Monét se llevó el premio a Mejor artista nuevo, así como a mejor álbum de R&B. El grupo Boygenius ganó tres premios por su canción Not strong enogh y su álbum The record, la representación de los sentimientos profundos y el poder de la música. Y finalmente, Taylor Swift se llevó dos Grammys, uno a Mejor álbum de pop vocal y a mejor álbum del año ambos por su disco Midnights. Swift anunció su nuevo proyecto discográfico The tourture poets department, que saldrá el próximo 19 de abril. Las mujeres que han representado la música han demostrado la fortaleza, el coraje y la sensibilidad de componer y crear magia que finalmente está siendo reconocida; el poder femenino debe ser celebrado y compartido, así como reconocido por la industria y el mundo. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Asimismo, Billie Eilish venció en el apartado de canción del año por 'What Was I Made For?' -parte de la banda sonora del filme 'Barbie'- y la viral 'Flowers' granjeó a Miley Cyrus los dos primeros gramófonos de su trayectoria: mejor grabación y mejor actuación pop en solitario.Por su parte, la estadounidense Victoria Monét se consagró como mejor nueva artista del curso de la mano de su trabajo 'Jaguar II', que también le valió otros dos galardones.Estos son los ganadores en las principales categorías de la 66 edición de los Grammy.Categorías generales:ÁLBUM DEL AÑO'Midnights', Taylor Swift.GRABACIÓN DEL AÑO'Flowers', Miley CyrusCANCIÓN DEL AÑO'What Was I Made For?', Billie EilishMEJOR NUEVO ARTISTAVictoria MonétPRODUCTOR NO CLÁSICO DEL AÑOJack AntonoffCOMPOSITOR NO CLÁSICO DEL AÑOTheron ThomasMúsica latina:MEJOR ÁLBUM DE POP LATINO'X Mí (Vol. 1)', Gaby MorenoMEJOR ÁLBUM DE MÚSICA URBANA'Mañana Será Bonito', Karol G.MEJOR ÁLBUM LATINO DE ROCK O ALTERNATIVO'Vida Cotidiana', Juanes'De Todas Las Flores', Natalia LafourcadeMEJOR ÁLBUM DE MÚSICA MEXICANA (INCLUYENDO TEXANO)'Génesis', Peso PlumaMEJOR ÁLBUM DE MÚSICA TROPICAL'Siembra: 45º Aniversario (En Vivo en el Coliseo de Puerto Rico, 14 de Mayo 2022)', Rubén BladesMEJOR ÁLBUM DE JAZZ LATINO'El Arte del Bolero Vol. 2', Miguel Zenón y Luis PerdomoRap:MEJOR ACTUACIÓN DE RAP'Scientists & Engineers', Killer Mike con André 3000, Future y Eryn Allen KaneMEJOR ACTUACIÓN MELÓDICA DE RAP'All My Life', Lil Durk con J.ColeMEJOR CANCIÓN DE RAP'Scientists & Engineers', Killer Mike con André 3000, Future y Eryn Allen KaneMEJOR ÁLBUM DE RAP'Michael', Killer MikePop y dance:MEJOR ACTUACIÓN POP EN SOLITARIO'Flowers', Miley CirusMEJOR ACTUACIÓN DUETO/GRUPO POP'Ghost In The Machine', SZA y Phoebe BridgersMEJOR ÁLBUM DE POP VOCAL'Midnights', Taylor SwiftMEJOR GRABACIÓN DANCE/ELECTRÓNICA'Rumble', Skrillex, Fred again.. & FlowdanMEJOR GRABACIÓN POP O DANCE'Padam Padam', Kylie Minogue Lostboy y Guy MasseyMEJOR ÁLBUM DANCE/ELECTRÓNICO'Actual Life', Fred again..Rock, metal y alternativa:MEJOR ACTUACIÓN DE ROCK'Not strong enough', boygeniusMEJOR ACTUACIÓN DE METAL'72 Seasons', MetallicaMEJOR CANCIÓN DE ROCK'Not Strong Enough', boygeniusMEJOR ÁLBUM DE ROCK'This Is Why', ParamoreMEJOR ACTUACIÓN DE MÚSICA ALTERNATIVA'This Is Why', ParamoreMEJOR ÁLBUM DE MÚSICA ALTERNATIVA'The Record', boygeniusR&B:MEJOR ACTUACIÓN DE R&B'ICU', Coco JonesMEJOR ACTUACIÓN DE R&B TRADICIONAL'Good Morning', PJ Morton y Susan CarolMEJOR CANCIÓN DE R&B'Snooze', SZAMEJOR ÁLBUM DE R&B PROGRESIVO'SOS', SZAMEJOR ÁLBUM DE R&B'JAGUAR II', Victoria Monét.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Swift tiene en agenda un concierto en París, en mayo, como parte de su estelar gira "Eras Tour", apenas un mes antes de las elecciones previstas en todo el bloque para renovar el Parlamento Europeo.La esperanza de la UE es que Swift use su influencia ante los jóvenes para movilizarlos a participar en los comicios.Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión, opinó este miércoles que "nadie moviliza a la juventud tan bien como los jóvenes", aludiendo al llamado que hizo Swift el pasado septiembre en Estados Unidos para que los jóvenes del país norteamericano se registrasen para votar.Al día siguiente de ese llamado, 35.000 jóvenes electores se registraron para votar, recordó Schinas, afirmando que "esper[a] que ella haga lo mismo con los jóvenes europeos" durante su actuación de París en mayo."Tengo la esperanza de que alguien de su equipo de prensa esté siguiendo esta conferencia de prensa y le transmita este pedido", añadió.Schinas dijo que era "crucial" la participación de los jóvenes en las elecciones europeas previstas del 6 al 9 de junio. De cara a esas elecciones, los primeros sondeos sugieren un fortalecimiento de la ultraderecha como tercera fuerza.En la opinión de Schinas, los jóvenes de la UE "son quienes más disfrutan de nuestras sociedades abiertas y democráticas, de las oportunidades en educación y entrenamiento (...), de la movilidad y de nuestras fronteras abiertas".En las elecciones europeas de 2019 participó el 42% de los electores con menos de 25 años habilitados para votar. En el segmento de población de entre 25 y 29 años, ese porcentaje aumentó al 47%.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Solo para que quede claro, la mayoría de las noticias son basura. No paran de decir que estoy recurriendo a gente al azar para hacer un nuevo álbum. ¡Nunca volveré a la industria de la música!", aseveró la cantante este miércoles.Spears también aseguró que en los últimos años se ha dedicado a escribir canciones para otros artistas y que actualmente es feliz siendo una "escritora fantasma"."Para aquellos que hayan leído mi libro, hay muchas cosas que no saben sobre mí... ¡He escrito más de 20 canciones para otras personas en los últimos dos años, soy una escritora fantasma y honestamente lo disfruto de esa manera!", ahondó la cantante.La respuesta de Spears llega después de que la revista estadounidense de celebridades Page Six lanzara una nota este miércoles en la que aseguraba que había rumores de que las cantantes Charlie XCX y Julia Michaels estarían trabajando en un disco para la intérprete de 'Toxic'.Spears se retiró de la música mientras luchaba por liberarse de su tutela, que otorgaba a su padre Jamie poder sobre su vida, pero en 2022 hizo un pequeño retorno con la canción 'Hold Me Closer', de Elton John.A mediados de 2023 lanzó el sencillo 'Mind Your Business' junto a Will.i.am, con quien en 2012 ya había hecho la exitosa colaboración 'Scream & Shout'.No obstante, el último álbum de estudio de la cantante fue 'Glory' y salió a la luz en 2016 recopilando éxitos como 'Slumber Party' o 'Just Luv Me'.En octubre de 2023, la cantante presentó su libro de memorias 'The Women in Me', en donde hace una serie de confesiones entre las que destacan el aborto que vivió en su juventud, producto de su relación con el también cantante de pop Justin Timberlake, las veces que fue internada en un centro psiquiátrico o su drama familiar.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La cinta producida por la cantante de 33 años se sitúa en el número 19 de los estrenos más taquilleros del año en todo el mundo. Una lista que lideran 'Barbie', con más de 1.441 millones de dólares, 'The Super Mario Bros. Movie', con más de 1.361 millones de dólares y 'Oppenheimer', con más de 950 millones de dólares.Este es un logro más para la cantante cuyo filme marcó un hito en términos de recaudación desde el anuncio de las proyecciones de la película en salas de cine.'Taylor Swift: The Eras Tour' se alzó con hasta 100 millones de dólares de facturación en preventas, convirtiéndose en la película de conciertos más taquillera de la historia de EE.UU., por encima de 'Justin Bieber: Never Say Never', de 2011, que alcanzó 73 millones de dólares.Este mismo lunes la cantante anunció que su película de casi tres horas de duración llegará a plataformas de 'streaming' con una versión extendida que incluirá temas como 'Wildest Dreams', 'The Archer' y 'Long Live'.El filme se estrenará bajo demanda el 13 de diciembre en el marco de su 34 cumpleaños, en plataformas como Apple TV, Vudu, Prime Video, Xfinity, Google Play y Youtube en Estados Unidos y Canadá, y algunos países próximos a anunciar.La cantautora de éxitos como 'Blank Space' recientemente terminó su gira por latinoamérica y continuará con sus actuaciones en febrero de 2024.Swift tiene programados conciertos por España, Japón, Australia, Singapur o Francia, entre otros, y hasta el momento la última fecha anunciada de la gira que celebra su trayectoria musical está pactada para el 8 de diciembre de 2024 en Vancouver, Canadá.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En el 2019 la disquera Big Machine vendió al magnate Scooter Braun los derechos musicales de seis álbumes de Taylor Swift: Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation por la suma de 300 millones de dólares. Tras la venta Braun le prohibió a Swift tocar sus canciones en eventos como los American Music Awards del 2019 o usarlos para su documental Miss Americana. Taylor Swift entabló una demanda en contra de Braun anunciando que había sufrido de acoso y manipulación, en la declaración confiesa: “Scooter me ha despojado del trabajo de mi vida, que no se me dio la oportunidad de comprar, música que escribí en el piso de mi habitación y videos que soñé y pagué con el dinero que gané tocando en bares, luego clubes, luego arenas y luego estadios” (tomado de la BBC Mundo).Además, Braun filtró un álbum de canciones en vivo sin permiso de Swift. En medio de la demanda y el escándalo en la prensa, Taylor Swift descubrió que había un vacío en el contrato, en ningún momento le prohibían regrabar esos álbumes. Así que decidió lanzar nuevamente los seis discos que había antes del 2018. Su disquera actual Republic Records lanzó el primer álbum Fearless (Taylor's version) en el 2021 y han sido relanzados progresivamente los siguientes: Red (Taylor's version), Speak Now (Taylor's version) y 1989 (Taylor's version), que salió en la madrugada del 27 de octubre, con este último Swift ya ha recuperado el 80% de los derechos de su música. Los relanzamientos de estos discos fueron gratamente acogidos por el público, subiendo monumentalmente los números de reproducciones en plataformas y agotando toda la mercancía de cada uno, además de convertir a Taylor Swift en la artista más escuchada en el mundo y en la historia con 101.414.487 oyentes mensuales solo en Spotify. Los álbumes que faltan por lanzar son Reputation y Taylor Swift, los rumores presumen que en cualquier momento podrían ser anunciados. El lanzamiento de '1989 (Taylor's version)'A media noche del 27 de octubre las plataformas colapsaron y el mundo se detuvo por un instante, Taylor Swift lanzó 1989 (Taylor's version), el sexto álbum regrabado de la artista. Con canciones como Shake it off, Blank Space y Bad Blood, Swift regresa a posicionarlas como éxitos mundiales. 1989 fue lanzado por primera vez en el 2014, año en el que la artista estaba lanzando su quinto trabajo discográfico y ya tenía cuatro giras internacionales. 1989 fue el álbum más vendido de ese año (se vendieron más de 14 millones de copias), además, fugiró como el segundo más vendido de la década. En este disco Swift escribió canciones acerca de lo que la prensa decía de ella como Blank Space y Shake it off.A segundos del lanzamiento la plataforma Spotify colapsó y se recuperó rápidamente tras algunos minutos sin funcionar. La tendencia #1989TaylorsVersion se hizo viral en un par de minutos en todo el mundo, llegando a ser número uno en la plataforma X (antes Twitter).Junto a las 16 canciones previamente lanzadas, Taylor Swift sacó cuatro títulos nuevos, canciones que deriva "From the vault", lo que quiere decir que ya estaban escritas pero no publicadas. Los títulos de estos temas son: Slut!, Say don't go, Now That We Don't Talk, Suburban Legends y Is it over now?.Taylor Swift se encuentra en un corto descanso de su gira The Eras Tour, que retomará actividades en noviembre con su visita a Argentina y Brasil. Cabe mencionar que la película acerca de este show rompió los récords convirtiéndose en el filme sobre conciertos más taquillero de la historia. Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
América Latina aguarda a la superestrella pop con fervor y también con frustración: muchos admiradores son jóvenes en precariedad económica, pese a lo cual asumen el elevado costo de los boletos y no se resignan ante aparentes irregularidades en la venta.Disfrutar de "Eras", la primera verdadera gira de la estadounidense en la región -participó en eventos puntuales en México en 2011 y Brasil en 2012- se convierte así en una costosa odisea. En Río de Janeiro, Renan Rodrigues, DJ de 24 años, acampó varias noches frente a la taquilla del estadio Nilton Santos, donde Swift se presentará del 17 al 19 de noviembre.DJ Firmino, conocido por musicalizar fiestas temáticas de los "swifties" (apodo de los fans), consiguió entradas para los tres recitales, pero recibió un botellazo en la cabeza por resistirse a un asalto durante su guardia. "Querían llevarse mi celular, y dentro de la funda estaba mi tarjeta del único banco autorizado para la preventa. Sólo pensé: no se llevarán mi tarjeta", relató Rodrigues, quien sufrió heridas superficiales."Abuso"Los boletos en Brasil cuestan entre 35 y 468 dólares. En México, los fans deben desembolsar más: entre 55 y 614 dólares, en un país donde los jóvenes cobran un sueldo promedio de 366 dólares mensuales, según datos oficiales.Ingrid Cruz, fundadora del club oficial de fans mexicanos, lamenta que les tocaran las entradas más caras de la región pues cree que se priorizó vender "paquetes VIP" antes que pases sencillos. El paquete más costoso en México vale 959 dólares, contra 613 en Argentina. "Fue demasiado abuso", asevera.Consumidores denuncian además problemas en la plataforma de la boletera estadounidense Ticketmaster, que opera en México como parte del poderoso grupo CIE, que a su vez concentra casi 65% del mercado local de espectáculos en vivo."Swifties" mexicanos cuestionaron el sistema de preventa para los cuatro conciertos en Ciudad de México, que arrancarán este jueves, basado en un registro previo de "fans verificados" mediante correo electrónico.Irónicamente, Joel Aguilar, creador de Taylor Swift MX, 'fanpage' con unos 20.000 seguidores de 20 países, nunca recibió el link exclusivo para comprarlos. "Ninguno de los correos fue seleccionado", cuenta el joven de 26 años, cuyos familiares y amigos se registraron para ayudarlo. Apenas consiguió entrada de última fila.Denisse Castro, de 26 años y seis meses desempleada, hizo malabares para forjar un historial crediticio y obtener la tarjeta del banco patrocinador del concierto. Para su infortunio, el banco restringió recientemente la financiación de los boletos. "Está horrible", lamenta Denisse, que acabó adquiriendo los más baratos.DemandaTicketmaster afronta en México una "acción colectiva" ante la procuraduría del consumidor (Profeco) por inconformidades de consumidores entre 2020 y 2022, incluyendo el caos por boletos falsos para un show del puertorriqueño Bad Bunny en diciembre pasado.Presionada por la Casa Blanca, la firma aceptó en junio pasado transparentar sus costos en Estados Unidos y ha recibido airados reclamos de artistas como Robert Smith -líder de The Cure- por los recargos excesivos.Las quejas en México incluyen clonación de boletos, demoras en reembolsos y falta de mecanismos de conciliación con clientes, detalla Maximilian Murck, cofundador de Tec-Check, organización defensora de consumidores en línea. "En México hacen lo que quieren" por inacción de las autoridades, añade Murck, cuya organización impulsa la acción colectiva. Ticketmaster no respondió a solicitudes de la AFP para comentar la demanda.Sin embargo, la firma lanzó hace una semana un nuevo boleto digital que evitaría falsificaciones mediante códigos de barras, en reemplazo de los tiques impresos, además de un "botón de ayuda" para clientes.Gobernantes "swifties"La pasión por la ganadora de once premios Grammy llegó al delirio en Buenos Aires, donde un grupo de fans montó un campamento en junio afuera del estadio de River, cinco meses antes del concierto, para quedar cerca del escenario.Deben cumplir una regla: pasar 28 horas mensuales en las carpas hasta sumar unas 200 y asegurar su lugar. "Va a ser un furor total", prevé Iara Palavencino, una de las campistas. "Yo por Taylor, la vida". En Argentina las entradas se agotaron rápidamente, pese a la grave crisis económica.El furor también alcanza las más altas esferas. El presidente chileno, Gabriel Boric, autoproclamado "swiftie", escribió a la cantante en Twitter pidiéndole que incluyera a su país en una próxima gira. Lo propio hizo el primer ministro Justin Trudeau, quien logró que la artista, que había excluido a Canadá, anunciara seis fechas en Toronto para 2024.Taylor Swift es además un fenómeno intergeneracional a juzgar por fans como el expresidente de la Suprema Corte de México, Arturo Zaldívar, de 64 años. "No hay nada de trivial en Taylor Swift", escribió el juez en junio pasado en un periódico.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Y es que Madonna Louise Ciccone, nacida en Bay City (Michigan) en 1958, no es una mujer ordinaria: en lo personal, acumula experiencias para varias vidas y, en lo profesional, presume de una exitosa carrera musical de 40 años nutrida por grandes dosis de provocación, riesgo y desdén por el qué dirán.La "ambición rubia" iba a comenzar el 15 de julio en Canadá su "Celebration World Tour" cuando, tres semanas antes, su mánager Guy Oseary comunicó que había sido ingresada en la UCI y entubada por una "infección bacteriana grave", lo que trastocó esos planes y, sobre todo, generó preocupación.En medio de la avidez informativa por el estado de salud de Madonna se especuló sobre sus duros y largos entrenamientos para estar a la altura de los espectáculos de artistas más jóvenes y sobre cómo fue hallada inconsciente en su casa y posiblemente "resucitada" con un fármaco, extremos que no se han confirmado.Lo único seguro es que la emergencia médica reunió a su alrededor a sus hijos -tiene seis- y amigos, a quienes llamó "ángeles" en unos mensajes de agradecimiento en los que se dijo "afortunada de estar viva", y que dejaron entrever la faceta más humana y vulnerable de alguien que es símbolo de fortaleza y rebeldía.Pese a todo, la ganadora de siete Grammys parece estar recuperándose rápido de cara al nuevo inicio de la gira, que será el 14 de octubre en Londres, y prueba de ello son las fotos y videos que ha colgado en Instagram para ir abriendo boca, en los que baila, posa sensualmente y asegura que viajará "pronto".La expectación es grande, ya que Madonna publicó su último disco, "Madame X", en 2019, y desde el inicio de la pandemia ha subido a un escenario en contadas ocasiones, como en un concierto en Medellín en honor a Maluma y una actuación en el Orgullo en Nueva York, aunque no por ello ha estado quieta.Más afín a la generación z que a los pensionistasAmiga de lo transgresor y cómoda con la polémica, la intérprete de "Material girl" ha seguido desafiando las convenciones sociales en su madurez: viste como quiere, más afín a la generación Z que a la de los pensionistas; sale con quien quiere, personas mucho más jóvenes que ella, y hace lo que le place en todos los ámbitos.En 2022 lanzó "Finally enough love", una recopilación de 50 números uno, lo que la llevó a publicar un video promocional de preguntas y respuestas que fue recibido por sus seguidores como maná en medio de un desierto musical y en que reveló una filosofía de vida basada en la "curiosidad", el "sexo" y en no tomarse muy en serio las cosas.En su continua reinvención, Madonna sigue afrontando con energía las críticas y el último ejemplo fue a principios de este año, cuando acudió a entregar un premio a la gala de los Grammy y su imagen se convirtió en la diana de quienes decían que se había hecho retoques, que estaba irreconocible y que no sabe envejecer."Otra vez me veo en reflejo del edadismo y la misoginia que permea el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar a las mujeres de más de 45 y que siente la necesidad de castigarlas si siguen teniendo fuerza de voluntad, trabajan duro y son aventureras", declaró.La cantante, que aseguró que nunca se ha disculpado ni lo hará por sus decisiones, recordó que los medios se han metido con ella siempre y dijo estar feliz de ser una pionera para "que todas las mujeres que vienen detrás lo tengan más fácil los próximos años".Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Entre los relatos breves que condujeron a que la escritora canadiense Alice Munro fuera galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2013, Radicales libres, contenido en su obra Demasiada felicidad (2011), destaca por presentar a una viuda reciente que busca reconstruir su vida. Sin embargo, es al enfrentarse a su condición de enferma terminal donde encuentra la fuerza necesaria para afrontar una situación extrema.*Al principio la gente llamaba por teléfono para cerciorarse de que Nita no estaba demasiado deprimida, ni demasiado sola, ni comía demasiado poco o bebía demasiado. (Había sido una bebedora de vino tan diligente que muchos olvidaban que tenía completamente prohibido beber.) Ella mantenía las distancias, sin parecer ni dignamente afligida ni anormalmente animada, ni distraída ni confundida. Decía que no necesitaba que le hicieran la compra, que se las arreglaba con lo que tenía a mano. Tenía las medicinas que le habían recetado y suficientes sellos para las cartas de agradecimiento. Sus mejores amigos probablemente sospechaban la verdad: que no se molestaba en comer mucho y que si llegaba alguna carta de pésame la tiraba a la basura. Ni siquiera había escrito a personas que vivían lejos, para evitar dichas cartas. Ni siquiera a la anterior esposa de Rich, que vivía en Arizona, ni al hermano, que vivía en Nueva Escocia y del que estaba bastante distanciado, a pesar de que ellos quizá entenderían mejor que la gente más cercana por qué había seguido adelante con el no funeral como lo había hecho. Rich le gritó que se iba al pueblo, a la ferretería. Eran como las diez de la mañana; había empezado a pintar la verja de la terraza. Es decir, estaba raspándola para pintarla y la vieja rasqueta se le rompió en las manos.A Nita no le dio tiempo a pensar por qué tardaba Rich. Él se inclinó sobre el cartel que había en la acera, delante de la ferretería, que anunciaba cortacéspedes de oferta. No le dio tiempo ni a entrar en la tienda. Tenía ochenta y un años y buena salud, salvo una leve sordera en el oído derecho. El médico le había hecho un reconocimiento hacía solo una semana. Nita se enteraría de que el reciente reconocimiento, el certificado médico favorable, se repetía en un sorprendente número de los casos de muerte súbita con que se encontró de repente. Casi te da por pensar que habría que evitar tales visitas, dijo. Solamente debería haber hablado en esos términos con sus malhabladas amigas Virgie y Carol, sus íntimas, mujeres casi de su misma edad, sesenta y dos años. A los más jóvenes ese lenguaje les parecía indecoroso y ambiguo. Al principio estaban más que dispuestos a formar una piña alrededor de Nita. No llegaron a hablar del proceso de duelo, pero Nita se temía que empezaran en cualquier momento. En cuanto se metió con los preparativos, todos menos los más fieles y fiables se replegaron, naturalmente. La caja más barata, a enterrarlo de inmediato, sin ceremonia de ninguna clase. En la funeraria dieron a entender que a lo mejor era ilegal, pero Nita y Rich lo tenían muy claro. Se habían informado hacía casi un año, cuando a Nita le dieron el diagnóstico definitivo. «¿Cómo iba yo a saber que se me iba a adelantar?» La gente no se esperaba un funeral tradicional, pero sí les apetecía algún rito moderno. La exaltación de la vida. Escuchar su música preferida, todos cogidos de la mano, contar anécdotas elogiosas de Rich mientras pasaban de puntillas y con humor sobre sus rarezas y sus perdonables defectos. Esas cosas que Rich decía que le daban ganas de devolver. 💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.De modo que el asunto se despachó enseguida y el revuelo y el calor que la había rodeado se disiparon, si bien ella suponía que algunas personas seguirían diciendo que las tenía preocupadas. Virgie y Carol no lo decían. Únicamente decían que era una vieja bruja y una egoísta si pensaba diñarla antes de lo necesario. Se pasarían por su casa y la resucitarían con Grey Goose; eso decían. Nita decía que no pensaba hacerlo, aunque sí le veía cierta lógica. De momento su cáncer había remitido; a saber qué quería decir eso realmente. No significaba que estuviera «en regresión». O no para siempre. Su hígado es la principal sala de operaciones y mientras ella se limite a comisquear no se queja. Lo único que deprimiría a sus amigas sería recordarles que no puede beber vino. Ni vodka. Después de todo, de algo le había servido la radioterapia de la primavera pasada. Ahora es pleno verano. Piensa que ya no tiene un color tan bilioso, pero a lo mejor eso solo significa que se ha acostumbrado. Se levanta temprano, se lava y se viste con lo que tenga a mano. Pero al menos se viste y se lava, se cepilla los dientes y se arregla un poco el pelo, que ha vuelto a salirle bastante bien, canoso alrededor de la cara y oscuro por detrás, como antes. Se pinta los labios y se oscurece las cejas, que se le han quedado muy despobladas, y por la misma consideración de toda la vida hacia una cintura estrecha y unas caderas moderadas, comprueba los progresos que ha hecho en ese sentido, aunque sabe que la palabra adecuada para calificar todo su cuerpo en esos momentos sería «escuálido». Se sienta en su amplio sillón de costumbre, rodeada de montones de libros y revistas sin abrir. Da unos sorbos cautelosos a la infusión aguada que ahora sustituye al café. En su momento pensó que no podría vivir sin café, pero resulta que en realidad lo que quiere entre las manos es el tazón caliente; eso es lo que ayuda a pensar o a hacer lo que haga durante la sucesión de las horas, o de los días. Esa casa era de Rich. La compró cuando estaba con su esposa Bett.No iba a ser sino un sitio para los fines de semana, cerrado durante el invierno. Dos dormitorios minúsculos, una cocina adosada, a un kilómetro del pueblo. Pero al cabo de poco tiempo ya estaba trabajando en ella: aprendió carpintería, construyó un ala con dos dormitorios y dos cuartos de baño y otra para su despacho, transformó la casa original en un salón-comedor-cocina. A Bett empezó a interesarle; al principio decía que no entendía por qué había comprado semejante cuchitril, pero siempre se implicaba en las mejoras prácticas y compró dos mandiles de carpintero a juego. Necesitaba algo a lo que dedicarse cuando terminó y publicó el libro de cocina que le había llevado varios años. No tenían hijos. Y mientras Bett le contaba a la gente que había encontrado su lugar en la vida como ayudante de carpintero y que eso los había unido más a Rich y a ella, Rich se enamoraba de Nita. Ella trabajaba en la secretaría de la universidad donde Rich daba clase de literatura medieval. La primera vez que hicieron el amor fue entre las virutas y la madera serrada de lo que llegaría a ser la habitación principal con techo arqueado. Nita se dejó las gafas de sol, no a propósito, aunque Bett, que jamás se dejaba nada en ningún sitio, no se lo creyó. Después vino la consabida y dolorosa trifulca, tras la cual Bett se marchó a California y después a Arizona, Nita dejó su trabajo por sugerencia de la secretaría y Rich perdió la oportunidad de ser decano de letras. Él se prejubiló y vendió la casa de la ciudad. Nita no heredó el mandil de carpintero más pequeño y se dedicó a leer de buena gana sus libros en medio del desorden, a preparar cenas elementales en un hornillo, a dar largos paseos de exploración de los que volvía con desaliñados ramilletes de lirios atigrados y zanahorias silvestres que metía en latas de pintura vacías. Más adelante, cuando Rich y ella ya se habían instalado, se avergonzaba un poco al pensar en lo dispuesta que había estado a desempeñar el papel de la mujer joven, la feliz rompehogares, la ingenua risueña y atolondrada. En realidad era una mujer —no precisamente una chica— seria, físicamente torpe, tímida, capaz de enumerar todas las reinas de Inglaterra, no solo los reyes sino también las reinas, y que se sabía de memoria la guerra de los Treinta Años, pero a quien le daba vergüenza bailar en público y que jamás aprendería a subirse a una escalera de mano, al contrario que Bett. Su casa tiene una hilera de cedros a un lado y el terraplén de la vía del tren al otro. El tránsito ferroviario nunca ha sido gran cosa, y ahora pueden pasar solo un par de trenes al mes. Entre los raíles la maleza crecía profusamente. Una vez, a las puertas de la menopausia, Nita incitó a Rich a hacer el amor allí arriba, no sobre las traviesas, naturalmente, sino en el estrecho arcén de al lado, y después bajaron exageradamente contentos. Nita pensaba con detenimiento, cada mañana al sentarse, en los sitios donde Rich no estaba. No estaba en el cuarto de baño pequeño, donde seguían sus cosas para afeitarse y las píldoras para diversos achaques, molestos pero no graves, que Rich se negaba a tirar. Tampoco en el dormitorio del que Nita acababa de salir después de haberlo recogido. Ni en el cuarto de baño grande, al que Rich solamente entraba para bañarse. Ni en la cocina, que se había convertido en el dominio casi exclusivo de Rich durante el último año. Por supuesto, tampoco estaba en la terraza con la verja a medio raspar, dispuesto a atisbar en broma por la ventana, frente a la cual en otros tiempos a veces Nita fingía iniciar un striptease. Ni en el despacho. Ese era el sitio donde su ausencia tenía que establecerse con más firmeza. Al principio Nita necesitaba abrir aquella puerta y quedarse allí, contemplando los montones de papeles, el ordenador moribundo, las carpetas desbordantes, los libros que se habían quedado abiertos o boca abajo y los que se apiñaban en las estanterías. Después empezó a conformarse con imaginarse las cosas.Un día de estos tendría que entrar. Lo veía como una invasión. Tendría que invadir el cerebro muerto de su marido. Algo que jamás se había planteado. Rich le parecía tal pilar de eficacia y capacidad, una presencia tan enérgica y firme que siempre había creído, absurdamente, que viviría más que ella. Después, durante el último año, aquella convicción absurda se convirtió en una certeza para los dos, o eso pensaba ella. Primero arreglaría el almacén de abajo. En realidad era un almacén subterráneo, no un sótano. Unos tablones servían de pasarelas sobre el suelo de tierra, y las altas ventanitas estaban cubiertas de telarañas sucias. Allí abajo no había nada que fuera a necesitar. Solamente estaban las latas de pintura medio vacías de Rich, varias tablas de diversas longitudes que algún día podían venir bien, herramientas en buen uso o que más valía tirar. Había abierto la puerta y bajado los escalones solo en una ocasión, para ver si había alguna luz encendida y para comprobar que allí estaban los interruptores, con etiquetas al lado para que supiera cuál correspondía a qué. Cuando subió echó el cerrojo como de costumbre, por el lado de la cocina. Rich se reía de esa costumbre suya, y le preguntaba qué amenaza creía que podía entrar allí, por las paredes de piedra y las ventanas del tamaño de un elfo. De todos modos sería más fácil empezar por allí, cien veces más fácil que por el despacho. Hacía la cama y arreglaba lo que había dejado tirado en la cocina o el cuarto de baño, pero el esfuerzo de una limpieza a fondo era algo superior a sus fuerzas. Apenas era capaz de tirar un clip torcido o un imán de la nevera que hubiera perdido la fuerza de atracción, por no hablar del plato de monedas irlandesas que se habían traído Rich y ella de un viaje hacía quince años. Todo parecía haber adquirido un peso y una extrañeza propios.Carol o Virgie llamaban todos los días, normalmente a la hora de cenar, cuando pensaban que a Nita la soledad debía de resultarle menos soportable. Ella decía que estaba bien, que pronto saldría de su guarida, que necesitaba tiempo, que se dedicaba a pensar y a leer. Y que comía bien y dormía. También eso era verdad, salvo lo de leer. Se sentaba en el sillón, rodeada de libros, y no abría ninguno. Siempre había leído tanto —una de las razones por las que según Rich era la mujer adecuada para él: se sentaba a leer y lo dejaba en paz—, y ahora no aguantaba ni media página seguida. Nita no era de los que nunca vuelven a leerse un libro. Los hermanos Karamazov, El molino del Floss, Las alas de la paloma, La montaña mágica una y otra vez. Cogía uno, pensando en leer un trocito concreto, y se veía incapaz de dejarlo hasta volver a tragárselo entero. También leía novela moderna. Siempre novela. Detestaba la palabra «evasión» aplicada a la ficción. Podría haber argumentado, y no solo por llevar la contraria, que la evasión era la vida real. Pero esto era demasiado importante para discutirlo. Y de repente, aunque pareciera mentira, todo aquello había desaparecido. No solo con la muerte de Rich, sino con la inmersión en su enfermedad. Después pensó que se trataba de un cambio temporal y que resurgiría la magia cuando le retirasen ciertas medicinas y el tratamiento que la dejaba agotada. Al parecer no fue así. A veces intentaba explicar el porqué a un interrogador imaginario.—Tengo mucho que hacer.—Es lo que dice todo el mundo. ¿Qué tienes que hacer?—Prestar atención.—¿A qué?—Quiero decir pensar.—¿En qué?—Da igual.Una mañana, después de estar un rato sentada, pensó que hacía mucho calor. Debía levantarse y poner los ventiladores. O bien, para ser más respetuosa con el medio ambiente, podía abrir las puertas de delante y de atrás y dejar que la brisa, si la había, entrase a la casa por la tela metálica. Primero descorrió el cerrojo de la puerta delantera. E incluso antes de que se hubiera colado un centímetro de la luz de la mañana, vio una raya oscura que le cerraba el paso a esa luz. Había un joven ante la puerta de tela metálica, que tenía el gancho puesto.—No quería asustarla —dijo—.Estaba buscando un timbre o algo. He dado un golpecito en el marco, pero supongo que no me ha oído.—Perdone —dijo Nita. —Tendría que echarle un vistazo a su caja de fusibles. Si me dice dónde está. Nita se apartó un poco para que el joven entrase. Tardó unos momentos en recordarlo.—Sí. Abajo —dijo—. Voy a encender la luz para que lo vea. Él cerró la puerta y se agachó para quitarse los zapatos.—No se preocupe —dijo Nita—. No es como si estuviera lloviendo.—No está de más. Es una costumbre. En lugar de barro igual le dejaba huellas de polvo. Nita entró en la cocina, incapaz de volver a sentarse hasta que aquel hombre se marchase. Le abrió la puerta mientras él subía las escaleras.—¿Todo bien? —preguntó Nita—. ¿Lo ha encontrado?—Sí. Bien.Nita se adelantó para acompañarlo hasta la puerta y se dio cuenta de que no oía pisadas detrás. Se volvió y lo vio de pie, en la cocina.—No tendrá por casualidad algo que pueda prepararme para comer, ¿no? Se había producido un cambio en su voz, un estallido, con un tono ascendente, que a Nita le hizo pensar en un humorista de la televisión imitando un gañido con acento rural. Bajo la claraboya de la cocina vio que no era tan joven. Al abrir la puerta solamente se había fijado en un cuerpo flacucho, una cara oscura recortada contra el resplandor de la mañana. Al volver al verlo, el cuerpo era efectivamente flacucho, pero más consumido que juvenil, con una simpática caída de hombros. Tenía la cara alargada y como gomosa, y unos ojos prominentes azul claro. Una mirada jocosa, pero persistente, como si siempre se saliera con la suya.—Es que resulta que soy diabético —dijo—. No sé si conoce a algún diabético, pero el caso es que cuando te entra el hambre tienes que comer, o se te pone el organismo raro. Debería haber comido antes de venir, pero me entraron las prisas. ¿Le importa que me siente?—Ya se había sentado a la mesa de la cocina—. ¿Tiene café?—Tengo té. Una infusión, si le apetece.—Claro, claro.Nita puso una medida de té en una taza, enchufó el hervidor y abrió la nevera.—No tengo gran cosa —dijo—. Unos huevos. A veces hago un huevo revuelto y le pongo salsa de tomate. ¿Le apetece? Y podría tostar unos bollos de pan inglés.—Inglés, irlandés, abisinio… Lo mismo me da. Nita cascó un par de huevos en la sartén, rompió las yemas y lo removió todo con un tenedor; después cortó un bollo y lo puso en la tostadora. Sacó un plato del aparador, lo colocó delante del hombre. Luego sacó cuchillo y tenedor del cajón de la cubertería.—Bonito plato —dijo él levantándolo como para verse la cara. Justo cuando Nita se daba la vuelta para seguir con los huevos oyó que se estrellaba contra el suelo. —Vaya por Dios —dijo él con otro tono de voz, chillón y decididamente desagradable—. Mire lo que he hecho. —No pasa nada —contestó Nita, sabiendo que sí pasaba. —Se me habrá escurrido de la mano. Nita sacó otro plato, lo dejó en la encimera hasta que las rebanadas de pan estuvieron tostadas y después puso los huevos cubiertos de salsa de tomate encima. Mientras tanto el hombre se había agachado para recoger los trozos de loza. Cogió un trozo que tenía la punta afilada. Cuando Nita dejó la comida sobre la mesa el hombre se raspó ligeramente un antebrazo con la punta. Brotaron minúsculas gotitas de sangre, al principio separadas, después formando un hilillo. —No es nada —dijo—. Solo una broma. Sé cómo hacerlo para gastar una broma. Si hubiera querido hacerlo en serio no habríamos necesitado salsa de tomate, ¿no? Quedaban unos trozos en el suelo que él no había visto. Nita se dio la vuelta, con la intención de coger la escoba, que estaba en un armario cerca de la puerta trasera. Él la agarró por un brazo como un rayo. —Usted siéntese. Quédese aquí sentada mientras yo como. Levantó el brazo ensangrentado para volver a enseñárselo. Después se hizo un bocadillo con los huevos y el pan y se lo comió de unos cuantos mordiscos. Masticaba con la boca abierta. El agua estaba hirviendo. —143— —¿La bolsa de té está en la taza? —Sí. Bueno, es té en hebras. —No se mueva. No la quiero cerca del agua hirviendo, ¿me entiende? Echó agua en la taza. —Parece heno. ¿No tiene otra cosa? —Lo siento. No. —Deje de decir que lo siente. Si no tiene otra cosa, no tiene otra cosa. No se ha creído que venía a ver la caja de fusibles, ¿verdad? —Pues sí —dijo Nita. —Ahora ya no. —No. —¿Está asustada? Nita decidió no tomárselo como una burla sino como una pregunta en serio. —No lo sé. Supongo que estoy más sorprendida que asustada. No sé. —Hay una cosa, una cosa de la que no debe tener miedo. No voy a violarla. —No se me había ocurrido. —Nunca se sabe. —El hombre tomó un sorbo de té y torció el gesto—. Solo porque es usted una mujer vieja. Hay cada uno por ahí… Se lo harían a cualquier cosa. Niños pequeños, perros, gatos o viejas. Viejos. No son tiquismiquis. Pero yo sí. A mí solo me interesa lo normal, y con una señora agradable que me gusta y que le gusto. O sea que quédese tranquila. —Lo estoy, pero gracias por decírmelo —dijo Nita. El hombre se encogió de hombros, aunque dio la impresión de sentirse satisfecho de sí mismo. —¿El coche de ahí enfrente es suyo?—De mi marido. —¿De su marido? ¿Dónde está? —Ha muerto. Yo no sé conducir. Quiero venderlo, pero todavía no lo he hecho. Qué estúpida, qué estúpida era por contárselo. —¿Dos mil cuatro? —Creo que sí. Sí. —Por un momento he pensado que iba a engañarme con lo del marido, pero no habría funcionado. Es que lo huelo, si una mujer está sola. Lo sé nada más entrar en una casa. En cuanto me abren la puerta. Instinto. ¿Y va bien? ¿Sabe el último día que lo cogió? —El siete de junio. El día que murió. —¿Tiene gasolina? —Supongo que sí. —Estaría bien que lo hubiera llenado. ¿Tiene las llaves? —Aquí no, pero sé dónde están. —Vale. —Empujó la silla y le dio un golpe a un trozo de loza. Se levantó, sacudió la cabeza, como sorprendido, y volvió a sentarse—. Estoy hecho polvo. Tengo que sentarme un momento. Pensaba que me sentiría mejor comiendo. Lo de ser diabético me lo he inventado. Nita empujó su silla y el hombre se levantó de un salto. —Usted se queda donde está. No estoy tan hecho polvo para dejarla escapar. Es que me he pasado la noche andando. —Iba a por las llaves. —Usted se espera hasta que yo lo diga. He venido por la vía del tren. Ni un tren he visto. He venido andando hasta aquí y no he visto ni un tren. —Raramente pasa un tren. —Sí. Mejor. Bajé a la cuneta al pasar por esos poblachos de catetos. Cuando amaneció todavía estaba bien, salvo cuando atravesaba —145— la carretera y tuve que echar a correr. Y cuando al mirar para aquí vi la casa y el coche, pensé, ahí lo tengo. Podría haberme llevado el coche de mi viejo, pero todavía me queda un poco de cabeza. Nita sabía que aquel hombre quería que le preguntase qué había hecho. También estaba segura de que cuanto menos supiera, mejor para ella. Y de pronto, por primera vez desde que aquel hombre entró en la casa, Nita pensó en su cáncer. Pensó en cómo la liberaba, en que la salvaba del peligro. —¿Por qué sonríe? —No sé. ¿Estaba sonriendo? —Me imagino que le gusta que le cuenten cosas. ¿Quiere que le cuente una historia? —A lo mejor preferiría que se marchase. —Me marcharé, pero primero le voy a contar una cosa. Metió la mano en uno de los bolsillos traseros. —Mire. ¿Quiere ver una foto? Mire. Era una fotografía de tres personas, en un salón con las cortinas de flores echadas como telón de fondo. Un hombre mayor —no viejo, tal vez de sesenta y tantos años— y una mujer más o menos de la misma edad sentados en un sofá. Una mujer más joven, enorme, en una silla de ruedas junto a un extremo del sofá, un poco adelantada. El hombre era grueso, canoso, con los ojos entrecerrados y la boca ligeramente abierta, como si tuviera dificultades para respirar pero se esforzaba por sonreír. La mujer era mucho más menuda, llevaba el pelo teñido de oscuro, los labios pintados y lo que antes se llamaba una blusa de campesina, con lacitos rojos en el cuello y las muñecas. Sonreía con decisión, casi con ardor, con los labios estirados sobre una dentadura quizá en mal estado. Pero era la mujer más joven quien monopolizaba la fotografía.Claramente definida y monstruosa con su vestido hawaiano de vivos colores, el pelo oscuro recogido en una serie de ricitos sobre la frente y las mejillas desparramadas sobre el cuello. Y a pesar de la mole de carne, una expresión de cierta satisfacción y astucia. —Son mi madre y mi padre. Y mi hermana Madelaine. La de la silla de ruedas. »Nació rara. No pudieron hacer nada, ni los médicos ni nadie. Y comía como un cerdo. Nos tuvimos tirria desde que siempre. Era cinco años mayor que yo y me hacía la vida imposible. Me tiraba todo lo que tenía a mano, me pegaba e intentaba atropellarme con su puta silla. Usted perdone. —Debió de pasarlo usted mal. Y sus padres. —Sí, ya. Ellos miraban para otro lado y lo permitían. Es que iban a una iglesia de esas, y el predicador les decía: es un regalo de Dios. Se la llevaban a la iglesia y ella se ponía a aullar como un puto gato y ellos decían: oh, intenta hacer música, que Dios la bendiga, me cago en… Usted perdone otra vez. »Así que yo no paraba mucho en casa y hacía mi vida. Vale, decía yo, no tengo por qué soportar esta mierda. Hacía mi vida. Tenía trabajo. Casi siempre tenía trabajo. Nunca me quedaba tocándome los huevos y bebiéndome el dinero del gobierno. O sea, haciendo el zángano. Nunca le pedí ni un centavo a mi viejo. Me levantaba y me iba a poner alquitrán a un tejado a más de treinta grados o a fregar el suelo de un puto restaurante o de ayudante de mecánico en un garaje de mierda. Y lo hacía.Pero como no siempre estaba dispuesto a tragar quina no duraba mucho. Esa gentuza siempre anda mangoneando a la gente como yo y yo no tengo por qué tragar. Soy de una familia como es debido. Mi padre trabajó hasta que estuvo demasiado enfermo, trabajó en los autobuses. A mí no me criaron para tragar quina. Pero bueno, eso da igual. Lo que siempre me habían dicho mis padres es: la casa es tuya. La casa está pagada, está en buenas condiciones y es tuya. Eso es lo que me dijeron. Sabemos que aquí tuviste las cosas difíciles cuando eras joven y que si no hubieras tenido las cosas tan difíciles igual podrías haber estudiado, de modo que queremos compensarte como podamos. Así que no hace mucho estaba yo hablando con mi padre por teléfono y me dice: bueno, supongo que comprenderás el trato. Y yo digo: ¿qué trato? Y él: solo hay trato si firmas los papeles para ocuparte de tu hermana mientras viva. La casa es tuya solo si también es su casa, me dice. »Dios santo. Yo no sabía eso. Yo no sabía que ese fuera el trato.Yo siempre había pensado que el trato era que cuando se murieran, ella se iría a una casa de acogida. Que no iba a ser mi casa. »Así que le dije a mi viejo que no era así como yo lo entendía y él me dice: está todo arreglado para que firmes, y si no quieres firmar, no tienes que hacerlo. Tu tía Rennie se pasará por aquí y estará pendiente de ti y de que cuando nosotros faltemos te atengas al acuerdo. »Sí, claro, mi tía Rennie. Es la hermana pequeña de mi madre, un bicho de mucho cuidado. »De todas formas me dice: ya te vigilará tu tía Rennie, y de repente cambié de idea. Dije: bueno, supongo que las cosas son así y que es justo. De acuerdo, ¿os va bien que vaya a cenar este domingo? »Claro, me dice. Me alegro de que te lo tomes como es debido. Tú siempre te enciendes demasiado pronto, y a tu edad deberías tener un poco de sentido común. »Qué curioso que tú digas eso, pensé yo. »Así que allí me fui, y mamá había preparado pollo. Olía bien cuando entré en casa. Después me llega el olor de Madelaine, el mismo olor asqueroso de siempre que no sé qué es pero que ahí está aunque mamá la lave todos los días. Pero actué muy bien. Es una ocasión especial, les dije, así que voy a hacer una foto.Les conté que tenía una cámara nueva, estupenda, que revelaba al momento y podrían ver la foto. Te ves en un pispás, ¿qué os parece? De modo que los senté a todos en el salón como le he enseñado a usted. Mamá dice: venga, deprisa, que tengo que volver a la cocina. Si no tardo nada, le digo. Hago la foto, y ella: venga, vamos a ver cómo hemos salido, y yo: un momento, un poco de paciencia, solo tardará un minuto. Y mientras esperan a ver cómo han salido, yo saco mi pistolita y pim, pam, pum, me los cargo. Después hice otra foto, fui a la cocina, comí un poco de pollo y no volví a mirarlos. Pensaba que la tía Rennie estaría allí también, pero mamá dijo que tenía no sé qué en la iglesia. Me la habría cargado igual. Así que mire. Antes y después. La cabeza del hombre estaba caída de lado, la de la mujer hacia atrás. Sus expresiones habían volado por los aires. La hermana había caído hacia delante, de modo que no se le veía la cara, solamente las enormes rodillas envueltas en tela floreada y la cabeza oscura con el peinado enrevesado y pasado de moda. —Podría haberme quedado allí tranquilamente una semana. Estaba tan relajado… Pero me marché al oscurecer. Me lavé bien, me terminé el pollo y pensé que lo mejor era largarme. Estaba preparado para que la tía Rennie se presentara de un momento a otro, pero se me pasaron las ganas, y sabía que tendría que ponerme otra vez de humor para cargármela a ella. Ya no me apetecía. Es que tenía el estómago lleno, porque era un pollo grande.Me lo había comido todo en lugar de llevarme un poco porque me daba miedo que lo olieran los perros y montaran un escándalo cuando me metiera por los senderos del campo, como me figuraba que tendría que hacer. Pensé que el pollo que me había metido entre pecho y espalda me duraría una semana, pero fíjese el hambre que traía cuando llegué aquí. Recorrió la cocina con la mirada.—Supongo que no tendrá nada de beber, ¿no? Ese té es asqueroso. —A lo mejor hay vino —dijo Nita—. No sé. Yo ya no bebo… —¿Es de Alcohólicos Anónimos? —No. Es que no me sienta bien. Se levantó y notó que le temblaban las piernas. Natural. —Me he ocupado del teléfono antes de entrar —dijo el hombre—. Es para que lo sepa. Si bebía, ¿se tranquilizaría un poco y se pondría más amable? ¿O más odioso y bruto? ¿Cómo iba a saberlo ella? Encontró el vino sin necesidad de salir de la cocina. Rich y ella solían beber vino tinto con moderación todos los días, porque se supone que es bueno para el corazón. O malo para algo que no es bueno para el corazón. Con el miedo y la confusión no se acordaba de cómo se llamaba aquello. Porque tenía miedo. Por supuesto. El cáncer no iba a servirle de ayuda en ese momento, de ninguna ayuda. El hecho de que fuera a morirse al cabo de un año se empeñaba en no anular el hecho de que podía morirse en aquel mismo momento. —Oiga, este es del bueno —dijo él—. Sin tapón de rosca. ¿No tiene un sacacorchos? Nita fue hacia un cajón, pero él se levantó de un salto y la apartó, sin demasiada brusquedad. —No, no, ya lo cojo yo. Usted ni se acerque a este cajón. Vaya, qué cantidad de cosas buenas hay aquí. Puso los cuchillos en el asiento de su silla, donde Nita no pudiera alcanzarlos, y empezó a abrir la botella con el sacacorchos. A Nita no le pasó inadvertido hasta qué punto podía ser perverso aquel instrumento en sus manos, pero ella no tenía la menor posibilidad de poder llegar a usarlo. —Solo iba a coger unos vasos —explicó, pero él dijo que no.—Nada de cristal. ¿No tiene de plástico? —No. —Pues tazas. Y la estoy viendo. Nita sacó dos tazas y dijo: —Para mí solo un poquito. —Para mí también —contestó él, muy formal—. Tengo que conducir. —Pero se llenó la taza hasta el borde—. No quiero que un madero meta la cabeza por la ventanilla para ver cómo estoy. —Los radicales libres —dijo Nita. —¿Y eso qué significa, a ver? —Es algo del vino tinto. O los destruye porque son malos o los refuerza porque son buenos. No me acuerdo. Tomó un sorbo de vino y no le dieron ganas de vomitar, al contrario de lo que esperaba. Él bebió, de pie. —Cuidado con esos cuchillos cuando se siente —dijo Nita. —No empiece a tomarme el pelo. —Cogió los cuchillos, los metió en el cajón y se sentó—. ¿Se cree que soy tonto? ¿Se cree que estoy nervioso? Nita se arriesgó. —Solamente pienso que nunca había hecho una cosa así —dijo. —Claro que no. ¿Qué se ha creído, que soy un asesino? Sí, vale, los maté, pero no soy un asesino. —Es distinto —dijo Nita. —Hombre, claro. —Yo sé lo que es. Sé lo que es librarse de alguien que te ha ofendido. —¿Ah, sí? —He hecho lo mismo que usted. —Venga ya… Empujó la silla hacia atrás pero no se levantó.—No me crea si no quiere, pero lo he hecho —afirmó Nita. —Y una mierda. ¿Cómo lo hizo? —Con veneno. —Pero ¿qué dice? ¿Que les dio ese puto té o qué? —Solo a una persona. Una mujer. Al té no le pasa nada. En teoría alarga la vida. —Yo no quiero que me alarguen la vida si tengo que beber una guarrería así. Además, pueden descubrir el veneno en el cuerpo de un muerto. —No estoy segura de que sea así con los venenos vegetales. De todos modos, a nadie se le habría ocurrido mirar. Era una de esas chicas que tuvo fiebre reumática cuando era pequeña y lo fue arrastrando toda la vida; no podía practicar deporte ni hacer gran cosa, continuamente tenía que sentarse a descansar. Nadie se llevaría una sorpresa si se moría. —¿A usted qué le había hecho? —Era la chica de la que se había enamorado mi marido. Iba a dejarme para casarse con ella. Me lo había dicho. Yo lo había hecho todo por él. Estábamos arreglando esta casa juntos. Él era lo único que tenía. No habíamos tenido hijos porque él no quería. Aprendí carpintería y aunque me daba miedo subirme a las escaleras, lo hacía. Él era mi vida. Y de repente me iba a echar a patadas por esa quejica inútil que trabajaba en la secretaría. Todo aquello por lo que habíamos trabajado se lo quedaría ella. ¿Era justo? —¿Cómo se consigue veneno? —Yo no tuve que buscarlo. Estaba en el jardín de atrás. Ahí mismo. Había un huerto con ruibarbos desde hacía años. En las nervaduras de las hojas del ruibarbo hay veneno más que suficiente. No en los tallos. Los tallos son lo que nos comemos. Son buenos, pero las nervaduras rojas y finitas de las hojas, esas son venenosas. Yo lo sabía, —152— aunque tengo que confesar que ignoraba la cantidad exacta que necesitaría para que fuera efectivo, así que lo que hice fue una especie de experimento. Tuve suerte en varias cosas. En primer lugar, mi marido estaba fuera, en un simposio, en Minneapolis. Podría habérsela llevado, claro, pero eran las vacaciones de verano y ella tenía que quedarse a cargo de la oficina.Otra cosa era que a lo mejor no estaba completamente sola, que podía haber otra persona. Y además, ella podría haber sospechado de mí. Tuve que suponer que ella no sabía que yo lo sabía y que seguía considerándome una amiga. La habíamos invitado a casa, nos llevábamos bien. Tuve que confiar en que mi marido, que era de esas personas que lo dejan todo para el final, me lo habría contado a mí para ver cómo me lo tomaba pero no le habría dicho a ella que me lo había contado. Entonces, ¿por qué deshacerse de ella? A lo mejor él no se había decidido. »No. Habría seguido con ella de alguna manera. Y aunque no siguiera, ella nos había envenenado la vida. Había envenenado mi vida, así que yo tenía que envenenar la suya. »Preparé dos tartaletas, una con las nervaduras venenosas y otra sin ellas. Naturalmente, hice una señal en la que no tenía. Fui a la universidad, compré dos cafés y fui a su oficina. Estaba sola. Le dije que tenía que ir a la ciudad y que al pasar por los jardines de la universidad había visto una panadería muy bonita que mi marido siempre elogiaba por su café y sus pasteles, de modo que entré a comprar las tartaletas y los cafés, pensando en que estaría sola cuando el resto de la gente se había ido de vacaciones y en que yo también estaba sola, con mi marido en Minneapolis. Ella estaba encantadora, muy agradecida. Dijo que se aburría un poco y que como la cafetería estaba cerrada tenías que ir al edificio de ciencias a por café y que le ponían ácido clorhídrico. Ja, ja, qué gracia. Así que fue como una fiestecita.—Yo el ruibarbo no puedo ni verlo —dijo el hombre—. Conmigo no habría funcionado. —Pero con ella sí. Tuve que arriesgarme a que empezara a hacer efecto deprisa, antes de que se diera cuenta de lo que pasaba y le hicieran un lavado de estómago, pero no demasiado rápido para que no lo relacionara conmigo. Tenía que quitarme de en medio enseguida. El edificio estaba vacío, y hasta la fecha, que yo sepa nadie me vio entrar ni salir. Naturalmente, conocía algunos atajos. —Se cree muy lista. Se fue de rositas. —Como usted. —Lo que yo he hecho no es tan rebuscado como lo que hizo usted. —Pero para usted era necesario. —Hombre, claro. —Lo mío también era necesario. Salvé mi matrimonio. Mi marido comprendió que ella no le habría hecho ningún bien. Estoy casi segura de que se habría puesto enferma con él. Ella era así. Habría sido una carga para él. Y él lo comprendió. —Más vale que no haya puesto nada en los huevos esos —dijo el hombre—. Como lo haya hecho, se va a arrepentir. —Claro que no. Ni se me habría ocurrido. No es algo que haga con frecuencia. La verdad es que no sé nada de venenos. Me enteré de eso por pura casualidad. El hombre se levantó con tal brusquedad que derribó la silla en la que se sentaba. Nita observó que no quedaba mucho vino en la botella. —Necesito las llaves del coche. Nita fue incapaz de pensar por un instante. —Las llaves del coche. ¿Dónde las ha puesto? Podía ocurrir. En cuanto le diera las llaves del coche podía ocurrir. ¿Serviría de algo contarle que se estaba muriendo de cáncer? Qué estupidez. No serviría de nada. Morir de cáncer más adelante no le impediría hablar hoy. —Nadie sabe lo que le he contado —dijo—. Es usted la única persona con quien he hablado de esto. Sí que iba a remediar eso las cosas. La ventaja que había alegado probablemente le había entrado por un oído y le había salido por el otro. —No lo sabe nadie todavía —dijo el hombre, y Nita pensó: Gracias a Dios. Va por buen camino. Lo comprende. ¿O no? Quizá, gracias a Dios. —Las llaves están en la tetera azul. —¿Dónde? ¿En qué jodida tetera? —En la esquina de la encimera… Se rompió la tapa y la usábamos para guardar cosas… —Cállese. Cállese o la hago callar yo bien callada. —Intentó meter la mano en la tetera azul, pero no le cabía—. ¡Joder, joder, joder! —gritó; volcó la tetera, le dio un golpe contra la encimera, y no solo cayeron al suelo las llaves del coche, las de la casa, monedas diversas y un fajo de dinero antiguo de Canadian Tire, sino que unos cuantos trozos de cerámica azul se desparramaron por el suelo. —Las del cordel rojo —dijo Nita con un hilo de voz. El hombre se puso a dar patadas a las cosas hasta que cogió las llaves que quería. —Bueno, ¿qué va a decir del coche? Que se lo ha vendido a un desconocido, ¿no? Nita tardó unos segundos en comprender la importancia de aquellas palabras. Cuando cayó en la cuenta, la habitación se puso a temblar. —Gracias —dijo Nita, pero tenía la boca tan seca que no sabía si le había salido ningún sonido. Algo debió de salirle, porque el hombre dijo: —155— —No me dé las gracias todavía. Tengo buena memoria —añadió—. Muy buena memoria. Y ese desconocido, no se parecerá en nada a mí. No querrá que se pongan a desenterrar cadáveres en los cementerios, ¿no? Acuérdese: como suelte algo, lo suelto yo. Nita seguía mirando al suelo. Sin moverse ni hablar, solo miraba el revoltijo del suelo. Se había marchado. Se cerró la puerta. Nita siguió sin moverse. Quería cerrar la puerta con llave pero no podía dar ni un paso.Oyó que arrancaba el motor, después se apagó. ¿Qué pasaba? El hombre estaría tan nervioso que lo hacía todo mal. Otra vez arrancaba, volvía a arrancar y giraba. Los neumáticos en la grava. Fue temblando hasta el teléfono y comprobó que aquel hombre había dicho la verdad; lo había cortado. Junto al teléfono había una de las múltiples estanterías que tenían. Aquella estaba llena sobre todo de libros viejos, libros que no se abrían desde hacía años. La torre orgullosa. Albert Speer. Los libros de Rich. Alabanza de las verduras y las frutas conocidas. Platos suculentos y elegantes y nuevas sorpresas, recopilados, probados y creados por Bett Underhill. Cuando terminaron la cocina, Nita cometió el error de intentar cocinar como Bett durante una temporada. Una temporada muy corta, porque resultó que Rich no quería que le recordaran todo aquel follón y ella no tenía suficiente paciencia para tanto cortar y hervir. Pero aprendió unas cuantas cosas que la sorprendieron, como las propiedades tóxicas de ciertas plantas conocidas y por lo general inofensivas. Debería escribir a Bett. Querida Bett, Rich ha muerto y yo he salvado la vida haciéndome pasar por ti. ¿Qué le importa a Bett que haya salvado la vida? Solo hay una persona a la que realmente merece la pena contárselo.Rich. Rich. Ahora se da cuenta de lo que es echarlo en falta de verdad. Como si al cielo le chuparan todo el aire. Debería ir al pueblo. Había una comisaría detrás del ayuntamiento. Debería comprarse un teléfono móvil. Estaba tan impresionada, tan terriblemente cansada que apenas podía moverse. En primer lugar, tenía que descansar. La despertó un golpe en la puerta, que seguía abierta. Era un policía, no uno del pueblo, sino de la policía provincial de tráfico. Le preguntó si sabía dónde estaba su coche. Nita miró hacia la grava donde lo aparcaban antes. —Ha desaparecido —dijo—. Estaba ahí. —¿No sabía que lo habían robado? ¿Cuándo fue la última vez que se asomó y lo vio? —Debió de ser anoche. —¿Estaban las llaves dentro? —Supongo que sí. —Tengo que decirle que ha sufrido un grave accidente. Un accidente sin otros coches implicados a este lado de Wallenstein. Al conductor se le fue a la cuneta y lo destrozó. Y eso no es todo. Buscan al hombre por triple asesinato. Esas son las últimas noticias que tenemos. Asesinato en Mitchellston. Ha tenido suerte de no tropezarse con él. —¿Está herido? —Muerto. Instantáneamente. Merecido se lo tiene. Luego siguió un sermón amable pero severo. Dejarse las llaves en el coche. Una mujer que vive sola. Nunca se sabe en los días que corren. Nunca se sabe.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Entre el 22 y el 26 de mayo, la Casa de Poesía Silva realizará la Semana Libros y Versos para conmemorar los 128 años de la muerte del poeta colombiano José Asunción Silva. Esta edición estará dedicada a explorar la relación entre la poesía y las ciencias médicas.Para ahondar en este tema, los conversatorios, lecturas de poemas, talleres, presentación de libros, caminata poética y venta de libros de poesía tendrán la participación del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Nacional de Colombia, el Doctorado en Neurociencias de la Pontificia Universidad Javeriana y su Laboratorio de investigación Cognición, Neurociencia y Contexto y por supuesto, de la HJCK.Además, participarán Los Impresentables literatura y cultura emergente y la Red de Talleres de Escritura Creativa y Tertulias Literarias, Relata.La relación entre ciencia y poesía, que es transversal en esta programación cultural tiene su origen en el poema titulado Avant – Propos, que da inicio al poemario Gotas Amargas. En él, Silva es el primer poeta en Colombia que establece la equivalencia que puede existir entre la poesía y la medicina al proponer que, así como aquella medicina popular de la época, conocida bajo el nombre de Gotas Amargas, era capaz de mejorar un estómago estragado, de la misma manera los poemas de este poemario son capaces de sanar el alma. De allí que se decidiera que el propósito de esta semana sea el de resaltar la relación entre la poesía y las ciencias médicas, mostrando cómo ambas pueden enriquecerse mutuamente. A través de conversatorios, lecturas de poemas, talleres y presentaciones de libros, se busca promover un diálogo interdisciplinario que honre la memoria y el legado de José Asunción Silva.Programación de la Semana Libros y Versos 2024Miércoles, 22 de mayoConversatorio y lectura de poemas: «Autopsia al corazón del poeta»Es noticia bien difundida que José Asunción Silva aparece muerto en su casa debido a un disparo en el corazón propiciado por un revólver Smith & Wesson que reposa cerca de su mano. Hoy en día existen varias teorías al respecto de la muerte del poeta que se dividen principalmente entre aquellas que asumen que su muerte es debida a la propia mano y aquellas otras que siguen la teoría expuesta por Enrique Santos Molano en la cual se establece el posible asesinato del poeta. En este interesante conversatorio los doctores, de la Universidad Nacional de Colombia, Franklin Escobar (Psiquiatra forense de la Universidad Nacional de Colombia) y Nelson Téllez (Médico patólogo forense, escritor y editor) conversarán con Rodolfo Ramírez Soto (poeta y experto en la vida y obra de José Asunción Silva) al respecto de las señales que se deben buscar, según sus especializaciones médicas, para poder tomar partido por una u otra teoría.🕒 6:30 p.m.📍 Auditorio de la Casa de Poesía SilvaJueves, 23 de mayoPresentación de libros: Editorial independiente Matera LibrosSe tiene documentado que la noche del sábado 23 de mayo de 1896 José Asunción Silva realizó una velada literaria en su casa en la cual recitó varios poemas de su autoría. Con el ánimo de rememorar la actividad de aquella noche la Semana Libros & Versos destinó la actividad del jueves 23 para presentar la obra de tres poetas emergentes que recientemente han publicado su primer poemario con el sello Editorial Matera.🕒 6:30 p.m.📍 Auditorio de la Casa de Poesía Silva💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Viernes, 24 de mayoConversatorio y lectura de poemas: «Gotas amargas: la poesía como cura desde 1891»Gotas amargas quizá sea el poemario más particular, cercano a lo antipoético, compuesto en Colombia entre 1891 y 1895. En él el autor propone que sus textos alivian el alma de la sociedad Bogotana que está entregada a los excesos formales románticos. Su poemario, además de crítico con las costumbres sociales del momento, también apunta a sanar los vicios del oficio poético y la mayor enfermedad de la época: la depresión, conocida en aquellos días como el Mal del siglo. Los doctores Hernando Santamaría (Director del Departamento de Psiquiatría – Universidad Nacional de Colombia) y Lucas Herrera Leiva (Poeta, médico psiquiatra y doctorante en neurociencias) hablarán con la periodista Camila Builes (Directora de la HJCK y magister en literatura) y nos contarán, a la luz de la documentación científica contemporánea, qué tan cierta es aquella idea de que un poema sea capaz de aliviar los males del cuerpo.🕒 6:30 p.m.📍 Auditorio de la Casa de Poesía SilvaSábado, 25 de mayoTalleres de creación y apreciación poéticaCon el ánimo de dar una parte práctica a la conversación realizada el viernes el Laboratorio de investigación: Cognición, Neurociencia y Contexto, de la Universidad Javeriana de Colombia, desarrollará algunos ejercicios experimentales con los asistentes del Taller de Poesía Ciudad de Bogotá: Los Impresentables 2024, que ese día abrirá su sesión al público en general que quiera hacer parte de estos ejercicios en los que se estudia la relación entre la experiencia literaria y el cerebro.🕒 10:00 a.m. a 12:00 p.m.📍 Sala de lectura de la Biblioteca especializada en poesía de la Casa de Poesía SilvaInscripción previa, aquí.Domingo, 26 de mayoCaminata Poética: «Tras los pasos de Silva»: Las enfermedades de la Bogotá de 1865-1896Silva vivió en la Bogotá de los años 1865 a 1896. Para esos años las enfermedades que más asolaban a los ciudadanos eran el cólera, el tifo y la viruela. Varias de ellas llevaron a la muerte a los hermanos de José Asunción Silva. En este recorrido visitaremos las casas que habitó el poeta rememorando cómo eran en aquellos años y haciendo notar cómo el entorno resultaba propicio para la propagación y desarrollo de estas enfermedades. Para ello contaremos con la compañía del médico pediatra y salubrista Bryan Castañeda quien nos contará más detalles de estas enfermedades y los métodos más comúnmente empleados para enfrentarlas.🕒 8:30 a.m.📍 Parque Santander, BogotáTalleres de creación y apreciación poéticaEl ejercicio poético como una actividad artística que propicia la sanación también se ha visto estudiado en la relación existente entre la poesía y la música. En el taller del domingo se explorarán diversos géneros musicales a partir de los cuales se puede entretejer una composición poética.🕒 11:00 a.m. a 1:00 p.m.📍 Sala de lectura de la Biblioteca especializada en poesía de la Casa de Poesía SilvaInscripción previa, aquí.Los eventos de esta agenda cultural son de entrada libre, y en los casos que se requiere inscripción previa, solamente tendrá que diligenciar el formulario mencionado en la descripción de cada evento. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Fundación Casa de Poesía Silva (@casadepoesiasilva) 🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El director de cine franco-polaco de 90 años, al que varias mujeres han acusado de agresión sexual y violación, había tachado la acusación de Lewis de "odiosa mentira".Los jueces del tribunal correccional de París no debían pronunciarse sobre si el director violó o no a Lewis, sino sobre si abusó de la libertad de expresión en una entrevista que concedió a la revista Paris Match en 2019.En aquella entrevista, el director de "Chinatown" y "El bebé de Rosemary" calificó de "odiosa mentira" la acusación de la actriz, quien en 2010 afirmó que este la "agredió sexualmente" durante un 'casting' en su domicilio en París en 1983, cuando ella tenía 16 años."Como ven, la primera cualidad de un buen mentiroso es una excelente memoria. Charlotte Lewis siempre es mencionada en la lista de mis acusadoras sin que nunca se señalen [sus] contradicciones", añadió el director en la entrevista.Los magistrados consideraron que estos comentarios constituían "un juicio de valor sobre el carácter polifacético de la demandante".El tribunal apreció "una discrepancia significativa entre la admiración y el reconocimiento (de la actriz) hacia el director, que expresó públicamente hasta 2010, y la denuncia del carácter violento de su relación en el momento en que decidió tomar parte en la vindicta contra él".La abogada de Polanski, Delphine Meillet, dijo que era un fallo "importante". "Se puede poner en duda las declaraciones de parte acusadora", señaló.💬Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí."Un día muy triste"Charlotte Lewis expresó su "tristeza" tras el fallo. "Es un día muy triste para las mujeres que denuncian a sus agresores", dijo llorando. Su abogado, Benjamin Chouai, indicó que su clienta "probablemente" apelaría. "Esto no ha terminado", advirtió.Durante el juicio por difamación celebrado en marzo, Lewis, que actuó en la película "Piratas" de Polanski en 1986, declaró que fue víctima de una "campaña de difamación" que estuvo a "punto de destruir" su vida tras sus revelaciones.Los abogados de Polanski, que no asistió al juicio, citaron una entrevista de Lewis publicada en 1999 por el desaparecido periódico sensacionalista británico News of the World. El diario atribuía a Lewis estas declaraciones: "Quería ser su amante (...) Probablemente lo deseaba más que él". Pero la actriz denunció que no eran "exactas".Los abogados de Polanski estiman que su cliente fue "abandonado a merced" de la opinión pública en "el asfixiante contexto del #Metoo" y denuncian un "juicio absurdo".A lo largo de su carrera, varias mujeres han acusado al ganador de tres premios Óscar y de una Palma de Oro en el festival de Cannes por "El pianista" de agresión sexual y violación, algunas cuando eran menores. El director siempre ha negado estas acusaciones por hechos prescritos, que no le han impedido trabajar.Desde hace más de 40 años, está considerado como un prófugo en Estados Unidos, donde fue condenado por mantener relaciones sexuales ilegales con Samantha Gailey, una menor de 13 años.En 2025, el director deberá enfrentar un juicio civil en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, después de que una mujer lo acusara de violarla en 1973 cuando era menor.El fallo coincide con el día de la inauguración del 77º Festival de Cannes, que abrió sus puertas este martes en un clima de efervescencia, con una nueva oleada de movilizaciones contra la violencia sexual en el cine francés.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con la aparición de Un pianista de provincias, el escritor uruguayo Ramiro Sanchiz se ha consolidado entre los mejores exponentes de la ciencia ficción latinoamericana. Esta novela transcurre en un futuro distópico con un trasfondo agudo sobre el medio ambiente: la naturaleza, quizás cansada de tanto plástico que le arrojan, termina asimilando esos desechos y ahora se extiende por todo el planeta una masa, mitad vegetal y mitad plástica, a la que llaman la maraña.En ese escenario demencial, un pianista y su manager van viajando de pueblo en pueblo, ofreciendo recitales de música clásica en pequeños salones. Esa trama le permite a Sanchiz involucrar en su prosa la música, en particular el repertorio para piano. Y una obra aparece mencionada constantemente, como una obsesión: las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach.Pero además, Un pianista de provincias presenta una vez más al personaje de Federico Stahl, que ya ha aparecido (de otras maneras) en sus libros anteriores. Se trata de un experimento en marcha, que sus lectores han seguido con mucho interés: en palabras de Sanchiz, todo hace parte de “una macronovela que narra las diversas alternativas en la historia personal de su protagonista”. Lo cierto es que, en esta encarnación, el protagonista se gana la vida tocando el piano. Ramiro Sanchiz visitó Bogotá y conversé con él acerca de este recurso narrativo, del género de la ciencia ficción y, por supuesto, de la música.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí. Quiero empezar preguntándote por Federico Stahl, el protagonista, porque es el mismo personaje de todas tus novelas, pero en cada libro tiene una vida diferente. ¿Por qué decidiste hacerlo pianista en esta historia?En las primeras versiones, Federico Stahl era un vehículo para que yo contara cosas autobiográficas. En los primeros cuentos, por ejemplo, estaba muy presente mi experiencia como guitarrista. Resulta que entre 2004 y 2006 mi banda se movió bastante: tocamos por todo Uruguay, queríamos ser una mezcla de David Bowie con Smashing Pumpkins. No nos salía nada de eso pero, bueno, fue un momento de mucha efervescencia del rock uruguayo, y muchas de esas experiencias fueron a parar a la primera novela. Después vinieron otros libros con Federico y otras vidas posibles, por decirlo así: historiador de la aviación, drag queen, muchas cosas. Pero quería tener un Federico pianista, en parte, por una fascinación de toda una vida con las Variaciones Goldberg de Bach. Y me gustó esa idea del pianista itinerante en un mundo post apocalíptico. Como escritor, ¿cómo haces para que se sienta que es el mismo personaje, y no distintos personajes con el mismo nombre?Siempre habrá una tensión entre las dos posibilidades. En esencia, es la misma persona que tomó distintas decisiones. ¿Cómo se resuelve? Con una apelación a determinadas experiencias de infancia que son comunes a todos esos posibles Federicos. Esa vida de los años ochenta, la música, los videojuegos, las series de televisión, todo eso es como un sustrato de identidad de donde todos los Federicos abrevan. Son como variaciones: tengo esta historia, esta línea básica, y le voy cambiando cosas. La novela tiene una ecología muy propia. Todo el tiempo está presente algo llamado la maraña, una mezcla de plástico y vegetal que lo devora todo. Me recordó el océano de la novela Solaris de Stanislaw Lem, que más que océano era un ser vivo enorme.Yo soy un super lector de Lem. Y Solaris me parece una de las grandes obras del siglo XX: esa idea del océano como una otredad absoluta. Y la ciencia, que en la novela quizá está más presente que en la película de Tarkovski, la ciencia que intenta dar cuenta del océano y fracasa todo el tiempo. Me gustaba la idea de algo que está más allá del entendimiento humano, una especie de “cosa-identidad”. Entonces la pregunta era cómo hacer eso, pero sin caer en el monstruo con tentáculos o con miles de ojos. Y dije: ¿Qué tal si no es un monstruo, si es una cosa que se reproduce, como una especie de virus? Así nació el escenario de la novela. Faltaba el personaje, quién iba a recorrer ese mundo, porque yo quería que fuera algo de carretera, y muy musical. Entonces, bueno, surgió un pianista. Un pianista de provincias, además.Exacto, porque en ese momento ya no hay más que provincias. En un mundo globalizado hay metrópolis y periferia, pero imagínate un mundo donde ya no haya esas subdivisiones. ¿Tuvo algo que ver la pandemia en esa inspiración para la novela?En muchos sentidos. En el sentido más inmediato, la escribí en 2020, que era un momento peculiar para ponerse a escribir. En Uruguay no sufrimos tanto en términos de aislamiento, porque teníamos, qué se yo, veinte casos diarios. Luego se disparó, pero ese máximo de contagio se matizó porque llegaron las vacunas. Pero lo que yo notaba más era la incertidumbre, los futuros perdidos. ¿Cuántos teníamos planes para el 2020? Y no pasó. Y otra cosa que notaba eran las teorías conspirativas. Entonces, para la maraña, imaginé que no había un discurso consensuado científico, que todos estaban arrojados a una especulación salvaje. Por eso casi todos los personajes tienen su teoría de qué es la maraña, de qué pasó, y el lector se queda sin saber. Federico Stahl y su manager se van adentrando en la selva, una selva que describes como prehistórica y de troncos carnosos, y no pude evitar pensar en tu coterráneo, Horacio Quiroga, quien hizo de la selva el escenario de muchos de sus relatos.Horacio Quiroga es alguien inevitable, está en el ADN de los lectores uruguayos. Desde la escuela primaria está muy presente, y él tiene todos estos cuentos de Misiones, de esa selva allá. Pero también me interesaba La Vorágine. En estos días caí en cuenta que yo la había leído, y me había impresionado muchísimo. Siempre recordé el final: se los tragó la selva. Pero lo que yo había leído era una versión abreviada ¡Yo pensaba que La Vorágine era un cuento corto! Porque era parte de una colección para estudiantes que había allá, muy barata, de tomos chiquitos… Bueno, ahora caigo en cuenta que no leí La Vorágine (risas). Pero toda esa idea de internarse en un paisaje que te va devorando, ese fue mi primer plan para la novela. Hablemos de música. La obra más mencionada a lo largo de la novela es el ciclo de las Variaciones Goldberg de Bach. Me llama la atención que eres guitarrista pero eliges una obra escrita para clavecín, que se adapta al piano.Yo soy guitarrista de atrevido, porque nunca tomé estudios formales, pero con el tiempo me fui interesando en aprender un poco de armonía. Mi amor por la música va mucho más allá de lo que yo puedo tocar. Allá por 2002 yo estaba en la universidad, estudiaba literatura, y mi proyecto era convertirme en un académico especializado en Marcel Proust. Y tuve la enorme fortuna de coincidir con una profesora que me enseñó sobre la influencia de la música en Proust. En algún momento ella planteó la idea de que Proust había estructurado sus siete tomos, su obra, como variaciones. Me dijo: “las Variaciones Goldberg son un referente” y yo pensé: “no tengo la más pálida idea de qué es eso”. Entonces me fui a una disquería y el vendedor me sacó la versión tocada en clavecín por Keith Jarrett. Una versión muy linda. Y a partir de ahí me fascinó. Seguí leyendo sobre Bach, en particular el libro de Douglas Hofstadter, y entré en una locura. Es una obra a la que vuelvo siempre, es fascinante. Federico Stahl es obligado a tocar lo que tú llamas los “clásicos pop”: Para Elisa de Beethoven y la Marcha turca de Mozart. ¿Por qué piensas que existen unos clásicos que se vuelven masivos?Hay una serie de factores. En Estados Unidos, en los años 50, la radio acercó muchas piezas del repertorio especializado al gran público. Pero incluso antes de eso, a mucha gente de niña se le enseñaba piano, era parte de la educación. Yo mismo estudié hasta cierto punto, me mandaba mi abuela, y ahí aprendí Para Elisa. También puede haber cosas intrínsecas sobre ciertas melodías brillantes y memorables: el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Beethoven… Y después las cosas que usa el cine: un día estaba yo escuchando el Concierto para piano No. 21 de Mozart y me dice mi padre: “¡Eso es de la película Elvira Madigan!”. El cine logró eso, que muchos clásicos sean instantáneamente reconocidos. Revisemos la discografía de Federico. Primero graba un disco de Chopin y Liszt, luego su segundo álbum coniene las Suites francesas de Bach. Hasta ahí tenemos un patrón muy claro, pero el trecer álbum está dedicado a Scriabin, eso es más raro…Me interesaba cierta pretensión de genio de Federico. Quería que eso lo llevara a meterse en esa línea de piezas para piano que cada vez se van volviendo más complejas. Y Scriabin, bueno, estaba loco, tenía esta obra que él suponía que iba a canalizar energías espirituales. Y me gustaba la idea de que Federico va a una provincia, tiene que tocar la Marcha turca, pero se las arregla para citar obras más esotéricas. Porque en los “clásicos pop” tenés toda una zona amable con el escucha, pero luego todos tenemos inmensos baches. Yo, por ejemplo, soy un ignorante en cuanto a ópera. Y más adelante tenés todas estas obras que son más raras: todas las vanguardias, el dodecafonismo, el serialismo. Me gustaba que Federico tuviera la obligación comercial pero se las arreglara para meter a Schönberg. En la novela eso se refleja en la carrera discográfica que él tiene. Yo sabía que él iba a fracasar con las Variaciones Goldberg, porque él sostiene que no las sabe tocar, pero quería que hubiera una presencia del barroco, del romanticismo y algo de vanguardia. Especulemos un poco con la carrera del pianista. Si no hubiera llegado la maraña, si su carrera hubiera continuado, ¿cuál hubiera sido su siguiente grabación?A lo mejor iba a tocar el Concierto para piano y orquesta No. 2 de Rachmaninov. Iba a tender a ese despliegue. A lo mejor iba a ser el Martha Argerich de su generación, pero la cuestión es que se corta esa discografía, ¿no? Pero creo que igual el libro tiene otra discografía implícita, porque también habla mucho del rock. Pero, para complicar la historia del rock, inventé que David Bowie se moría antes de hacer el disco Let’s Dance. En la ciencia ficción vos tenés ese concepto de la historia alternativa. Una de las imágenes más poderosas es la de un piano viejo que está carcomido por la maraña. Sin embargo, en todo este apocalipsis que plantea tu novela, la música se salva. ¿Por qué? ¿Qué tiene la música que podría sobrevivir a una hecatombe?Justo estaba leyendo un libro acerca de cómo pensar los mundos posibles. Y en uno de los ensayos hablaba de la evolución del lenguaje, de cómo en algún momento la ciencia dijo: “no vamos a saber esto, porque es imposible, no hay fósiles que te digan cómo hablábamos”. Pero más recientemente, con otras técnicas, se vuelve a plantear que se puede estudiar eso. Y resulta que la música y el lenguaje tienen en principio una base común y luego se separan. El primer lenguaje pudo ser la música. Entonces nosotros hablamos, expresamos, nos pensamos a nosotros mismos con la música. La música nos construye. En mi adolescencia la identidad consistía en saber si tú eras hincha de Guns N’ Roses o de Nirvana. Mi madre, cuando hablaba de los Beatles, siempre decía que su favorito era George. En el fondo quizá estamos hablando con música. Por eso me parece que si hay una catástrofe, o no sé qué proceso evolutivo que nos haga prescindir del lenguaje, no hay nada que pueda acabar con la música. No hay pandemia que pueda con eso. Excepto la extinción, pero yo no quería narrar la extinción.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con una aceptación de la crítica internacional del 88%, además de 17 premios y 24 nominaciones, llega a Colombia Frontera Verde, la impactante película que denuncia la crisis humanitaria que se vive en las puertas de la Unión Europea: Una familia siria que huye de la guerra y viaja con la esperanza de entrar a Suecia, queda atrapada, junto a otras centenas de refugiados, en la "zona de la muerte", un bosque entre Bielorusia y Polonia. Un drama desgarrador de la directora Agnieszka Holland, reconocida por sus contribuciones a la nueva ola del cine polaco y una de las más prominentes cineastas de su país. Distribuida por Cine Colombia, Frontera Verde se estrena este jueves 16 de mayo en las principales salas del país.Con guion escrito por Agnieszka Holland junto a Maciej Pisuk y Gabriela Lazarkiewicz, Frontera Verde se enmarca en el género de ficción para presentar historias reales que ella misma recogió entre los inmigrantes que viven a diario este conflicto en las fronteras. Con elementos que aluden al documental y narrada en varios idiomas, los mismos que construyen la Torre de Babel que se erige en el drama de esos corredores sembrados de injusticia y olvido, la película se teje a través de las historias de una familia de refugiados sirios, una profesora afgana y un guardia fronterizo, quienes dejan aflorar sus miedos, su humanidad, sus sombras, su resiliencia y esperanza. Una película valiente que es denuncia y alerta de los estragos del totalitarismo, y que durante su lanzamiento fue objeto de una campaña de odio impulsada por el partido ultraconservador en Polonia, lo que obligó a rodear a la directora de un fuerte dispositivo de seguridad durante su campaña promocional.Frontera Verde cuenta con un elenco encabezado por comprometidos actores de distintas nacionalidades, en muchos casos exiliados por su activismo y denuncia de los problemas sociopolíticos de sus países, como Jalal Altawil (La Conspiration du Caire), Maja Ostaszewska (Schindler’s List; Time of Honor), Behi Djanati Atai (Under the Shadow), Tomasz Wlosok (Raven), Mohamad Al-Rashi (Cover Up), Dalia Naous (La fracture), Monika Frajczyk (Prime Time), Jazmina Polak (The Art of Loving) y Taim Ajjan.El equipo técnico que sacó adelante el rodaje está encabezado por el director de fotografía Tomasz Naumiuk, la directora de arte Katarzyna Jędrzejczyk, la diseñadora de vestuario Katarzyna Lewinska, el ingeniero de sonido Roman Dymny, la edición de Pavel Hrdlička y el compositor musical Frédéric Vercheval. Todos bajo la producción de Maria Blicharska-Lacroix y Damien Mc Donald.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.