Según la historia, María Elena Walsh y Sara Facio se conocieron en Francia en 1955, sin embargo, todo comenzó en la década del 70 cuando estaba en auge la fotografía de autor y Facio era conocida como una de las fotógrafas más importantes de Argentina.Walsh escribía poesía y canciones infantiles con una sensibilidad que ablandaba cualquier corazón, compuso algunas rondas muy reconocidas como Manuelita la tortuga y El show de Perro Salchicha, que aún se canta por el internet. Publicó su primer poemario, Otoño Imperdonable, cuando tenía 17 años, en él escribió: “Piénsame como en la fotografía: /con mi perfil rondando tu apellido. /Brizna desmemoriada que ha crecido /al lado de tu voz, amiga mía”. Esto como un presagio, casi como una profecía para lo que sería su historia con Sara Facio.Facio fue una de las fotógrafas de autor más importantes del continente, junto a su socia Alicia D'Amico retrataron la sociedad porteña y a las figuras de la cultura en Argentina. Dentro de sus fotografías más conocidas están los retratos que le hizo a Alejandra Pizarnik en su casa o la icónica foto de Julio Cortázar con el cigarrillo en la boca.Mientras Sara Facio retrataba a Jorge Luis Borges, a Mercedes Sosa y a Octavio Paz también hacía un archivo de retratos de Maria Elena Walsh. Le tomaba fotos al lado del mar, en el parque, montada en bicicleta y le hacía retratos en primer plano para ver sus ojos claros que parecían olas azules picadas por la tempestad.En las memorias de Walsh, Fantasmas en el parque, Sara aparece como la compañera incondicional, aquella que prepara la comida, lee junto a ella, va de visita y permanece en cada rincón de la casa como una muestra de amor.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.“Sara no tiene nada de hermana. Es mi gran amor que no se desgasta, sino que se convierte en perfecta compañía. A veces la obligué a oficiar de madre, pero no por mi voluntad sino por algunos percances que atravesé, de los que otra persona hubiera huido, incluida yo. Pero ella se convirtió en santa Sarita”, escribe Walsh en sus memorias.Walsh y Facio vivieron juntas treinta años, décadas que llenaron de fotos y poemas, de recuerdos en las mentes de sus amigos y de una ternura incondicional sin miedo a la sociedad cruel que juzgaba cualquier acto de amor libre.En el cumpleaños número ochenta de Walsh, Sara escribió unas palabras que culminaron así: “Ella es más que una parte de mi vida. Todo en ella es poesía, hasta cuando habla es poesía, es de una ocurrencia sin parangón”.María Elena le escribió este poema titulado “Entonces”:Cuando yo no te amaba todavía-oh verdad del amor, quien lo creyera-para mi sed no había ninguna preferencia verdadera. Ya no recuerdo el tiempo de la esperacon esa niebla en la memoria mía:¿El mundo cómo eracuando yo no te amaba todavía? Total belleza que el amor inventaahora que es tan pura su navidad,para que yo la sienta.Y sé que no era cierta la dulzura,que nunca amanecíacuando yo no te amaba todavía.Sara Facio creó en el 2018 la Fundación María Elena Walsh que preserva los archivos y la memoria de la poeta, tras el fallecimiento de Facio en el mes de junio de este año, la fundación tomó el nombre de ambas, como una oda al amor.La escritora y la fotógrafa, ambas unidas por una compañía incondicional, por el amor profundo de dos cómplices de la ternura que colorearon las fotos y adornaron las canciones que marcaron generaciones. Dos corazones que habitaron una casa llena de recuerdos pegados en las paredes, esas mismas que abrazaron el mundo singular de dos seres unidos en el deseo de amar sobre todas las cosas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde 1945 suelo pasearme por el barrio vestida de mujer. Claro que en invierno llevo pantalones y abrigo largo, pero, siempre que el tiempo lo permite, me pongo mi vestido.Naturalmente con semejante atuendo corría el peligro de que se me acercara algún ruso con no muy buenas intenciones. Lo cierto, sin embargo, es que tuve bastante suerte. Un día unos soldados se abalanzaron sobre mí y, cuando ya me tenían a su merced y me habían incluso levantado la falda, se echaron a reír a carcajadas al ver que no encontraban lo que andaban buscando. Uno de ellos me propinó un azote en el trasero y la cosa no pasó de ahí. Habría podido ser peor.Mis vecinos de Mahlsdorf, que me conocían desde la infancia, reaccionaban encogiéndose simplemente de hombros con benevolencia.—¡Qué curioso! — decían —. Ese lleva siempre a algún chico al lado y nunca va con chicas. ¡Y qué ropa más anticuada lleva! ¿Será que es marica?Y eso era todo.Christinchen, mi viejo amigo del colegio, aquel que me acompañaba cuando a los catorce años nos detuvo una patrulla de las Juventudes Hitlerianas vestidos de mujer, tuvo menos suerte. Le encantaba salir de pendoneo y frecuentar los puntos de reunión de mariquitas llevando algún vestido de verano y zapatos de tacón, pechos postizos y sujetador. Una vez, después de la guerra, andaba ella pavoneándose por los alrededores de los lavabos de caballeros de la estación de Friedrichs-hagen cuando de manos a boca se encontró con cinco rusos, que, al parecer, la habían tomado por toda una señorita alemana.—¡Ven, mujer! ¡Acostarnos, chica, ven! ¡Rápido, rápido!Christinchen sacudió altivamente su rubia melena, pero los rusos la agarraron por el brazo. Ella logró soltarse y echar a correr por la hierba en dirección al cine de verano -natural-mente con el camarada «Ruski» detrás gritándole: « Eh, oye!»—, hasta que tropezó con un tronco. Se cayó dando una voltereta mientras el bolso salía por los aires y se le abría de golpe.Evidentemente, en un momento así, en lo primero que piensa una loca es en su pintalabios y en la polvera; en todo menos en salir corriendo. Los cinco rusos se llevaron a rastras a la pobre Christinchen hasta un rincón oscuro, la tiraron sobre un banco y se le echaron encima. Total, que fuera macho o hembra a ellos les tenía sin cuidado.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Christinchen vino a desahogarse a mi casa. Estaba completamente dolorida y hube de acompañarla al médico. El doctor meneó la cabeza en señal de desaprobación, pero se limitó a diagnosticar una irritación.Christinchen trabajó muchos años como secretaria contando siempre con la aceptación de sus compañeras. En 1980 se jubiló y, como primera providencia, se trasladó al Berlín occidental, para después seguir al hombre de sus sueños hasta la República Federal.¿Relojería o tienda de muebles? Mi madre hacía cábalas intentando averiguar a qué acabaría dedicándome. Mi tío abuelo ya me había desaconsejado la profesión de relojero:—¿Relojero? ¿Pasarte el día entero en el taller con la lupa en la mano? Ni hablar! Cuando llegues a viejo, ni siquiera podrás ver en condiciones —me decía preocupado.Cuando en los años treinta se pusieron de moda los muebles lisos y empezaron a fabricarse todos esos mazacotes, se me fueron las ganas de pasarme la vida rodeado de muebles que no dataran de la Grinderzeit. Conque nada, cuando acabó la guerra me convertí en una especie de criada, hasta que un día me cogió mi madre y me dijo:-Mira, esto no puede seguir así. Tienes que aprender un oficio como Dios manda.Las piezas que contenían los cilindros de mis fonógrafos estaban casi todas en inglés, así que me sentí atraído por este idioma. Asistí a unos cursos y en 1949 obtuve mi diploma de intérprete. Con lo cual ya había aprendido un oficio 'Dios manda' antes de comenzar mi formación de conservador de museo.El invierno de 1948-1949 fue increíblemente frío. En cuanto podíamos, cambiábamos las gélidas aulas de la escuela de idiomas, en las que apenas podíamos sujetar la pluma de lo agarrotados que teníamos los dedos, por el señorial piso de vieja construcción de mi compañera Mechthild. Los alumnos estábamos obligados a llevar a cada clase una bola de carbón para mantener encendida la pequeña estufa con la que teníamos que apañárnoslas. A pesar de todo, nunca podíamos quitarnos el abrigo.La mejor amiga de Mechthild era Uschi Dressler, hija del pintor August-Wilhelm Dressler. Inquieta como una tarabilla y, para remate, vestida siempre de colorines, era muy bohemia y, respondiendo al típico cliché de hija de artista, nunca llevaba dinero en el bolsillo. Mirándome con aquellos ojos pillines que brillaban en su hermoso rostro ovalado, me saludaba gesticulando exageradamente como suelen hacerlo los actores y me decía:—iAy, Lotharchen!August-Wilhelm Dressler, de estatura no muy alta, rechoncho y canoso, se quedó mirando lleno de interés mis piernas desnudas cuando me presenté en su taller a reparar el reloj de la chimenea llevando unos simples pantalones cortos. En los caballetes tenía numerosos cuadros en los que aparecían representadas mujeres gordas desnudas. Durante la época nazi había sido proscrito por cultivar la pintura expresionista.-¿Te gustaría posar para mí por diez marcos la hora? —me dijo persuasivamente.Tras unos primeros instantes de vacilación, la idea me hizo gracia. Total, ¿por qué no? Yo era tímida, sí, pero no mojigata.Por otra parte, el dinero me atraía bastante. Los discos del gramófono costaban únicamente cincuenta pfennige; una blusa, tres marcos y cincuenta prennige; una falda bonita de primera mano, cinco. Por ocho marcos y medio podía quedar tan arregladita y equiparme para todo el verano.«La verdad es que soy mona», pensé sin poder evitar mirarme en el enorme espejo de marco redondeado por la parte superior, mientras posaba desnuda para los chicos y chicas que asistían a las clases de pintura de Dressler e intentaban reproducir mi pierna doblada y apoyada en un taburete. Cuando me aburría, me ponía a observar las hermosas ventanas, con los vidrios sujetados por vergas, y los muebles de estilo Biedermeier que atestaban el taller.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con la marcha número 42 del Orgullo LGBTIQ+, como el evento central para este puente festivo en Bogotá, le contamos sobre otras actividades, charlas y talleres a los que puede asistir el último fin de semana de junio.Viernes, 28 de junioConmemoración del mes del Orgullo LGBTIDisfrute de las presentaciones artísticas de la Mesa Local LGBTI de La Candelaria y su muestra ‘Canderroche de Talentos Diversos’; también la obra musical y dramática ‘Lágrimas de Lentejuelas’ de la Colectiva Trans ‘House of Revel’ de la Localidad de Los Mártires y la Colectiva Artística de la localidad de Santa Fe con ‘Las Libertarias’, que presentará su obra de teatro ‘La que no podía amar’, basada en vivencias de personas trans. También participe del conversatorio ‘¡Esas Maricas Divergencias!’, una mirada desde la interseccionalidad.📍 Muelle de la FUGA - Calle 10 #3-16🕒 Desde las 2:00 p. m.Entrada libreIzada de bandera por la dignidad, la cultura y el Orgullo LGBTIEl Ministerio de las Culturas se une a la celebración del Día Internacional del Orgullo, la Dignidad y las Ciudadanías Plenas LGBTIQ+ a través de manifestaciones artísticas y culturales.📍 Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella - Calle 11 # 5 – 60🕒 4:00 p. m.Entrada libreTango Queer, roles libresEl tango queer identifica una nueva manera de bailar tango y otras músicas distintas de la música tradicional que invita a la población LGBT y a todas las personas interesadas a bailar libremente. Asista al taller dirigido por Daniel Tovar Ossa, maestro en Artes escénicas con énfasis en actuación de Facultad de Artes (ASAB).📍 La Casona de la Danza - Carrera 1 #17 - 01🕒 5:00 p. m. - 7:00 p. m.Entrada con inscripción previa aquí💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Sábado, 29 de junioBallroom showcase - PNTR SANFOKAPantera, desde Bogotá, será otra de las artistas a cargo de un espectáculo de música y danza que explora la cultura ballroom y su papel en la reivindicación y respeto de las identidades diversas y las disidencias sexuales. Será un manifiesto, un performance, un taller de voguing y un espacio para la expresión libre.📍 Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella - Calle 11 # 5 – 60🕒 6:00 p. m.Entrada librePride FestAsista a la cuarta versión del Bogotá Pride Fest 2024, el festival que celebra el orgullo LGBT en la capital y combina música, arte y emprendimientos. Entre los artistas destacados del festival se encuentran Esteman, Suelta como gabete, La Toxicosteña, Alyssa Edwards de RuPaul's Drag Race, entre otros.📍 Pradera Box Bogotá - Autopista Norte # 224🕒 Desde las 12:00 p. m.Entrada con boleteríaPerformance sonoro: Paquita Gallego y LuisferPaquita Gallego y Lusifer presentarán un performance sonoro con el que nos ofrecen un recorrido a través de sonidos latinoamericanos con las músicas de disidencia de Paquita resaltadas a través del baile de Lusifer. Dos manifestaciones artísticas que se juntan para expresar la diversidad de sentires como un todo en la multiplicidad de cuerpos, ritmos y movimientos.📍 Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella - Calle 11 # 5 – 60🕒 4:30 p. m.Entrada libre'Fresa y Chocolate: treinta años después'Para celebrar los 30 años del estreno de la película, Fresa y Chocolate: 30 años después regresa como un espectáculo protagonizado por Joel Angelino, quien encarnó el personaje del escultor en el filme. Se trata de una puesta en escena y un texto que destacan la trascendencia y perdurabilidad de su mensaje.📍 Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo - Cl. 170 #67-51🕒 8:00 p. m.Entrada con boleteríaDomingo, 30 de junioMarcha del Orgullo LGBTIQ+ El punto de encuentro será el Parque Renacimiento hasta la Plaza de Bolívar desde las 10:00 a. m. hasta las 8:00 p. m. Esta gran movilización contará con actividades culturales y artísticas. El evento concluirá en este lugar con diversas manifestaciones artísticas organizadas por la mesa de trabajo LGBTIQ de Bogotá.📍 Parque El Renacimiento - Calle 26 con carrera 22🕒 Desde las 10:00 a. m.Entrada libreToma Cultural para el Empoderamiento Identitario LGBTIAsista a la toma cultural para el empoderamiento identitario LGBTI con diferentes talleres de creación artística en el Parque El Renacimiento, en la carpa FUGA, donde se llevarán a cabo actividades como improvisación en danza Vogue, Gogo y Burlesque, Poesía Marica: Cadáver exquisito y lectura en voz alta y Dripping: color y expresividad LGBTI.📍 Parque El Renacimiento - Calle 26 con carrera 22🕒 Desde las 10:00 a. m.Entrada libreVidas de todos los colores: la comunidad LGBTIQ+ en la nación colombianaPor medio de las colecciones del Museo Nacional se hablará de las luchas y triunfos que ha tenido la comunidad LGBTIQ+ para ser reconocida como parte fundamental de las ciudadanías colombianas.📍 Museo Nacional - Carrera 7 N. 28-66🕒 Desde las 11:00 a. m.Entrada con el costo de ingreso al museo🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con la potencia disruptiva e irreverente del arte, entre el 27 junio y el 5 de julio, llega al Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella la segunda edición del Festival Lúcido Delirio, un espacio dedicado a la fuerza de la diversidad y una puerta de entrada a los mundos posibles que esta ofrece. Con imágenes, letras y sonidos, conmemoramos en esta casa grande un presente y una historia, repleta de historias, que aún tiene muchos caminos por recorrer y muchas realidades por mostrarnos.Durante estos días, se presentarán artistas y propuestas artísticas que hablan en sus obras de las luchas de las personas LGBTIQ+, celebrando la diversidad y la libertad alrededor de la identidad, la sexualidad y de las diferentes dimensiones que tenemos como seres humanos. Llegan así, a este espacio, artistas como Bia Ferreira desde Minas Gerais, Brasil; La Diva del ritmo exótico desde Quibdó, Chocó, y, desde Bogotá, la música de Radamel 666, Pantera y Paquita Gallego con la danza de Lusifer, además de exposiciones artísticas y murales en gran formato con los artistas Felipe Lozano y El chico sin el cabello de pan.Esta es la programación del Festival Lúcido Delirio Con este cartel, el Delia presenta un festival que busca reconocer en las artes y las culturas un refugio y un territorio de lucha para las comunidades diversas, desde donde han podido construir escenarios, mundos fantásticos e ideales donde todxs caben. Al respecto, Tomás Gamboa, artista y programador del Delia, menciona que “a lo largo de la historia hay muchos referentes artísticos que nos han permitido a las personas LGBTIQ+ soñar, buscar y encontrar refugio en los libros, en el cine, en el teatro, en la danza, en la música”.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Exposición Delirio CarnalDel 27 de junio al 05 de julio, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.Lobby Sala Delia Zapata - Entrada libreLa propuesta del artista Felipe Lozano estará centrada en cuestionar las normas establecidas y desmontar las estructuras de poder que a menudo dictan qué es aceptable y qué no en el ámbito de la sexualidad. Esto, a través de una exposición artística compuesta por la serie pictórica Deseo suspendido y por la videoinstalación GAN-bang.Exposición Mural en gran formatoMaricónicaDel 27 de junio al 05 de julio, de 10:00 a.m. a 4:00 p.m.Plazoleta del Delia - Entrada libreEl chico sin el cabello de pan, artista colombiano creador de cómics, ilustrador y en ocasiones animador, presentará un trabajo centrado en Latinoamérica y su relación con la cultura pop, desde donde crea imágenes satíricas alrededor de narrativas construidas alrededor de temas como la sexualidad. Durante el festival, el artista pintará un mural, titulado Maricónica, inspirado en el icónico cuadro de Pablo Picasso el Guernica, con el que busca resaltar las luchas y los logros de la población LGBTIQ+ en Colombia.Concierto Bia FerreiraViernes 28 de junio, 7:30 p.m.Sala Delia Zapata - Boletas en TuBoleta y taquilla del teatro desde $30.000Parte de la propuesta musical estará a cargo de Bia Ferreira, una cantante, compositora, multiinstrumentista y artivista brasileña que define su música como "MMP — Música de Mulher Preta" (Música de Mujer Negra). Sus canciones van contra el racismo, la homofobia y traen reflexiones políticas sobre el feminismo y el amor. La boletería estará disponible en TuBoleta y en la taquilla del teatro.Performance sonoro Paquita Gallego y LusiferSábado 29 de junio, 4:30 p.m.Plazoleta del Delia - Entrada librePaquita Gallego y Lusifer presentarán un performance sonoro con el que nos ofrecen un recorrido a través de sonidos latinoamericanos con las músicas de disidencia de Paquita resaltadas a través del baile de Lusifer. Dos manifestaciones artísticas que se juntan para expresar la diversidad de sentires como un todo en la multiplicidad de cuerpos, ritmos y movimientos que existen como tantas vidas y categorías que celebran la diferencia.Música y danza PNTR Sanfoka: 'Recordando el pasado construimos identidades'Sábado 29 de junio, 6:00 p.m.Plazoleta del Delia - Entrada librePantera, desde Bogotá, será otra de las artistas a cargo de un espectáculo de música y danza que explora la cultura ballroom y su papel en la reivindicación y respeto de las identidades diversas y las disidencias sexuales. Será un manifiesto, un performance, un taller de voguing y un espacio para la expresión libre.Concierto DJ La Diva del ritmo exóticoDomingo 30 de junio, 2:30 p.m.Plazoleta del Delia - Entrada libreEl formato DJ estará a cargo de La Diva, una mujer transgénero, cantante y compositora del ritmo exótico, que llega desde Quibdó, Chocó, para presentar una propuesta musical que refleja su sensibilidad para fusionar ritmos latinos, africanos y caribeños en un sonido único y contemporáneo. Su propuesta musical no sólo invita al movimiento, sino que busca inspirar y conectar a un público diverso con mensajes que hablan de empoderamiento e inclusión para la población “LGTBIQP+”, la celebración de la diversidad y un llamado a la resistencia de la juventud chocoana.Concierto Radamel 666Domingo 30 de junio, 3:30 p.m.Plazoleta del Delia - Entrada libreLa música de Radamel 666 es una combinación entre metal, punk, música de plancha, merengue, alcohol, drogas, horror y mala televisión. Fundada en 2017, esta agrupación bogotana tiene un sonido sucio, básico y chatarrero, pero con algunas ínfulas tropicales y románticas, desdibujadas por la rabia y la frustración, plasmadas en ruidos y canciones perdidas en las calles de la ciudad. La puesta en escena es la descarga humorística y algo terrorífica de una variada gama de alaridos filamentos montados sobre ritmos bipolares de batería, un bajo hipnótico y teclado psicodélicos que empujan al público a cabecear, poguear y bailar.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En la charla magistral 'Revelando realidades', en el marco de la edición 39 del FICG, que concluye el 15 de junio, Cruz consideró necesario que las pantallas muestren la pluralidad de visiones y voces que hay en el país.“La diversidad es entender que podemos elegir a quien amar, que tenemos otros idiomas para comunicarnos, que venimos de otras culturas, de entender la diversidad desde lo que nos hace personas únicas y diferentes, y entender que esa diversidad es buena, que la heteronorma se quede en un rincón", aseguró.La actriz es una de las invitadas especiales al festival, donde recibió el Premio Maguey Activista por su trabajo para visibilizar a la comunidad LGBTI.La también guionista de películas como 'La tirisia' y 'Nudo Mixteco', que la llevó a ganar un premio Ariel a lo mejor del cine mexicano aseguró ha elegido contar lo que sucede en las comunidades indígenas o los problemas de la comunidad LGBTI para colocar estos temas en la discusión pública.“El cine se ha convertido en este lugar donde yo me puedo cuestionar lo que está sucediendo a nuestro alrededor, los temas que me atraviesan, desde dónde nos está atravesando el mundo, no considero al cine como algo para reflexionar sobre temas de moda, sino como lo que me atraviesa y me conmueve el alma”, señaló.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Cruz, originaria de una comunidad indígena en el estado de Oaxaca, afirmó que desde que salió de su pueblo sufrió el racismo que, lejos de tirarla, fue la fuerza que le permitió aprender a actuar y llevar el cine a su lugar de origen para cambiar la dinámica y la cohesión del pueblo desde hace 12 años.La actriz perdió a un hermano a manos de personas armadas que irrumpieron a su pueblo y asesinaron a otras siete personas en 2023 y, aunque teme por su vida, aferrarse al cine era una manera de salvarse y rescatar a su comunidad, aseguró.“Entendí que llevar al cine era una forma de salvarnos en comunidad, de platicar historias en comunidad, de participar. En este momento no contamos con la seguridad para volver a filmar en mi pueblo, el territorio ha atravesado mis historias y ahora el riesgo que corremos de perder ese territorio, también es el riesgo que corremos de perder nuestras vidas”, dijo.Del 7 al 15 de junio y con la Comunidad de Madrid como invitada de honor, el FICG reúne a 200 corto y largometrajes en la competencia oficial en las secciones de cine mexicano e iberoamericano de ficción, documental, de animación, con temática ambiental y relacionada a la comunidad LGBTI.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Encuentro de Memorias LGTBIQ+, organizado por la Biblioteca Nacional de Colombia, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, se propone responder preguntas alrededor de la producción de contenidos y el cuidado y preservación de la memoria de la población diversa, con el objetivo de dar inicio a un trabajo colectivo para la construcción de un Archivo Queer que integre el patrimonio bibliográfico y documental de la nación.El encuentro tendrá lugar del 9 al 12 de abril de 2024 en el Auditorio Germán Arciniegas de la BNC y se propone ser un espacio para el intercambio de experiencias y saberes que promuevan y gesten un archivo sólido que salvaguarde, preserve, conserve y divulgue la memoria de los sectores sociales LGTBIQ+ de todo el territorio colombiano. La entrada es libre y gratuita.Durante cuatro días habrá charlas, conversatorios y talleres liderados por voceros de ciudadanías diversas, nacionales e internacionales, que servirán como punto de partida para crear la Colección Queer en la BNC.“Históricamente las comunidades diversas han sido silenciadas y su discurso ha sido tergiversado. Desde la Biblioteca Nacional de Colombia, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, nos proponemos iniciar un trabajo colectivo para la construcción de una Colección Queer que cuide y preserve la historia y la cultura de la población LGTBIQ+ colombiana, que promueva la inclusión y la representación, así como la investigación académica, el activismo y la defensa de los derechos de la población diversa. Soñamos con un Archivo Queer público y ciudadano, que construyamos entre todes, y que todes, también, podamos consultar y conocer”, explica Adriana Martínez-Villalba, directora de la BNC.El evento contará con invitados especiales como Zeb Tortorici, profesor de la Universidad de Nueva York e investigador de los archivos queer y el archivo/censura del erotismo y lo ‘obsceno’ en América Latina. También estará Amy Ritterbusch, profesora adjunta en la Escuela de Asuntos Públicos Luskin de la Universidad de California, Los Ángeles, cuyo trabajo nos ofrece ideas metodológicas y teóricas sobre la investigación y la acción participativa con comunidades históricamente marginadas.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Brendan O'Brien, el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, institución que está acompañando este encuentro le mencionó a la HJCK: "estamos muy orgullosos de participar junto a la Biblioteca Nacional de Colombia en este encuentro, tenemos un compromiso muy grande con los derechos humanos y esta comunidad, esto es una oportunidad para colaborar y avanzar en el proyecto del nuevo archivo". Aquí le dejamos algunos eventos que hacen parte de la programación del primer Encuentro de Memoria LGBTIQ+: Miércoles 10 de abrilPanel: Representaciones artísticas de la DiversidadEn un momento donde la expresión y visibilidad de la diversidad se convierten en pilares fundamentales para la construcción de una sociedad más inclusiva, el arte emerge como una herramienta poderosa para explorar, cuestionar y celebrar las múltiples facetas de la identidad humana. En este panel, la cantautora La Morena del Chicamocha, el escritor Omar Ardila y el artista visual Manu Mojito nos hablan desde diferentes disciplinas y perspectivas sobre sus trabajos y experiencias como herramientas de resistencia, memoria y reivindicación de las disidencias sexuales y de género. Será a las 10:15 a. m.Recorrido por la Biblioteca Nacional de ColombiaEsta visita guiada profundizará en los fondos de la biblioteca y será un viaje por el patrimonio de nuestro país, así como por su emblemático edificio. La historia de la BNC comienza antes de la Independencia y se extiende hacia el futuro del país. Será a las 2:30 p.m. Inscripción previa en este enlace.Jueves 11 de abrilConferencia: Toloposungo: El Archivo como Ciencia ReparativaEn 2019 se creó Toloposungo, un movimiento trans marica contra la violencia policial formado por integrantes de la Red Comunitaria Trans de Bogotá y Las Tupamaras de Medellín que, con su cuerpo y no con armas, se toman el espacio público para denunciar el exceso de violencia de la fuerza pública en Colombia.En esta charla, Amy Ritterbusch, profesora adjunta de Bienestar Social en la Escuela de Asuntos Públicos Luskin de la Universidad de California – UCLA, se centrará en cómo el movimiento ha trabajado para contrarrestar la invisibilización histórica de las personas trans y explorará las posibilidades de utilizar métodos archivísticos innovadores para recopilar testimonios, artefactos y documentos significativos que descolonicen discursos e instituciones violentas, transfóbicas y patriarcales. Será a las 9:00 a. m.Taller: Construyendo nuestra memoria LGTBIQ+Este espacio tiene como objetivo definir de manera participativa algunos lineamientos sobre el tipo de soportes que predominan en el registro de las memorias queer, las temáticas de interés en recuperar y preservar, así como la identificación de iniciativas existentes y actores relevantes para participar en la construcción de estas memorias, con el fin de orientar la conformación de una colección de narrativas e historias sobre las comunidades LGTBIQ+ en la Biblioteca Nacional de Colombia. Será a las 2:30 p. m.Viernes 12 de abrilCharla: Revistas y fanzines: reconociendo la cultura popular LGBTIQ+ de ColombiaEl sociólogo, docente, artista y pionero en la lucha por los derechos humanos y sexuales para las personas diversas en Colombia, Manuel Antonio Velandia Mora, conversa con Violeta Gómez, escritora, editora y gestora cultural, sobre su activismo hacia el arte como un lenguaje político y social para generar conciencia y en especial sobre el papel de las publicaciones para reconocer y visibilizar la cultura LGTBIQ+ en nuestro país. Será a las 10:00 a. m.Proyección de la película "Aribada"En medio del Eje Cafetero colombiano, Aribada, el monstruo resucitado, se encuentra con Las Traviesas, un grupo de mujeres indígenas trans del pueblo emberá. Lo mágico, lo onírico y lo performativo conviven en su singular mundo, un universo estético y espiritual en donde el documental y la ficción se funden en una narración transcultural. Encantada por la belleza y el poder de sus jais (espíritus), Aribada decide unirse a Las Traviesas para crear su propia comunidad trans*futurista. Será a las 11:30 a. m.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Yo me dedico hace 11 años a hacer transformismo", cuenta Reyes, jefe de cocina en una universidad privada de Managua, al comentar que ha tenido miedo por la aceptación social y soportado agresiones verbales y físicas."Lo de Akeira lo hago como una pasión, una diversión, algo que me gusta, sin necesidad a veces de no obtener dinero porque me gusta el arte, entonces esa es la diferencia entre Akeira y Marvin", dice Reyes, de 31 años. Una "drag queen" es un artista masculino que viste con atuendos de mujer."Todo sucede rápido" Akeira ganó hace pocos días un concurso ante pares de países centroamericanos realizado en un bar en Managua.En el concurso, tres participantes se maquillaron en el escenario del bar ante una audiencia conformada por miembros de la comunidad LGBTIQ+, mientras jugueteaban las luces de colores al ritmo de la música y una máquina de humo agregaba opacidad al lugar.Los asistentes vieron como las "queens" se ayudaban para ajustarse la vestimenta, colocarse bien las pelucas y ponerse los zapatos con tacones o botas altas para ganar la segunda edición del concurso Mix Imperial Central American Tropical Drag Royale."Normalmente el transformismo es perfecto (...), hay una puerta y sale una transformada (...); aquí no hay tiempo para que se cambien entre pasarelas, todo sucede rápido", explica Lola Rizo, quien organizó el concurso en el Candyland by Teatro.Cada concursante debía cambiarse atuendos, luego una presentación y preparar la siguiente, mientras los asistentes coreaban los nombres de las participantes.Las concursantes deben lucir bien, realizar una buena actuación y saber hablar ante el jurado, añade Rizo, artista de 32 años, para quien "este tipo de actividades no solamente hablan de la diversidad sexual y de género", sino de la realidad de cada país."Vivo con temor"La discriminación y las agresiones en calles de Nicaragua y en redes sociales son frecuentes para los miembros de la comunidad LGBTIQ+.Por esto, se requieren leyes que penalicen las agresiones, asegura Ludwika Vega, de 40 años, presidenta de la Asociación Nicaragüense de Transgéneros.Según el Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGBTIQ+, en el 2022 se registraron en Nicaragua 43 situaciones de discriminación y violencia contra mujeres trans, homosexuales y lesbianas.En tanto, durante el primer semestre del 2023 se produjeron 16 agresiones verbales o físicas y dos crímenes de odio que terminaron con la vida de dos mujeres trans, según el observatorio. El camino del respeto a la diversidad sexual ha sido difícil en Nicaragua.La homosexualidad estuvo penada desde la década de 1990, tras la derrota electoral del gobierno de la revolución sandinista (1979-1990), pero luego del retorno en 2007 del actual presidente Daniel Ortega al poder, se abolió la criminalización de la homosexualidad.En 2009 se creó una Procuraduría Especial de la Diversidad Sexual, aunque falta una ley de identidad de género, indica Vega, quien en 2019 fue atacada por desconocidos que la dejaron moribunda."Soy una mujer trans que vive con el temor, con la zozobra de que pueden hacerme algo o puedan atacarnos por no ser como la sociedad quiere que seamos, con esos esquema y roles patriarcales que nos imponen", añade Vega, graduada universitaria en Mercadotecnia.Dice que aspira a vivir en una sociedad "sin rechazo, sin exclusión, sin violencia, donde podamos vivir con nuestra familia, con nuestra pareja, sin que nadie nos señale y nos diga que no somos bien vistos, porque en esto juegan mucho lo fundamentalismos religiosos"."Soy la misma persona" Cuando Akeira se aleja de escenario, Marvin toma su lugar en la casa donde vive con su madre y hermanos en un populoso barrio de Managua. Allí sigue con su otra pasión, la cocina, y mantiene como mascotas a un conejo y dos pericos.Después de lavar verduras y pelar cebollas, Marvin explica que con su actuación como "drag queen" busca dar aliento a los miembros de las minorías sexuales."Tenemos que ser una sola persona y demostrar que, aunque tengo una peluca o tengo maquillaje, soy la misma persona siempre", dice."No tenemos porqué andar con prejuicios nosotros mismos. Nosotros mismos a veces nos ocultamos y no nos damos a conocer y eso daña físicamente, [y] en el corazón también te afecta", sostiene. Le invitamos a conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En el país del K-pop, el matrimonio igualitario está prohibido, la presión social hace que muchos no salgan del armario y la celebración anual del Orgullo atrae a violentos opositores cristianos. Pero el cambio está en marcha.Hurricane Kimchi recuerda para la AFP cómo el primer Orgullo de Seúl al que acudió hace una década solo congregó unos cientos de personas. Este año, los organizadores anticipan una participación de 150.000 personas el sábado a pesar de los obstáculos de las autoridades.La marcha, una de las más grandes en Asia, no consiguió permiso para usar la plaza central de la capital para el gran evento del sábado, al estar reservada para un grupo cristiano. Las autoridades de Seúl lo atribuyeron oficialmente a un problema de agenda, pero el alcalde conservador Oh Se-hoon dijo en junio que él no puede estar "de acuerdo con la homosexualidad".Un evento similar en la ciudad meridional de Daegu en junio derivó en choques con la policía después de que las autoridades intentaran bloquear las celebraciones del Orgullo.Casi un cuarto de la población surcoreana es cristiana y alrededor de un 40% de sus diputados son protestantes. Muchos evangelistas se oponen a los derechos LGBTQ y pocos políticos se atreven a desafiar al "lobby" religioso.Hurricane Kimchi, activista y artista que también usa el nombre de Heezy Yang, afirma que Corea del Sur debe acostumbrarse a la idea de que el colectivo LGBTQ es parte de la sociedad. "Estamos en todos lados, con lo que debería haber actos LGBTQ en todos lados y deberíamos ser visibles en todos lados", afirma a la AFP. Corea del Sur "debe acostumbrarse a tenernos y vernos en todas partes", insiste.Ficción contra realidadLa escena K-pop ha impulsado internacionalmente una serie de estrellas masculinas cuidadosamente arregladas, maquilladas y enjoyadas, empezando por el septeto BTS.La floreciente industria televisiva del país también ha retratado personajes homosexuales y estrenó el año pasado un programa de telerrealidad de citas entre personas LGBTQ. Pero esto no se vierte necesariamente en la vida diaria, dice Yang, quien apunta a la prohibición del matrimonio igualitario o la discriminación todavía existente basada en la orientación sexual."Veo que la gente LGBTQ, incluidas las 'drags', están cada vez más incluidas en la televisión, los videoclips de K-pop y algunos programas, pero son una parte minúscula de la producción", afirma. "Cuando los medios y la gente en Corea del Sur hablan en general sobre las 'drag queens' (...) tienden a describirlo como una forma artística, como una actuación, (ignorando) su historia y significado".Tiago Canario, académico brasileño de cultura visual en la Universidad de Corea, coincide en que la cultura "drag queen" se consume únicamente de forma selectiva. La estética "drag" ha demostrado "ser lucrativa, con lo que más gente se une a ella", explica a la AFP. Pero "esto no significa que las personas marginalizadas que la crearon sean bienvenidas"."Drag queens" como Serena, integrante del colectivo Neon Milk que tiene 100.000 seguidores en su canal de YouTube, recurrió a las redes sociales para conectar con la joven comunidad LGBTQ surcoreana. "La presencia digital es importante, especialmente en la sociedad conservadora de Corea" para demostrar a la gente, especialmente en zonas rurales, que "existe gente como yo, una mujer trans haciendo de 'drag'", dice Serena, de 37 años."Están luchando" Las fiestas queer suelen ser blanco de acoso de grupos religiosos, que lanzan botellas de agua e insultan a los manifestantes o intentan bloquearles el camino.Yang Sun-woo, líder del comité organizador del Festival de Cultura Queer de Seúl, dijo que impedir celebrar el Orgullo en la plaza central de la capital este año fue una decisión impactante y discriminatoria. "Nunca las fiestas queer se vieron expuestas a tal nivel de opresión en una democracia", afirma.De todos modos, Heezy Yang intenta sacar conclusiones positivas y recuerda que en el primer Orgullo en Seúl en el año 2000 hubo solo 50 asistentes. "Es realmente bueno ver que Corea ha pasado de no tener una comunidad o escena 'drag' a tener algo que es pequeño, pero significativo, fuerte y bien conectado", dice."Cuando esta gente se hace más visible, cuando sube al escenario o va a una protesta, están lanzando un mensaje: que están luchando", asegura.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La Casa del Teatro Nacional abre sus puertas a una nueva temporada con dos obras que ya están disponibles en la sala de La Sinagoga y la sala principal. Sonata de espectros y Alphabet City estarán en temporada hasta la primera semana de agosto. En primer lugar está Sonata de espectros del dramaturgo escandinavo August Strindberg, considerado el precursor de Teatro del Absurdo, escrita en 1908, tres años antes de su muerte. Una vez más, bajo la mirada de Sandro Romero Rey, el público se encontrará con una pieza inundada de acertijos y misterios.La obra se basa en la historia de un joven estudiante quien es recompensado por un enigmático anciano tras ser el héroe de un incendio. Lo que parecería una retribución se convierte en un viaje al más allá, donde los muertos pagan sus deudas en la eternidad. Sonata de espectros es una pieza íntima, de corte simbolista, en la que los personajes se convierten en fantasmas de sus propias culpas. La música acompañará este desfile de sombras, donde el espectador no podrá escapar de la seducción de sus imágenes.La puesta en escena del Teatro Nacional es un homenaje a los diálogos establecidos entre el cine y el teatro, con una creación en la que se mezcla al detalle el trabajo de la dirección de arte, las luces, la música y las actuaciones concebidas especialmente con recursos contemporáneos, de tal suerte que los espectadores del nuevo milenio consigan acercarse a los grandes momentos del repertorio universal, pero con las posibilidades y las nuevas preguntas de este tiempo.El director, Sandro Romero Rey, es escritor, realizador, guionista y productor de radio, cine y televisión. Ha combinado estas actividades con la docencia y el periodismo cultural. Licenciado en teatro por el Instituto Departamental de Bellas Artes de Calil. Máster en Artes Escénicas de la Universidad de París VIII. Doctorado en la Universidad de Barcelona con la tesis Género y destino: la tragedia griega en Colombia (publicada en 2015). Profesor de planta y coordinador del programa de Artes Escénicas de la Facultad de Artes (ASAB) de la Universidad Francisco José de Caldas de Bogotá y Profesor invitado de la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia.Esta obra ya está disponible en la Casa del Teatro Nacional con funciones de jueves a sábado a las 8:00 p.m. y con un costo de $58.000 que puede adquirir en la taquilla del teatro. Por otro lado, está Alphabet City que retrata la lucha un grupo de jóvenes diversos con VIH en de la sociedad indolente de la década de los 90’s, donde el único apoyo con el que cuentan son ellos mismos.La historia se ambienta en Nueva York a principios de los 90, en la que un grupo de jóvenes artistas comparten una casa en Alphabet City. Asediados por el SIDA y el riesgo de ser desalojados, luchan juntos por sobrevivir sustentados por su amistad, ilusiones y amores.El director, Juan Fisher es maestro, actor, director y productor de cine y teatro, con una amplia formación en las mejores escuelas de arte del mundo, como el instituto The Lee Strasberg, en Nueva York, donde estudió sus bases en actuación. Además, estudió Teatro en el Transform Theater en Berlín, Alemania; Etnografía Visual en la Freie Universität de Berlín; Guion Cinematográfico en The New School y Edición en la School of Visual Arts, de Nueva York.Esta obra se llevará a cabo en La Sinagoga de la Casa del Teatro Nacional de jueves a sábado a las 8:00 p.m., la boletería está en $38.000 y puede conseguirla en la taquilla del teatro. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Vestida de púrpura reluciente y entre aplausos de los espectadores, Miss Gaviota sube al cuadrilátero de la Arena Coliseo San Ramón, en Puebla (centro), para trenzarse en duelos de golpes y llaves con sus oponentes, hombres musculosos enmascarados.Wendy Martínez afirma ser la primera estrella trans de la lucha libre en México, un mundo donde también aprovecha su talento para confeccionarles trajes a otros combatientes y vender camisetas con su imagen.Sin inmutarse por los asistentes que le gritan "¡puto!", un insulto homofóbico, Martínez, de 46 años, salta al ataque."Es parte de" la lucha libre, dice Martínez sobre los ataques verbales y la discriminación que también ha enfrentado en las calles de Ciudad de México, donde vive, pero que le ha servido como combustible en el ring."Yo era muy peleonera (pendenciera), la verdad. Me peleaba con todo el mundo, a mí no me podían decir una mala palabra en la calle porque yo, ¡n'hombre!, me regresaba y era el peleadero. Y después dije, pues bueno, ¿por qué no entrenar lucha libre y así me van a pagar por pegarles?", comenta.La participación de personas trans en el mundo del deporte ha sido motivo de debate. En marzo pasado, la Asociación Mundial de Atletismo prohibió participar en clasificatorias mundialistas femeninas a atletas trans que hubieran pasado por la pubertad masculina."Estoy preparada a mil por ciento a enfrentarme con quien sea", asegura Martínez, en la antesala de la Marcha del Orgullo que se celebrará este sábado en México.La violencia contra la comunidad LGBTQ+ en este país se cobró la vida de al menos 87 de sus integrantes en 2022, una cifra en aumento desde hace tres años, según datos de la organización de defensa Letra S. De ese grupo, 55% eran mujeres trans.DesquiteDurante el día, Martínez administra un pequeño salón de belleza en la planta baja del edificio donde comparte un hacinado departamento con varios familiares, a pocas cuadras del Zócalo, principal plaza pública del país."Aquí me hacen enojar mis clientas y arriba del ring me desquito, allá saco ese estrés", confiesa Martínez sonriente, mientras le corta el cabello a su tía."Me siento tan cómoda en la arena de la lucha libre como lo estoy aquí en el salón de belleza", añade. En México existe un grupo de luchadores que pelean vestidos de mujer, aun sin ser parte de la comunidad LGBTQ+. Son conocidos como "Los Exóticos".Según cifras oficiales, al menos 5 millones de mexicanos mayores de 15 años se identifican como LGBTQ+, casi 5% de la población del país. Para Martínez, su identidad dentro y fuera del encordado es motivo de orgullo."Siempre me he considerado una mujer desde que tengo uso de la razón. Tal vez papá Dios me mandó en un cuerpo equivocado, pero tengo unos pensamientos y un sentimiento de mujer que no voy a cambiar por nada del mundo", sostiene. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sobre todo, lo que espero es poder aportar algo a la gente que siente este género, a la gente que sigue la música que yo hago. Aportar algo fresco, nuevo, que sientan que hay continuidad en el trabajo, que hay actualidad en el trabajo", declara con fervor el artista, conocido como 'El caballero de la salsa'.A sus 61 años, el ganador de un Grammy por Mejor Álbum Tropical Latino en 2007 y seis Latin Grammy revela desde su estudio en San Juan que le encantaría que este álbum, compuesto de nueve temas, tenga "impacto" y sea "del gusto popular", que los adeptos a los ritmos caribeños digan: "¡Qué buen disco!".El veterano cantante continúa su estilo de salsa tradicional y mayoritariamente romántica, utilizando como eje central de sus letras el amor y el desamor en esta recopilación de temas, entre los que figuran 'Ahora o nunca', 'La Marea' de Rubén Blades, 'Tratando de acercarme' o 'Tun Tun'.El artista rememora que, tras la publicación de su tercer disco, se dio cuenta de que ese iba a ser su camino porque "el amor es el tema que nunca se va a acabar", y por eso trata de mezclar "los temas de amor con la energía y el carácter de la música de salsa".Asimismo, declara que ha sido "un poco egoísta con este disco" porque solo cuenta con una colaboración en 'Fin de semana', junto al salsero puertorriqueño Gerardo Rivas, opuesto a su álbum 'Colegas' que tiene 17 colaboraciones con artistas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl álbum se estrena en "un momento correcto"El sonero puertorriqueño arrancó la primera parte de su 'Auténtico Tour' en agosto del año pasado en su isla natal y, desde entonces, se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Chile, Canadá, Perú, Colombia, México, Suiza, Italia y España."El disco se retrasó un poco para mi gusto, pero llega en un momento correcto porque entonces la gira cae en su segunda etapa y el disco viene con todo lo que un disco nuevo trae", asegura Santa Rosa, que menciona que este tour le está brindando "una energía espectacular"."Y esa energía se traduce no solamente en calidad de espectáculo, de música, sino que también se traduce en visión a futuro. Uno se siente más comprometido, con más deseos de hacer nuevos proyectos", expresa el artista, que cuenta con 15 álbumes de oro, 13 de platino y 3 de multiplatino.Santa Rosa, que ha colaborado con artistas reconocidos como Celia Cruz, Hector Lavoe o Andy Montañez, rememora que su etapa favorita de su afamada y galardonada trayectoria fue en sus comienzos: la época en la que cantaba con la banda de Willie Rosario y trabajaba con la mayoría de sus ídolos.La salsa "llegó para quedarse"Santa Rosa se muestra agradecido por la nueva generación de jóvenes salseros que continúan el legado de los más veteranos como los puertorriqueños Víctor Manuelle, Luis Vázquez, Carlos García, Merari o Carlos Nevárez, que "son muy buenos y talentosos".En este sentido, recalca que su consejo para el público es que "abran las puertas a estos muchachos".A su juicio, "este es un género que tiene historia, tiene personalidad propia y que tiene futuro porque yo he oído a cada vidente poniéndole fecha de expiración, que se va a morir, pero este es un género que llegó para quedarse", subraya el salsero.El artista continuará en febrero con 'Auténtico Tour', que sufrirá un giro con una edición especial de San Valentín que llamará 'Auténtico Love Edition', por Canadá, California, Florida y Maryland (EE.UU.) y, en abril, por México.Con su anterior gira, 'Camínalo Tour', que duró aproximadamente dos años, también recorrió ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Vallejo (España, 1979) viajó al país andino para participar en Hay Festival Arequipa, pero también visitó Lima para dictar talleres de creación literaria y realizar encuentros con escolares, a los que transmite su pasión lectora apelando a la innata curiosidad humana."Todavía hay un frente de resistencia y además, un intento de sanar las sociedades a través de la palabra", dice.Desde que publicó 'El infinito en un junco', hace cinco años, uno de los últimos grandes fenómenos de la literatura española que ha vendido más de un millón de ejemplares, ha conocido a innumerables amantes de la lectura que abogan por llevar los libros a todos los rincones para curar las sociedades."He podido conocer a muchísimos promotores de lectura que hacen una labor extraordinaria llevando los libros a barrios y zonas de sus países que socialmente parecían excluidos de esa experiencia, y que incluso están tratando de sanar cicatrices sociales y personales de la violencia y de los conflictos históricos a través de los talleres de lectura y de escritura", dice.La zaragozana cree que los libros y la cultura siempre están amenazados, pero ha sido "profundamente esperanzador" encontrar que hay tanta gente involucrada, especialmente en Hispanoamérica."Me parece muy destacable porque creo que estamos viviendo una época muy confusa y conflictiva donde se van creando bandos, oposiciones permanentes e incomprensiones", añade.Y, sin embargo, las democracias necesitan un diálogo sano, necesitan el uso de la palabra para forjar acuerdos", considera.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCausa perdidaLos libros la rodean desde niña e incluso podría decirse que contribuyeron a que la escritora naciera. Vallejo muestra con cariño un ejemplar de 'Trilce', del poeta peruano que lleva su mismo apellido, y que su padre regaló a su madre cuando se estaban conociendo.Gracias al libro amarillento, prohibido en España durante la dictadura, la historia de amor entre ambos se fortaleció, según cuenta.Su amor por la lectura le llevó a escribir 'El Infinito en un junco', pero, mientras lo hacía, creía que abogaba por los libros y las humanidades en un mundo contemporáneo en el que parecía que estaban al borde del precipicio."Escribía este libro desde mi pasión lectora pero en un momento en el que había tanto pesimismo en la atmósfera y tanto convencimiento de que la lectura y los libros se terminaban, yo misma llegué a creérmelo y pensar, 'bueno, realmente soy una persona extravagante y formo parte de un mundo que está a punto de acabarse'", apunta.Pero, por el contrario, las cifras de ventas y sus miles de seguidores por todo el mundo demuestran lo contrario, Vallejo no está sola ante el cariño a los libros."Jamás de los jamases pensé que pudiera apelar a muchas otras personas. De hecho, creía que más que un libro, es una colección de causas perdidas", indica.Canto a la imaginaciónSu último libro, El inventor de viajes, es una adaptación ilustrada para niños del primer relato de ciencia ficción de la historia. Está basado en 'Historias verdaderas', de Luciano de Samósata, escrito en el siglo II, y es la primera vez que la literatura incluyó un viaje espacial.Sus milenarias páginas son los antecedentes de Julio Verne o de 'Star Wars'."Me gusta de la ciencia ficción es que aquello que parecía imposible, que parecía un sueño cuando se escribió por primera vez, luego se puede convertir en realidad. El ser humano ha llegado a la Luna, pero las cosas hay que soñarlas primero para que se hagan realidad", dice."Esta historia es un canto a la fantasía, una reivindicación a la capacidad de soñar y creo que en esta época es importante recordárselo a los niños, que tienen entretenimientos muy pasivos que simplemente con una pantalla reciben imágenes perfectamente elaboradas", advierte.Dice que el ser humano no puede perder "ese mecanismo tan liberador que es la imaginación que es además nuestra principal defensa contra la rutina, el aburrimiento y la tristeza".Igualmente, señala que otro mecanismo profundamente humano es el amor por escuchar una historia, que paradójicamente es un pacto entre el lector y escritor sobre la mentira que va a contarle."La ficción es una mentira muy especial, no es para engañar es una mentira para jugar divertirse. Ciertas verdades se alcanzan sólo a través de las ficciones, hay ciertas cosas de nuestra vida, miradas, emociones ocultas o silenciosa que se liberan gracias a esa mentira que son las ficciones", concluye.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Los lectores no acostumbrados a la poesía son incapaces de diferenciar de forma fiable la generada por inteligencia artificial (IA) de la escrita por autores como Emily Dickinson o Shakespeare, e incluso valoran mejor la primera, según un estudio hecho con más de 1.500 personas.Una investigación de la Universidad de Pittsburgh (EE. UU.) indica que esta tendencia a valorar la poesía generada por IA puede deberse a que los lectores confunden la complejidad de los versos escritos por humanos con las incoherencias en las que a veces puede incurrir esta tecnología.Otro motivo puede ser que los participantes puedan infravalorar lo humana que puede llegar a ser la IA generativa, indica el estudio que publica Science Advances.Además, los voluntarios a los que no se informó sobre si el texto había sido producido artificialmente o era de una persona valoraron más favorablemente los primeros, lo que puede responder a que eran más sencillos y accesibles que la obra de poetas destacados.Los investigadores pusieron a prueba la capacidad de 1.634 personas para distinguir entre la poesía generada por la IA y la escrita por un poeta.En general, el nivel de experiencia del grupo con la poesía era bajo: el 90,4 % dijo que leía este género un par de veces al año o menos; el 55,8 % se describió a sí mismo como ‘poco familiarizado con la poesía' y el 66,8 % como ‘nada familiarizado' con el poeta asignado.El grupo trabajó con diez poemas en orden aleatorio, cinco escritos por poetas como William Shakespeare, Lord Byron, Emily Dickinson y T.S. Eliot, y el resto generados por ChatGPT3.5 al estilo de esos autores.El resultado fue que los participantes eran más propensos a atribuir que los poemas de la IA habían sido escritos por un humano, y los cinco considerados menos probables de ser de producción humana estaban todos escritos por poetas auténticos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPoemas generados por IA, más fáciles de comprenderEn un segundo experimento, un grupo diferente de 696 personas evaluó los escritos en función de 14 características como la calidad, la belleza, la emoción, el ritmo y la originalidad.Los autores observaron que los poemas de IA eran valorados más favorablemente en cualidades como el ritmo y la belleza, lo que contribuía a su identificación errónea como escritos por humanos.Los voluntarios fueron asignados de forma aleatoria a tres grupos. A uno se le dijo que los textos habían sido escritos por un ser humano, a otro que fueron producidos por la IA y al tercero no se le dio ninguna información sobre la autoría.A los que se dijo que habían sido creados por la IA dieron puntuaciones más bajas en 13 características que los participantes a los que se comunicó que habían sido escritos por humanos, independientemente de si los poemas habían sido creados por la IA o por humanos.Los participantes a los que no se dijo nada sobre la autoría valoraron más favorablemente los poemas generados por IA que los escritos por humanos.Los autores sugieren que los participantes prefirieron los poemas generados por IA porque eran más sencillos y accesibles que la obra de poetas destacados.Además, los voluntarios esperan preferir la poesía escrita por humanos y, como la generada por la IA les resulta más fácil de interpretar y comprender, entienden erróneamente esta preferencia como una indicación de que el poema ha sido escrito por un humano, escriben los autores de la investigación.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.