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Rio de Janeiro sueña con celebrar "el mayor carnaval en un siglo"

Tras un 2021 sin desfiles por la pandemia, las escuelas de música de Rio de Janeiro vuelven a ensayar, con la esperanza de montar en 2022 el mayor carnaval en un siglo, todo esto si las medidas sanitarias contra el coronavirus lo permiten.

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En el carnaval de Rio en 1919, los cariocas se volcaron masivamente a las calles para celebrar el fin de la gripe española.
MAURO PIMENTEL/AFP

La percusión frenética al ritmo de samba sacude los cuerpos, rebosantes de lentejuelas y alegría: tras un 2021 sin desfiles por la pandemia, las "escolas" de Rio de Janeiro vuelven a ensayar, con la esperanza de montar el mayor carnaval en un siglo, si el coronavirus lo permite. "Rio de Janeiro es una ciudad cultural, el samba está entrañado en nuestra vida, al igual que la playa y el fútbol. El carnaval representa nuestra vida", explica Moacyr da Silva Pinto, veterano director de batería de la escuela Unidos do Viradouro, que retomó sus ensayos colectivos con aforo reducido hace un mes.

Conocido por todos como "maestro Ciça", este hombre de 65 años dirige desde lo alto de una tarima a unos cincuenta percusionistas, con un potente silbato colgado al cuello. Junto a él, la sensual reina de la batería se menea con gracia, agitando su minifalda de flecos dorados y una cabellera de trenzas africanas que le llega hasta la cintura. Decenas de integrantes de la "escola" cantan y se abrazan en la pista de baile, ostentando sin tapujos -y en su mayoría sin mascarilla- la felicidad del reencuentro.

"Es un grito de libertad, el regreso a nuestra casa, a esta alegría sin fin, la libertad de poder quitarnos la máscara, de estar vacunados", dice Leonina Gabriel, de 35 años. Las autoridades condicionan la realización del carnaval, entre el 25 de febrero y el 1 de marzo, a la situación epidemiológica, que ha mejorado sustancialmente en los últimos meses junto al avance de la vacunación. El alcalde, conocido entusiasta del carnaval, afirmó a la revista VEJA que "si hay condiciones, habrá (carnaval)"

El mayor carnaval desde 1919

Mientras, las escuelas continúan trabajando a todo vapor para fabricar a tiempo miles de disfraces, máscaras y las características carrozas gigantes. "El carnaval de Rio es una gran industria que da sustento a muchas familias", explica el arquitecto Marcus Ferreira, uno de los "carnavalescos" (directores creativos) del desfile de Viradouro. Una de ellas es la de Simone dos Santos, jefa de costura de la agrupación que debió rebuscárselas con otros trabajos durante los meses en que quedó parada. "La pandemia fue muy difícil para todos los que nos dedicamos al carnaval", cuenta esta mujer de 46 años que trabaja en el rubro desde los 20. Por eso espera que la fiesta sea redoblada.

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Viradouro, vencedora del último concurso, recordará en su próximo desfile el carnaval de 1919, cuando todavía no existían las escuelas de samba pero los cariocas se volcaron masivamente a las calles para celebrar el fin de la gripe "española" que dejó entre 50 y 100 millones de fallecidos en el mundo. Un siglo después, con la pandemia de coronavirus "el mundo paró. Pero los brasileños somos guerreros y vencimos, y lo demostraremos haciendo el mayor carnaval desde 1919", asegura Ciça.

Bolsonaro contra el Carnaval

Con más del 95% de su población adulta ya vacunada, Rio de Janeiro levantó la obligación de usar mascarilla en lugares abiertos, pero exige el comprobante de vacunación en sitios turísticos y otros lugares públicos. En todo Brasil, el 61% de la población ha tomado su segunda dosis, una marca insuficiente según los especialistas, que ven el rebrote de casos en Europa como una alerta.

"Me preocupa bastante cuando veo que en Brasil se está discutiendo la reapertura del carnaval. Es realmente una condición extremadamente propicia para un aumento de la transmisión comunitaria", declaró Mariângela Simão, Subdirectora General de la OMS para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios. Además de los desfiles en el Sambódromo, más de 500 "blocos" se registraron para desfilar en Rio, fiestas multitudinarias a cielo abierto regadas de alcohol, música y desenfreno.

El presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que ha criticado otras veces los excesos durante el carnaval callejero, declaró: "Por mí, no habría carnaval, pero hay un detalle: quien decide no soy yo, (...) son los gobernadores y alcaldes", dijo. La situación sanitaria será puesta a prueba previamente en la fiesta de fin de año en la playa de Copacabana, que suele reunir hasta tres millones de personas.