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Según estudio Bach, Beethoven y Mozart sincronizan las oscilaciones neuronales

Recientes estudios han demostrado que escuchar música clásica puede tener efectos positivos en el cerebro, actuando como un antidepresivo natural. Investigadores chinos han encontrado que composiciones de Bach, Beethoven y Mozart sincronizan las oscilaciones neuronales entre el córtex auditivo y el circuito de recompensa, lo que podría ayudar a pacientes con depresión resistente al tratamiento.

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De izquierda a derecha: Ludwig van Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart y Johann Sebastian Bach.

En un mundo cada vez más ruidoso y fragmentado, la música clásica emerge como un refugio atemporal, ofreciendo mucho más que deleite estético. Estudios recientes demuestran que escuchar composiciones de gigantes como Bach , Beethoven y Mozart no solo eleva el espíritu, sino que también transforma el cerebro, actuando como un antidepresivo natural. La ciencia está comenzando a desentrañar cómo estas obras maestras del sonido afectan nuestras emociones, cognición y bienestar general.

El cerebro bajo el influjo de la música clásica

El impacto de la música en el cerebro humano ha fascinado a neurocientíficos durante décadas, pero los hallazgos recientes han sido especialmente reveladores. Un estudio realizado por investigadores chinos en 2022 exploró la influencia de composiciones clásicas sobre pacientes con depresión resistente al tratamiento. El estudio descubrió que escuchar piezas de Bach, Beethoven y Mozart sincronizaba las oscilaciones neuronales entre el córtex auditivo y el circuito de recompensa del cerebro. Esta sincronía no solo mejoraba el estado de ánimo de los pacientes, sino que también potenciaba la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la motivación.

El "Efecto Mozart" , un fenómeno popularizado en los años noventa, también encuentra respaldo en estos nuevos estudios. Aunque en sus inicios fue objeto de controversia, hoy sabemos que ciertas composiciones clásicas pueden mejorar funciones cognitivas como la memoria y la resolución de problemas, gracias a la activación simultánea de redes neuronales en ambos hemisferios cerebrales.

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La música clásica como terapia

La aplicación terapéutica de la música clásica va más allá de sus efectos en el bienestar emocional. La musicoterapia, una disciplina que combina el arte sonoro con principios clínicos, utiliza piezas clásicas para tratar desde trastornos de ansiedad hasta enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La música de Mozart, por ejemplo, es frecuentemente empleada para reducir el nivel de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo un estado de calma y relajación profunda.

Un estudio realizado por la Universidad de Stanford reveló que las estructuras rítmicas de la música clásica pueden sincronizarse con los patrones de ondas cerebrales, facilitando estados meditativos . Esto no solo beneficia la salud mental, sino que también mejora la capacidad de atención y la creatividad.

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Lea aquí: ¿Cuáles son las sonatas más famosas de Beethoven?

¿Por qué Bach, Beethoven y Mozart?

Aunque cada compositor clásico tiene un estilo único, las obras de Bach, Beethoven y Mozart se destacan por su complejidad y equilibrio estructural. Bach, con su contrapunto impecable, estimula el razonamiento lógico y la concentración. Beethoven, en cambio, canaliza emociones profundas y ofrece catarsis emocional, mientras que las composiciones de Mozart, con su claridad y simetría, inducen un estado de orden y serenidad.

Las sinfonías de Beethoven, especialmente la Novena , son un ejemplo de cómo la música puede generar un sentido de unidad y esperanza. Por otro lado, las invenciones de Bach actúan como un "ejercicio mental" para el cerebro, ayudando a reforzar conexiones neuronales. Mozart, con su "Pequeña Serenata Nocturna" o el "Concierto para piano n.º 21", evoca una sensación de placer estético que trasciende lo meramente emocional.

Recomendaciones para un viaje sonoro

Si deseas integrar la música clásica en tu vida diaria, aquí tienes algunas recomendaciones:

  1. Para relajarte: Escucha el "Canon en Re" de Pachelbel o el "Adagio for Strings" de Barber.
  2. Para concentrarte: Opta por las fugas de Bach o los cuartetos de cuerda de Haydn.
  3. Para elevar el ánimo: Disfruta de la "Sinfonía n.º 40" de Mozart o la "Oda a la Alegría" de Beethoven.

La música clásica es mucho más que una experiencia auditiva; es una herramienta poderosa para transformar nuestra salud y bienestar. En una era dominada por el ruido, volver a estas composiciones es redescubrir una forma de equilibrio y belleza que resuena en lo más profundo de nuestra humanidad.

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