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Gustavo Santaolalla: "Hay música que es como los platos de cartón: se usa y se tira"

El laureado artista argentino Gustavo Santaolalla no cree que haya géneros musicales buenos o malos. Ni que el reguetón, como dicen, sea de por sí malo. Pero sí asegura que hay música desechable, "como los platos de cartón, que se usan y después se tiran".

Gustavo Santaolalla
El músico, productor y oscarizado compositor argentino Gustavo Santaolalla posa para las fotos durante una entrevista con la AFP en Madrid el 3 de junio de 2024.
PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP

Santaolalla es el maestro de la combinación, de mezclar ritmos, de no encasillarse en géneros, por eso es incapaz de criticar ninguno de ellos: "La música se divide en dos categorías: buenas o malas. No existen géneros malos, como te dicen de que el reggaeton o el rap no es música", asegura desde el corazón de Madrid, en la Plaza Mayor.

"Cada género y cada expresión tiene sus exponentes buenos y sus exponentes malos; la música culta también tiene cosas que son horribles", explica este bonaerense.

Le entusiasma, por ejemplo, el ritmo de las palabras que alcanzan algunas canciones de rap, un género donde dice "hay grandes poetas". Destaca, sin pedirle ejemplos, a René Pérez Joglar -Residente, de Calle 13- porque "es un tipo que dice cosas muy fuertes e importantes y con una rima y un ritmo muy increíble".

Y como ya hizo Residente al hablar de 'hot dogs' (perritos calientes) para referirse a cierta música comercial actual, el compositor argentino -ganador de dos Óscar por las bandas sonoras de 'Brokeback Mountain' y 'Babel'-, también cree que hay música desechable.

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"Hay música que es como los platos de cartón: se usan y después se tiran. Y también cumple una función", dice Santaolalla. "Y hay música dentro de eso que también es válida".

De Bad Bunny, por ejemplo, dice que es importante que haya alcanzado tanto éxito comercial expresándose en español: "Poder lograr comunicarse con tanta gente hablando el español es un paso muy importante que después también será usado por artistas que por ahí tienen una propuesta a lo mejor intelectualmente más rica o éticamente más rica".

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Ahondar en su hispanidad


Santaolalla está presentando en la capital española su último proyecto: un mapa sonoro de Madrid. Con el que ha recorrido escenarios como el mercado de la Cebada, el parque del Retiro o el metro para grabar sonidos e imagen y crear piezas experimentales.

"Yo tenía mucho interés hace tiempo de hacer un experimento en donde se trabajara con la imagen y el sonido simultáneamente", dice este creador que acostumbrado a hacer bandas sonoras -también está detrás de la del videojuego y la serie de 'The Last of Us'-, ha querido volver al sonidista clásico, que captura el trino de los pájaros, los pasos de un viandante o el silbido de un vendedor ambulante para crear música, "jugando con los sonidos y la imagen".

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Y lo ha hecho en Madrid, una ciudad rica en sonidos diversos, dice, que le cautiva y donde le gustaría pasar más tiempo. "En esta búsqueda mía de la identidad que me acompaña desde muy chico, de expresar en lo que hago quién soy, de dónde vengo, siempre me interesó ahondar en el folclor", explica.

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Primero fue en lo argentino -con esa mezcla ecléctica de tango y electrónica-, luego en lo latinoamericano, pero le queda también otra parte de su identidad que le da el ser nieto de un malagueño y una vasca. "Yo sentí hace ya unos cuantos años que tenía que ahondar en mi hispanidad", afirma, como una forma de "cerrar" su identidad.

El proyecto le ha permitido pasar más tiempo en Madrid y poder viajar más frecuentemente desde Los Ángeles (EE.UU.) a España, país a donde volverá para dar cuatro conciertos en Barcelona, Valencia, Málaga y Cartagena entre octubre y noviembre para el tour del 25 aniversario de su disco 'Ronroco'.

Rodearse de juventud


A sus 73 años, sigue apostando por proyectos como este donde se puede rodear de jóvenes porque "de alguna manera traen siempre algo nuevo a la mesa, algo distinto".

"Yo siempre hablo de la importancia de la experiencia, pero también de la importancia de la inexperiencia", asegura el músico, "la inexperiencia es la que te permite tomar un camino que la experiencia ya no te da permiso a hacerlo".

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Y junto a la inexperiencia reivindica el error, con el que ha trabajado mucho durante su carrera. "Hay errores que son aciertos", dice. A veces erra en una nota que era la que le faltaba a la melodía, y se da cuenta de que precisamente esos errores son más bien "intenciones ocultas".

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