Gustav Mahler compuso nueve sinfonías y dejó inconclusa una décima. Sus sinfonías son formalmente complejas, de naturaleza programática y concebidas para grandes masas de ejecutantes. Su larga duración, se debe a que el número de movimientos es de 4 a 5 e incluso 6 como la Tercera Sinfonía, que empezó a componer en el verano de 1895 en su refugio de verano de Steinbach am Attersee.
En ese entorno irresistible, que tanto le inspiraba, pero al mismo tiempo intimidaba, completó su Sinfonía N° 3 en re menor en 1896.
La tercera Sinfonía se interpreta en concierto muy de vez en cuando, ya que es la obra más larga de Mahler, dura usualmente entre 90 y 100 minutos. De su conmovedor movimiento final dijo una vez Leonard Bernstein que era la música más dolorosamente hermosa escrita por Mahler.
Toda la obra gira alrededor de la Tierra y la Naturaleza, con textos de Nietzche y del propio Mahler. Por el diario de Natalie Bauer-Lechner, una amiga de Mahler, se sabe que la Tercera Sinfonía nace de un proyecto musical donde se intentaría narrar la épica de la Naturaleza, describiendo la vida inerte hasta llegar a la creación de: plantas, hombres y animales, todo ello animado por la fuerza de la vida.
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Decía Mahler en carta a otra de sus amigas: “Mi sinfonía será algo que el mundo jamás ha escuchado. En ella, La Naturaleza misma toma voz, y dice secretos tan profundos que quizá se han escuchado únicamente entre sueños". Y añadía: “Un día, el mundo se dará cuenta".
El estreno de la sinfonía completa tuvo lugar el 9 de junio de 1902 en la 38º Tonkünstlerfest de Krefeld. Mahler dirigió la Orquesta Municipal de Krefeld y la Orquesta Gürzenich de Colonia en el Stadthalle de Krefeld.
Los movimientos de esta monumental composición son:
1. El despertar de Pan. El verano hace su entrada
2. Lo que me cuentan las flores del campo
3. Lo que me cuentan los animales del bosque
4. Lo que me cuenta el hombre (la noche)
5. Lo que me cuentan las campanas de la mañana (los ángeles)
6. Lo que me cuenta el amor
Gustav Mahler elevó hasta su máximo esplendor la tradición musical vienesa del siglo XVIII y también el conocido como titanismo sinfónico característico del siglo XIX. Sin embargo, como suele sucederles a los genios, su música tardó en ser valorada por la crítica y por el público. Leonard Bernstein le definió como el profeta espiritual del siglo XX, el siglo de la muerte.
Mahler nació el día de San Fermín, el 7 de julio de 1860 en Bohemia (Austria) y cuando apenas era un niño, se trasladó junto a su familia a Jihlava, donde empezó a tomar lecciones teóricas y prácticas de piano. El joven, que ya apuntaba buenas maneras, fue admitido en el Conservatorio de Viena, institución en la que perfeccionó sus conocimientos sobre el citado instrumento y aprendió a componer.
Podrá escuchar una selección de obras y más datos acerca del maestro Gustav Mahler en la nueva edición de El músico de la semana, el lunes 10 de julio a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
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