Granville Bantock se dedicó a la música relativamente tarde, en la adolescencia, entrando en la Royal Academy en 1889 después de un período en el Trinity College of Music.
Bajo su maestro Frederick Corder, ex alumno de Hiller en Colonia, lo hizo suficientemente bien como para que varias de sus composiciones estudiantiles se interpretaran en la Academia, incluida una ópera en un acto, Caedmar, una suite de ballet, una cantata dramática, The Fire Worshippers, y Wulstan, una escena para barítono y orquesta.
Ya en 1913 Granville Bantock termina de componer su primera sinfonía, que inspirada en las islas Hébridas, un archipiélago situado al oeste de Escocia, estrena el 14 de febrero de 1916 durante un concierto en Glasgow y que tituló Sinfonía Hebridean.
Pasarían casi 15 años para que Granville Bantock escribiera su segunda sinfonía, que como la anterior está compuesta en un solo movimiento dividido en varias secciones. Otra obra basada en motivos descriptivos, esta vez de la antigüedad clásica. En el prefacio de la obra su autor escribe el texto en latín, Et ergo in Arcadia vixit, (He vivido en Arcadia), haciendo referencial, tal vez, al segundo libro de las Odas de Horacio.
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Granville Bantock en 1893 dejó la Academia y durante los siguientes tres años se dedicó a su revista The New Quarterly Músic Review, mientras se desempeñaba como director de presentaciones de música ligera, dirigiendo comedias musicales para el empresario George Edwardes.
Ya en 1897, Bantock se convirtió en el director en The Tower en New Brighton, donde permaneció durante cuatro años, aprovechado la oportunidad para hacer lo que pudo por alentar a los compositores británicos en un establecimiento musical de posibilidades limitadas, y en 1898 fundó la New Brighton Choral Society.
En 1900 Bantock dirigió un programada de música británica en Amberes, incluyendo las primeras representaciones de algunas de sus propias composiciones, entre las que se encontraba el poema sinfónico Jaga-Naut, destinado a ser el segundo de los 24 poemas sinfónicos proyectados, basado en el poema de Robert Southey: La maldición de Kehama.
El Poema sinfónico Fifine at the fair, es una de las obras más conocidas de Granville Bantok. Su fecha de composición es incierta, pero se cree que es de 1911, época en la que Royal Philarmonic Society le encargó una composición para la temporada de 1912.
Sin embargo, la Sociedad no pudo pagar a Bantock el precio que cobró por la obra y esta debió estrenarse el 2 de octubre de ese año 1912 en el Festival de Birmingham, en un ambicioso concierto que incluyó también “Don Quijote” de Richard Strauss.
Bantok tomó como inspiración para su Fifine at the Fair un poema de Robert Brownin que los críticos de la época, años 1870, consideraron justamente, como casi imposible de leer, por su tortuosa sintaxis y digresiones eternas, por la figura de un narrador y por la presencia de una mariposa, símbolo de la libertad y de la aventura.
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Granville Bantock fue el más influyente de los compositores en la fundación de la orquesta de la ciudad de Birmingham (más tarde la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Birmingham), que ofreció su primer programa en septiembre de 1920 con la Obertura Saul, de Bantock. Poco después de la muerte del compositor en Londres, en 1946, se estableció una Sociedad Bantock. Su primer presidente fue Jean Sibelius, cuya música abanderó Bantock durante los primeros años del siglo. Así mismo Sibelius dedicó su Tercera Sinfonía a Bantock y Edward Elgar la segunda de sus Marchas de pompa y circunstancia.
Escuche obras seleccionadas y más datos acerca del maestro Granville Bantock en la nueva edición de El músico de la semana, el próximo lunes 7 de agosto a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
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