Carl María von Weber fue un compositor que ha pasado a la historia sobre todo por ser el pionero de la ópera romántica alemana, con tres títulos muy célebres: El Cazador Furtivo, Euryanthe y Oberon, que van creando el mundo mágico en que se moverán Mendelssohn, Schumann o Wagner: la orquesta, como un organismo vivo gigante, un bosque lleno de animales y duendecillos.
A diferencia del campo de la ópera, en Carl María von Weber la faceta de virtuoso del piano es menos conocida, más a través de los libros de historia de la música que de su propia música, lo cual es un poco triste, y recuerda a compositores como Anton Webern, que se conocen más por los análisis de sus obras que, en ocasiones, por sus obras mismas.
La composición de música para piano - esencialmente variaciones, danzas, piezas a cuatro manos y cuatro sonatas - cubre casi toda la carrera de Weber, entre 1800 y 1822.
El conjunto de esta obra parece un poco olvidada en nuestros días. Sin embargo, en su momento fue admirada por Liszt, quien preparó un edición de ella y Chopin hacía trabajar a sus alumnos con la obra de este famoso compositor romántico alemán.
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A Carl María von Weber le gustaba mucho el clarinete. Para este instrumento dejó una notable producción en el terreno concertístico, sin olvidar el Gran dúo con piano y el Gran Quinteto en Si bemol, Op. 34 para clarinete y cuerdas. Weber compuso esta obra en 1815. Es obra de gran madurez y seguridad.
Su relación con el clarinete se inició en 1811 cuando trabó amistad con Heinrich Baermann, uno de los más célebres clarinetistas de la época. Con anterioridad a la composición de este quinteto, Weber ya había escrito para Baermann, un concertino y dos conciertos para su instrumento.
Toda la vida de Carl María von Weber estuvo orientada hacia el teatro, sus propias creaciones están impregnadas de este y a él se le considera el iniciador del verdadero teatro nacional de ópera alemán. Toda su gloria reposa en sus tres obras líricas de primer orden: El cazador Furtivo, Euryanthe y Oberón , esta última estrenada en 1826 el Covent Garden de Londres, ciudad en la falleció el compositor como consecuencia de la tuberculosis.
Pero si el teatro fue parte fundamental de la creación de Weber, no hay que olvidar que fue autor también en otros géneros, como el concierto, la Sinfonía, el piano y la música religiosa.
De la música de piano de Weber son bastante conocidos los dos conciertos para piano, la Pieza de concierto en fa menor que ya escuchamos y por supuesto Invitación a la danza, pieza festiva y elegante, llena de encanto, para piano solo.
Como todas las obras para clarinete de Weber excepto el Gran Dúo Concertante, está dedicada a Heinrich Baermann, que fue solista en el estreno el 25 de diciembre de 1813.
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La música de Carl María von Weber (pionero de la ópera romántica alemana), estará presente en El Músico de la Semana HJCK el lunes 6 de junio a partir de las 3:00 p.m., por nuestra señal en vivo.