
En medio de su ascendente carrera como compositor en Viena, Ludwig van Beethoven sorprendió al público en 1803 con una obra que, hasta hoy, luce discreta al lado de sus sinfonías y conciertos más famosos: el oratorio Cristo en el monte de los Olivos , Op. 85 ( Christus am Ölberge ).
Esta composición, escrita en apenas dos semanas, es su única obra sacra de gran escala hasta la creación de la Misa Solemnis , y representa una ventana única hacia su espiritualidad y su humanismo. El oratorio de Beethoven narra uno de los momentos más íntimos y decisivos de la vida de Jesús: su angustia y recogimiento en el Huerto de Getsemaní, la noche antes de su crucifixión.
Agenda para Semana Santa:
Beethoven se inspiró en el libreto de Franz Xaver Huber, estructurado en tres personajes: Jesús (tenor), un ángel (soprano) y Pedro (bajo), además del coro que actúa como multitudes, soldados y serafines.
La música está impregnada de un dramatismo operático que se aleja del estilo solemne y contemplativo típico de los oratorios barrocos. En su lugar, Beethoven ofrece pasajes llenos de tensión emocional, contrastes dinámicos y una fuerza expresiva que prefigura el carácter épico de sus obras posteriores.
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Aunque Cristo en el monte de los Olivos fue bien recibido en su estreno en el Theater an der Wien, su éxito fue moderado. El propio Beethoven expresó con el tiempo ciertas reservas sobre la obra, insatisfecho con el texto y la rapidez con que la compuso. Sin embargo, el oratorio ha ganado nueva vida en los últimos años, especialmente durante celebraciones religiosas como la Semana Santa, gracias a su profundidad espiritual y su intensidad musical.
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El aria “Der Engel spricht” (El ángel habla), por ejemplo, ofrece un momento de consuelo celestial en medio de la oscuridad. Y el coro final, que canta la victoria de Cristo sobre la muerte, cierra la obra con una energía triunfante y redentora.
Esta obra además revela una dimensión menos explorada del genio alemán, su búsqueda de consuelo en la fe, su empatía por el sufrimiento humano, y su deseo de conectar con lo trascendente a través del arte. Cristo en el monte de los Olivos puede no ser su obra más revolucionaria, pero sin duda es una de las más humanas.
Después de este oratorio, Beethoven escribió otras obras sacras entre las que se destacan la Misa en do mayor, Op. 86 (1807), encargada por el príncipe Nikolaus Esterházy II y la Misa Solemnis en re mayor, Op. 123 (1819–1823), considerada una de sus obras maestras absolutas.
Podrá escuchar el oratorio 'Cristo en el monte de los Olivos', Op 85, de Beethoven este Miércoles Santo a las 3:00 p.m. en el Concierto de la tarde en la señal en vivo de la HJCK.
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