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La poeta Andrea Cote es la ganadora del Premio Casa de América de Poesía Americana

"Querida Beth", de la escritora y poeta colombiana Andrea Cote Botero, es la obra ganadora del XXIV Premio Casa de América de Poesía Americana.

Andrea Cote reivindica la poesía de mujeres como "enunciado de empoderamiento"
Andrea Cote, poeta colombiana, oriunda de Barrancabermeja.
Tomada de Instagram: @andreacote27

El veredicto fue anunciado hoy, 28 de octubre, por el jurado reunido en la institución, que destacó la obra como una "poesía precisa y emotiva, llena de hallazgos estilísticos constantes y un tono marcadamente actual". El jurado estuvo compuesto por León de la Torre Krais, director general de Casa de América; Daisy Zamora, ganadora del premio en 2023; Benjamín Prado, escritor y poeta; Javier Serena, director de Cuadernos Hispanoamericanos, y Jesús García Sánchez de la Editorial Visor Libros. Anna María Rodríguez Arias, experta en literatura de Casa de América, actuó como secretaria.

"Este premio es para mí una gran alegría. Recibir este reconocimiento, que antes han obtenido autores latinoamericanos como Piedad Bonnet o Eduardo Chirinos, es motivo de orgullo y humildad", expresó Andrea Cote al enterarse de la decisión del jurado. "Aún más importante es que estos poemas cuentan la historia de una mujer colombiana cuya vida como migrante en Estados Unidos implicó la pérdida progresiva de su nombre y su legado. Pero hoy, la poesía llega para restituir en parte su memoria, ofreciendo el consuelo que solo el lenguaje puede dar frente a las heridas de la realidad".

El premio, organizado por Casa de América para fomentar la creación poética en el continente americano, está dotado con 5.000 euros e incluye la publicación de la obra por la Editorial Visor Libros.

¿Quién es Andrea Cote?

Andrea Cote (Colombia, 1981) es poeta y autora de los poemarios Puerto Calcinado (2003), Cosas Frágiles (2008), La Ruina que Nombro (2015), En las praderas del fin del mundo (2019), y del libro-objeto Chinatown a toda hora. Su trabajo en prosa incluye las obras Una fotógrafa al desnudo: biografía de Tina Modotti (2005) y Blanca Varela o la escritura de la soledad (2004). Además, Cote compiló la antología Pájaros de Sombra: Mujeres poetas colombianas (Vaso Roto, 2019). Entre sus colecciones de poemas se encuentran Chinatown a toda hora (Valparaíso, 2018) y Fervor de tierra (Tusquets, 2024), este último presentado en la Casa de América de Madrid el pasado 26 de junio.

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Cote es doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Pennsylvania. Ha recibido múltiples premios, como el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia (2003), el Premio Internacional de Poesía Puentes de Struga (2005), el Città di Castrovillari (2010) por la versión italiana de Puerto Calcinado (Porto in Cenere) y el International Latino Book Award 2020 a la mejor antología poética. Su obra Puerto Calcinado ha sido traducida al francés, y otros de sus textos están disponibles en inglés, alemán, catalán, italiano, portugués, macedonio, árabe, polaco, griego, ruso y chino. Ha traducido al español a poetas como Khalil Gibrán, Jericho Brown y Tracy K. Smith. Actualmente, es profesora de poesía en el programa bilingüe de maestría en escritura creativa en la Universidad de Texas en El Paso.

Selección de poemas de "Querida Beth", de Andrea Cote, XXIV Premio Casa de América de Poesía Americana:

Me pregunto

“Nuestra lengua materna no es para nada una madre,

sino una huérfana”

Ocean Voung

Si es verdad que hace treinta años,
como dices,
el paisaje era otro:
la nieve más alta
la casa más baja,
más fuertes las ganas de llegar.

Me gustaría saber si ya lo conseguiste
TODO.

Ya sabes:
la casa,
el abrigo de piel,
las botas de cuero
la nacionalidad,
la tabla de esquiar.
¿Y dime, Beth
qué trajiste de casa?
¿qué de todo lo que fue arrasado perduró?

¿Estas fotos,
la estatuilla de José Gregorio
la botella de anís?

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¿Es ésta cruz
igual
a la del pueblo?

Verás,
a veces siento
que la casa se repite,
como la guerra misma.

La piedad

Nosotras
a los hombres
los hinchamos por dentro.

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A los padres, en las casas de mi pueblo
les daban de comer doble ración.

Si quedaban hambrientos
les daban carne de la madre,
la carne de los hijos y los perros,
y los trozos de jamón uno tras otro
antes de dormir.

Eran padres exhaustos,
de los que a duras penas levantan la barbilla del plato.

Padres que se atracan de huevos y cebollas
con una ferocidad
que nada tiene que ver con el hambre.

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Nosotras a los hombres los hinchamos de pan,
sentados a la mesa, los hermanos
levantan, no el rostro,
sino un agujero grande y brumoso que todo se lo traga.

Por allí vamos metiendo
viandas y frutas
para aplacar el hambre del hermano,
tierno animal.

Nosotras a los hijos los hinchamos de miel
y cuando ya están heridos y enfermos de abundancia
los seguimos cebando por las piernas y los ojos
hasta que están recios, olorosos y pesados.

Nosotras a los hijos les hablamos del hambre hasta en sueños
y luego se van por el mundo creyendo que el hambre es un dios,
comprando bultos de manzanas para rendirle tributo
con cascadas de restos que caen de sus mesas atestadas.

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Nosotras a los hombres ya no los reconocemos
esos pobres muchachos, con sus dedos rechonchos,
gordos y torpes. Avientan platos y cacharros
que nosotras levantamos del suelo
sollozando de piedad por el que ahora,
al fin,
se mueve como un animal peligroso

Sobre los manuscritos recibidos

En esta edición se recibieron 654 manuscritos procedentes de 38 países, con un 25% de las obras provenientes de Argentina, un 17% de España, un 10% de Colombia y un 11% de México. De todos los trabajos presentados, el 68% fueron escritos por hombres.

Entre los textos enviados, hubo una notable variedad temática, desde libros centrados en el compromiso político y la reivindicación social hasta exploraciones sobre el amor, junto a propuestas filosóficas o narrativas. Este año, sin embargo, se observó un claro interés en temas más personales y existenciales.

Los enfoques estéticos también fueron diversos, incluyendo desde libros de tono conversacional hasta otros de estilo hermético o incluso barroco, así como propuestas multiculturales que incluían versos en distintas lenguas, obras con métricas clásicas y rima tradicional, y otros textos más experimentales y cercanos a las vanguardias.

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Según la organización del premio fue una convocatoria rica en pluralidad, con varios poemarios destacados por su alta calidad, de los cuales un selecto grupo avanzó como finalista en la contienda por el premio.

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