"Vivimos en un mundo donde, a causa de las series, del cine, los lectores son más difíciles de sorprender, cada vez es más complicado escribir algo que no tengan la impresión de haber visto", asegura Musso en una entrevista con EFE.
"Angélique", su vigésima obra, llevó hace unas semanas a las librerías españolas una nueva aventura trepidante, llena de sorpresas y misterios para tratar de atraer a un lector al que considera "cada vez más exigente" porque "la literatura compite con Netflix".
Su nueva novela enfrenta a un antiguo policía, "idealista herido" y "roído por la frustración y el resentimiento" y a una joven enfermera de las afueras de París que salta sobre la oportunidad de introducirse en una adinerada familia a costa de una impostura y de dos crímenes.
"Son las dos caras de una misma moneda", afirma el escritor que, a lo largo de la trama, va desgranando giros constantes destinados a aferrar al lector al libro que, en medio del suspense, va desvelando la personalidad de los protagonistas y los temas que quiere desarrollar el autor.
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Musso, de 49 años, no reniega del carácter cinematográfico de su obra y reivindica el influjo de Alfred Hitchcock "por el lado 'voyeur'" que contiene, y de Patricia Highsmith "por su relato de la impostura" en la afamada "El talento de Mr. Ripley".
"Al final, lo que me gustaría es que cuando el lector llegue a casa en lugar de mirar una serie se pusiera a leer un libro", admite el escritor que cree que, frente al celuloide, la literatura "te deja más tiempo para profundizar en los temas con calma".
"El misterio es una forma de psicoanálisis"
Como en sus obras anteriores, "Angélique" viene a ser "un poco una investigación sobre uno mismo" a través de los misterios que, a su juicio, son "una cierta forma de psicoanálisis, de comprensión de uno mismo y del otro".
Siguiendo a su admirado George Simenon, lo hace "sin hacer juicios de valor" sobre los protagonistas de la novela que, a menudo contradictorios, reflejan bien "una realidad que nunca es sencilla".
Musso usa el suspense convencido de que "existe una seducción del miedo, del misterio, del escalofrío que genera la ficción".
A través de las páginas, la intriga saca a la luz a Angélique Charvet, que se convierte en "el objeto de fascinación" de la obra y sobre la que ya se prepara una serie en Francia, al tiempo que en Corea del Sur pretenden adaptar otra sobre la trama de fondo del libro.
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Escrita durante el segundo confinamiento que causó la pandemia de covid en 2020, la obra abrió dos años más tarde el primer paréntesis literario del autor que venía publicando una novela por año desde 2004 y que él explica por la necesidad de ocuparse de sus hijos en un momento en el que "no podían ir a la escuela ni salir de casa".
"No tengo miedo al fracaso"
El autor se define sin complejos como "un escritor popular" que no está "obsesionado con el éxito" y que no escribe para seguir siendo el número uno en ventas, pero sí afirma estar "orgulloso de que millones de personas estén esperando" sus historias.
"Frente al éxito hay que ser humilde. Yo escribo igual que cuando escribí mi primer libro ("Skydamarink", 2001), cuando nadie me conocía", asegura un autor al que la fama llegó de la mano de su segunda obra, "Et après,..." (Y después,...) en 2003.
"No tengo miedo al fracaso", señala Musso, que califica las durísimas críticas a sus libros como "una picadura de mosquito que apenas dura tres minutos" y que no lamenta ser ignorado por los grandes premios literarios de Francia: "Yo no me hice escritor para ganar premios, yo quería ser como Stephen King o Marcel Pagnol".
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Asentado desde los inicios de su obra en el "thriller", el escritor, nacido en 1974 en Antibes, en la costa mediterránea francesa, confiesa que quiere explorar otros géneros y que tiene "bien avanzada" una novela histórica que estará ambientada en la Primera Guerra Mundial. "Me gusta mucho la historia, pero estoy buscando la forma de contarla con formas algo nuevas, con una forma un poco moderna", señala.
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