
Carlos Díaz, director editorial de Siglo XXI Editores en Argentina, reconoció en una entrevista telefónica que probablemente Galeano habría "detestado" que se le describiera como 'faro', pero es innegable que "mucha gente buscaba en él una referencia para pensar la realidad y entender el mundo de manera sensible".
"Odiaba que le dijeras que era un intelectual, se enojaba", recordó Díaz, que definió al escritor como un tipo "muy obsesivo" que "cuidaba mucho su obra" y un "gran conversador" con un enorme sentido del humor que "se tomaba el pelo a sí mismo".
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Díaz, amigo y editor de los últimos años de Galeano, reflexionó que su muerte hace una década significó la pérdida de "una de esas voces que te iluminaban y te daban un poco de tranquilidad y de claridad", una figura más que necesaria en el mundo actual.
Apuntó que "habría sido fantástico tener a Eduardo (Galeano) entre nosotros en estos años para poder pensar un poco mejor todo lo que está pasando". Unos años en los que "muchísimas certezas básicas que teníamos están volando por el aire", una situación que en opinión del editor habrían afectado a Galeano, que vería la deriva del planeta y se "habrían angustiado mucho".
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"Se hubiera agarrado la cabeza, porque de verdad es difícil entender y escribir lúcidamente sobre lo que está pasando, realmente cuesta", dijo Díaz; sin embargo, se mostró convencido de que la reflexión y la claridad de Galeano habrían resultado en "piezas maravillosas" de análisis de la actualidad.
La vigencia de los textos del uruguayo es innegable, y según el editor parte de su éxito continuado es por la idiosincrasia de sus obras: "Es un tipo que denunció realmente las injusticias del mundo, las desigualdades, los maltratos, el castigo a los más jodidos del mundo, pero sin desmoralizarte, sin quebrarte, sin decir que no tiene arreglo y que vamos a morir todos".
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Según Díaz, para los tiempos actuales, las obras de Galeano que sirven para entender lo que está pasando hoy en día son dos de sus libros más célebres: 'Las venas abiertas de América Latina' (1971) y 'Memoria del fuego' (1982), "puerta de entrada obvia" para el editor argentino.
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Mantener viva la obra de Galeano
Con la muerte de Galeano, Siglo XXI Ediciones y Díaz se encontraron con "el desafío de mantener viva" su obra, para que no se convirtiera en un autor del que "todo el mundo habla maravillas pero lo lee poca gente".
Además de reediciones de sus libros, una de las ideas ha sido la creación de un sello infantil y juvenil en el que la obra del uruguayo sea uno de los ejes; con libros que, en función de la edad, serán "más livianos y sutiles", pero en los que habrá política "un poco más presente" si están destinados a adolescentes.
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De hecho, apuntó Díaz, "muchos jóvenes se inician en la política con sus obras, es un autor que ha sido iniciático para muchos jóvenes". De momento, este año se lanzó el primer libro ilustrado infantil, 'Un mar de fueguitos', con tres historias que –apunta la editorial– "algunos ni saben que fueron escritas por Eduardo Galeano".
Para el lector adolescente ya están a punto tres antologías: una sobre mitos y leyendas de la creación; otra con historias que revelan el poder del lenguaje; y una tercera con textos para pensar el funcionamiento del mundo.
Siglo XXI también está trabajando en "rescatar" 'China 1964', un libro de crónicas periodísticas "fabulosas" que relatan los dos meses que Galeano pasó en el país asiático con tan solo 23 años, y que verá la luz el próximo año.
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