“Este mundo es infame”, cantan al unísono Vitorino Figari, un suplantador profesional, Amelio Gaza, un soñador del bajo mundo, y Ceferina Lobo, testigo de un crimen y defensora de la justicia; tres personajes que se cruzan por casualidad, pero que en la fatalidad sellan su destino, acompañados por rufianes, madres condescendientes, espías sigilosos y todos aquellos que bajo la carpa de un circo buscan la gloria y solo encuentran olvido. Porque las mentiras, reputadas o silenciosas, salen caras, sobre todo para aquellos que piensan en las buenas intenciones del mundo, del teatro… o del circo.
A lo largo de catorce años de recorrido artístico, La Ventana Circo se ha centrado en la búsqueda y creación para el nuevo circo, donde además de la multidisciplinariedad ha incursionando en nuevas historias y relatos. En este caso el teatro es el gran contenedor de la historia aportando el estilo policiaco y el suspenso; el circo como arte de riesgo y espectacularidad pone al límite a los intérpretes; la música habla directamente con el público a ritmo de jazz y blues; la danza y el movimiento acompaña el desarrollo de la historia en cada escena.
En Vitorino Figari, o el Vuelo de la jirafa, además del equipo artístico y técnico de la Ventana Circo, se convocó a diez artistas que se desempeñan como acróbatas, actores e intérpretes, junto a la dirección musical de Juan David Cataño y la fuerza e intención que pone en cada imagen, el diseñador de iluminación Humberto Hernández. “El circo es un lenguaje que permite muchas cosas, puede ser completamente sublime, frenético, riesgoso y, sobre todo, verdadero. Con Vitorino Figari, celebramos la fortuna de estar vivos y de poder crear, ofreciendo un espectáculo vibrante, atrevido y burlesco, que se logra, gracias a la convergencia de un equipo creativo con amplia trayectoria y un elenco atraído por este manjar escénico que permite transitar entre múltiples lenguajes”, concluye la directora Erika Ortega.