"Buscamos establecer una reflexión que sea sincera, profunda y honesta sobre una situación candente, que es como el elefante que está en la habitación, y orientar esa estructura a unas prácticas normativas que nos puedan ayudar", señaló Virginia Yagüe, presidenta de la asociación de derechos de autor DAMA, moderadora del debate.
Y para lograrlo, añadió, "lo primero es esto que hacemos, fomentar el debate, y desde luego, acompañarse de compañeras que ya tienen experiencia en la materia para, a partir de ahí, articular qué códigos establecer para poder acogernos a ellos".
Palabras como víctima, abusos, intimidad, consentimiento o protección se pronunciaron en todos los discursos mientras se explicaba una situación enquistada, y mil veces negada o diluida en otras realidades, para no ver (ni encarar) el problema evidente. Falta la palabra denuncia. Sólo un ocho por ciento de las y los afectados se atreven a ir hasta el final.
Por eso, las mujeres del audiovisual en España reclamaron no solo un protocolo aceptado por todos donde los términos incluyan a la mayor parte posible de los afectados, sino que hay otra cuestión que les preocupa especialmente: establecer el marco de obligatoriedad de cumplimiento.
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El encuentro reunió a representantes de sectores importantes en el proceso de identificación, prevención y denuncia del abuso, tanto de poder como sexual.
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