Un equipo de arqueólogos coordinado por la Universidad de Brown (Estados Unidos) d escribe en la revista Plos One su descubrimiento en el yacimiento de Megido (Israel) de la tumba de dos hermanos, uno de los cuales fue sometido a una trepanación angular dentada.
Los investigadores consideran que ambos pertenecían a una clase poderosa o incluso a la realeza , pues la tumba estaba adornada con cerámica fina, pero además porque pudieron acceder a tratamientos médicos poco comunes.
La tumba -que data de entre 1.500 y 1.450 a. C. (Edad de Bronce Tardía)- se encontró bajo una residencia de élite en el yacimiento y las pruebas de ADN sugieren que los restos son de dos hermanos, cuyos esqueletos muestran signos de que estaban gravemente enfermos.
El cráneo de uno de ellos presenta un orificio cuadrado de unos 30 milímetros en el hueso frontal , de donde se extrajo quirúrgicamente un trozo de hueso, un procedimiento usado para aliviar la acumulación de presión en la cabeza.
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La trepanación angular dentada consiste en cortar el cuero cabelludo , utilizar un instrumento con un borde biselado afilado para tallar cuatro líneas que se cruzan en el cráneo y hacer palanca para hacer un agujero de forma cuadrada.
Este procedimiento, poco común en la época, se realizó en un individuo que presentaba tanto anomalías del desarrollo como enfermedades infecciosas, “lo que nos lleva a plantear que esta operación pudo ser una intervención ante el deterioro de la salud”, escriben los autores de la investigación.
Si el objetivo de la trepanación era mantenerle con vida, no se consiguió, pues el individuo murió poco después del procedimiento, en cuestión de días, horas o incluso minutos.
El análisis de los restos reveló el mal estado de salud de los hermanos. El mayor tenía una sutura craneal adicional y un molar de más en una comisura de la boca, lo que sugiere que podría haber padecido un síndrome congénito como la displasia cleidocraneal.
Los huesos de los dos muestran indicios menores de anemia ferropénica sostenida en la infancia, que podría haber afectado a su desarrollo. Todo ello podría explicar por qué murieron jóvenes, uno en la adolescencia o a principios de los 20 y el otro entre los 20 y los 40 años, pero los investigadores consideran más probable que el motivo fuera una enfermedad infecciosa.
Un tercio del esqueleto de uno y la mitad del del otro presentan porosidad y signos de inflamación previa en la membrana que recubre los huesos, lo que sugiere que padecían casos sistémicos y sostenidos de una enfermedad infecciosa como la tuberculosis o la lepra.
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Aunque algunas pruebas óseas apuntan a la lepra, es difícil deducir casos de esta enfermedad usando solo los huesos, por lo que Rachel Kalisher, coordinadora del estudio, realiza ahora análisis más específicos. Si en ellos se encuentra ADN bacteriano compatible con la lepra, estos hermanos “estarán entre los primeros ejemplos documentados de lepra en el mundo”, indica la universidad en un comunicado.
Los arqueólogos saben que desde hace miles de años se practica la trepanación craneal, de la que se han encontrado pruebas desde Sudamérica hasta África, pero en “Oriente Próximo no se ve con tanta frecuencia: solo hay una docena de ejemplos”, destaca Kalisher.
A pesar de todas las pruebas de trepanación descubiertas en los últimos 200 años todavía hay mucho que los arqueólogos no saben, como por qué son algunas redondas y otras cuadradas o triangulares.
La científica realiza un proyecto que investigará la trepanación en múltiples regiones y periodos de tiempo que espera que arroje más luz sobre las antiguas prácticas médicas.
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“Hay que estar en una situación muy grave para que te hagan un agujero en la cabeza", por lo que Kalisher está interesada en saber “qué podemos aprender si analizamos en la literatura científica todos los ejemplos de trepanación de la Antigüedad, comparando y contrastando las circunstancias de cada persona que se sometió a la operación" . Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.