Imaginen tener el talento de capturar la muerte y todo aquello que se concibe como desgracia. Ahora no solo eso, sino que además ese don que podría considerarse como una "maldición" lo elevas al escalón de arte. Ese quizá sea el resumen de la obra de Enrique Metinides "El Niño" como se le conocía al reconocido fotógrafo mexicano que falleció el pasado martes.
Jaralambos Enrique Metinides Tsironides era originario de la Ciudad de México. La explicación de su nombre proviene del lugar de origen de sus padres, eran inmigrantes griegos. A los doce años publicaría su primera foto (de allí su apodo). Estuvo activo en el mundo de la nota roja por más de 50 años de trabajo donde le imprimió al desastre, el dolor y la muerte una mirada única que bordeaba entre el respeto profundo por las víctimas, la obligación de informar (o ganarse la vida si se quiere) y al final llevar el simple registro fotográfico a las grandes exposiciones de museos en todo el mundo.
Si bien su trabajo solo fue debidamente admirado después de su retiro a puertas de los años 2000's, el legado de Matinides quizá es equiparable a grandes fotógrafos de la historia como el caso de Weegee, donde pueden hallarse paralelos si se quiere.
En 2015 se estrenó "El hombre que vio demasiado" , un documental sobre "El Niño" dirigido por Trisha Ziff donde se entiende a profundidad su visión artística y esa pulsión de enfrentarse con el dolor, la fragilidad y el fin de la vida de forma cotidiana.
Vea aquí "El hombre que vio demasiado" (2015)
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