Nacido el 14 de diciembre de 1929 en Neira (Caldas), en el centro de Colombia, hijo del comerciante libanés Salomón Manzur y de la colombiana Cecilia Londoño, Manzur ha dedicado 71 años de su vida a la labor artística y actualmente trabaja en las obras en gran formato que expondrá en su próxima exposición itinerante en Europa.
El maestro es conocido por la constante evolución de su obra y por el uso de temas como los caballos, la figura humana y la naturaleza muerta.
"La pintura es muy importante porque es retener algo de lo que el pensamiento me dicta, no queda todo lo que el pensamiento da, siempre va por debajo del pensamiento, pero el afán, el afán de decir algo, eso es para mí la pintura", manifestó en una reciente entrevista.
David Manzur pasó parte de su infancia en Guinea Ecuatorial y en España, donde fue testigo de la Guerra Civil y donde conoció la obra de Diego Velázquez y de Francisco de Zurbarán que despertaron su interés en el arte y tuvieron mucha influencia en su estilo.
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"Manzur es un pintor barroco puro incluso cuando se trata de abstracción, excepto al comienzo mismo de su carrera, en la década de 1950", así lo definió el crítico de arte italiano Eugenio Viola en el ensayo David Manzur o el anacronismo de la imagen , que hace parte del libro David Manzur, una compilación de su obra publicada en 1922 por la editorial Skira.
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Tras el regreso de la familia a Colombia y con 24 años de edad, hizo su primera exposición en el Museo de la Universidad Nacional en 1953 y posteriormente se trasladó a Estados Unidos donde estudió en la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York.
Innovación constante en su obra
La edad no ha sido un impedimento para seguir experimentando e innovando, pues una de sus mayores exigencias consigo mismo es no estancarse en una sola propuesta conceptual ni estética.
Entre su prolífica producción destacan obras como 'Flautistas' (1958), 'Madonna' (1959), 'Flor en el espacio' (1963), 'Flores para el planeta' (1969), 'Paisaje lunar' (1971), 'Transverberación' (1984) y 'La estancia de un músico amigo' (1984–1991).
Igualmente, 'Pez devorando a un caballo' (2014), una serie de pinturas de San Jorge (años 90), 'Jinete fantasmal' (2003), 'Toros tomando agua' (2014), 'La reina y la mosca' (2017-2018), 'La dama que detuvo el tiempo' (2018), 'El cardenal' (2020), 'Dama con abanico' (2021) y 'El fantasma de Leonor' (2022).
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En 2019, al cumplir 90 años, fue condecorado por el entonces presidente colombiano Iván Duque con la Orden de Boyacá, y en septiembre de este año fue homenajeado en la Feria Internacional de Arte de Bogotá (ArtBo) por sus más de siete décadas de trayectoria artística.
En esa ocasión ArtBo hizo la exposición 'El pasado es presente', compuesta por ocho obras figurativas en formato mediano y grande del maestro, que retratan a ocho damas y que fueron pintadas entre 2018 y este año, para mostrar que la edad trae consigo experiencia que puede ser aprovechada por un artista para seguir experimentando e innovando.
Por eso, asegura que le gustaría vivir hasta los 120 años para tratar de terminar su obra porque, según afirma, "la vida de un artista es demasiado corta para lo que piensa".
Esa vitalidad la expresa en su casa-estudio de Barichara, pueblo que considera "lo más parecido a la paz", el lugar donde "he podido concentrarme a trabajar, como quizás todo el mundo quisiera pero es también muy egoísta porque en el fondo allá no está sino mi silencio (...) y la música".
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