"Creo que en mi mente siempre está una obra que es la mejor, y la mayor, y la más grande y que por eso, por estar en mi mente no existe y no he podido lograrla. O sea el cuadro ideal todavía no existe", dice Manzur a EFE desde su casa-taller en Barichara, una población colonial del departamento de Santander (noreste) en donde reside desde hace años.Desde allí, haciendo gala de gran conversador, habla de teatro, fotografía, cine, libros, filosofía, astronomía, de los últimos avances tecnológicos y de su preocupación por el daño que le causa el hombre al medioambiente, a la Tierra.En busca de la excelenciaNacido el 14 de diciembre de 1929 en Neira, en el departamento de Caldas, Manzur hizo su primera exposición en el Museo de la Universidad Nacional en 1953 a los 24 años de edad y aún así considera que no es merecedor del "título de maestro"."Evito que me digan 'maestro' porque respeto mucho esa palabra. El maestro enseña y ese título no lo puedo aceptar por el hecho de que yo, si me considerara maestro, no volvería a hacer nada", explica y agrega que por no haber logrado "esa obra que está en mi mente (...) seguiré pintando con gran entusiasmo".En las siete décadas de carrera Manzur ha trabajado los caballos, la figura humana y la naturaleza muerta. Sin embargo, considera que tiene vida para seguir buscando lo que todavía no ha logrado.En ese sentido, asegura que en el trabajo "mi mente me dice hoy estás mal, el trabajo está mal y tienes que deshacer lo hecho. Esto me ha pasado varias veces. Por suerte no me complace cualquier cosa".Lo actualLa paleta de Manzur, que pasó por los tonos brillantes y luego se fue llenando de grises y negros y marrones, de latigazos de óxido, es una muestra de su solvencia como artista y por eso la crítica lo llama "maestro", aún en contra de su voluntad.Por estos días centra sus energía en un proyecto cuya temática hace referencia a cuadros en donde aparecen "grandes damas pero vistas con un lenguaje distinto, como son vistas en el siglo XXI". "Son damas imaginarias basadas en cuadros que abarcan desde la pintura flamenca, que es una de mis favoritas, hasta la pintura del XVII", detalla.En esa dirección acota que esas mujeres "hay que transformarlas y esas transformaciones es como tirarse de un trampolín sin saber a dónde caer". El pintor recuerda que como se crió en España le quedó siempre "esa imagen de los cuadros en Sevilla de Zurbarán, de Velásquez, de Murillo, de Rivera. Eso le queda a uno en la mente, el tiempo dibuja las figuras y a manera de fantasmas están apareciendo estas damas".En lo conceptual, explica, busca "formas atrevidas, riesgosas para las cuales me da trabajo ponerlas en palabras porque son efectos visuales que van ocurriendo en el momento en el que estoy ejecutando"."Por ejemplo, distorsionar formas, cambiar formas, invertir ideas. Generalmente, la imaginación va rompiendo un poco la realidad. De esa imaginación queda lo ideal y se pasa a lo real". Y aclara: "Hablar a mi edad de futuro sonaría ridículo. Sin embargo, estoy haciendo los bocetos de los cuadros que voy a hacer de ahora en adelante".Recuerda que maestros como Miguel Ángel, que murió de 88 años, y otros, planearon trabajos que, para ejecutarlos, tardarían al menos, 50 años más. Igualmente menciona al escultor constructivista ruso Naum Gabo (1890-1977). "Él, teniendo (casi) 90 años, ya tenía planes para 20 años más y cumplió algo de eso".Al ser preguntado sobre la forma en que le gustaría ser recordado, considera que lo ideal sería que cuando una "persona sencilla" vea sus obras se emocione.El artista, hijo del comerciante libanés Salomón Manzur y la colombiana Cecilia Londoño, asegura que "todo es pasajero" al referirse a las distinciones, reconocimientos y homenajes que ha recibido. La celebración de sus 70 años de carrera artística incluyó un concierto de música clásica en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barichara y un libro en el que se relata su vida y obra, de la editorial Skira.Artistas universalesArropado por la tranquilidad que le da trabajar en su casa-taller en medio de paisajes llenos de verdes y con un clima primaveral, Manzur cree que en Colombia hay un grupo de artistas "interesantes" que trabajan temas universales porque "el arte es universal"."Hay una gran cantidad de posibilidades de artistas que van entre los 40 y los 60 años. Hay posturas conceptuales muy interesantes que prometen hacer una especie de equipo para el futuro con un principio de escuela, en el sentido de que son conceptos unitarios pero cada uno con salidas sumamente independientes", puntualiza.Recalca que las comunicaciones y los adelantos tecnológicos influyen en el arte y por tanto "hoy (el arte) es universal" porque ya no es posible pintar "temas colombianos o españoles, eso era posible en siglos pasados". No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La muestra contará con cerca de 35 obras del maestro David Manzur, enfocándose sobre todo en sus últimos años de trabajo, la primera exposición individual del pintor fue en el Museo Nacional en 1953 y esta exposición hace parte de la conmemoración de los 70 años de su carrera artística.David Manzur (b. 1929) es el último pintor vivo nacido en la década de los años 20, único sobreviviente de la generación de grandes referentes del Arte como Alejandro Obregón, Enrique Grau, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar. Estudió en el Art Students League de Nueva York, en el Instituto Pratt y ha sido dos veces becario de la Fundación Guggenheim. En los últimos años fue honrado por el Presidente de Colombia con la Gran Cruz de la Orden de Boyacá y el Rey Felipe VI de España le impuso la Orden de Isabel la Católica.“Pintor, grabador, dibujante, interesado en varias disciplinas artísticas y no artísticas: el teatro, la música, la historia del arte y la civilización, la fotografía, la literatura, la religión (católico, estudia con los Padres Claretianos), la astronomía (le interesa Julio Verne, estudia en el Instituto de Ciencias de Chicago), ha servido como docente magistral en talleres de educación artística en los que ha formado varias generaciones de artistas,” afirma la crítica de arte, curadora e historiadora Bélgica Rodríguez, quien realizó el texto del catálogo de dicha exposición.Comenta el maestro Manzur: “Es un honor para mí cerrar este ciclo expositivo en Cartagena de Indias y en el Museo que grandes maestros y amigos ayudaron a constituir además, agradezco y rindo tributo a la labor de décadas de Yolanda Pupo de Mogollón frente al MAMC. Espero que la exposición sea visitada por jóvenes interesados en el arte o que quieran empezar una carrera como artistas para que puedan ver de primera mano y aprender tanto de mis aciertos como de mis errores”. Por último, agregó “me acerco a los 94 años de edad pero tengo la energía para pintar como si tuviera 20 años y el recibimiento que mi obra ha tenido en los lugares que ha visitado y que siempre ha tenido en Cartagena me motiva a seguir adelante”.“Para el Museo de Arte Moderno de Cartagena - MAMC, es un honor exhibir en sus salas esta muestra antológica del maestro David Manzur que ha itinerado por varios museos del país, con motivo de la celebración de los 70 años de vida artística, en los que ha creado una obra dueña de una expresión propia, de gran relevancia profesional en el arte en Colombia y en América Latina”, comenta Yolanda Pupo de Mogollón, directora del MAMC.La exposición iniciará el jueves 1 de junio a las 7 pm, y será el maestro David Manzur quien la inaugure. Estará abierta al público hasta el 1 de agosto de 2023.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Manzur, quien vive y tiene su estudio en Barichara, localidad ubicada en el departamento de Santander , explicó que siempre está "luchando contra David Manzur, mejorándolo, claro"."No he logrado ese cuadro soñado y por eso sigo pintando", dijo y añadió que "el cuadro soñado está en la mente, no está en la realidad, es decir, cuando me preguntan cuál es su mejor cuadro digo que es el que no he hecho".El pintor asistió el pasado jueves al Museo de Arte Moderno de Cartagena (MAMC) donde se inauguró la exposición "Espacio, Tiempo y Memoria", compuesta por 35 de sus pinturas, una síntesis de su obra realizada a través de 70 años de vida artística y que estará abierta hasta el 1 de agosto próximo.Con una notoria vitalidad física y anímica Manzur dijo durante la exposición en su honor: "soy un viejo de 93 años, pero me siento de 20 trabajando y me siento feliz acá".Rememoró que "el sentido escolástico de la austeridad" que tiene lo adquirió de su crianza en España donde vivió durante la segunda guerra mundial internado en colegios católicos en las Islas Canarias."Unos de mis pintores favoritos serían Velásquez y Picasso, y fíjate que Goya, Velásquez y Picasso son un trío que marca la historia del arte en el mundo", aseguró.El artista dijo que espera que "la exposición sea visitada por jóvenes interesados en el arte o que quieran empezar una carrera como artistas para que puedan ver de primera mano y aprender tanto de mis aciertos como de mis errores".Manzur nació en Neira, Caldas el 14 de diciembre de 1929 y es uno de los pocos artistas que están vivos de una generación de la que hicieron parte Alejandro Obregón, Enrique Grau, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar.Es pintor, grabador y dibujante; a lo largo de su vida se ha interesado por el teatro, la música, la historia del arte y la civilización, la fotografía, la literatura, la religión y la astronomía.El arte útil del arte inútilLa diseñadora colombiana Lina Cantillo se sumó al homenaje con la colección "David Manzur", inspirada en la paleta de colores y las texturas que usa el pintor y que quedó plasmada en piezas únicas que se combinan entre sí y que muestran el ADN de esta diseñadora barranquillera.Los diseños de Cantillo se mostraron con una pasarela en el Museo de Arte Moderno de Cartagena que estuvo precedida por la de Manzur."Nunca antes había hecho una colección como esta, tan llena que me apasiona el alma, los pinceladas, su obra, su arte, su esencia, fue una musa inspiradora y me llegó al alma oírlo hablar de sus pinturas, la forma de ver el arte de distintas maneras, y esta colección en su honor se llama el arte útil del arte inútil", dijo Cantillo.En este sentido, Manzur afirmó que "la palabra inútil es por aquello de que el arte se diferencia de cualquier otra cosa, del diseño, el diseño es útil, es necesario para algo, y el arte tiene que ser absolutamente separado de cualquier utilidad que no sea la visual".El artista manifestó que "es un honor que una diseñadora de la talla y talento de Lina Cantillo haya querido basarse en mi trabajo para construir una colección completa"."Ella es una mujer muy valiosa para Colombia, tiene una creatividad y una visión que me hacen admirarla profundamente", concluyó. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El próximo jueves 15 de junio a las 7:00 p.m., el maestro David Manzur asistirá al lanzamiento de su más reciente libro en el Museo de Arte Moderno de Bogotá - MAMBO, esto hace parte de una serie de celebraciones que se han hecho en todo el país para conmemorar los 70 años de carrera de David Manzur.Este libro fue editado por la prestigiosa editorial italiana Skira Editores para ser distribuido mundialmente. Skira Editores es una de las editoriales de libros de Arte más importantes y antiguas del mundo. El texto del libro fue escrito por Eugenio Viola, Curador del MAMBO y Curador del Pabellón de Italia en la pasada Bienal de Venecia.De esta publicación el maestro Manzur ha donado varios cientos de libros al Museo y la totalidad de las ventas de estos libros servirán para apoyar los proyectos educativos del MAMBO. En Colombia se venderá exclusivamente en las tiendas del MAMBO pero esta disponible para la compra en Amazon y la página oficial de Skira.El Maestro Manzur firmará cada libro adquirido por los asistentes al evento de lanzamiento el próximo 15 de junio en las instalaciones del MAMBO.Eugenio Viola, curador en jefe del MAMBO, afirma que “David es uno de los últimos maestros vivos con una actitud casi neorrenacentista - para él la pintura tiene sobre todo un valor epistemológico y ha dedicado toda su vida al oficio de la pintura. Conocí el trabajo de David Manzur cuando me mudé a Colombia. Fue, sin duda, uno de los descubrimientos más gratos, y a la vez sorprendente e imprevisible. Se ha creado entre nosotros un vínculo fuerte y especial fundamentado en la estima y afecto mutuos"."Por eso acepté con gusto y orgullo ser el único autor en escribir en su catálogo monográfico, el cual contiene setenta años de trabajo coherente, siempre fiel a sí mismo, incansable, destinado a indagar en áreas y territorios del medio más persistente de la historia del arte, el cual ha sido durante demasiado tiempo considerado inadecuado para contar las laceraciones y angustias de nuestra contemporaneidad”, concluye Viola.“Para el MAMBO es motivo de orgullo, que el maestro David Manzur haya pensado en nuestra institución para el lanzamiento de su publicación David Manzur. El Museo ha seguido de cerca su trayectoria artística y nos sentimos orgullosos de su invaluable contribución al arte y la cultura. Tuvimos el honor, en el 2019, de exhibir el trabajo de 70 años de su trayectoria artística, producto de una vida dedicada a su trabajo e inspiración que ha sido admirable no solo por sus extraordinarias creaciones, sino por su calidad personal que lo han llevado a alcanzar meritoriamente múltiples reconocimientos”, comentó Claudia Hackim, la directora del MAMBO.El inicio de las celebraciones fue en enero con un gran concierto del Coro cartagenero Voci del Mare y la Camerata Heroica de Cartagena, en Barichara, Santander donde reside el maestro. Continuaron con una serie de exposiciones en varios museos del país, cerrando en Cartagena de Indias con la inauguración de exposiciones en el MAMC y en Casa Santiago Botero. Además de un desfile de la diseñadora colombiana Lina Cantillo que ha creado una colección inspirada en las obras y trabajo del maestro Manzur.David Manzur es el último pintor vivo nacido en la década de los años 20, único sobreviviente de la generación de grandes referentes del arte como Alejandro Obregón, Enrique Grau, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar. Estudió en el Art Students League de Nueva York, en el Instituto Pratt y ha sido dos veces becario de la Fundación Guggenheim. En los últimos años fue honrado por el Presidente de Colombia con la Gran Cruz de la Orden de Boyacá y el Rey Felipe VI de España le impuso la Orden de Isabel la Católica.Recuerde que el lanzamiento será el jueves 15 de junio a las 7:00 p.m. en el MAMBO, el libro estará exclusivamente en las tiendas del museo, en Amazon y la página oficial de Skira.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
"El imperio de la luz" ("L'Empire des lumieres"), de 1954, había sido tasada en 95 millones de dólares. El valor final superó el récord anterior para una obra de Magritte (1898-1967), que había sido de 79 millones.Tras una puja de 10 minutos, la pintura que juega con luces y sombras hasta confundir el día con la noche fue rematada por 121.160.000 dólares, "un récord mundial para el artista y para una obra de arte surrealista en una subasta", afirmó la casa Christie's.La obra del maestro del surrealismo integraba la colección privada de la diseñadora y mecenas de origen rumano Mica Ertegun, fallecida a los 97 años en diciembre pasado.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa venta del Magritte, que coincide con el centenario del movimiento surrealista, era uno de los destaques de la actual temporada de subastas en Nueva York, cuyo mercado espera recuperarse del retroceso sufrido el año pasado.En la misma sesión del martes, la icónica obra "Standard Station", del estadounidense Ed Ruscha, se vendió por 68,26 millones de dólares, un nuevo récord en subastas para el referente del arte pop, actualmente de 86 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Wicked", la adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es protagonizada por la sensación del pop Ariana Grande, mientras que "Gladiador II" marca el regreso a la Roma antigua de Ridley Scott, 24 años después de que su épica original ganara el Óscar a mejor película.Pero resta por verse si el público recibirá con gusto los memes de "Glicked" o "Wickiador" (que ya están haciendo circular en las redes los departamentos de marketing), o si acudirá a las salas de cine con sombreros de brujas o sandalias romanas.Las salas de cine y varios de los centros comerciales en Estados Unidos ya se están pintando de tonos verde y rosa, en referencia a las brujas de "Wicked", y llenando de Coliseos en miniatura, preparándose para un período que según los analistas será crucial para la industria."Estoy seguro de que este será el mayor Día de Acción de Gracias que la industria ha presenciado", dijo Jordan Hohman, un ejecutivo del grupo Phoenix Theaters, en referencia a la fiesta nacional que coincide con la primera semana en cartelera de ambas producciones."Wicked", de Universal, es por sí sola "la película que más entradas ha vendido anticipadamente" en los 24 años de historia de la cadena estadounidense, superando en un 63% a "Barbie", añadió su propietario y presidente, Cory Jacobson.Tradicionalmente, los estudios de Hollywood tenían sus reservas sobre lanzar dos grandes películas en un mismo fin de semana, pero el verano boreal de récords de 2023 demostró que puede funcionar para ambas producciones, siempre que sean las adecuadas.Como "Barbie" y "Oppenheimer", "Wicked" y "Gladiador II" (Paramount) hablan a diferentes audiencias, opina el analista David A. Gross, del grupo Franchise Entertainment Research.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Wicked" ha inspirado como parte de su campaña de promoción una línea de maquillaje y un kit para hornear tus propios cupcakes, mientras que los anuncios relacionados con "Gladiador" son una constante durante las transmisiones de la liga de fútbol americano. "No existe la posibilidad de pisarse la manguera entre bomberos", dijo Gross.Pero alcanzar las vertiginosas cifras de "Barbie" y "Oppenheimer" será digno de conjuros y proezas. Sólo en su primer fin de semana en América del Norte, estas películas de 2023 se hicieron con 245 millones de dólares en taquilla."Barbenheimer fue un ejemplo de dos películas que superaron con creces sus resultados (...) algo inesperado en el mejor de los escenarios", advirtió Daniel Lora, vicepresidente senior de estrategia de contenidos de Boxoffice Media.Parte del actual optimismo de la industria se debe a que otro éxito, "Moana 2", de Disney, que se unirá a "Wicked" y "Gladiador II" en las salas de cine una semana después. "No creo que se trate de una experiencia de dos películas, sino de tres", dijo Jacobson.Campañas por todo lo altoAlcanzar estas altas expectativas es algo que Hollywood necesita.A pesar de un lucrativo verano boreal con secuelas exitosas como "Intensa Mente 2" y "Deadpool & Wolverine", 2024 ha sido un año dispar para una industria que aún sueña con volver a las cifras anteriores a la pandemia.Los cinco primeros meses del año se vieron perjudicados por los pocos estrenos, debido a los retrasos en la producción provocados por las huelgas de Hollywood el año pasado y la pandemia.Los últimos dos meses también han sido decepcionantes, con el fracaso en la taquilla de "Guasón 2: Folie à Deux", entre otros fiascos y estrenos mediocres.Pero las primeras señales para este fin de semana parecen prometedoras. "Gladiador II" se estrenó en otros países la semana pasada haciéndose con 87 millones de dólares fuera de Estados Unidos. Y Paramount espera números similares este fin de semana en los cines estadounidenses."Wicked", de Universal - el estudio detrás de "Oppenheimer"-, debe vender 100 millones de dólares en boletería este fin de semana en América del Norte de acuerdo con los pronósticos.De paso, los estudios apostaron en ambas producciones con una larga y extensa campaña de publicidad. En abril, Paramount abrió su presentación anual en una convención de cine en Las Vegas con un ejecutivo entrando en la arena del Caesars Palace en un carro flanqueado por soldados romanos.Mientras que Universal terminó su presentación dándole miles de flores de plástico al público para crear un gigantesco espectáculo de luces electrónicas verdes y rosas con el tema "Wicked".Ocho meses después, los estudios medirán si sus esfuerzos rendirán frutos en la taquilla. "Cuando algo pega de verdad, más allá de una campaña de publicidad, puede despegar e ir más lejos de lo esperado", comentó Gross. "Así que veremos qué pasa".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.