"Que las mujeres negras podamos estar libres de racismo, podamos abortar o hablar a viva voz es algo que tenemos que conquistar", denuncia desde la cafetería central de la Universidad Tecnológica del Chocó Bambazú, integrante del feminismo negro comunitario en Quibdó, capital del Chocó y creadora de la Fundación de arte social afrodiaspórico en movimiento "Mareia".
Bajo este "nombre de vida afrocentrada", que hace referencia a un ritmo de música tradicional chocoana y que sustituye a una Carmenza Rojas "colonial", Bambazú apunta a los feminicidios, los abusos sexuales en el conflicto armado y al matrimonio infantil como algunas de las grandes problemáticas a las que se enfrentan las mujeres chocoanas.
En este sentido, de los 619 feminicidios registrados en 2022 por el Observatorio Colombiano de Feminicidios, tres de ellos tuvieron lugar en este departamento que cerró el año como el más afectado por el confinamiento de sus comunidades y el segundo más castigado por el desplazamiento forzado, según la Defensoría del Pueblo.
"Nosotras lo hacemos mejor"
Entre las mujeres que ordenan en el espacio carteles que recuerdan que "el feminismo debe ser antiracista, antimachista y diverso" está, tras unas gafas de sol en forma de corazón, Karen Shezzy, una de las primeras rapereas chocoanas que trató de llevar el feminismo al rap y que hoy cuenta con 20 años de experiencia en el hip hop.
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"Me motivó que todo el tiempo era un grupo de hombres y ninguna mujer. Necesitábamos a mujeres raperas. Yo era la que siempre guerreaba, me uní a otras dos amigas y empezamos con el movimiento hasta hoy que ya somos como unas 15 mujeres en el rap", explicó a EFE Shezzy. "No es que los hombres lo hagan mal, es que nosotras lo hacemos mejor", agrega la rapera.
Uniéndose a la denuncia de Bambazú sobre la falta de oportunidades para las jóvenes artistas, la rapera insiste en que, para ella, es "súper importante darle entrada a otras chicas que quieren hacer rap, pero que están quieticas por miedo o pena". En este sentido, la creadora de Mareia recuerda que muchas mujeres sin trabajo terminan renunciando a sus sueños profesionales para asumir oficios del cuidado mal remunerados, algo que, a su vez, pone de manifiesto una de las "herencias de la esclavización".
Un mural sobre el empoderamiento
Otro de los espacios ocupados por las chocoanas con motivo del Día Internacional de la Mujer fue el Parque Simón Bolívar, ubicado en el municipio de Istmina, para mostrar al mundo un mural en el que una mujer afro alza su puño en señal de fuerza.
Dibujada la figura sobre un fondo rosado y azul al que se agregan las palmas de las manos de algunas de sus autoras, la profesora Yirleza Torres explica que esta pieza reivindica el empoderamiento, liderazgo y fuerza de resistencia de la mujer chocoana.
De la elaboración del mismo participaron mujeres, en su mayoría víctimas del conflicto armado, y organizaciones de base que hacen parte de las capacitaciones que brinda en el territorio la organización internacional Aldeas Infantiles SOS, en su proyecto "Segura y Empoderada".
Con esta iniciativa, Aldeas Infantiles SOS busca promover la igualdad de género, prevenir las violencias basadas en género, y apoyar y fortalecer los emprendimientos de las participantes ya que, para esta organización "una mujer segura y empoderada representa también un entorno protector para la niñez".
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