Pensado para estrenarse en 2020, el teatro Politeama se vio atrapado en el largo confinamiento por el covid que sufrió Argentina. Pero dos años después, Campanella aspira a que se inserte con más bríos en el circuito teatral que lo rodea en la famosa calle Corrientes.
"Me parece que luego de la pandemia, y de la cuarentena especialmente, la gente está necesitando volver a encontrarnos, volver a salir a actividades comunitarias en las que estemos con los demás. Yo lo necesito y creo que muchos también", dice a la AFP mientras los obreros dan los últimos toques al teatro.
Junto a las butacas aún envueltas en plástico, Campanella señala que, a diferencia del cine, el teatro "se está recuperando en todo el mundo".
"Quizás porque en el teatro no solamente te juntás con el público sino que también te juntás con los actores. Somos todos parte de esto y es como una celebración que se siente mucho más alegre, mucho más feliz porque el acto que venimos a ver también está en persona con nosotros", explica.
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Buenos Aires ofrece decenas de obras tanto en las grandes salas de la calle Corrientes como en las más pequeñas del teatro alternativo, que trabajan a pleno y es difícil conseguir entradas para el mismo día.
"Cine y teatro, como gas"
De 62 años, Campanella obtuvo el Oscar en 2010 por "El secreto de sus ojos", que también le valió un premio Goya. En su filmografía destacan además "El hijo de la novia", "El cuento de las comadrejas" y la cinta de animación "Metegol". En televisión, ha dirigido la serie "Dr. House" y "La ley y el orden", entre otras. Pero considera que el teatro es inseparable de su ser.
"Es muy difícil decir cuál es el lugar del teatro en mi vida y cuál el del cine. Porque es como decir el lugar de mi madre y el lugar de mi hijo, o el de mi esposa y el de mi hermano. Cada uno de ellos ocupa el 100% del lugar. Son como gas, no como cuerpos, se mezclan y ocupan todo el espacio", asegura.
Campanella se propone concretar esa unión en esta nueva sala Politeama, con capacidad para 705 espectadores y que servirá también para la proyección de películas.
"Esperamos que este teatro, además de ser el lugar al que se viene a ver determinada obra, se convierta la misma sala en un lugar al que querer ir", dice.
El teatro, cuyo nombre original Politeama se ha mantenido, es de los más antiguos de la ciudad de Buenos Aires. Creado en 1879, fue demolido en 1958, pero su destrucción causó tal rechazo que se hizo entonces una ley que obliga a volver a levantar un teatro, y no otra cosa, en el lugar donde antes hubo uno, explica Campanella.
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"Politeama es un tipo de teatro en el que había muchas disciplinas. Eran los teatros que podían cambiar de configuración. En este, n el original, se levantaban las butacas y era un salón de baile, se podía hacer circo... Todo eso era el poli, porque tenía muchas formas", dice.
"Nosotros también queremos hacer muchas disciplinas. No será distinto de forma, pero va a haber pantalla, va a haber cine, un poco el prefijo poli se sigue validando", añade.
En las tablas, Campanella destacó por su adaptación y dirección de "Parque Lezama", una obra de Herb Gardner que además de presentar en Argentina llevó a España en 2019.
"El miedo más terrible" -
Pero la emoción del nuevo teatro no le hace olvidar lo que llama su "miedo más terrible": que el cine y sus salas hayan quedado atrás.
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"A veces, en mis miedos más terribles porque soy una persona de cine, a veces digo ¿qué pasa si el cine fue una cosa del siglo XX, que el adelanto tecnológico hizo que la gente prefiera verlo en sus casas?", se pregunta.
"Es un miedo que tengo. Espero que la gente vuelva, pero ya los sistemas de producción se están retroalimentando para que eso no suceda. Las películas que no son de gran acción o de superhéroes, supuestamente de gran espectáculo, tienen una ventana muy cortita. Ya están planeadas para que se estrenen en televisión simultáneamente con el cine. Entonces se la hacen difícil a la audiencia", lamenta Campanella.