Y eso a pesar de que las críticas sobre la situación de los derechos humanos no cesan contra la gran potencia petrolífera. Por segundo año consecutivo el Festival de Cine del Mar Rojo, que fue presentado con bombo y platillo en 2021 por el reino ultraconservador, estuvo presente en Cannes, bajo la batuta del productor Mohammed al Turki.
La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch había acusado el año pasado a los sauditas de utilizar festivales como el de Cannes como "una manera de blanquearse, como ya lo hacen con los acontecimientos deportivos". Pero la presencia saudita despertó poca controversia en la Croisette.
Entre los ocho largometrajes financiados este año, destaca la película que abrió el festival, "Jeanne du Barry" , una película feminista realizada por una directora con raíces argelinas, Maïwenn. No es el único caso. En la lista estuvieron además "Les filles d'Olfa" de la tunecina Kaouther Ben Hania (que compitió por la Palma de Oro); "Augure" de Baloji; "Goodbye Julia", primer largometraje del realizador sudanés Mohamed Kordofani; "Inchallah un fils", primera película jordana seleccionada en Cannes; o "Kadib Abyad" de Asmae el Moudir.
En dos años, el fondo del Festival del Mar Rojo ha contribuido a la financiación de 168 películas. "Los sauditas están orgullosos de este éxito", asegura a la AFP su responsable, Emad Iskandar.
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Acusaciones que "entristecen"
"Mientras tengamos los recursos, queremos servir a la región y aprovechar para aprender", añade. "La apertura impulsada en 2015 par MBS (Mohamed bin Salmán, el príncipe heredero) y el rey Salmán", y sobre todo el levantamiento en 2017 de la prohibición que afectaba desde hace 35 años a las salas de cine, "nos ha alentado".
En un país en el que las mujeres tienen restringidos derechos, el Festival del Mar Rojo organizó una gala dedicada "a las mujeres en el cine", que reunió a Catherine Deneuve, Katie Holmes, Rossy de Palma y a otras reconocidas estrellas.
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Ante las críticas, Iskandar replica: "Son acusaciones sin fundamento" que "ante todo nos entristecen". "Occidente llegó donde está ahora tras años de guerras y debates. Nosotros somos un Estado que apenas tiene 90 años, un poco de paciencia", pide.
Arabia Saudita no solamente financia películas, sino también se presenta como un destino de rodaje. "Es un país que busca incrementar su visibilidad en la industria cinematográfica mundial", explica a la AFP Guillaume Esmiol, delegado general del Mercado del Cine.
"Cada año nos pide aumentar su pabellón, estar más presentes. Es una señal que demuestra que tienen ambiciones", añade.
Arabia Saudita no es el único país de la región que invierte masivamente en el cine: su rival Catar financió igualmente 13 películas en Cannes, tres de los cuales en competición : "Club Zero" de Jessica Hausner, "Banel et Adama" de Ramata-Toulaye Sy, y la película turca "About dry grasses" de Nuri Bilge Ceylan.
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"Financiamos muchas producciones francesas, no queremos ser insulares", explicó a la AFP Fatma Hassan Alremaihi, presidenta del Instituto Doha Film. ¿Una manera de presentarse como un país amigo, como ya hacen en la esfera deportiva? "Todo el mundo quiere caer bien. Nosotros lo hacemos sin perder nuestra identidad", responde.
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