Kang se pronunció así en la ceremonia de entrega de premios de la Fundación Pony Chung en la capital surcoreana, donde se le concedió el galardón a la innovación, y en lo que supuso una de sus escasas apariciones públicas desde que fuera anunciada como ganadora del Nobel de Literatura la semana pasada."Cuando se me informó por parte del comité del Nobel, no parecía real, y simplemente traté de continuar manteniendo una conversación normal", dijo la escritora sobre el momento en que tuvo constancia del galardón."Fue después de colgar el teléfono y al comprobar las noticias cuando emergió una sensación de realidad. Hice una celebración tranquila esa noche", dijo Kang.La escritora se definió "como una persona que conecta con el mundo a través de su escritura", y dijo que a partir de ahora, "espera continuar escribiendo y encontrándose con sus lectores en los libros".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Afirmó que se encuentra trabajando para completar una novela que comenzó a escribir la pasada primavera, y dijo que "estaría bien si el nuevo libro puede encontrarse con los lectores" durante la primera mitad del año próximo."Pero como mis propias predicciones sobre el tiempo para completar una novela siempre han sido erróneas, es difícil para mí señalar un periodo concreto", añadió.Desde el pasado jueves, cuando se anunció el Nobel de Literatura, Kang solo se había pronunciado públicamente en unas breves declaraciones recogidas por la Fundación Nobel y en una escueta entrevista concedida a la cadena pública sueca SVT.La escritora decidió no hacer ninguna aparición mediática ni participar en celebraciones con motivo de ese galardón mientras haya guerras en el mundo, según dijo su padre, el también autor Han Seung-won.Han, de 53 años y nacida en Gwangju (sur de Corea del Sur), fue galardonada con el Nobel de Literatura "por su intensa prosa poética que se enfrenta a traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana", según anunció la Academia Sueca.Hija del famoso escritor Han Seung-won, en la obra de la novelista surcoreana destacan títulos como 'La Vegetariana' (Penguin Random House), galardonada en 2016 con el Premio Booker; 'Blanco' (Rata Books) o 'Actos humanos' (Rata Books).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Yoon (Seúl, 1965) se mudó con tan solo cinco años a Buenos Aires, de donde saldría 20 años después con una licenciatura en Letras para poner rumbo a Madrid, donde se doctoró en Literatura Medieval antes de retornar a su ciudad natal.En Seúl, mientras enseñaba español en diferentes universidades, se topó con la traducción sin preverlo; le ofrecieron trabajar en un poemario del autor Kim Chun-su y quedó enganchada.Comenzó a traducir bastante poesía y a escritores que no necesariamente eran los grandes nombres que en ese momento el Gobierno incluía en sus listas de obras que había que intentar difundir en el extranjero.En ese sentido, habla de una "sensibilidad diferente" que venía dada por haber crecido y estudiado fuera de su país natal y considerar el español como su primera lengua."Como todo latinoamericano yo crecí leyendo a Borges, a Sábato, a Córtazar, a Vargas Llosa, a García Márquez, a Alejo Carpentier, además de traducciones de autores occidentes. Pero nada de literatura oriental", explica.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Una novela "muy adelantada a su época"En torno a 2010 se topó con La vegetariana, novela de Han Kang que se había publicado en 2007, que solo estaba entonces traducida al japonés y que no había hecho excesivo ruido por ser una obra "muy adelantada a su época" en Corea del Sur.Yoon conectó enormemente con la protagonista del libro, Yeong-hye, cuya decisión de dejar de comer carne desata una espiral trágica en el seno familiar."Si te pones a pensar con cuántas cosas (las mujeres) nos tenemos que resignar, y tenemos que obedecer. Y sin embargo, este personaje de 'La vegetariana', para mí es una heroína", afirma Yoon sobre un personaje que considera "consecuente con lo que piensa hasta las últimas consecuencias".La traducción en español fue editada originalmente por la hoy desaparecida editorial argentina Bajo la luna en 2012, y al año siguiente Han quedó sorprendida al visitar la Feria del Libro de Buenos Aires y toparse con un auditorio lleno y ávido por preguntarle por su trabajo.Al regresar a Seúl, la premio Nobel 2024 buscó a Yoon para agradecerle su trabajo y contarle lo asombrada que estaba por el hecho de que "el público en las antípodas de Corea había entendido mucho mejor su obra".La propia Han le pidió que tradujera el resto de sus escritos y, desde entonces, el hecho de conocerla personalmente la ha ayudado a entender su literatura de otra manera y a ver cosas antes que los demás."Llegas a conocer esos motivos literarios que afloran todo el tiempo. Por ejemplo, en su caso con el color blanco, con la nieve, con el motivo de las almas gemelas. Siempre hay una hermana, una amiga, en todas sus obras. Es como un anhelo de un alma gemela", detalla Yoon.Escritora y persona consecuenteLa traductora considera que Han Kang, en cierto modo como la protagonista de La vegetariana, "es consecuente consigo misma y con lo que dice en su obra"."Como ser humano, como escritora y demás, la profundidad de su obra... Todo se conjuga para que haya ganado este premio. Lo concedieron a la persona más adecuada. Ningún otro escritor coreano se lo merece más", asevera.Yoon ha traducido en la última década a muchas otras autoras surcoreanas, desde Sohn Won-pyong (Almendra, Gran Travesía) pasando por Yun Ko-eun (La turista, Reservoir) o Chon Un-Young (El hombre del desván, Hwarang), y destaca que la voz femenina es la que literariamente prepondera hoy en Corea del Sur, donde las listas de libros de ficción más vendidos las copan ellas."El premio Nobel es para Han Kang y para Corea, como dicen acá, "tanbi" (literalmente, "lluvia dulce", la expresión coreana para definir la primera lluvia tras una sequía)", cree la traductora."Esto va a ser un gran espaldarazo para la traducción. Creo que nos va a dar visibilidad a los traductores y a todos los jóvenes que están interesados en leer y traducir literatura coreana", explica Yoon, que desde hace años es profesora del Instituto de Traducción Literaria de Corea (LTI), cuyo rol, junto con el de la Fundación Daesan, considera absolutamente fundamentales para que la literatura de su país haya traspasado fronteras.El próximo 5 de diciembre, cinco días antes del discurso que Han Kang ofrecerá durante la entrega del Nobel en Estocolmo, Random House publica otros dos trabajos de la galardonada autora traducidos por Yoon, Imposible decir adiós y Actos humanos, esta última editada originalmente en español en 2018 por Rata Books.Aparte, Yoon tiene previsto que se publique, seguramente en 2025, su traducción de una antología de cuentos de "una autora que tiene poco escrito y en Corea es casi desconocida", una situación similar a la de Han Kang cuando ella se topó con 'La vegetariana' hace más de una década.Al plantearle si podríamos estar ante otra futura premio Nobel surcoreana, la traductora responde con jovialidad: "uno nunca sabe".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase «Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos». Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de la vida del escritor. Ella fue quien lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado. Un crítico escribió en su libro que esa breve frase grabada en su lápida representaba «el filo acerado». Sostenía que esa imagen era la llave que permitía el acceso a la obra de Borges, que esa espada separaba la literatura realista anterior de la escritura borgiana. A mí, en cambio, me sonó más a una confesión personal y callada. La breve frase es la cita de un antiguo poema épico nórdico. La primera y asimismo última vez que un hombre y una mujer pasaron juntos la noche, una espada colocada sobre el lecho separó a ambos hasta la madrugada. ¿Qué otra cosa pudo ser ese «filo acerado», sino la ceguera que aquejó a Borges en sus últimos años y lo aisló del mundo? Aunque he estado alguna vez en Suiza, nunca he ido a Ginebra, pues no me apetecía visitar la tumba de Borges para verla con mis propios ojos. En su lugar, recorrí la biblioteca de la abadía de San Galo, que de seguro habría provocado en el escritor argentino una fascinación sin límites si la hubiera conocido. Hasta me parece sentir en este momento la aspereza de las zapatillas de fieltro que nos hicieron calzar para proteger el suelo de madera de mil años de antigüedad. Luego tomé un barco en el embarcadero de Lucerna, que navegó por el lago hasta el atardecer bordeando la costa de los valles alpinos cubiertos de nieve. No tomé fotos en ningún sitio. Los paisajes quedaron impresos en mis retinas. La cámara no puede registrar los sonidos, olores y texturas, pero estos se grabaron con todos sus pormenores en mis oídos, nariz, cara y manos. En aquel entonces, la espada no me separaba todavía del mundo, así que me bastó con eso.2 MUTISMOElla junta las manos cerca del pecho y, arrugando la frente, mira hacia la pizarra negra. —Lea, por favor —dice el profesor, que lleva unos lentes gruesos de montura plateada, esbozando una ligera sonrisa. Ella entreabre la boca, se moja el labio inferior con la punta de la lengua, retuerce las manos en silencio y con rapidez. Abre los labios y los cierra. Contiene la respiración y luego inhala una bocanada de aire. Con aire paciente, el profesor retrocede un paso hacia la pizarra y repite: —Lea. Los párpados le tiemblan como los rápidos aleteos de un insecto. Cierra con fuerza los ojos y los abre, como si deseara ser transportada a otro sitio en ese breve instante. Él se cala los lentes con los dedos manchados de tiza y la anima: —Vamos, hable. Ella lleva un suéter de cuello alto y pantalones negros. La chaqueta colgada en la silla también es negra, y lo mismo el bolso grande de tela y la bufanda de lana que guarda dentro. Sobre esas ropas propias de un velorio, se alza su cara enjuta, alargada y áspera como moldeada con arcilla.No es joven ni especialmente atractiva. Su mirada denota inteligencia, pero no es muy perceptible por el temblor espasmódico en el párpado que la aqueja. Los hombros y la espalda están ligeramente encorvados, como si quisiera refugiarse en sus ropas negras para huir del mundo, y tiene las uñas cortadas muy al ras. En la muñeca de la mano izquierda lleva un coletero de terciopelo morado oscuro, la única nota de color en ella. —Leamos todos juntos. Como no puede seguir esperándola indefinidamente, el profesor pasea la mirada por el estudiante universitario de cara aniñada sentado en la misma fila que ella, por el hombre maduro tapado a medias por la columna, y por el joven corpulento y algo encorvado que está junto a la ventana. —Emos, heméteros; mi, nuestro —leen los tres alumnos en voz baja con timidez—. Sos, huméteros; tu, vuestro. El profesor aparenta unos treinta y cinco años.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.De complexión más bien pequeña, tiene las cejas y el surco de debajo de la nariz bien definidos. Su boca dibuja una sonrisa leve, como reprimiendo sus emociones. Lleva puesta una americana de pana marrón con coderas de piel en un tono más claro, cuyas mangas, ligeramente cortas, dejan ver sus muñecas. Ella le mira la pálida y fina cicatriz curva que se extiende desde su ojo izquierdo hasta la comisura de la boca. Cuando se la descubrió al comienzo del curso, pensó que parecía un mapa antiguo que marcaba el camino por donde habían fluido las lágrimas. El profesor observa a través de sus gruesos lentes verdosos la boca que ella mantiene cerrada con firmeza. Se desvanece la sonrisa de sus labios y aparta la vista. Con expresión rígida, se pone a escribir una oración en griego en la pizarra. Antes de terminar de poner los acentos, la tiza se rompe en dos y cae al suelo.*A finales de la primavera del año anterior, ella también se apoyaba en una pizarra con los dedos manchados de tiza como él. Cuando pasó un minuto o más sin que pronunciara la siguiente palabra, los estudiantes empezaron a murmurar. Con los ojos muy abiertos, ella tenía la vista fija en un punto del vacío que no era la clase ni el techo ni la ventana. —¿Se siente bien, profesora? —le preguntó una chica de pelo rizado y ojos dulces que estaba sentada en primera fila. Ella intentó sonreír, pero le tembló el párpado. Apretando con fuerza los labios temblorosos, murmuró desde algún lugar más profundo que la lengua y la garganta: «Ya está aquí de nuevo». Los cuarenta y tantos estudiantes se miraron unos a otros y empezaron a cuchichear de un pupitre a otro: «¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?». Lo único que podía hacer ella era marcharse del aula con la mayor calma posible, y eso fue lo que hizo. En el instante en que salió al pasillo, como si alguien hubiera encendido los altavoces, los murmullos apagados se amplificaron en un clamor atronador que se tragó el sonido de sus pasos sobre el pasillo de baldosas. Después de graduarse, había trabajado durante algo más de seis años en una editorial y en una agencia de publicaciones. Desde hacía siete años se dedicaba a dar clases de literatura en dos universidades y en un instituto de artes. Además, escribía poesía y había publicado tres antologías a intervalos de tres o cuatro años; también contribuía con una columna en una revista literaria quincenal; y últimamente asistía los miércoles por la tarde, en calidad de miembro fundador, a las reuniones de planificación de una revista cultural que todavía no tenía nombre. Sin embargo, como aquello le había vuelto de nuevo, tuvo que interrumpir todas sus actividades. Aquello no tenía causa alguna ni tampoco mostraba síntomas precursores. Claro que algo tendría que ver que su madre hubiera fallecido hacía seis meses, que ella se hubiera divorciado, que hubiera perdido la custodia de su hijo de ocho años después de tres juicios y que el niño estuviera viviendo con su padre desde hacía cinco meses.El psicoterapeuta de pelo canoso al que iba a ver semanalmente por el insomnio que sufría desde que había tenido que enviar a su hijo con su exmarido pensaba que ella se negaba a reconocer las causas más que evidentes de su problema. «No es eso —escribió ella en el cuaderno que estaba sobre la mesa—. No es tan simple». Aquella fue su última sesión. La psicoterapia a través de la escritura consumía demasiado tiempo y daba lugar a malentendidos. El profesional se ofreció a recomendarle a un colega especializado en problemas de lenguaje, pero ella lo rechazó cortésmente. Más que nada, no estaba en condiciones económicas de permitirse un tratamiento tan caro.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Las dos principales plataformas de venta en línea de libros en forma físico en el país asiático, Kyobo y Yes24, informaron de que hasta las 14.00 hora local de hoy habían vendido respectivamente 260.000 y 270.000 volúmenes de sus obras.Las novelas y libros de relatos y poesía de Han acapararon además muchos puestos entre los 10 más vendidos en los listados en tiempo real publicados por ambas empresas.El viernes, al día después de anunciarse el galardón, ya se dispararon las ventas de sus libros en Corea del Sur, donde se vieron escenas de tiendas abarrotadas de lectores para hacerse con los ejemplares. Las obras de Han también quedaron agotadas en muchas web de venta en línea como las antes citadas, donde solo se aceptan reservas de los mismos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Han, de 53 años y nacida en Gwangju (al sur de Corea del Sur), fue galardonada con el Nobel de Literatura "por su intensa prosa poética que se enfrenta a traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana", según anunció la Academia Sueca.Hija del famoso escritor Han Seung-won, en la obra de la novelista surcoreana destacan títulos como La Vegetariana (Penguin Random House), galardonada en 2016 con el Premio Booker; Blanco (Rata Books) o Actos humanos (Rata Books).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
PuertaEsto fue algo que sucedió hace mucho tiempo. Antes de firmar el contrato de arrendamiento, fui a ver el apartamento de nuevo. Su puerta metálica había sido blanca en otro tiempo, pero ese brillo se había desvanecido con el tiempo. Era un desastre cuando lo vi, la pintura se desprendía en parches para revelar el óxido que había debajo. Y si eso hubiera sido todo, lo habría recordado como nada más que una puerta vieja y desaliñada. Pero también estaba la forma en que su número, el 301, había sido inscrito. Alguien, tal vez otro en una larga fila de ocupantes temporales, había usado algún instrumento afilado, tal vez una broca, para rayar el número en la superficie de la puerta. Podía distinguir cada trazo individual: 3, a su vez de tres palmos de altura; 0, más pequeño, pero repasado varias veces, un garabato feroz que llamó la atención.Finalmente, 1, una línea larga y profunda, tensa por el esfuerzo de su hechura. A lo largo de esta colección de heridas rectas y curvas se había extendido el óxido, un vestigio de violencia, como manchas de sangre secas durante mucho tiempo, endurecidas, de color negro rojizo. No tengo nada que apreciar. Ni el lugar donde vivo, ni la puerta por la que paso todos los días, ni siquiera, maldita sea, mi vida. Esos números me miraban fijamente, apretando los dientes con fuerza.Ese era el apartamento que quería ese invierno, el apartamento que había elegido para pasar mis días. Tan pronto como desempaqué, compré una lata de pintura blanca y un pincel de buen tamaño. Ni la cocina ni el dormitorio habían sido empapelados, y sus paredes estaban manchadas de manchas grandes y pequeñas. Estas manchas oscuras eran especialmente llamativas alrededor de los interruptores eléctricos. Llevaba pantalones de chándal gris pálido y un viejo suéter blanco, para que las salpicaduras no se vieran tan mal. Incluso antes de empezar a pintar, no me preocupaba conseguir un acabado limpio y uniforme.Sería suficiente, razoné, con pintar sobre las manchas... ¿seguro que las manchas blancas son mejores que las sucias? Pasé mi pincel por los grandes parches del techo por donde la lluvia debió de filtrarse en algún momento, observando cómo el gris desaparecía bajo el blanco. Limpié el mugriento cuenco del fregadero con un paño antes de pintarlo de ese mismo blanco brillante, sin importar que su pedestal fuera marrón.Finalmente, salí al pasillo para pintar la puerta principal. Con cada movimiento del pincel sobre la superficie llena de cicatrices, sus imperfecciones se borraban. Esos números profundos desaparecieron, esas manchas de sangre oxidadas desaparecieron.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Volví a entrar en el apartamento para tomarme un descanso y entrar en calor, y cuando volví a salir una hora más tarde vi que la pintura se había corrido. Se veía desordenado, probablemente porque estaba usando un cepillo en lugar de un rodillo. Después de pintar una capa extra sobre la parte superior para que las rayas fueran menos visibles, volví a entrar para esperar. Pasó otra hora antes de que saliera arrastrando los pies en mis pantuflas. La nieve había comenzado a caer. Fuera, el callejón se había oscurecido; Las luces de la calle aún no estaban encendidas. Con una lata de pintura en una mano, un pincel en la otra, me quedé inmóvil, mudo testigo del lento descenso de los copos de nieve, como cientos de plumas que se empluman.Bandas para envolverSe enrollan pañales blancos como la nieve alrededor del bebé recién nacido. El útero habrá sido tan ceñido, que la enfermera ata el cuerpo con fuerza, para mitigar el impacto de su abrupta proyección en lo ilimitado. Persona que sólo ahora comienza a respirar, un primer llenado de los pulmones. Persona que no sabe quién es, dónde está, qué es lo que acaba de empezar.El más indefenso de todos los animales jóvenes, más indefenso incluso que un polluelo recién nacido. La mujer, pálida por la pérdida de sangre, mira al niño que llora. Nerviosa, toma su ser envuelto en pañales en sus brazos. Persona a la que aún se le desconoce la cura de este llanto. Que ha estado, hasta hace unos momentos, en medio de una agonía tan asombrosa. Inesperadamente, el niño se calma. Será por algún olor. O que los dos siguen conectados. Dos ojos negros que no ven se vuelven hacia el rostro de la mujer, atraídos en la dirección de su voz.Sin saber lo que se ha puesto en marcha, estos dos todavía están conectados. En un silencio atravesado por el olor de la sangre. Cuando lo que hay entre dos cuerpos es el blanco de los pañales.Bata de recién nacido El primer hijo de mi madre murió, me dijeron, a las dos horas de vida. Me dijeron que era una niña, con la cara tan blanca como un pastel de arroz en luna creciente. Aunque era muy pequeña, dos meses prematura, sus rasgos estaban claramente definidos. Nunca podré olvidar, me dijo mi madre, el momento en que abrió sus dos ojos negros y los volvió hacia mi cara. En ese momento, mis padres vivían en una casa aislada, en el campo, cerca de la escuela primaria donde mi padre enseñaba. La fecha de parto de mi madre aún estaba lejos, por lo que estaba completamente desprevenida cuando, una mañana, rompió fuente. No había nadie alrededor. El único teléfono del pueblo estaba en una pequeña tienda junto a la parada de autobús, a veinte minutos de distancia. Mi padre no volvería del trabajo hasta dentro de seis horas. Era el comienzo del invierno, la primera helada del año. Mi madre, de veintidós años, se arrastró hasta la cocina y hervido un poco de agua para esterilizar unas tijeras. Buscando a tientas en su costurero, encontró una tela blanca que serviría para el vestido de un recién nacido. Agarrada por las contracciones y terriblemente asustada, empuñó su aguja mientras las lágrimas comenzaban a caer. Terminó el diminuto vestido, buscó una colcha delgada para usarla como pañales y apretó los dientes mientras el dolor regresaba, cada vez más rápido e intenso. Finalmente, dio a luz. Todavía sola, cortó el cordón umbilical. Vistió el cuerpecito ensangrentado con el vestido que acababa de hacer, y sostuvo el retazo lloriqueante en sus brazos. Por el amor de Dios, no te mueras, murmuró con voz débil, una y otra vez como un mantra. Al cabo de una hora, los párpados herméticos del bebé se descosieron bruscamente. Cuando los ojos de mi madre se encontraron con los de su hija, sus labios se crisparon de nuevo. Por el amor de Dios, no mueras. Alrededor de una hora después, el bebé estaba muerto. Yacían en el suelo de la cocina, mi madre de costado con el bebé muerto apretado contra su pecho, sintiendo cómo el frío entraba poco a poco en la carne, hundiéndose hasta los huesos. No más llanto.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Han, de 53 años y nacida en Gwangju (en el sur de Corea del Sur), fue galardonada con el Nobel de Literatura "por su intensa prosa poética que se enfrenta a traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana", según anunció en la víspera la Academia Sueca.Se trata del primer Nobel de Literatura concedido a un autor surcoreano y a una mujer del continente asiático.El galardón a Han supone "una bendición para el lenguaje literario que abraza la fragilidad de la vida", señaló en un comunicado la asociación de escritores surcoreana.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí."Este honor nos recuerda el papel fundamental de la literatura para explorar la existencia humana, más allá del significado que tiene para nosotros que un autor surcoreano sea galardonado", añadió la agrupación.La asociación también alabó la capacidad de Han para transformar en su obra eventos históricos en "verdades ficticias", y para dar voz a individuos olvidados o marginados.Hija del famoso escritor Han Seung-won, en la obra de la novelista surcoreana destacan títulos como 'La Vegetariana' (Penguin Random House), galardonada en 2016 con el Premio Booker; 'Blanco' (Rata Books) o 'Actos humanos' (Rata Books).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Tras 68 años de batalla contra las armas nucleares, la Academia Sueca concedió hoy el Nobel de la Paz a Nihon Hidankyo (contracción en japonés de 'Organización de Víctimas de Bombas Atómicas de Japón'), fundada 11 años después de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto de 1945.En ese momento, el sentimiento antinuclear ganaba fuerza en Japón, después de que la tripulación de un barco atunero nipón fuera expuesto a la radiación durante una prueba de bomba de hidrógeno estadounidense en el atolón Bikini en el Océano Pacífico.El nacimiento de la organización acabó con el silencio en el que habían vivido hasta entonces los supervivientes a las bombas -'hibakusha' en japonés-, para quienes la muerte no fue una consecuencia pero sí lo fueron los problemas de salud, la pobreza y la discriminación que derivaron del desastre.Cerca quedó Nihon Hidankyo de obtener el galardón en el año 2005, cuando se cumplían 60 años desde que Estados Unidos arrojara las bombas sobre Japón y la organización figuraba en las quinielas de favoritos para hacerse con el reconocimiento.El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su director, el egipcio Mohamed El Baradei, fueron los premiados ese año en que el presidente del Comité Nobel reconoció la labor de Nihon Hidankyo al pronunciar: "Durante muchos años, la organización ha estado trabajando por la abolición nuclear".Con 'hibakusha' entre los miembros de su comité, Nihon Hidankyo clama al mundo la necesidad de abolir las armas nucleares y trabaja por extender los testimonios de las víctimas aún con vida de la tragedia, para quienes pide además apoyo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Toshiyuki Mimaki, que tenía 3 años cuando se desató el desastre, es uno de los integrantes del comité de la organización y recuerda cómo una mujer acudió a su casa en Inmuro (a unos 30 kilómetros de Hiroshima) rogando una lata de comida tras el desastre y su madre le dijo que probablemente esa señora a la que acababa de ver moriría pronto.Ese recuerdo está marcado en la memoria de Mimaki, que a sus 82 años está terminando de escribir su propio libro, que ya tiene título: 'Mi vida y el bombardeo de Hiroshima'.Nihon Hidankyo y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares El papel de Nihon Hidankyo en el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TNP) fue clave. Logró recoger tres millones de firmas de apoyo antes de la conferencia de negociación y presentó ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) otros 13,7 millones para que todos los países del mundo se adhirieran a él.El TNP entró en vigor en enero de 2021 y Nihon Hidankyo envió a supervivientes de las bombas atómicas a la primera Conferencia de las Partes celebrada en Austria en junio del año pasado, donde expresaron su deseo de abolir las armas nucleares.Ahora, la organización trabaja por que la avanzada edad y el cada vez menor número de 'hibakusha' no impida seguir dando voz a sus historias y trata de extenderlas también en línea, más allá de los eventos presenciales, reducidos tras la pandemia de coronavirus.Es la primera vez en 50 años que Japón recibe el Premio Nobel de la Paz desde 1974, cuando recibió el galardón Eisaku Sato, que fue primer ministro de Japón entre 1964 y 1972, por representar la voluntad de paz del pueblo japonés, introducir los tres principios no nucleares de "no poseer, producir o permitir armas nucleares" en el país y firmar el TNP en 1970.Los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki dejaron más de 210.000 muertos por el efecto directo de la explosión, así como por las consecuencias de la radiación que años después seguía afectando a la población.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Conocida principalmente por La vegetariana, por el que se llevo el International Booker Prize en 2017 -diez años después de su publicación en Corea- Han Kang es un claro ejemplo de la mezcla de estilos que ha impulsado la internacionalización de la cultura coreana en todas sus manifestaciones.La escritora, que es la primera surcoreana en conseguir el Nobel, es la heredera de una literatura llena de huellas del dolor producido por las desgarres sufridos a lo largo del siglo XX y a la vez deudora de una tradición milenaria.Una tradición representada por nombres como los de Ko Un -que escribió poemas de protesta contra la dominación japonesa (1910-1945), la guerra de Corea o la dictadura militar entre 1961 y 1993-, Kim Chi-Ha -con una obra muy comprometida políticamente- o Hwang Sok-Yong, para quien el realismo era una obligación.Pero tras esa generación que sentó las bases de la literatura contemporánea coreana, surgieron otros escritores cono Kim Cho-yeop, centrada en las historias fantásticas, Cho Nam-joo, cuya Kim Ji-young, nacida en 1982 abrió en 2016 el debate sobre las desigualdades de género o Han, que deslumbró con La vegetariana con un moderno e inquietante estilo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El K-Pop, el inicio del boom cultural surcoreanoUn estilo literario que casa a la perfección con la imagen que se tiene mundialmente de Corea del Sur como un país que va por delante del resto en muchos ámbitos, incluida la cultura.La primera señal de que la importancia de la cultura surcoreana excedía sus fronteras llegó con el fenómeno del k-pop -abreviatura de música pop coreana-, un producto muy estudiado a medio camino entre la música y la estética, que es justamente su característica más reconocible.Canciones sencillas y pegadizas con una fuerte apuesta visual mediante espectaculares coreografías que han generado estrellas como el grupo BTS, Blackpink o Twice, algunos de los nombres de un movimiento que surgió a principios de los noventa por la fusión de la música popular coreana con las influencias de la industria estadounidense, que conquistó rápidamente a la Generación z.Aunque el aparentemente perfecto mundo del k-pop también tiene un lado oscuro, con el suicidio de artistas como Moonbin (del grupo Astro), Jonghyun (Shynee) o Goo Hara (Kara) por la altísima presión que sufren.El cine surcoreano, no solo 'Parásitos'Un fenómeno diferente es el del cine, donde el éxito de Parásitos, que se llevó cuatro Óscar en 2020 tras haber comenzado su carrera internacional con la Palma de Oro de Cannes, refrendó una cinematografía muy conocida en ambientes cinéfilos pero menos por el gran público.La llamada 'nueva ola de cine coreano' se inició en la década de los 90 tras la llegada de la democracia a Corea del Sur y empezó a alcanzar notoriedad a partir del 2000 con la complicidad del gobierno y de los festivales internacionales para dar a conocer el talento artístico.Park Chan-wook (Old Boy o Decision to Leave), Kim Ki-duk (Hierro 3 o Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera), Kim Ji-woon (Cobweb, Lee Chang-dong (Burning) o Hong Sang-soo (Night and Day) son algunos de los realizadores cuya presencia en los festivales internacionales -y habitualmente en los palmarés- ha sido habitual desde hace dos décadas.Diversos estilísticamente, estos autores tienen algunos elementos en común. Todos están muy conectados con lo que pasa en su país, así como con su historia, y son muy críticos, además de retratar con sus películas a la sociedad coreana.Además suelen apostar por guiones arriesgados y por mezclar géneros, como hace Parásitos, que empieza como un drama social y deriva en auténtico terror sin renunciar a un humor de lo más irreverente.'Squid Game', la revolución llega a la teleAlgo similar a lo que ocurre con El juego del calamar, que es capaz de darle una siniestra vuelta de tuerca al universo de los juegos infantiles.Una serie que en 2021 se convirtió en un éxito tan gigantesco como inesperado en Netflix, teniendo en cuenta que está rodado íntegramente en coreano y sin estrellas internacionales.El fenómeno fue tal que hasta las zapatillas que usan los protagonistas dispararon sus ventas en más de un 7.000 %.No era la primera serie de éxito salida de Corea, antes habían llegado Kingdom (2019), My name (2021) o Sweet Home (2020), pero ninguna llegó a las cotas de El juego del calamar, que sigue siendo la ficción televisiva más vista de la historia de Netflix (incluidas las de habla inglesa).Muchos ejemplos de una cultura de la que no hay que olvidar que su primer fenómeno planetario fue el Gangnam Style.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La Academia Sueca concedió hoy el galardón a la escritora de 53 años y nacida en Gwangju (al sur de Corea del Sur) "por su intensa prosa poética que se enfrenta a traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana".Han Kang es la primera persona surcoreana y mujer asiática en obtener el Nobel de Literatura, y lo hace gracias a una obra compleja e incómoda que entrelaza la condición humana con su historia personal y la de su país.Hija del famoso escritor Han Seung-won, Han hizo su debut literario en 1993 cuando tenía 23 años con una serie de poemarios como Invierno en Seúl y comenzó su carrera como novelista al año siguiente tras ganar el Concurso Literario de Primavera del diario Seoul Shinmun con la obra Ancla Roja.Sus primeros recuerdos con la literatura se remontan a su niñez, cuando su padre, en aquel momento todavía joven y poco conocido, llenaba una casa "sin muebles" de libros, amontonados en torres desordenadas."A pesar de las frecuentes mudanzas, podía sentirme a gusto gracias a todos esos libros que me protegían. Antes de hacer amigos en un barrio extraño, llevaba mis libros conmigo todas las tardes", explica la autora en entrevistas.En 1995, se atrevió con su primera colección de cuentos, Yeosuui sarang (Amor de Yeosu), y posteriormente, en 2005, ganó el Premio Literario Yi Sang, uno de los más prestigiosos del país asiático que busca reconocer a escritores innovadores surcoreanos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La fama internacional le llegó en 2016 con el Premio Booker por la novela La Vegetariana, una historia que entrelaza lo exquisito y lo inquietante y que está ambientada en el Seúl actual, donde una mujer decide dejar de comer carne desatando una tormenta en el seno familiar y su entorno.Aunque la novela se había publicado originalmente en Corea del Sur en 2007, no fue vista con buenos ojos en su país hasta que su publicación en Estados Unidos y Reino Unido fue recibida con entusiasmo por la crítica local.A pesar de su popularidad dentro y fuera de su país natal, la autora también ha sufrido bloqueos literarios y antes de su quinta novela, La clase de griego, dejó de escribir y de leer ficción durante un año, en una especie de silencio forzoso y experimento que quedó reflejado en dicha obra."Hubo un año en el que no pude ni escribir ni leer ficción. Pasé el tiempo leyendo sobre todo libros de astrofísica. Pero, de alguna manera, Jorge Luis Borges fue una excepción", explicó la surcoreana en una entrevista con The Guardian.Se reconoce también una amante de las plantas, un simbolismo recurrente en su obra, y dice leer libros de esta categoría antes de dormir, como Seeds of Hope, de la etóloga inglesa Jane Goodall, o The Hidden life of trees, del alemán Peter Wohlleben.Además de La Vegetariana, destacan también en su bibliografía Human Acts, que transcurre durante el levantamiento civil sofocado brutalmente por la dictadura militar en su ciudad natal, Gwangju, en mayo de 1980 y constituye una historia sobre el sufrimiento y la resilencia humanos considerada por la crítica como su mejor obra.También sobresale Blanco (Rata books), una obra de no ficción dedicada a la hermana mayor de Han, que murió en los brazos de su madre pocas horas después de nacer y que supone una carta de duelo a una hermana que nunca conoció.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. No era ni muy alta ni muy baja, llevaba una melena ni larga ni corta, tenía la piel seca y amarillenta, sus ojos eran pequeños, los pómulos algo prominentes, y vestía ropas sin color como si tuviera miedo de verse demasiado personal. Calzada con unos zapatos negros muy sencillos, se acercó a la mesa en la que yo estaba sentado con pasos que no eran ni rápidos ni lentos, ni enérgicos ni débiles.Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto en particular. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ingenio o elegancia, me hacía sentir a mis anchas. No hacía falta que me mostrara culto para atraer su atención ni tenía que andarme con prisas para llegar a tiempo a nuestras citas. Tampoco había razón para que me sintiera menos cuando me comparaba a solas con los modelos que aparecían en los catálogos de moda masculina. Ni mi barriga, que había comenzado a abultar a partir de los veintitantos, ni mis delgados brazos y piernas, que no ganaban músculo a pesar de los esfuerzos que hacía —ni siquiera mi pequeño pene, que era la causa de un secreto complejo de inferioridad—, me preocupaban lo más mínimo cuando estaba con ella.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Nunca he pretendido más de lo que creo merecer. Cuando era pequeño me las di de bravucón en las calles poniéndome al frente de una banda de chiquillos que eran menores que yo. Cuando me hice mayor, solicité ingresar en la universidad que me concedía la beca más jugosa y luego me di por satisfecho entrando en una pequeña compañía que, además de apreciar mi escasa capacidad, me entregaba todos los meses un sueldo modesto. Así pues, fue natural que eligiera casarme con ella, que tenía el aspecto de ser la mujer más corriente del mundo. De hecho, jamás he podido sentirme cómodo con las mujeres bonitas, inteligentes, sensuales o provenientes de familias adineradas.Tal como lo había esperado, mi mujer se ajustó sin problemas al rol de esposa común y corriente que yo deseaba. Todas las mañanas se levantaba a las seis y me preparaba como desayuno arroz, sopa y un trozo de pescado. También continuaba haciendo los trabajos temporales que desempeñaba de soltera, lo que constituía una aportación —si bien modesta— a la economía familiar. Era profesora asistente en una academia de computación gráfica, donde había estudiado, un año y en casa trabajaba por encargo transcribiendo los textos a los globos de diálogo de las historietas.Era más bien callada. Rara vez me pedía algo y no se quejaba por muy tarde que yo volviera del trabajo. Tampoco me insistía en que saliéramos los domingos o festivos que estábamos juntos en casa. Mientras yo me pasaba toda la tarde haraganeando frente al televisor con el mando en la mano, ella solía quedarse metida en su habitación. Seguramente trabajaba o leía algún libro —su única afición era la lectura, pero la mayoría de los libros que escogía parecían tan aburridos que ni daban ganas de abrirlos—. Cuando se acercaba la hora de cenar, salía del cuarto y se ponía a cocinar en silencio. Para ser sincero, no era nada divertido vivir con alguien así, pero yo estaba agradecido por ello, pues no soportaba a las mujeres que hacían sonar varias veces al día los móviles de sus maridos —como las esposas de mis compañeros de trabajo y amigos—, o a las que los regañaban frecuentemente y terminaban provocando ruidosas peleas matrimoniales.Si había algo que la hacía diferente al resto de las mujeres era que no le gustaba usar sujetador. Durante nuestro corto e insulso noviazgo le puse un día por casualidad la mano sobre la espalda y me excité ligeramente al comprobar que no llevaba el sujetador debajo del jersey. La observé durante un rato por si acaso me estaba enviando algún tipo de señal intencionada, pero llegué a la conclusión de que no era así. Si no era eso, ¿qué era? ¿Pereza? ¿Acaso negligencia? No podía entenderlo. El que no llevara sujetador no se correspondía con su escaso pecho. Si al menos hubiera usado un sostén con relleno, no me habría hecho quedar tan mal cuando la presenté a mis amigos.En casa prescindía por completo del sujetador. Durante el verano se lo ponía, muy a su pesar, si tenía que salir, para que no se le notaran los pezones, pero en menos de un minuto se lo desabrochaba. Si tenía puesto algo fino y de color claro o un poco ajustado, se le marcaba claramente el sostén suelto, pero a ella no parecía preocuparle en absoluto. Cuando la critiqué por eso, prefirió ponerse un chaleco encima antes que el sostén, a pesar de que era un día de calor abrasador. Se justificó diciendo que el sujetador la fastidiaba, que no podía soportar que le oprimiera el pecho. Como yo nunca los he usado, no tengo la menor idea de lo asfixiante que es llevar uno, pero según lo que podía apreciar, era evidente que a las demás mujeres no les molestaba tanto como la mía, así que su susceptibilidad al respecto me desconcertaba.Excepto eso, todo transcurría con normalidad. Aquel año cumplíamos cinco de casados, pero como nunca habíamos estado locamente enamorados, no había motivos para sentir que la relación se hubiera desgastado. Habíamos aplazado el tener hijos hasta que compráramos una casa y como eso lo habíamos hecho por fin en otoño, yo había comenzado a pensar que ya era tiempo de oír que me llamaran «papá». Hasta que la descubrí una madrugada del pasado mes de febrero en la cocina, vestida únicamente con un camisón, nunca imaginé que nuestra vida diaria fuera a cambiar en lo más mínimo.*Este libro fue publicado por Literatura Random House en Colombia y está ahora en todas las librerías del país.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
No es más que una banana pegada a una pared, pero la obra del artista conceptual italiano Maurizio Cattelan causó otra sensación en el mercado del arte neoyorquino este miércoles por la noche: fue comprada por 6,2 millones de dólares por un empresario chinoestadounidense.En la casa de subastas de Sotheby's, siete compradores o sus representantes compitieron por adquirir la pieza titulada "Comedian", un plátano colgado de un muro con ayuda de un gran trozo de cinta adhesiva plateada.Después de varios minutos, el precio subió de 800.000 dólares a 5,2 millones -o 6,2 millones sumando comisiones-, cuando sonó el martillo.Poco después, Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, aseguró ser el comprador en un comunicado de Sotheby's."Esto no es sólo arte. Representa un fenómeno cultural que crea puentes entre los mundos del arte, los memes y la comunidad de criptomonedas", aseguró el empresario de Xining (China).💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPrometió comerse "personalmente la banana como parte de esta experiencia artística única, honrando su lugar tanto en la historia del arte como en la cultura popular".El ejecutivo, de 34 años, ya se había hecho notar por adquirir en 2021 una escultura de Alberto Giacometti, "La nariz", por 78,4 millones de dólares. La famosa banana prometía ser una de las estrellas de la semana de subastas de otoño de Nueva York.Según su descripción, la obra del iconoclasta y provocador Cattelan, de la que existen tres ejemplares, cuestiona la noción de arte y su valor. Ha dado mucho que hablar desde su primera exposición en 2019 en Miami, donde otro artista se la comió para denunciar su precio, que entonces era de 120.000 dólares.La copia restante fue donada al Museo Guggenheim de Nueva York.Sotheby's había fijado el miércoles su estimación para la pieza entre 1 y 1,5 millones de dólares. Las condiciones de la venta incluyen un certificado de autenticidad e instrucciones sobre cómo reponer la fruta."Comedian" superó en valor a otra notoria obra rematada, "Despacho Oval (Estudio)" del ícono del Pop Art estadounidense Roy Lichtenstein, que alcanzó los 4,2 millones de dólares.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El volumen explotado de oro en Colombia representa aproximadamente el 1,5 por ciento de la producción mundial, de acuerdo con la Agencia Nacional de Minería. La extracción de este metal sin embargo, trae consigo impactos medioambientales y sociales perjudiciales como contaminación y desplazamientos y claro, aquí podríamos describirlos a detalle, pero un panorama de esta problemática también lo puede ver en la nueva película colombiana Uno.Junto a la travesía de Esmeralda, la protagonista de esta historia encarnada por Marcela Mar, Uno le presenta a los espectadores, desde el thriller y el misterio, distintas caras de una de las realidades de la minería de oro. Resistencia, desplazamientos, contaminación, corrupción, enfermedad, son algunos de los contextos con los que se encuentra esta mujer que, tras una pérdida, solo es movida por el dolor y la búsqueda de respuestas.Guatapé y distintas locaciones de Antioquia, uno de los departamentos con mayor minería de oro en el país, configuran La Alameda, la población ficticia en la que Esmeralda descubre el contexto minero. Relaciones hostiles entre multinacionales mineras, barequeros, ciudadanos y grupos al margen de la ley giran en torno al oro. Para la productora de este thriller, cargado de drama y también acción, Laura Franco, la tensión que vive La Alameda puede ser la historia de cualquier población en Latinoamérica que está atravesada por la minería. Pese a retratar un contexto real, esta es una historia de ficción, que entretiene y mantiene a los espectadores a la expectativa, acompañando a Esmeralda en su búsqueda. Sin embargo, a las persecuciones y las intrigas las acompaña ese trasfondo de la minería, el que hace la historia cercana e indirectamente invita a la reflexión. 💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Uno es de esas películas que se tienen que contar más, películas con mucho contenido, que te invitan a pensar, a reflexionar, que te hablan de un tema importante y a la vez que te entretienen", explica Juan Pablo Urrego.Tras ver la película en su estreno, Marcela Mar reflexiona sobre la producción: “Esta película nos plantea una situación donde se pone en peligro la vida de los habitantes de esta población donde se manejan las cosas con mucha irresponsabilidad, a través de la corrupción. Es una película que te pone a pensar al respecto”. El rol de Mar es particular. pues la vemos de principio a fin hilando la historia, solo un personaje adicional tiene rostro y la acompaña, Joaquín, interpretado por Urrego. Esmeralda interactúa con más personas, sí, pero el dolor que la habita es tan grande que la enceguece y a la vez, el público sigue la historia con ese mismo velo. Urrego, por su parte, da vida a Joaquín, un joven habitante de La Alameda que vive con su padre, movido por la rabia contra quienes han usurpado los recursos de la comunidad y contra quienes hostigan a sus amigos, quienes practican la minería artesanal. “En mi vida he tenido la oportunidad de conocer Joaquines, gente que trabaja en el campo, que está luchando por algunos derechos y nos los pueden conseguir. He tenido esas experiencias en mi vida, cercanas, otras lejanas, algunas las he visto”, cuenta. Agrega que en estas experiencias basó su trabajo para darle una personalidad a Joaquín, “un personaje que tiene rabia encima por lo que ha vivido, muertes, desapariciones, desplazamientos”.Uno es el debut en largometrajes de ficción de Julio César, quien durante alrededor de veinte años ha trabajado en la industria en trabajos para televisión, dirigiendo videos musicales, comerciales y algunos shows de comedia para Netflix. Sin embargo, cuenta que hasta este momento y con esta historia se sintió plenamente seguro para dirigir su ópera prima. Producida por Clover Studios, del cineasta Simón Brand y Laura Franco Franco, a esta película le da un toque particular el trabajo realizado por Matt Waters, reconocido diseñador de sonido de Juego de tronos. Y así, con esta suma de ingredientes de sonido, actuación y temática sobresalientes Uno se estrena en cine este 21 de noviembre. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Clover Studios (@cloverstudios__)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Han pasado cinco años desde la última vez que el ganador de cuatro premios Grammy, Lenny Kravitz, visitó Colombia. Fue en marzo de 2019 cuando hizo vibrar a los asistentes al Movistar Arena con su Raise Vibration Tour. Ahora, regresa en su Blue Electric Light Tour en el que promociona su más reciente disco homónimo, pero en el que también interpretará éxitos como Are You Gonna Go My Way, Again, I Belong To You, entre otros.Kravitz llegará a Colombia para continuar con el tour mundial en el que se embarcó tras el lanzamiento de su álbum número doce este mismo año, con el que ha recorrido Europa y Estados Unidos desde junio.Este concierto será otro hito dentro de la lista de éxitos que han marcado el año artístico que ha tenido el artista. En la primera mitad del año, por ejemplo, además de recibir el premio Ícono de la Música en los People 's Choice Awards, también recibió su estrella estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, la número 2.774 de este famoso recorrido.En septiembre pasado, Kravitz recibió también el premio en categoría Best rock en los MTV Video Music Awards de 2024, donde se presentó tras 25 años después de la actuación en la que tocó la guitarra junto a Madonna.Entre las novedades que tendrá este concierto, estará la presentación de la banda bogotana Diamante Eléctrico como invitada al show de Kravitz. Juan Galeano, Daniel Álvarez Mejía y toda la banda compartirán escenario con el artista estadounidense.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Diamante Eléctrico (@diamanteelectrico)Recomendaciones para asistir al concierto de Lenny Kravitz en BogotáEl concierto de esta leyenda viva del rock tendrá lugar en el Coliseo Med Plus el miércoles, 11 de diciembre a las 8:00 p. m. Tenga en cuenta que al ser un concierto en mitad de semana y a las afueras de Bogotá (en Cota, en la vía El Rosal-Bogotá) debe prever el tráfico de las afueras de la ciudad y salir con anticipación.Si se desplaza en vehículo propio, puede reservar su cupo en el parqueadero a través de la tiquetera Taquilla Live, donde también puede adquirir boletas para el concierto, disponibles en todas las localidades, desde $294.000 hasta $647.000.Aunque el concierto, organizado por Páramo Presenta y Mercury Concerts, iniciará a las 8:00 p. m. y se extenderá hasta las 11:00 p. m. aproximadamente, de acuerdo con Taquilla Live, la apertura de puertas será a las 7:00 p.m.Tenga presente que la edad mínima de ingreso para menores de edad es de 12 años. Los menores de 16 años deben estar acompañados de un adulto responsable y que cuente con ticket para la localidad de menores de edad.Entre los elementos que no se permiten ingresar al coliseo están cámaras profesionales o grabadoras de audio, sombrillas, alimentos y bebidas. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Lenny Kravitz (@lennykravitz)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Así lo avanzaron este miércoles en conferencia de prensa los organizaciones del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que se celebra del 5 al 15 de diciembre en la capital cubana, y que hablaron de "primicia mundial".“La adaptación cinematográfica de la obra maestra del Premio Nobel de Literatura se estrenará el 6 de diciembre en la capital cubana, en el segundo día del Festival de Cine”, adelantó la directora del evento cultural, Tania Delgado.Netflix, que no está disponible en la isla caribeña, tiene previsto estrenar a nivel mundial esta miniserie el 11 de diciembre.García Márquez (1927-2014) fue una figura muy vinculada a Cuba y a su cine durante años. Entre otras cosas, presidió la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, una organización con sede en La Habana.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA propósito del festival, una de las principales citas culturales del año en Cuba, su directora adelantó que este año participarán 110 filmes -89 menos que el año pasado- de un total 42 países, incluidos Cuba, México y Argentina, entre otros.La edición 45 del festival abrirá con la película argentina “Los domingos mueren más personas”, e incluirá foros como el que se va a dedicar al guionista y director de cine de animación cubano Juan Padron (1947-2020).De igual manera, en el concurso de carteles competirán 30 originales de 17 países. La gala de premiación se realizará el 15 de diciembre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hathaway y Showalter contarán la historia de Lowen Ashleigh, una escritora que está al borde de la ruina financiera y que recibe una oferta laboral para completar los libros de una exitosa serie de suspenso escrita por Verity Crawford (interpretada por Hathaway), después de que un misterioso accidente impidiera a la autora terminar su trabajo.En el proceso, Ashleigh deberá discernir si los escritos de Verity son simplemente escabrosas obras de ficción o una ominosa advertencia de un psicópata trastornado.Anteriormente, la intérprete de 'The Princess Diaries' y el director de 'The Big Sick' trabajaron juntos en la comedia romántica 'The Idea of You', estrenada este año, sobre el romance de una madre soltera de 40 años con un joven de 24 líder de una banda de pop de fama internacional.El guion actual está siendo escrito por Nick Antosca ('The Act') y se espera que la película se estrene en salas de cine.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí'Verity', de Hoover, es un thriller gótico y psicosexual que fue publicado en 2018 y adquirido en 2021 por Grand Central Publishing por el gran éxito que estaba teniendo.Este es el cuarto libro de Hoover que llegará a la gran pantalla; el primero fue 'It Ends With Us', protagonizada por Blake Lively y Justin Baldoni y estrenada en agosto, y junto con 'Verity', 'Regretting You' y 'Reminders of Him' se encuentran en proceso de producción con diferentes estudios.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.