Venezuela y Colombia comparten una frontera común al norte de ambos países. Esta frontera es el lugar de asentamientodel pueblo indígena más numeroso que existe en las dos naciones: el wayúu. Según el Censo del DepartamentoAdministrativoNacional de Estadística (DANE) realizado en 2021, en Colombia habitan 380.460 personas autorreconocidas como wayúu, mientras en Venezuela esta población indígena es de 413.437, de acuerdo con el Censo Nacional de Estadística de 2011.La situación del territorio entre ambos países se ha caracterizado por las necesidades humanitarias que enfrenta el pueblowayúu. Históricamente, los wayúu se han enfrentado a la pobreza, la falta de medios de subsistencia y la carencia de agua potable y salud de calidad, entre otras situaciones que dificultan el desarrollo de la vida en medio de su vasto territorio desértico que ocupa25.000 kilómetros entre Venezuela y Colombia.La desatención de ambos Estados ha afectado de forma estructural y sistemática los derechos humanos de este pueblo indígena, y a ello se ha sumado la presencia de grupos armados heredados del conflicto armado en Colombia. Los pobladores son muy herméticos sobre la presencia de grupos armados (guerrilla, narcotráfico y contrabandistas) por miedo a represalias, amenazas y hostigamientos, pero se conoce la fuerte presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en zonas de la Guajira. Esta guerrilla, aprovechando la vulnera- bilidad y pobreza de la población, capta a jóvenes para reclutarlos forzosamente en sus filas ohacerlos partícipes de sus negocios ilícitos.Poco han hecho los Estados para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos del pueblo wayúu y muchos han sido losproyectos estériles para garantizar la dignidad de sus condiciones de vida. Más recientemente, la situación de derechos humanos ha empeorado por el aumento del flujo migratorio de venezolanos que han decidido marcharse de su país en vista de la emergenciahumanitaria compleja que se vive allí.Del lado venezolano, el municipio de Guajira se ubica en el noroccidente del estado de Zulia, en la frontera con Colombia, yabarca una superficie de 2.370 km2. La capital es Sina- maica y posee cuatro parroquias civiles (unidades político-territoriales en las que se dividen los municipios): Sinamaica, Elías Sánchez Rubio, Guajira y Alta Guajira.En el estado de Zulia, la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) se ha encargado de monitorear y documentar la situación de derechos humanos en la región, que presenta características particulares y diferenciadas con respecto a otras entidades del país: es un estado fronterizo, cuenta con una densidad de población mayor y es el hogar del pueblo indígenamás numeroso de Venezuela.Desde Codhez hemos documentado el complicado panorama de los pueblos y las comu- nidades indígenas ubicados en esta zona fronteriza. Mediante visitas, reportes, denuncias y documentación, insistimos en visibilizar la realidad de la población wayúu y llamar la atención del Estado venezolano para que asuma sus responsabilidades constitucionales de proteger los derechoshumanos de los pueblos indígenas y garantizar la permanencia de sus cosmologías y tradiciones ancestrales, que poseen un valor único para la humanidad. No obstante, esta tarea no ha resultado nada sencilla, pues, como veremos, el contexto del territorio presenta graves obstáculos y amenazas para la defensa de los derechos humanos.Como datos que ayudan a vislumbrar el panorama de la zona de Guajira en Venezuela, se destaca que el 98 % de la poblacióndel municipio se encuentra por debajo de la línea de pobreza, mientras que 86 % vive por debajo de la línea de pobreza extrema: es decir, son familias que no cuentan con ingresos para satisfacer sus necesidades más básicas.El municipio de Guajira es epicentro estratégico para el intercambio comercial, industrial y cultural entre Colombia y Venezuela, y es uno de los pasos fronterizos con mayor movilidad humana en Latinoamérica. Es el lugar donde el puebloindígena wayúu ha vivido y donde ha forjado sus costumbres familiares y referentes cosmológicos. Pese a que el territorio posee un valor ancestral, en diciembre de 2010, a través del Decreto 39583 firmado por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se impuso el Distrito Militar N.o 1en la Guajira venezolana, con mando central en la localidad de Paraguaipoa. Sin respetar el derecho de los pueblos indígenas a laconsulta previa y a decidir sobre sus territorios originarios, se ordenó la presencia masiva de la Fuerza Armada Nacional, lo quealteró las costumbres ancestrales de la etnia. Bajo el supuesto de atender la emergencia por lluvias en la zona, luchar contra elcontrabando y resguardar la seguridad ciudadana de la población wayúu, se impuso un cerco militar que ha sido el origen deabusos militares, ejecuciones extrajudiciales y, en general, de la pérdida progresiva de la libre determinación y autonomía de lospueblos indígenas.A esa primera ofensa en contra del territorio, en 2015 –por decisión unilateral del gobierno de Nicolás Maduro– se ordenó elcierre de la frontera y de las actividades económicas entre Venezuela y Colombia, debido a desacuerdos diplomáticos. En general, el cierre les causó una grave crisis económica, social y cultural a los wayúu, por cuanto significó la ruptura con su territorio ancestral y la dificultad para ejercer sus actividades comerciales y mantener la conexión con sus familiares. Ante la ausencia estatal, se hicieron más frecuentes las denuncias del aprovechamiento de las personas indígenas pobres y personas no indígenas para redes de trata de personas, negocios ilícitos, contrabando y reclutamiento forzado de parte de grandes grupos criminales yparamilitares.La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, a partir de agosto de 2022, ha avivado la esperanza e incentiva a poner sobre la mesa la situación de derechos humanos de la Guajira venezolana. Aunque se reactivará oficialmente el intercambio comercial con núcleo en la Troncal del Caribe (Maracaibo-Maicao), los líderes de ambos países no han hablado sobreuna apertura de la frontera enfocada en derechos humanos, a pesar de lo apremiante que resulta el contexto en materia denecesidades humanitarias, y de la seguridad y atención a personas migrantes y refugiadas venezolanas.Hacer posible la defensa de los derechos humanos en este territorio no resulta fácil cuando se tiene en cuenta la existencia de un conjunto de restricciones, limitaciones y vulnerabili- dades a las que están sometidas las organizaciones de la sociedad civil y los defensores de derechos humanos en Venezuela. Se trata de patrones comprobados de comportamientos de hostigamiento contra las defensoras y defensores de derechos humanos por parte de las autoridades venezolanas.Hay patrones relacionados con la vigilancia y el control estatal que llegan a niveles de persecución y hostigamiento, mediante operativos de seguimiento por parte de cuerpos policiales o de inteligencia militar contra quienes realizan denuncias públicas:allanamien- tos, detenciones arbitrarias, acusaciones falsas e infundadas mediante la manipulación de los órganos de justicia, retención de equipos y documentaciones, descalificación y desprestigio contra defensoras y defensores, y precalificaciones de las organizaciones de la sociedad civil con actividades relacionadas con la delincuencia organizada y el terrorismo.La defensa de los derechos humanos: un tejido queresiste El tejido, para los miembros del pueblo wayúu, es más que una práctica cultural: es una herencia de sus ancestros y un mediopara expresar la vida como la sienten y desean. Según su cosmología, Wale’ Kerü («araña tejedora» en idioma wayuunaiki) fue quien enseñó a la mujer wayúu a tejer. Al amanecer de cada día, Wale’ Kerü tenía hechos susus («bolsos» en idioma wayuunaiki) yhamacas para el uso y servicio del pueblo wayúu.La defensa de los derechos humanos en la Guajira se ha tejido como un susu wayúu: con paciencia, hilo tras hilo, gracias al aporte de diversos Wale’ Kerü, defensores de derechos humanos, periodistas locales y liderazgos de hombres y mujeres wayúu desde sus comunidades. El objetivo ha sido documentar lo que se vive en la Guajira, como si se guardara todo en un bolso wayúu y con ello se pudieran hacer las denuncias y exigencias necesarias. Esta tarea se asume como una responsabilidad, pero tambiéncomo un riesgo que, en ocasiones, incluye represiones, persecuciones y detenciones por parte del Gobierno, así como la desprotección frente a la violencia y las amenazas de los grupos armados.Hambre y represión Los factores que inciden en la existencia de condiciones tan complejas en la Guajira son de diversas magnitudes y alcances. Las extremas condiciones de pobreza obligan a que la mayoría de los jóvenes (62 %) en edades comprendidas entre 15 y 24 años noestudien ni trabajen. No hay fuentes dignas de empleo. Los habitantes de sectores como Potrerito se trasladan hasta la frontera conParaguachón para vender agua, chicha o trabajar como carretilleros5; se trata de una zona sumamente peligrosa, controlada por mafias y delincuencia organizada. Otros se dedican a la cría de ovinos y caprinos, a la pesca, al corte de leña o al transporte enmotos. En general, existen limitados medios de vida dignos y seguros.Para comer, las familias wayúu dependen de los programas de alimentación del Gobierno nacional. El programa Mercado deAlimentos (Mercal) y las cajas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) fueron creados por el Gobierno para abastecer de alimentos de primera necesidad a la población, con precios de bajo costo o de manera gratuita. De acuerdo con la LeyConstitucional que regula el Comité Local de Abastecimiento y Producción, publi- cada en la Gaceta Oficial n.o 41.330, se entregauna caja de alimentos a familias compuestas por cinco personas o menos. La frecuencia de entrega de alimentos es cada quincedías, pero el 79,2 % de las familias zulianas confirmó haberlas adquirido tres o menos veces al año, de acuerdo con datos de Codhez. Además, pese a anunciarse como un programa gratuito, a las familias se les exige un pago de por lo menos 10.000 pesoscolombianos (moneda extranjera en Venezuela, pero que es de libre uso en la zona fronteriza debido a la devaluación del bolívar). La cantidad de comida entregada solo alcanza para unos cuatro días. Estos progra- mas son utilizados por voceros del Gobierno como forma de manipulación política o como instrumento para controlar el voto popular.El hambre en la Guajira no es nueva y durante el inicio del confinamiento por la pandemia el pueblo wayúu protestó por los retrasos en la llegada de los programas alimentarios prome- tidos por el Gobierno y que resultaban ser la única salvación de las familias para alimentarse durante la época de cuarentena extrema.En estas circunstancias, hubo detenciones arbitrarias y violencia policial y militar en medio de las protestas de la población, lo cual demostró la impericia y el desconocimiento de policías, militares y autoridades civiles en materia de contención sanitaria conenfoque de derechos huma- nos y atención a poblaciones indígenas. Por ejemplo, el 12 de abril de 2020 hubo varias protestas enel poblado de Guarero, en las que se reclamaba la falta de alimentos y las fallas generalizadas de los servicios públicos. LaGuardia Nacional Bolivariana (GNB) reprimió fuertemente la protesta y disparó contra la población, hiriendo con un perdigón elrostro de una lideresa wayúu. Esta agresión a una mujer wayúu demuestra el irrespeto y la grave vulneración a sus dere- chos eidentidad por parte de los funcionarios militares estacionados en territorio indígena. En la cosmología wayúu, la mujer es creadorade vida y posee autoridad especial en su familia y en la sociedad para el cuidado de las futuras generaciones, las tradiciones y lascostumbres.Las mujeres wayúu protegen la identidad wayúu y son las responsables de los ritos sagrados y el mantenimiento del bienestarfamiliar.Es muy común ver alcabalas improvisadas por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), de las que se reportan constantes atropellos y extorsio- nes. La represión es una fórmula común para mantener el control social sobre la población. Este año documentamos, como mostraremos a continuación, un hecho que evidencia la instrumentalización del hambre y las necesidades del pueblo wayúu en favor de la obtención de votos por parte del Gobierno municipal.Uso político del hambre Heberto Ferrer, docente y líder de la Guajira, nos contó la experiencia vivida en el marco de las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, partido del gobierno de Nicolás Maduro). Los habitantes de las comunidades de La Rita,Cardoncito, Caño Palajama, Botoncillo, Mamoncito, Carraiquilla y Puertecito (899 electores) fueron convocados a tal elección. El 6 de agosto de 2021, día de la instalación de las mesas electorales, los líderes indígenas denunciaron que en los centros de votación solo estabanfuncionarios adscritos a la alcaldía del municipio de Guajira, a cuyo cargo se encuentra Indira Fernández, alcaldesa en ejercicio yrepresentante del PSUV. La otra fuerza política en contienda para las primarias era el Partido Comunista de Venezuela, que notenía ningún tipo de representación. Esta injusta y abusiva situación también fue apoyada por funcionarios del Consejo Nacio- nalElectoral (CNE) y por el componente militar presente, lo que vulneró el derecho de participación de los líderes indígenas eincrementó el disgusto de las comunidades. Ante las constantes quejas de la comunidad, el centro electoral fue desmontado y lamáquina de votación fue desinstalada y retirada en una camioneta de la Alcaldía.Mientras ocurría esto, a la casa del coordinador de la mesa electoral y vocero del consejo comunal de Puertecitos llegaron 600 bolsas con alimentos CLAP para ser distribuidas solamente entre las personas que votaran por la alcaldesa: quien no lo hiciera, no tenía derecho a las bolsas. Decenas de personas wayúu se trasladaron hasta la casa del coordinador para protestar en contra de esta arbitrariedad, pues el programa de alimentación de las cajas CLAP debe distribuirse a todos por igual para garantizar la seguridad alimentaria de la población y en ningún caso debe usarse como un medio para coaccionar el voto. La comunidad estaba decidida a apoderarse de las bolsas y a que no se entregaran como instrumento para acumular votos para la alcaldesa.De acuerdo con Ferrer, los funcionarios de la Alcaldía y los integrantes de la mesa electoral se trasladaron a la casa del coordinador de la mesa electoral para resguardar las bolsas. Al ver la protesta y el descontento de la comunidad, la presidenta de la mesa (aliada de la alcaldesa) hizo una llamada telefónica y al terminar dijo: «Vámonos. Ya recogimos todo, dejémosles las bolsas a estos malditos guajiros muertos de hambre», lo que desencadenó una serie de quejas de la comunidad ante el maltrato.En estas circunstancias, se presentaron funcionarios de la Policía Nacional y fuerzas poli- ciales adscritas a la Alcaldía de la Guajira y la Gobernación de Zulia, incluyendo motorizados del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado de Zulia y el Equipo deRespuesta Especial de la Policía del Estado (que persigue a los criminales más peligrosos). La represión en contra de la comunidad culminó en horas de la noche. A las 11:00 p. m. llegó un camión de la Alcaldía de la Guajira para llevarse las bolsas (supuestamente para venderlas), pero la presión de la comunidad logró que estas fueran entregadas a los votantes.Estos hechos también fueron reseñados por periodistas locales y medios de comunicación nacionales. «En procesos de elecciones pasados llevaban la comida y quien votaba recibía su bolsa, los habitantes de Los Puertecitos al este de Sinamaica#Venezuela #Zulia se cansaron de eso y enfrentaron a quienes hacen esa práctica, hay lesionados», denunció el periodista Lenin Danieri, vía Twitter6. Asimismo, El Nacional reportó que los habitantes de Los Puerte- citos se cansaron de las promesas de los dirigentes y se enfrentaron a quienes en procesos de elecciones llevaban bolsas de comida a cambio de votos. También El Pitazo afirmó que los voceros de los consejos comunales del PSUV utilizaron las bolsas de Mercal para comprar los votos de los electores: alrededor de 23.000 familias en el municipio de la Guajira llevaban esperando tres meses este beneficio alimentario para las comunidades. Se destaca que sobre estos acontecimientos no hubo ningún pronunciamiento o comunicado oficial por parte delos representantes de la Alcaldía o la Gobernación.El día de las elecciones internas del PSUV, el 8 de agosto de 2021, la mesa electoral fue abierta con mucha lentitud y se reportó que las máquinas no funcionaban bien. Solo pudie- ron sufragar unas 150 personas y más de 400 no pudieron ejercer su derecho al voto: al final anunciaron que la alcaldesa Indira Fernández había resultado reelecta. En noviembre de 2021 fue la ganadora de las elecciones municipales.Después de estos hechos, a las personas vecinas de estas comunidades no se les ha permi- tido acceder a los alimentos de Mercal ni a las bolsas CLAP, y la Alcaldía no va hasta estos caseríos que se encuentran alejados de los poblados principales de laGuajira (Sinamaica y Paraguaipoa), lo que violenta el derecho a la alimentación de la población.Para los activistas en terreno, la instrumentalización del hambre no solo es una práctica utilizada antes de la elección de cargos políticos, sino una estrategia generalizada de control social donde la figura del Consejo Comunal juega un papel importante. Silas personas quie- ren protestar o van hasta una emisora radial a hacer una denuncia, reciben como represalia el que se les quite la caja CLAP. Por ello, la gran mayoría ha decidido guardar silencio y no arriesgarse a perder una bolsa de comida que es tannecesaria.Vivir en medio de la crisis de servicios básicos Esta realidad de hostigamiento y violación de derechos se agudiza con la falta de acceso a los servicios básicos. En 2021, en laGuajira, más del 72,3 % de los hogares presentaba serios pro- blemas de déficit de servicios público: de energía eléctrica, aguapotable, gas doméstico, aseo urbano y transporte público, entre otros. Algunos sectores han padecido hasta más de dos años sinelectricidad, como Caño Pajaima y Cardoncito. Las familias deben recurrir a pozos artesa- nales o utilizar el agua de los jagüeyes(no tratada ni potable), para lo que deben hacer extensos recorridos a pie. Se cocina en fogones con leña. Los motorizados son laprincipal forma de transporte, dado que la mayoría de las calles no están asfaltadas y los caminos son de arena y maleza(situación que empeora en temporada de lluvias por inundaciones y desbordamientos de aguas). La salud y educación sonderechos inexistentes. En el informe de Codhez sobre la situación general de los derechos humanos en Zulia (Guajira e Isla deToas), de marzo de 2022, reportamos que en el Hospital Binacional Dr. José Leonardo Fernández, de Paraguaipoa, centro desalud para la población wayúu en Venezuela, se presenta hasta un 90 % de escasez de insumos médicos y medicinas. Ellaboratorio no funciona por falta de reactivos. La unidad de imágenes está inoperativa. No hay ambulancias para traslados deemergencia, pues las dos unidades que había fueron sustraídas por funcionarios de la Alcaldía después del ca∫mbio de gestión en la Gobernación de Zulia. En este mismo informe, el personal administrativo del centro de salud denuncia que buena parte de los insumos que llegaban a este centro hospita- lario estaban escondidos y un 30 % vencidos. El hospital padece fuertes cortes de electricidad y el agua potable no llega por tubería, sino mediante un pozo artesanal.Las niñas, niños y jóvenes no cuentan con espacios óptimos de estudio. Las escuelas no tienen pupitres, mesas, sillas ni baños. Durante la primera época de la pandemia, los centros educativos fueron desvalijados y se llevaron desde los sanitarios hasta los techos. Ahora los pocos niños que asisten deben escuchar sus clases sentados en el suelo, a la intemperie. La calidad educativa habajado considerablemente y se ha afectadado por la deserción estudiantil y docente: muchos maestros migraron del país o se vieron obligados a dedicarse a otras actividades, dados los bajos salarios recibidos. Las escuelas no cuentan con programas de alimentación (las agencias humanitarias de Naciones Unidas no han llegado a estos espacios marginados), de modo que las niñas y niños no tienen alimentos en sus hogares y tampoco los encuentran en sus escuelas. El hambre, la desnutrición y la pobreza son lascompañeras diarias de la infancia wayúu.Las fallas en las comunicaciones y la obsolescencia en la tecnología complican la labor humanitaria y de defensa de derechos humanos, así como el acceso a la educación. Se estima que para 2021, en la Guajira solo 0,8 % de los hogares tenían acceso a internet y 2,2 % tenían computadores. Por estos motivos, es normal que la población pase varios días sin conexión, sin saber qué ocurre a su alrededor, y sin poder hacer públicas y visibles las carencias y vio- laciones a las que está sometida.Por otro lado, la movilización hacia y desde esta zona fronteriza es todo un reto. Uno de nuestros principales problemas es el acceso a estas comunidades por falta de transporte e inseguridad. En el trayecto hay alcabalas: unas montadas por efectivosmilitares, para inti- midar, y otras por personas involucradas con actividades delictivas o grupos armados, para controlar y vigilar alas personas que circulan por allí. Se trata de un escenario hostil, peligroso y empobrecido donde reina la impunidad y la arbitrariedad. Las personas están en un estado de desatención total por parte de los órganos gubernamentales, cuya única función efectiva se ha circunscrito a la militarización de la zona –lo que se traduce en incrementos de abusos, intimidaciones y amenazas contra la población–. Por su parte, los gobernantes se han dedicado a amedrentar a las personas si no aceptan sus imposiciones o caprichos, como se evidencia en el caso de la protesta de la comunidad Los Puertecitos que se negó a cambiar bolsas de comida por votos.Experiencias y retos de las defensoras y defensores dederechos humanos La labor de Codhez en la Guajira empezó a través de la investigación de casos y de la documentación de la situación general de derechos humanos junto al Comité de Derechos Humanos de la Guajira entre 2016 y 2017 (este comité es la organización de la sociedad civil más antigua en el estado de Zulia; se fundó en agosto de 1999 y desde entonces se dedica a promover y defender losderechos humanos del pueblo wayúu y añú).Saylin Fernández, periodista wayúu y defensora de derechos humanos, hace parte del Comité de Derechos Humanos de la Guajira desde hace catorce años. Su trabajo inició en las comunidades como periodista de calle y ese contacto hizo que conociera«el compás de realidades de la Guajira a través de los caseríos, las instituciones educativas y de salud», según nos afirmó en una entrevista realizada en noviembre de 2022. Para ella, las necesidades de la Guajira siempre han estado allí, así como la desatención del Estado, y por eso ha sido impor- tante impartir talleres de formación para las comunidades, que les permitan empoderarlas enel conocimiento de sus derechos.En alianza con las organizaciones y los defensores de derechos humanos en Zulia, se han logrado tener momentos de concertación para conservar los espacios de denuncia, la labor de documentación y salvaguardar la seguridad de los periodistas y defensores que se encuentran en terreno. Las denuncias, los llamados y las alertas ante situaciones que vulneran los derechos humanos no se publican de modo individual, sino que se hacen en conjunto con una red de organizaciones para que la información se masifique. Además de Codhez y el Comité de Derechos Humanos de laGuajira, en tal red también están la Red de Derechos Humanos del Estado Zulia (que abarca dieciocho organizaciones de derechos humanos en Zulia), la Red Leal y organizaciones nacionales como el Programa Venezolano de Educación y Acción enDerechos Humanos (Provea) y el Laboratorio de Paz.Esta estrategia ha sido efectiva para resguardar la seguridad de los activistas indígenas de la Guajira venezolana: cuando se denuncian casos por abusos policiales o militares y se revela el nombre del periodista o activista indígena involucrado, «toca correr a Colombia», como lo expresan los activistas indígenas en terreno. Por temor a represalias, es mejor cruzar la frontera hacia el país vecino hasta que la tensión desaparezca y sea seguro volver a la Guajira del lado venezolano.Adicionalmente, en la Guajira no funcionan las líneas telefónicas con la misma efectividad que en el área metropolitana deMaracaibo. La señal es intermitente y si hay fallas eléctricas la comunicación es imposible, porque la desconexión es total. Así, la mejor forma de sortear estas dificultades es teniendo un vínculo con los líderes de las comunidades indígenas e ingresar con ellos al territorio. Los choferes que nos trasladan suelen ser personas involucradas en el activismo de derechos humanos y tienen nexos con concejales y miembros del gobierno municipal de la Guajira con interés en el abordaje de las comunidades y la promoción de losderechos humanos. Estos vínculos los hemos construido gracias al trabajo de años en la Guajira y al reconocimiento de la reputación de la organización entre los líderes sociales y los activistas políticos.Para hacer el trabajo de registro y toma de videos y fotografías, llevamos los materiales del equipo de producción, pero no nos identificamos como equipo de prensa o como una organización de derechos humanos. El motivo declarado de la visita puede ser «visita a familiares» o «a escuelas» para entregar donativos de material escolar. Una vez, una comunidad nos pidió un aporte de cuadernos y útiles escolares para la donación de una escuela y tuvimos que llevarlo para facilitar el acceso a estas comunidades. Los militares que registraron el contenido del vehículo nos cuestionaron: «¿Para qué los cuadernos?», a lo que el chofer y guía dela visita contestó con sorna: «Para leer y escribir».Nuestras medidas de prevención han mostrado ser efectivas. No hemos sido amenazados en el territorio ni perseguidos porlos agentes de seguridad del Estado venezolano. En enero y marzo de 2022, nuestra organización recorrió la Guajira venezolana y pudimos contactarnos con catorce de sus comunidades, en específico en el eje foráneo de la parroquia Sinamaica. Gracias al vínculo con líderes comunitarios, pudimos conversar con familias wayúu y conocer sobre su realidad. Estas comunidades fueron Los Puertecitos (300 familias), Mamoncito (20 familias), Karaipia (30 familias), Los Cardoncitos (200 familias), La Rita (160 familias), El Botoncillo (140 familias), Alewajirrawa (100 familias), Caimare Chico (280 familias), Bloque 6 (60 familias), Los Campiones (50 familias), Los Hermanitos (50 familias), Arizona (40 familias), Campo Alegre (150 familias) y Campo Alegre II(80 familias).Vimos mucha pobreza. No solo por la carencia de medios de subsistencia –el pueblo wayúu se vio seriamente afectado en sus actividades comerciales con el cierre de la frontera–, sino también en el acceso a servicios públicos domiciliarios y en la falta de oportunidades para los niños y jóvenes wayúu. Estas comunidades no tienen acceso a agua potable, electricidad y mucho menosescuelas funcionales que permitan impartir clases en condiciones dignas.Pasados casi diez meses desde la visita de Codhez al eje foráneo de la Guajira, la situación allí se ha agudizado: los índices de pobreza, desatención y protección estatal continúan, y el padecimiento por las múltiples carencias y precariedades se vive a diario. Además, los peligros y riesgos para defender los derechos en esta zona se han incrementado, debido al aumento de la presenciamilitar y la proliferación y el crecimiento de grupos armados.También visitamos el sector Virgen del Carmen, en Paraguaipoa, particularmente una infraestructura de una base de misionesque quedó abandonada por la Alcaldía de la Guajira y que fue rescatada por la comunidad hace cuatro años para la atención de niños en edad escolar. Pudimos conversar con las madres wayúu que viven a diario las dificultades para garantizarles a sus hijoseducación de calidad y alimentación.Entre Codhez y otras organizaciones de derechos humanos venezolanas hemos adelan- tado varias campañas, como #8AccionesPorLasMujeres, promovida en marzo de 2022. Esta campaña evidenció la falta de políticas públicas en alimentación, salud y educación que afectan de manera diferencial a las mujeres wayúu y cómo los casos de abuso sexual a niñas y mujeres wayúu se mantienen en la impunidad. Lo anterior ocurre porque no hay un sistema de denuncia judicial efectivo y con enfoque interseccional que atienda a las mujeres víctimas, dada la lengua que hablan, las características del territorio (se deben recorrer largas distancias para ir hasta las oficinas policiales a denunciar), y la vulnerabilidad y situación de pobreza en queconviven, entre otros aspectos.La unión de las organizaciones de la sociedad civil que defendemos los derechos humanos en la frontera es esencial parapromover la conservación de los derechos de las mujeres wayúu.Oportunidades y recomendaciones A pesar de los inconvenientes, las múltiples necesidades y la situación sistemática de violación de derechos humanos en la región, seguimos motivados a continuar con nuestra labor de exigirle al Estado venezolano el cumplimiento de sus obligaciones. En este sentido, de forma general, consideramos que el incremento de nuestras medidas de seguridad (autocuidado y autoprotección), el resguardo de nuestra base de datos e información, la implementación de formas seguras de movilización y la ampliación de nuestras fuentes de financiamientos continuos y comprometidos que permitan garantizar nuestra sostenibilidad son algunas delas medidas que deben tomarse a corto plazo para afianzar nuestro trabajo como defensoras y defensores de derechos humanos.En términos comunitarios, es necesario crear espacios de confianza y acercamiento con las comunidades, especialmente con líderes y lideresas wayúu. Tradicionalmente, los líderes wayúu son una figura de ejemplo e influencia en sus comunidades; se tratade personas que conservan el patrimonio cultural wayúu a través de la tradición oral, el respeto a su cosmología y las enseñanzas desus prácticas de diálogo y construcción de paz como lo dicta su sistema de justicia propio. Así, establecer nexos respetuosos con ellos nos permitirá ampliar el ámbito de intervención para una defensa más efectiva.En caso de lograrse lo anterior, se potenciarían dos aspectos: en primer lugar, se aumentaría la presión que puede hacerse ante lasinstancias gubernamentales para priorizar la atención de temas relacionados con la seguridad e integridad de las personas, y laasignación de recursos suficientes para mitigar la emergencia humanitaria compleja entre estas comunidades indígenas; y, en segundo lugar, se facilitaría la labor humanitaria, pues tendríamos el respaldo de los repre- sentantes de estas etnias, lo que se traduce en una mayor protección yseguridad para nosotros. Esta integración de los defensores de derechos humanos con las comunidades indígenas haría viable no solo mostrar y documentar las vulneraciones de los derechos humanos de los integrantes de estos pueblos, sino ejercer una labor de acompañamiento para que las víctimas de estas vulneraciones sean escuchadas en varios ámbitos (regional, nacional e internacional) y para que sus necesidades sean identificadas y atendidas de forma prioritaria.Con relación a los espacios nacional y regional, le recomendamos al Gobierno, en todos sus niveles, la aplicación de programasde capacitación y formación para sus componentes policiales y militares (incluso con la colaboración de organizaciones de lasociedad civil) en el respeto de los valores humanitarios y la integridad personal y laboral de las defensoras y defensores de derechoshumanos, así como en la valoración, el respeto y el resguardo de la idiosincrasia y cultura indígenas. Esta formación debe afianzarsebajo la perspectiva de los derechos humanos y el enfoque de género.En términos generales, con relación a afectaciones a los defensores de derechos humanos en Venezuela, se recomienda eliminar toda forma de persecución y hostigamiento contra ellos; abstenerse de cultivar un discurso ofensivo, estigmatizante y criminal; eliminar cualquier forma de obstáculo o restricción para su operación en el terreno (especialmente, en cuanto a temas relacionados con el acceso a financiamientos y registro y actualización de su condición jurídica); investigar, procesar y sancionar a personas y funcionarios militares, policiales o cualquier otro funcionario, responsables de violaciones a los derechos humanos de las defensoras y defensores; y reconocer, con respeto, la labor desempeñada por ellos.En cuanto a espacios internacionales, dado que hablamos de zonas fronterizas, es impor- tante crear redes de alianzas entre organizaciones venezolanas apostadas en esta zona y organizaciones colombianas; incluso, resulta determinante la participación de organizaciones internacionales de otras latitudes (interesadas en temas indígenas, de migración y fronteras), en especial cuando haya oportunidades de entendimiento y consenso sobre medidas comunes que requieran ser diseñadas e implementadas.Es importante el financiamiento a través de proyectos a mediano y largo plazo que promue- van el empoderamiento en la exigencia de derechos humanos de las comunidades indígenas y también en asistencia legal y sistematización de la documentaciónde violaciones a los derechos humanos con enfoques de incidencia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el Sistema Universal de Derechos Humanos, de modo que se puedan promover mayores voluntades políticas que incidan en políticas públicas de atención binacionales.Se sugiere la creación de un Observatorio de Derechos Humanos para la Guajira, debido a la relevancia del territorio wayúu en el análisis de la situación geopolítica, económica y social de Venezuela y Colombia.Por otro lado, desde estas alianzas internacionales, es necesario profundizar en la inclusión del enfoque de género en los diseñosde la protección. Previo a ello, se requiere un estudio para puntualizar los riesgos a los que estamos sometidas las defensoras encontextos indígenas y fronterizos con fuerte presencia militar y de grupos armados. Estos diseños de protección deben abarcar a los defensores de derechos humanos nativos, en quienes se articula su condi- ción de defensores e indígenas; tales medidas deben adaptarse a las tradiciones y costumbres del pueblo o comunidad indígena al que se pertenezca (en nuestro caso, al pueblo wayúu).En otras palabras, toda medida de protección que se diseñe y pretenda implementarse en este contexto indígena y fronterizo debetener un enfoque diferenciado e intersectorial.A su vez, es importante que desde los países que conforman la Unión Europea se hagan esfuerzos políticos que le insistan al Gobierno venezolano y a las agencias humanitarias ins- taladas en terreno sobre la necesidad de hacer diágnosticos reales y actualizados acerca de la situación de la Guajira en materia de desnutrición y seguridad alimentaria, tasa de escolari- dad, tasa de empleo, cobertura de servicios domiciliarios, cobertura de internet y otros datos esenciales. Esto permitirá implementar políticasacordes a sus necesidades, so pena de que se desborde la emergencia humanitaria que atraviesa este pueblo.Por último, en cuanto a espacios organizacionales, hay que decir que en Codhez siem- pre hemos propiciado la protección del espacio cívico, la divulgación y los reclamos ante casos de vulneraciones contra organizaciones de la sociedad civil o contra susdefensoras y defensores, pero las limitaciones materiales y humanas son un reto. A veces, la insuficiencia presupuestaria impide el buen desarollo de las actividades; otras razones para tal impedimento se relacionan con situaciones de inseguridad personal o riesgos a nuestra integridad física, moral o psíquica. De igual forma, el estrés de las defensoras y defensores –por acoso, miedo, hostigamientos, amenazas o cansacio– puede ser un detonante para el retraso o la eventual paralización de las actividades planificadas. Por lo tanto, como última recomendación, consideramos importante promover espacios deacompañamiento psicosocial al equipo de Codhez y a los defensores de derechos humanos en la Guajira venezolana, tanto demanera individual como colectiva.A pesar de las difitultades descritas, seguimos esforzándonos y nos corresponde registrar y documentar cualquier tipo de hecho oincidente que implique una violación de los derechos humanos de los defensores. Para ello, estimulamos las alianzas con otras organizaciones defensoras de los pueblos indígenas en esta parte del país, tales como el Comité de Derechos Humanos de la Guajira y los amigos de Radio Fe y Alegría, con quienes tratamos de avan- zar hacia la visibilización de la difícil situación de los pueblos y las comunidades indígenas del estado de Zulia, con especial énfasis en la complicada realidad del pueblo wayúu. Paraesto requerimos refuerzos y acciones coordinadas con organismos y agencias nacionales e internacionales, en forma de apoyologístico y financiero para garantizar nuestro resguardo y seguridad en el marco de las labores de defensa. ***Este relato hace parte del libro Frontera común: luchas por los derechos humanos, producido por Civil Rights Defenders con el apoyo de la Embajada de Suecia en Colombia.
El pasado 19 de julio el presidente Gustavo Petro designó a Leonor Zalabata como embajadora de Colombia en la ONU. Es la primera vez que una mujer indígena ocupa el puesto. Esto significa un hito en temas de representación y resistencia, sobre todo porque Zalabata ha sido una ardua defensora de los derechos humanos, y su propia experiencia como víctima ha sido primordial en su trabajo. El contexto violento en el que creció la impulsó a luchar por los derechos de su comunidad y los pueblos indígenas colombianos, su trabajo se signó en temas de salud pública y resignificación del territorio en la Sierra Nevada de Santa Marta. Leonor Zalabata fue una de las representantes por los pueblos indígenas que se presentó para la Asamblea Constituyente de 1991, en la que defendió los derechos de los pueblos originarios en la nueva constitución. Después hizo parte de la toma a la Conferencia Episcopal en 1996, hecho histórico para las comunidades pues con ello lograron eliminar el adoctrinamiento católico a los indígenas. La hermana mayor, como la llaman en su comunidad, ha tejido redes de acompañamiento y ha defendido su territorio de la guerra, dialogó con las extintas FARC en el mandato de Andrés Pastrana y decidió no cesar las conversaciones por la paz luego de ese periodo. "La violencia en Colombia no tiene una sola dimensión, tiene varias. Si se solucionaran los problemas sociales no habríamos llegado a este punto en el que estamos", dijo Zalabata en entrevista con Caracol Radio. También menciona que es imposible que en los territorios sagrados ocurran masacres y se derrame sangre. En la Organización Nacional Indígena de Colombia han enunciado el trabajo de Zalabata como representativo y significativo, su fuerza como mujer y activista ha dado frutos para todas las comunidades de la Sierra Nevada."Son más de 200 años de vida republicana, donde el sistema de Colombia ha sido muy duro contra las culturas diferentes a la hegemónica (...) Antes de que llegaran los conquistadores ¡esto era indígena!", comentó en una entrevista a la AFP. Esta mujer atravesada por el conflicto ha resurgido del fuego y de la opresión sistemática a su pueblo, ha trabajado décadas para defender lo que les corresponde como comunidades originarias, Zalabata ha sido y seguirá siendo el puente para que los indígenas dejen de ser estigmatizados y violentados, es quien ahora llevará el mensaje de la paz y la reconciliación al mundo hostil y hegemónico. "Poder respirar aire puro, tener agua, tener animales, equilibrio ecológico. Yo creo que eso es lo que Colombia podría lograr a través de los indígenas", concluyó en entrevista. Leonor Zalabata es una de las miles de mujeres indígenas que dedican su vida a proteger sus comunidades y a defender los derechos que les corresponden, llevando siempre la sabiduría y el tejido ancestral en la espalda, caminando en medio del mundo violento y abanderando la paz. Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
La vigésimo sexta edición de la muestra, organizada por la Cámara Departamental del Libro de La Paz (CDLLP), se inauguró en un acto al que asistieron el presidente del país, Luis Arce; el alcalde paceño, Iván Arias; el embajador de España en Bolivia, Francisco Javier Gassó, y el cónsul general de Chile, Fernando Velasco, entre otros invitados.La inauguración estuvo marcada por la música del guitarrista boliviano Piraí Vaca y una interpretación de la típica danza de la morenada a cargo de una tropa de cholitas, las emblemáticas mujeres aimaras de La Paz, junto a la Banda Municipal "Eduardo Caba", quienes recorrieron los pasillos de la feria contagiando alegría.La expectativa es acoger a unos 100.000 visitantes en once días de feria, con más de 400 actividades culturales y unos 160 expositores de todo el país, explicó a Efe el presidente del directorio de la CDLLP, David Pérez Hidalgo.Poder femenino"Estamos alineados con el Año de la Despatriarcalización y de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer. La mujer empoderada va a estar muy presente", indicó Pérez y explicó que de la treintena de autores invitados, "el 70 % son mujeres en una diversidad de géneros" literarios.El homenaje al aporte femenino a la literatura también se refleja en los nombres elegidos para las cuatro salas donde se llevarán a cabo las actividades feriales.Una lleva el nombre de la líder minera Domitila Barrios, cuyo testimonio de lucha está plasmado en el libro "Si me permiten hablar...", publicado en 1978 por la brasileña Moema Viezzer.La segunda sala se llama Feminiflor, como la revista boliviana con enfoque feminista publicada entre 1921 y 1923, y la tercera lleva el nombre de la poeta Emma Villazón.La sala cuatro se denomina Ateneo Femenino, por un grupo de jóvenes mujeres de clase media-alta que fue clave para desarrollar propuestas que desafiaban posturas conservadoras a principios del siglo XX en Bolivia.Además de las mujeres, la feria también tendrá espacios para la narración en idiomas originarios, a propósito del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas.También se resaltará el valor de las juventudes para la literatura por los "nuevos lenguajes tecnológicos" y por las "ideas de los nuevos paradigmas que pregona esta generación", dijo Pérez en el acto inaugural.Invitados especialesPor primera vez la feria tiene una ciudad invitada, Iquique, en pos de fortalecer los "lazos de hermandad" que vinculan a esa urbe del norte chileno con La Paz mediante un diálogo "a través de las artes, la cultura y la literatura", indicó la CDLLP.La institución invitada de honor es el Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), que en mayo pasado cumplió una década de funcionamiento, algo que, según Pérez, "hay que celebrarlo"."El CCELP siempre fue un participante muy activo, nunca nos ha negado el apoyo en todas las ferias que hemos tenido", destacó.A su turno, el embajador español resaltó que el CCELP no está dedicado "a la promoción de la cultura propia", sino que ha crecido "apoyando a los creadores, a las industrias culturales bolivianas y paceñas"."El enfoque de la cooperación cultural de España es muy claro, la cultura es un factor de desarrollo, es un elemento que permite el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que contribuye inmensamente a reducir la pobreza y las desigualdades", remarcó Gassó.Por ello, la acción cultural española apunta al intercambio, al fomento de la diversidad y al encuentro de culturas, agregó.Los participantes Entre los autores invitados están los españoles Álex Chico, Tirso Priscilo Vallecillos, Laura Freixas, Ana Flecha, Blanca Riestra, María Lois y Álex Ayala y desde Chile llegarán Óscar Contardo, Yosa Vidal, Romy Jones, Juan Malebrán, Jonathan Guillén, Juan José Podestá y la poeta mapuche Daniela Catrileo.También participarán los argentinos Anna Franco, Elsa Osorio y Daniel Benchimol, la uruguaya Fernanda Trías, el italiano Silvio Mignano, el alemán Robin Kiera, el venezolano Manuel Llorens, la mexicana Chary Gumeta, el ecuatoriano Xavier Oquendo y la cubana Katiuska Blanco.El país anfitrión estará representado por las laureadas escritoras Liliana Colanzi, Magela Baudoin y Giovana Rivero, la comunicadora Quya Reyna y la artista plástica, narradora de la tradición oral indígena y directora del Museo de Etnografía y Folclore, Elvira Espejo.La feria se efectuará en el Campo Ferial Chuquiago Marka, en el sureño barrio de Bajo Següencoma, hasta el próximo 14 de agosto.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
La autora se llama Alicia Jaraba y el resultado es "Celle qui parle" ("La que habla", Bamboo Edition). Un libro ilustrado que intenta imaginar cómo fue la vida de esta joven conocida como Malinalli o Malintzin en lengua náhuatl."No es conocida en Francia, ni mucho más en España... En México sí, por supuesto" explicó Alicia Jaraba en entrevista con la AFP a su paso por París para promocionar el libro.De hecho, la Malinche es un personaje decisivo en la historia de la caída del imperio azteca. De cuna noble, según los historiadores, la Malinche fue ofrecida como tributo a los conquistadores por una tribu del actual estado de Tabasco (sur de México) junto a otras mujeres, tras una derrota.La Malinche conocía de pequeña al menos dos lenguas, el popoluca, un dialecto y el náhuatl, la lengua franca que abría las puertas al extenso territorio en el centro de México donde se hallaba el corazón del imperio azteca (o mexica), Tenochtitlán.Rápidamente aprendió el español junto a los conquistadores, a los que no solamente ayudó como traductora, sino como consejera para ayudarlos a descifrar una cultura y unas costumbres desconocidas. "Tenía un don. Ya tenía en la cabeza varias gramáticas y lenguas diferentes. Si empiezas así, todo es más fácil, me parece" cree Jaraba, de 34 años.De origen gallego, esta lingüista de formación habla además del castellano el gallego y escribe en francés. Para este proyecto, que por el momento no tiene versión en español, Alicia Jaraba trabajó con una editorial francesa. "Desgraciadamente no es posible vivir del cómic en España", asegura.El cómic describe el choque entre dos mundos con referencias culturales y espirituales muy diferentes, el ansia de oro de los conquistadores y la violencia y la complejidad de relaciones entre las tribus indígenas.La Malinche sobrevivió y aprendió a navegar en ese mundo turbulento y en transformación. Y por su relación ambigua con los conquistadores, y en especial con Hernán Cortes, a quien le dio un hijo, su papel en la historia mexicana es controvertido. Traidora o madre del mestizaje que refundó el país, según las fuentes.Era, en todo caso, "una mujer de inteligencia viva y llena de sentido práctico, y de una lealtad que parece sin límites" para con Hernán Cortés, que inicialmente la había entregado a uno de sus lugartenientes, explica el historiador mexicano Fernando Cervantes, profesor en la universidad británica de Bristol, en su libro "Los Conquistadores", recién publicado en Francia.Mujer con superpoderes Jaraba se enfrenta al imponente mito de la Malinche (Doña Marina para los españoles) concentrándose en su juventud. "Lo que me fascinó es su superpoder con las lenguas, de mediación, el hecho de que consiguió salir de su condición de esclava gracias a él", a Cortés. "Me interesaba la fundación del mito: por qué se convirtió en la Malinche"."Algunos dicen que traicionó a su pueblo. ¿Pero cómo hablar de traición cuando fue vendida como esclava por su propia familia, cuando era adolescente? Es complicado", considera Alicia Jaraba.Otros libros ilustrados han aparecido recientemente en Francia sobre la conquista de México, como "Cortés", de Christian Chavassieux y Cédric Fernandez, que solo menciona brevemente a la Malinche, aunque los autores prometen más detalles en un segundo volumen."No lo sabemos todo sobre ella", recuerda Alicia Jaraba. "Así que muchas cosas que cuento son inventadas. Lo que quería era una narración intimista, no un cómic histórico, que es otro género".Recuerde conectarse a nuestra señal en vivo y escuche lo mejor de la música clásica, aquí en la HJCK.
Hace una semana Chile perdió a la última mujer que hablaba la lengua Yagán, Cristina Calderon, quien desde muy chica recorrió los fríos territorios de la Patagonia chilena junto a su familia en canoas y a temperaturas bajo cero. Ella fue la última descendiente de los pueblos indígenas del sur de Chile que conservaba la lengua originaria, lo que significa que fue la última poseedora de un universo complejo de lenguaje, creencias e interacciones. Calderón intentó heredar a las generaciones que venían estos conocimientos, por ejemplo, su nieta Cristina Zárraga creó un diccionario y un libro de historias llamado “Hai Kur Mamašu Shis (Quiero contarte un cuento)”. Su hija, Lidia González contó a la AFP que su madre aprendió el español a los nueve años, pero nunca dejó de hablar su lengua madre.El pueblo Yagán es originario del sur chileno, habitaban en la costa meridional de Isla Grande de Tierra del Fuego, en las costas del Canal Beagle y en las islas Hoste, Navarino, Picton y Wollaston. Se dedicaban a la caza, la recolección y a la pesca, se movilizaban en canoas por el mar a temperaturas de -10° C, las mujeres eran quienes remaban y pescaban en las heladas aguas, además eran las únicas que sabían nadar.La pérdida del lenguaje no es algo nuevo, ha sucedido desde la llegada de los colonizadores a América Latina, acto que privó a los pueblos originarios de transmitir sus costumbres a las nuevas generaciones. Cuando llegó el hombre blanco y decidió evangelizar las “tierras descubiertas”, arrasó con la cultura ancestral y empezó a disminuir la cantidad de indígenas que hablaban el lenguaje de sus antepasados.“Después de la llegada de los primeros europeos a América, una parte sustantiva de la historia y lo que pudiera conocerse como literatura de los pueblos originarios de nuestro continente se mantuvo en la oralidad; y aunque se dejó constancia de nuestro pasado prehispánico en textos que posteriormente escribieron en grafías latinas frailes y descendientes de las culturas indígenas, no todo el acervo de nuestras lenguas y culturas se traspuso en los libros de aquellas épocas.”, escribió Jorge Miguel Cocom en el prólogo de “Antes del Amanecer” (2010).No obstante, la cultura y las historias ancestrales permanecieron vivas gracias a la oralidad: la narración oral permitió que el lenguaje no fuera borrado del mapa tan fácilmente. Los pueblos indígenas optaron por compartir historias reales y ficticias transmitidas por generaciones gracias a la práctica de contar, los relatos de viejos sabios se convirtieron en mitos y leyendas que se conocen hasta nuestros días.“La narración en vivo de historias (mitos, leyendas, epopeyas, experiencias diversas, ficciones) es una actividad expresiva común a las más diversas culturas del globo. Es decir, es una manera de expresarse el ser humano, como lo son la música, la danza, el teatro, la literatura, etc.”, dice el argentino Daniel Mato en El arte de narrar y la noción de la literatura oral (1995). En Colombia existen más de 65 lenguas indígenas según la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia), en 30 de los 32 departamentos existen indígenas que las hablan y la mayoría las comparte con las nuevas generaciones, sin embargo, la preservación está en peligro y esto es un declive para la cultura ancestral del país.Por ejemplo, Miguel Rocha menciona en su libro “Antes del Amanecer” lo siguiente: “La lengua camëntsá es una lengua relativamente aislada que hoy en día contará con menos de cuatro mil hablantes, mientras que la lengua inga o quechua es una de las más habladas en América, con un número de hablantes que supera los ocho millones”, hablando de los pueblos inga y camëntsá quienes habitan el Valle de Sibundoy en el Putumayo.“El relativo aislamiento en que viven igualmente muchos de los que sí se conocen ha preservado sus lenguas y formas de vida. Sin embargo, esa no es la condición de muchos otros, pues están en serio riesgo de desaparecer. Y eso significaría prácticamente el fin de unas culturas milenarias”, menciona el profesor Juan Gonzalo Betancur en su texto “Colombia tiene en grave riesgo otro tesoro: sus 68 idiomas”.En agosto del 2019 la Universidad del Norte en Barranquilla realizó una Escuela de Lingüística y la analista del discurso Adriana Bolívar mencionó que el lenguaje y la cultura tienen una relación estrecha y fundamental para entender los diferentes pueblos que habitan en una región. La lengua permite adentrarse en el mundo de los pueblos recónditos y perdidos en medio del colonialismo y la extinción.¿Cómo influye la pérdida del lenguaje indígena en la literatura?Las historias ancestrales que se escuchan en los rincones de Colombia son fundamentales para que permanezca el legado cultural que los pueblos originarios han mantenido vivo por más de 500 años. La tradición, las costumbres y la forma de comunicación se ve reflejada en esos cuentos que montan niños en serpientes y hablan de los hijos del sol, ¿cómo se conocería la historia de los pueblos si no fuera por su literatura y su narración oral? La memoria se está deteriorando y por eso es que se debe preservar el relato vivo.Por esta razón es fundamental dar a conocer relatos que siguen permaneciendo en medio de esta ola de extravíos lingüísticos. En el libro “Antes del Amanecer”, Miguel Rocha recopila historias de diferentes pueblos originarios que habitan Los Andes y La Sierra Nevada de Santa Marta. “Los textos presentados provienen en su mayoría del arte verbal oral, conectados como están con formas de escritura familiares a otros objetos, seres y espacios, como los tejidos, las vasijas de barro, las figuras de oro y tumbaga, las pinturas y relieves rupestres, los animales, las plantas, las piedras, las montañas, los ríos y, en fin, todo tipo de «libros» en donde el pensamiento y las historias se han guardado, escrito y cantado desde hace mucho pero mucho tiempo”, cuenta Rocha en la primera parte del libro.La literatura indígena transmite cultura y la vida del lenguaje renace de entre las cenizas como el fénix, como tantos caciques que nacieron en lagunas y lagos, como el retrato de los sabios que compartieron sus historias con los hijos de sus hijos y como a quienes llevan el mensaje sin pensar en el tiempo o en el espacio.Le dejamos algunos fragmentos de historias escritas por indígenas Misak que hacen parte de la antología “Antes del Amanecer”:Dos hermanos ya muy mayores (Dagua, 1998: 105-106)Kɵsrɵkɵllimisak y Srekɵllimisak son dos hermanos ya muy mayores. Este último es un anciano con las manos llenas de llagas y que usa un bordón de oro; su trueno suena muy duro y el camino de su piisik, viento del aguacero, es por los ríos; por eso tiene que venir por Piendamó y Silvia. El primero es menos viejo y viene de arriba; su trueno suena como despacio, como metido en una olla, y su viento, el viento mayor, el viento Tombe, tiene su camino por los altos. Antiguamente, como Srekɵllimisak era muy viejito, se cansaba y le tocaba descansar en un sitio que tuviera laguna, parado sobre una peña bien firme para que esta no se moviera cuando él hiciera tronar. Kɵsrɵkɵllimisak, su hermano menor, lo veía muchas veces y se llenaba de envidia contra él porque le producía miedo a la gente, quemaba casas, tumbaba árboles y hacía escándalo. Entonces le buscaba pelea. La vara de Srekɵllimisak lleva fuego en la punta y por eso puede lanzar el rayo. Con ella va a la laguna, mete la punta en el agua y así sale la lluvia a través del truenoLos hijos del agua (Bárbara Muelas, 2005: 28-33)En el principio fue solamente el Pishimisak, un ser muy bueno, muy sabio, conocedor de todo. En ese entonces la tierra era muy grande, amplia y buena en todo su entorno. Tenía de todo; no faltaba nada. En ese entonces el territorio guambiano era tan grande y amplio que el ojo no alcanzaba a divisar sus límites. No era un corralito como los resguardos de ahora. Abajo hacia el valle estaban Pisintarau, Piuya, Tunya, Kalutu, Turimpiu, Kɵlinchaku, Kilkasrɵ, Kalimpiu, Yautu. Por los lados del volcán Puracé, Kuknuk, Patia, Tɵmpiu, Nupirau. Hacia arriba se encontraban Pishimpala, Ñimpipisu, las lagunas, y Panikketa, Malpasrapchak, Pantsɵtaro, Tuktarɵ, Pullantarɵ, Palotarɵ.Así era nuestro territorio hacia acá, hacia allá, hacia arriba y hacia abajo; era tan grande que no faltaba nada.
"Ha fallecido mi madre, Cristina Calderón, a los 93 años. Tengo una pena profunda por no estar con ella al momento de partir. Es una noticia triste para los yagán. Todo lo que haga en el trabajo en el que estoy, será en tu nombre. Y en él, estará también reflejado tu pueblo", escribió en Twitter su hija, Lidia González Calderón, vicepresidenta adjunta en la Convención Constitucional.Según indicó su hija en una carta póstuma divulgada el miércoles en la tarde, Calderón fue la "última hablante competente del idioma Yagán. Con ella se va también parte importante de la memoria cultural de nuestro pueblo".Cristina calderón "aprendió a hablar español a los nueve años, y a la vez conservó el idioma yagán. Sus hijos no lo aprendimos de ella por el justificado temor a ser discriminados. A pesar de ello, fue su activa difusora", describió la hija."Junto a Cristina Zárraga, una de sus nietas, creó un diccionario, además de un libro de leyendas e historias originarias llamado Hai Kur Mamašu Shis (Quiero contarte un cuento)".La última abuela de una cultura Sus vecinos y cercanos la llamaban "abuela Cristina", y Calderón se había convertido en símbolo de la resistencia cultural de los pueblos originarios chilenos. Los yaganes son indígenas canoeros que poblaban los canales y costas de Tierra del Fuego y el archipiélago del Cabo de Hornos."Soy la última hablante yagán. Otros igual entienden pero no hablan ni saben como yo", dijo a un grupo de periodistas que la visitó en 2017 en la Villa Ukika, el lugar donde reside gran parte del casi centenar de descendientes yaganes que aún sobreviven, a un kilómetro de Puerto Williams, la localidad más austral del planeta.De rasgos marcados, cara ancha y piel morena, tras la muerte de su hermana Úrsula, el gobierno chileno la reconoció en 2009 como un "Tesoro humano vivo", destacando su labor como depositaria y difusora de la lengua y tradiciones de su pueblo.Hasta sus últimos años de vida Calderón se dedicó a la confección de artesanías y logró traspasar a una de sus nietas y una sobrina parte del idioma yagán, un lenguaje no escrito y melódico, en claro riesgo de extinción. "Las generaciones más jóvenes también conocen la lengua yagán pero no al nivel de Cristina, entonces ahí va a haber una pérdida irreparable", advertía ya hace cinco años el antropólogo Maurice van de Maele, en Puerto Williams.El presidente electo Gabriel Boric, oriundo de Punta Arenas, la ciudad más austral de Chile, lamentó el fallecimiento de Calderón pero recalcó que "su cariño, enseñanzas y luchas desde el sur del mundo, donde todo comienza, seguirán vivos por siempre. Un abrazo gigante a toda su familia y Villa Ukika. No están sol@s", indicó en su cuenta de Twitter.
El autor sudafricano Wilbur Smith, maestro de la novela de aventuras, algunas basadas en su propia vida, falleció a los 88 años. El éxito le llegó en 1964 con la publicación de su primera novela, "Cuando comen los leones", la historia de un joven que crece en una granja de ganado en Sudáfrica.A partir de ahí desarrolló la saga de la familia Courtney a lo largo de muchos volúmenes, siguiéndola durante tres siglos, desde el África colonial hasta el Apartheid, lo que la convierte en "la más larga de la historia editorial". Wilbur Smith dijo que el núcleo de su obra era la "historia africana"."He escrito sobre negros y blancos. Escribí sobre la caza, las minas de oro, las fiestas y las mujeres", dijo el autor de best sellers en su autobiografía publicada en su sitio web oficial. Su segunda gran saga familiar, después de los Courtney, es la de la familia Ballantyne, que comienza con "Vuela el halcón".Desde los primeros colonos holandeses hasta el apartheid y la descolonización, cuenta la historia de Sudáfrica y Rodesia del Norte (actual Zambia), donde él mismo nació de padres británicos en 1933. A principios de los 1990, empezó una serie egipcia con títulos como "Río Sagrado" o "El séptimo papiro" e "Hijos del Nilo". En 50 años de carrera, Wilbur Smith escribió 49 novelas traducidas a una treintena de idiomas, de las que se han vendido cerca de 140 millones de ejemplares, según su editor.
El nombre de Sor Juana es pronunciado con familiaridad por los mexicanos. Algunos de sus versos (las redondillas imprecatorias a la necesidad masculina, por ejemplo) han pasado a engrosa el archivo de las sentencias populares y el repertorio de los más ínfimos aficionados a la recitación. La figura de Sor Juana, en lo que tiene de novelesco, ha despertado la imaginación de algunos de los más ilustres escritores de habla hispana, desde Amado Nervo hasta Emilio Abreu Gómez y Octavio Paz.Los eruditos se han mostrado más remisos a su encanto. Hubo de intervenir el celo de un sacerdote, Alfonso Méndez Plancarte para que se dispusiera de un retrato de la monja jerónima, de su vocación intelectual y religiosa, del ambiente en el que se forjó, de los obstáculos ante los que adquirió la reciedumbre, de sus particularidades y sus frustraciones, de la manera en como su obra se entroncó con la tradición y de los matices con que las enriquece; de la multiplicidad de los temas que solicitan su pluma; de los géneros en que ejercita su destreza; de su cultura; de sus renunciamientos cada vez más extremos y de su muerte, como la preconizaba Rilke, escogida y asumida con entera voluntad. Lea también: "Esta es la voz de Carlos Fuentes".Sor Juana Inés de la cruz nació el 12 de noviembre de 1651. Respira por su primera herida: la ilegitimidad. Sus padres no estaban unidos en matrimonio. De sus cinco hermanos, tres llevaron su apellido. Sor Juana crece con su abuelo materno, al pie de los volcanes, en Amecameca; antes de cumplir los tres años aprende a leer y a los ocho, compone una loa en honor al Santísimo Sacramento. En 1667 ingresa en el Convento de San José de Carmelitas Descalzas, pero tres meses más tarde lo abandona porque la fragilidad de su salud, no soporta el rigor de la orden.Sus biógrafos la describen como una mujer diligente, cumplida con sus oficios de contadora y archivista; hábil para cocinar y una humilde molendera de chocolate. Aunque lo auténtico de Sor Juana Inés no está en las anécdotas sino su obra, su peor enemigo es ella misma. Su índole reflexiva es su talón de Aquiles. Se toma como objeto de meditación, se pone entre paréntesis para dilucidar si lo que constituye su personalidad es verdaderamente valioso. El silencio último de la poetisa, de la intelectual, de la monja, no significa sabiduría, ni sobreabundancia de bienes, gozo y plenitud. Su silencio último no es alusión a lo inefable. La obra de Sor Juana es casi siempre impersonal, hecha por encargo, ceñida a las circunstancias. La distancia en es alma de lo bello, dice Simone Weil. Pero también la condición del humor. Y esta artista, más que admirable y conmovedora, más allá de su soledad del fracaso de su vuelto más alto, supo sonreír.
Una inusual quema de libros fue realizada por una junta escolar en Ontario, Canadá, como un acto de reconciliación con los pueblos indígenas. Tras la dura condena de los líderes políticos canadienses, la propia junta ahora dice que lamenta su gesto simbólico.La primera ceremonia de la "purificación de la llama", se llevó a cabo en 2019 por el Conseil scolaire catholique Providence, que supervisa las escuelas primarias y secundarias en el suroeste de Ontario. En dicho encuentro, la emisora nacional de Canadá informó que al menos 30 libros fueron quemados con "fines educativos" y cuyas cenizas se utilizaron como fertilizante para plantar un árbol. Desde entonces, se retiraron más de 4.700 libros de los estantes de las bibliotecas de 30 escuelas, y desde entonces han sido destruidos o están en proceso de ser reciclados, informó.Lyne Cossette, portavoz de la junta, dijo al National Post que se formó un comité y que "muchos encargados de los conocimientos y saberes ancestrales participaron de la quema y fueron consultados en varias etapas, desde la conceptualización hasta la evaluación de los libros y la iniciativa de plantación de árboles". Además, “simbólicamente, algunos libros se usaron como fertilizante”, dijo.El proyecto, titulado Redonnons à la terre ("devuélvele a la tierra" en español), tenía la intención de "hacer un gesto de apertura y reconciliación al reemplazar libros en las bibliotecas que tenían contenido obsoleto y llevaban estereotipos negativos sobre las Primeras Naciones". Los títulos incluyen ejemplares de Tintín, Asterix, Jacques Cartier y algunas historias de Disney, como la de Pocahontas, que fueron desplazados por su “representación negativa de los pueblos indígenas y la representación aborigen ofensiva de los dibujos”.Cuando se le preguntó sobre la quema de libros, Justin Trudeau dijo que nunca estaría de acuerdo con la quema de libros”. Por su parte, Yves-François Blanchet, líder del Bloc Québécois, dijo “no quemamos libros”, en una conferencia de prensa. “Nos exponemos a la historia, la explicamos, demostramos cómo la sociedad ha evolucionado o debe evolucionar”.También se eliminaron libros que contienen apropiación cultural, así como libros de historia obsoletos, como dos biografías de Jacques Cartier, un explorador francés que cartografió San Lorenzo, y otra del explorador Étienne Brûlé. André Noël, un periodista de Quebec, señaló en Twitter que su libro Trafic chez les Hurons, publicado en 2000, estaba entre los que se retiraron de los estantes. En un hilo de Twitter, Noël escribió que la eliminación de su libro "sorprende y parece excesiva".
Elicura Chihuailaf, de 68 años, recibió el premio por llevar "la tradición oral y el universo poético de su pueblo más allá de las fronteras de su propia cultura", según afirmó la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés. La ministra informó del premio a través de un acto virtual, donde resaltó "su vasta trayectoria y su capacidad de instalar la tradición oral de su pueblo en una escritura poderosa que trasciende la escritura mapuche". "Con maestría y haciendo uso de una expresión muy propia ha contribuido de forma decidida a difundir su universo poético en todo el mundo amplificando la voz de sus ancestros desde la contemporaneidad", agregó Valdés.Chihuailaf, quien había sido nominado al mismo premio en dos ocasiones, destaca en su lírica la cosmovisión e idiosincrasia mapuches - la población originaria más numerosa en Chile - en su relación con la naturaleza y la reivindicación de la cultura indígena en la poesía chilena. Se le enmarca dentro de los escritores que comenzaron a surgir tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973, una generación marcada por el exilio. Sus textos, escritos originalmente en castellano y mapudungun (idioma mapuche), fueron traducidos a decenas de idiomas en todo el mundo, en los que destaca además el llamado a la conversación como única vía de entendimiento con los pueblos originarios.Además de sus versos, Chihuailaf también es reconocido como ensayista y traductor del idioma del pueblo mapuche, habiendo pasado al castellano textos del también poeta Pablo Neruda, Víctor Jara o Alonso de Ercilla. El reconocimiento ocurre en medio del rebrote de la violencia en la región de Araucanía, a unos 600 km al sur de Santiago, donde se asientan la mayoría de las comunidades indígenas que reivindican como suyas tierras que están en manos de privados.En el marco de ese conflicto se han incrementado los ataques a camiones y maquinaria agrícola, atribuidos a grupos radicales mapuches, aunque también en la zona hay denuncias de autoataques y montajes. Camioneros mantienen parcialmente bloqueadas varias rutas de Chile desde hace seis días, en protestas por mayor seguridad.Escuchen aquí algunos de sus versos en su propia voz:
—Diez... Veinte... Treinta... Aquí tiene su semana, maestro Flores.—Diez... Veinte... Treinta... —contó pausadamente el viejo, estirando con fuerza los billetes que luego lió y guardó en una cartera de cuero negruzco—. Conforme, patrón, muchas gracias y hasta el lunes.—Oiga, maestro, ¿no sería posible que mañana saliera a trabajar? Quisiera que me arreglara unos estantitos en el escritorio.—Yo no trabajo en domingo.—Lo sé, don Flores, pero un día es un día... Ya está, diga que sí.—Yo trabajo toa la semana, es mi deber, es mi obligación, pero el domingo descanso. Pa eso hizo Dios el domingo; pa descansar.—Convenido. Pero por esta vez no podría...—Ya fijé que no —atajó el viejo firmemente.—Se tendrá en cuenta su buena voluntad —dijo molesto el joven.Hablaban el patrón —o sea el administrador de la hacienda— y don Santos Flores, a través de la ventana del escritorio del primero que, protegida por una reja de hierro, abría sobre el corredor.Llegaba la noche con un silencio hondo, con una paz de vida que se aquieta, buscando en el reposo pujanza para la brega del siguiente día. Diversos rumores, al turbarlo, hacían luego más profundo ese silencio: un último aletear de pájaros en busca del nido; el paso de un gañán que horqueta al hombro caminaba- hacia su puebla; el trote brioso de un caballo; relinchando por la piara; el grito de una mujer que decía: "Vení, condenao", con estridencias broncíneas en-1a voz; el ulular de una lechuza anunciadora de la noche.Con todas las gamas del azul desvanecíase el paisaje en una especie de niebla: azul verdoso los prados; azul sombra los montes; azul negro, cordilleras; azul ópalo el cielo; azul plata las estrellas.— ¿Mi güena voluntá pa servir a l'hacienda desde que nací? Bien puee tomarse en cuenta... Sesenta años tengo y ni un día e trabajo hei faltao a mi obligación. Usté lo sabe y los patrones lo saben mejor que usté hablaba don Santos sin reproche, pero con una voz íntegra que no admitía discusión.—Bueno, bueno —contestó el joven conciliadoramente—, allá usted con sus razones. Hasta el lunes.—Hasta el lunes, patrón.Era interesante el viejo carpintero, recia figura hecha en músculos que los años iban enjutando. Sólo eso y blanquear los cabellos había conseguido el tiempo, porque el cuerpo se alzaba de un firme trazo único. A hachazos parecía haber sido hecha la fisonomía resuelta, de empecinado: cuadrada la barbilla, filudas como aristas las quijadas, delgados los labios descoloridos, recta la nariz, horizontales casi las cejas, rectangular la frente amplia, cerrados de expresión los grandes ojos de iris gris acero que iban derechos en busca de la mirada del interlocutor. La voz acordaba con el resto: fría, sin modulaciones, lenta, iba buscando con tino las palabras que mejor tradujeran su pensamiento."Es como un peñasco —pensó el administrador al verlo fundirse al azul de la noche en el fondo de la alameda—. ¡Y que vaya a casarse!"2Venido de varias generaciones que nacieran y murieran en la hacienda, Santos Flores —como todos los hombres de su familia fue carpintero.Muy niño aún, ayudaba a- su padre en cuanto sus fuerzas le permitían. Las horas de solaz que para los otros chiquillos eran correrías locas a través de los potreros en busca de nidos y frutas, para Santos eran paciente trabajo de carpintería que daba por resultado una cajita, una repisa, un banco. A los diez años entro a formar, parte del personal de la hacienda como ayudante de carpintero, bajo las órdenes de su, padre.Desde entonces no se le conoció otro goce que el trabajo, ni otra distracción que salir los domingos a dar una vuelta a caballo por los caminos comunales, ni otro afecto que el cariño a sus progenitores.En la austeridad de una vida hecha de deber cumplido pasaron lentos y monótonos los años. Murió el viejo maestro carpintero y Santos lo reemplazó en el puesto.Entre los montañeses aislados de la ciudad por enormes distanciar, se conserva íntegra la tradición casi feudal del vivir de nuestros abuelos. El patrón es el señor omnipotente del cual se soporta todo sumisamente, aunque en lo hondo se lo reconozca injusto. Ese sentimiento es mudo. La primacía del señor sobre el inquilinaje la ejerce en la puebla el padre, el marido o el hermano mayor sobre el resto de la familia. Así como el patrón lega al morir cuanto posee a sus descendientes, el montañés deja a los suyos el oficio que tuviera, con algo que más aún semeja su idiosincrasia a la del señor de otros tiempos: es el hijo mayor quien lo sucede.Santos Flores reemplazó a su padre en la carpintería y en el hogar.Tenía un carácter de hierro. Los principios morales y religiosos que la madre le inculcara se modelaron en ese metal, y nunca, nada ni nadie pudo borrarlos. Mientras vivió el padre fue un obediente a su mandar, luego tomó la dirección de la familia, reducida solamente a la mama Rosario, y bien supo ésta que era el hijo tan despótico como fuera el marido.— ¿Por qué no te casai? —preguntaba a veces, tímidamente, mama Rosario.—Porque aún hay tiempo pa tener un hijo.—La Juana del molino me gusta hartazo. Es limpia y comedida y de cara no es naíta e pior. Es l'única que me gustaría pa nuera.—Entoavía no pienso en casarme.Recién cumplía Santos Flores cuarenta años cuando la mama Rosario, de una gripe, fuese al otro mundo en busca de "su finao" que según ella la esperaba en la puerta del cielo.Este golpe rompió el equilibrio de sus hábitos. Por volver a ellos, inmediatamente, Santos Flores resolvió casarse.Eligió a Juana —la que tanto le- gustaba a su madre—, una mujercita bondadosa que sólo se ocupaba en bruñir el hogar modesto, plegándose humilde a cuanto Santos decía. Siempre taciturno, jamás contrariado, adivinado en sus menores deseos, el hombre fue bueno con ella y. la hizo feliz a su modo.Lo que no podía perdonarle, y en sus raras y frías cóleras le reprochaba como falta propia, era que en vez de un Santos Segundo Flores que siguiera la tradición de maestros Flores en la hacienda, le hubiera dado, con do años de diferencia de una a otra, tres hijas que se llamaban María Juana, María, Mercedes y María del Tránsito.Cuatro años después, al dar a luz un hijo varón que nació muerto, Juana murió, sumiendo a. Santos en un dolor silencioso, tanto más hondo persistente cuanto menos se deshacía en palabras y gestos.Junto al dolor —superándolo a ratos— estaba el sentimiento de humillación que el no tener un hijo le producía. En esos momentos pensaba en casarse nuevamente. Pero la recta visión de sus deberes paternales lo hacía desistir de ese, propósito, por no darles madrastra a las niñas. Cuando estuvieran mayores...Sí, entonces, ¿por qué, no casarse y lograr el ansia del hijo?La madre de Juana quiso reclamar el cuidado de las nietas. Santos Flores cortó todo proyecto de la molinera con esta frase sin vuelta:—Mis hijas son mías y. naiden más .que yo las criará.María Juana —que tenía a la sazón diez años— tomó el trabajo de la casa. Don Santos y ella se levantaban al amanecer, aseaban la -puebla; ordeñaban la vaca, preparaban el desayuno. Cuando el padre se iba, María Juana vestía a, las pequeñas y toda la mañana se le pasaba cuidándolas juiciosamente, al par que vigilaba la olla con los porotos y tenía lista la leche para el ulpo.A mediodía llegaba don Santos. Almorzaba de prisa y al pitar la sirena volvía el hombre a su trabajo. A eso de las cinco la mujer del campero Silva venía a lavar, a tostar, a moler trigo, a hacer, en fin, todos los trabajos que María Juana no podía realizar.Y la niña se esmeraba en su papel de madrecita que a sus propios años le daba importancia y —alma de servidumbre— vivía pendiente de los deseos de los demás, tratando de imitar en todo "el modo de los grandes", seria y razonable por naturaleza, obsesionada como su padre por el cumplimiento del deber.María Mercedes —Meche familiarmente—, era en lo físico idéntica a don Santos, pero en cuanto a carácter, el polo opuesto. Risueña, parlanchina, impulsiva, caprichosa, vivía en perpetua movimiento que impacientaba al padre. Y cuanto más crecía la niña, más rudos eran los choques de ambos caracteres. El padre exigía sumisión y obediencia pasiva; la hija quería libertad y obedecer sólo a su idea. A veces la discusión subía de tono, y el padre —exasperado— le pegaba. Pero ni razones ni golpes conseguían hacerla obedecer.—Sos pior que macho —decía don Santos:—Pior que yo es usté. ¿Por qué no m'eja ir a jugar con los chiquillos e don Silva?—Ya t'ije que no.—Es que yo l'igo que voy no más...—Vos m'andái buscando las manos.—Si quere pegarme aquí me tiene —y se lo quedaba mirando, desafiadora, con sus ojos de acero tan semejantes a los del padre, que unos parecían reflejo de los otros.Eran luchas que sumían a María Juana en un mar de estupores. Para ella, llevarle la contraria a don Santos era algo horrendo y, aunque le dolieran como recibidos en carne propia los golpes dados a Meche, encontraba muy naturales aquellas palizas.María del Tránsito —la Tatito— era un pobre ser de timidez que vivía en perpetuo sobresalto de desagradar, un ser de recogimiento únicamente se encontraba tranquila al estar sola, y que en presencia de don Santos transpiraba de angustia, no sabiendo qué hacer de su persona para disimularse. Las riñas de su padre con Meche la aterrorizaban hasta el punto de desmayarse cuando llegaban a hechos.Ya más grandes, empezaron a asistir a la escuela: juiciosa y aprovechada María Juana; díscola, pero admirable de comprensión, cuando se interesaba por el tema, Meche; opaca en su medianía Tatito, que sólo cobraba vida e inteligencia en la clase de religión.Al correr el tiempo se acentuaron en ellas sus diferentes personalidades, y al cumplir dieciocho años, María Juana era una agradable muchacha, atrayente por la bondad que emanaba de ella, óptima dueña de casa, hábil tejedora de lamas y choapinos, seria, humilde y, como su padre, rígida en sus principios y aferrada al deber.Meche seguía siendo la desesperación de todos, pues a sus características de niña agregaba ahora una coquetería endiablada que traía locos a los mozos de la hacienda. Mas tenían que contentarse con mirarla de lejos al pasar frente a la casita: conociéndola a fondo y temiendo una aventura que le costara la honra, tanto don Santos como María Juana la vigilaban estrechamente.—El que venga a las derechas que hable conmigo —decía don Santos.La pequeña vivía en éxtasis desde que hiciera la primera comunión en Curacautín. La religión fue un sedante para su angustia. Suave y opacamente desprendida de toda pasión humana, se le iban los días rezando, arreglando altares, mirando estampas.La pubertad le trajo innumerables trastornos físicos. La anemia roía su pobre cuerpecillo endeble, desmayos y vértigos la asediaban periódicamente y a tanto llegó su flacura que don Santos se asustó y, acompañado por la abuela molinera, fue con la niña a Victoria a consultar médico. .Siguiendo un régimen alimenticio muy nutritivo alternado con remedios, sin hacer otra cosa que hilar, pasaba Tatito días enteros sentada en un sillón, tirando de la hebra mecánicamente, muy delgada, muy blanca, señoril en su pose arcaica, toda ojos visionarios la cara comida por la enfermedad, extraña en aquel medio de rostros rudos, de figuras recias, de almas roqueñas.Una mañana don Santos las llamó a su pieza luego de desayunar, y pausadamente, con voz resuelta y expresión cerrada, dijo:—Ustedes ya están grandes y una madrastra no las irá hacer sufrir. Yo quero casarme y ya tengo palabreá a la Chabela Rojas. Ya está too arreglao. A mediados del otro mes será el casorio.Las muchachas lo oían estupefactas y un mismo impulso las hizo protestar.—Pero... —alcanzó a decir Tatito, abriendo enormes los ojos.— ¿Se quere casar? ¿Usté se quere casar? —dijo María Juana.— ¡Ja! ¡Ja! —rió Meche, insultante—. Se quere casar con la Chabela... El veterano templándose y mientras las hijas encerrás a canidao pa que naiden las vea. ¡Ja! ¡Ja!—Cállate —ordenó el viejo.—No quero. ¿Por qué voy a callarme? Si es pa morirse e la risa. ¡La Chabela es de la mesma edá que la María Juana!—Ya t'ije que te callaras.—Y yo dije que no quería callarme na... La Chabela Rojas e madrastra e nosotras. ¡Qu'irrisión más grande!—Ustedes serán las honrás. Ella es muy señorita y muy güena y. too se lo merece.— ¿La Chabela se lo merece too? ¿Usté está malo e la cabeza? Bien pue ser que le haigan hecho tomar alguna cosa... La Chabela Rojas muy señorita... Predúnteselo al patroncito... él le pegaría el señorío...—Eso sí que no te lo aguanto. Cállate o te costará caro.—No me callo... aunque me pegue... Predúnteselo tamién a don Fanor, el sobrino del señor Rodríguez. Predúnteselo... ¡Ay!... ¡Ayayaycito!— ¿No te querís callar? ¿No te querís callar?—Predúnteselo a los dos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ayayay!—Toma... Toma...Mala bestia...—Taitita lindo... ¡Por Diosito! —gentil, implorando, María Juana— Mi Señor, la va a matar... ¡Ay! Creo en Dios Padre... —musitaba Tato, alba como un lienzo y a punto de desmayarse.—Mala bestia la Chabela, qu'es una perdía —un bofetón más fuerte alcanzó a Meche en la boca y dando un traspié cayó de lado, sangrando abundantemente por la nariz.—Me vis acriminar —dijo el viejo, pesaroso.María Juana acudía a la otra, a Tatito, que había caído desmayada sobre la cama.—Vos tenis la culpa —prosiguió don Santos, dirigiéndose a Meche, que en el suelo, arrodillada, sollozaba convulsa—, me volvís loco con tus porfías. Con ésta creo que no quedrás más leución. El casorio es pa media-dos del otro mes. No hay güelta. Y no pongan malas caras y prepárense p'arreglar la casa. Hay mucho qui'acomodar pa recebir a la nueva señora. Ya lo saben.Cuando el viejo salía, Meche se irguió y dijo frenética:—Si usté se casa con la Chabela me voy puerta afuera. ¡Por ésta sé lo juro! Ya lo sabe.No contestó don Santos. Bien sabía que la última palabra era siempre de la rebelde. Pero mala hasta el punto de inventar una calumnia no la imaginaba. ¿De dónde sacaría las feas historias que achacaba a Chabela? Le amargó el día el saetazo de la frase: "Predúnteselo al patroncito. Predúnteselo..." Tanto le hería, tanto lo hacía sufrir, que en la tarde, al ir a ver a Chabela al despacho donde vivía con sus padres, le contó el incidente, taladrándola con sus ojos de acero.La muchacha lo oyó tranquila, sonrió mimosa y dijo:—Puras envidias. Cosas piores ha d'inventar la Meche pa que no se case conmigo.Y el viejo volvió a la confianza por obra de los ojos que tan serenos y verídicos parecían. Además su amor —un amor que llegara callado, tomándolo íntegro y sin vuelta— no pedía sino que le adormecieran recelos.Meche trató en otra ocasión —cuando tuvieron que dejar a la novia el dormitorio que ellas ocupaban, la pieza más espaciosa de la casita— de volver a su protesta de macho taimado que se niega a dar vueltas a la noria, por el solo placer doloroso de recibir una paliza que lo haga más consciente de su esclavitud.Fue su último grito de rebelión. Desde entonces hasta el día del matrimonio cosió, hiló, tejió, ayudó en todo a la par que las otras, en los preparativos que se hacían rumbosamente.Don Santos parecía haberlas olvidado. Absorto en sus pensamientos, sólo salía de su mutismo para dar breves órdenes. Además, lo veían poco. Almorzaba y comía en el despacho. Llegaba a acostarse. Se levantaba al alba, desayunaba servido por María Juana; revisaba la labor hecha por las muchachas el día anterior, hacía algunas hacía algunas indicaciones y se iba, tras de mirarlas muy fijo con sus ojos agudos como puñales.
Este mes la programación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estará llena de conciertos y obras magníficas, entre estos dos espectáculos imperdibles, la obra Juguetes Rotos de la directora argentina Carolina Román y el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia junto al Tambuco Ensamble de Percusión.En primer lugar, la directora y dramaturga argentina Carolina Román presenta su obra Juguetes Rotos por Producciones Rokamboleskas, una compañía de teatro española. Estas funciones hacen parte de la programación de España país invitado de honor en el Teatro Mayor. Juguetes Rotos narra la historia de una amistad entre Mario, un joven que abandona su pueblo, y Dorin, una transexual del mundo del espectáculo. Mario trabaja en una peluquería y Dorin lo lleva a enfrentarse a sus sueños de ser mujer. En este espejo en el que Mario se mira también se refleja un mundo de purpurina peligroso y revelador.Este proyecto propone una reflexión sobre la identidad sexual y sobre el mundo no-binario de España de las décadas de 1960 y 1970, en contrapunto con el del presente. En este entramado social muchas personas se vieron gravemente afectadas por un sistema que no los admitía ni reconocía más allá de los escenarios y la prostitución.Producciones Rokamboleskas nace de la mano de Fabián Ojeda (Premio Max 2017) y Nacho Guerreros, dos profesionales con una amplia trayectoria en las artes escénicas. Desde 2017 su actividad principal es la producción, coproducción y producción en gira de obras teatrales, apostando por la profesionalización del sector escénico en España y la calidad de los espectáculos.Carolina Román es dramaturga, actriz y directora. En Buenos Aires cabalgó entre sus estudios de periodismo en la Universidad de Buenos Aires y el teatro. Sus maestros más influyentes fueron Raúl Serrano, Alberto Félix Alberto y Augusto Fernández, entre otros. Junto a sus hermanas creó el Videoclub del Ángel, un proyecto especializado en cine de autor con el que organizaron modestos ciclos por el territorio.Las funciones serán el viernes 16 y sábado 17 de junio a las 8:00 p.m., la boletería está entre $55.000 y $80.000, la puede adquirir en la página web del teatro.Por otro lado, la Orquesta Sinfónica Nacional estará junto a Tambuco, uno de los ensambles de percusión más reconocidos en México (y el mundo) y a la directora inglesa Catherine Larsen Maguire.Tambuco interpretará junto a la Orquesta la pieza Metal de tréboles del también mexicano Javier Álvarez, una obra que a través de su discurso sonoro evoca a la naturaleza e impulsa a los músicos a explorar formas alternativas de tocar sus instrumentos. Esta obra y las otras tres que componen el programa, serán dirigidas por Catherine Larsen-Maguire, quien durante 10 años se desempeñó como Principal de fagot de la Komische Oper en Berlín, para después dedicarse de lleno a la dirección.Para abrir y cerrar la noche, la Orquesta interpretará dos obras del compositor estadounidense Aaron Copland, compositor clásico norteamericano por excelencia, quien además tenía un particular atractivo por la música latinoamericana. Para iniciar la velada, Three Latin American Sketches, una obra que se caracteriza, en palabras del compositor, “por sus melodías, ritmos y temperamento espontáneo y jovial”, y Rodeo: Four Dance Episodes, la versión sinfónica construida por el mismo compositor del ballet bajo el mismo nombre, en la que presenta fragmentos inalterados de conocidas melodías americanas. Completa el repertorio, Huapango, de José Pablo Moncayo, obra muy reconocida y de gran colorido que retrata la música popular de la zona de Veracruz en el Golfo de México.El concierto será el miércoles 28 de junio a las 8:00 p.m., la boletería va desde los $25.000 hasta los $80.000 y está disponible en la página del Teatro Mayor.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
En "Bramidos de agua dulce" (Escarabajo, 2020), la poeta conversa con el río Sinú, cuyas aguas serpentean a lo largo de la ciudad de Montería, en el Caribe colombiano; en su obra, el río adquiere vida propia y se convierte en un personaje central que, con cada corriente, lleva consigo los lamentos de la muerte y la violencia que asolan a las mujeres trans de esa urbe.A través de sus versos, la autora plasma algunas "experiencias aterradoras", pero también la resiliencia y lucha que vivieron estas mujeres hace más de 40 años: "Ante el temor de ser arrestadas y torturadas por la Policía, las mujeres trans que ejercían la prostitución en la época (...) preferían lanzarse al río Sinú"."Contar estas experiencias de vida desde una voz travesti, que es mi propuesta política, es controlar la narrativa de lo que se dice de nosotras", declara enfática a EFE Bárcenas, quien asegura que históricamente han sido interpretadas por personas cisgénero, heterosexuales y blancas que "terminan perpetuando lo que significa ser trans".Poesía en "clave travesti"Según la poeta, su "propuesta política" permite asumir el dominio de la narrativa en torno a las mujeres trans, que ha sido relegada al ámbito de la marginación, el sufrimiento y el trabajo sexual: "Me parece injusto" y, en su lugar, aboga por reivindicar nuevas perspectivas de "ser travesti"."La 'clave travesti' trata de posicionar la experiencia de vida de una mujer negra trans en la poesía", explica la escritora de 25 años, quien asegura que esta inclusión "no suele suceder en la literatura" porque "el canon literario es racista y transfóbico".En este contexto, Bárcenas reconoce que dichas experiencias se están convirtiendo en un nicho altamente lucrativo en la actualidad. A pesar de ello, la autora destaca que el reconocimiento y valoración de sus palabras y obras literarias son el mayor obstáculo que ha tenido que enfrentar.Escritura que abre horizontesEl contexto familiar y el entorno conservador en el que creció la poeta "no estaban preparados para comprender y aceptar" su identidad, lo cual generaba miradas opresoras y prejuiciosas hacia su persona y su cuerpo. Por lo que la colombiana encontró, desde temprana edad, un refugio íntimo y seguro en la escritura que le permitía plasmar sus sensaciones, experiencias y dar voz a su cuerpo en tránsito que ella describe, metafóricamente, como "florecer".La escritura también le dio conciencia del poder de la palabra y la expresión poética; fue una herramienta que le permitió forjar otro futuro, alejándose de los estereotipos limitantes que la sociedad asigna a las personas trans como "la prostitución, la peluquería o la calle". "La poesía me salvó porque me pude agenciar otro destino", explica Bárcenas, quien señala que no le parece negativo que sean prostitutas o peluqueras, sino que eso "sea lo único que la sociedad quiera que seamos".Dignificación y reconocimiento permanenteA propósito del Día Internacional del Orgullo LGBTI, que se celebra el 28 de junio, Bárcenas destaca que "la dignificación de las vidas trans va más allá de una celebración temporal y requiere cambios estructurales en diversos ámbitos".La activista enfatiza en la importancia de contratar a personas trans y brindarles espacios de manera continua: "Una verdadera inclusión implica tener en cuenta a las personas trans todo el tiempo, lo cual les proporcionaría la estabilidad económica tan necesaria en sus vidas porque aún enfrentan obstáculos para acceder a empleos, espacios culturales y académicos que no han sido diseñados con su inclusión en mente".La monteriana señala que durante esta celebración se percibe como "la cuota trans" y reflexiona sobre cómo muchas instituciones instrumentalizan la imagen de las personas trans en lugar de brindarles una participación genuina.Aunque le genera conflicto, también reconoce que esta situación puede ser una oportunidad para abrir camino a otras mujeres trans y ampliar su representación en diversos escenarios. "Ser reconocida como una travesti que pudo transformar su realidad y abrir nuevos horizontes para otras mujeres", así le gustaría a Flor ser recordada por sus hermanas travestis y por la sociedad.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde la creación en el año 2001, el Ciclo Rosa se reafirma cada año como la apuesta por la diversidad, como el puente para una transformación en las estéticas y narrativas de la creación audiovisual, que se mueven entre los distintos géneros cinematográficos, los múltiples formatos estéticos y las diversas maneras de narrar y representar el cuerpo, la sexualidad y el género mediante lo audiovisual.El Ciclo Rosa se ha convertido en un espacio alternativo para la muestra audiovisual y la discusión alrededor de la visibilidad LGBTIQ+. Por el Ciclo han pasado figuras significativas de la creación e investigación audiovisual nacional e internacional y se ha promovido la emergencia de nuevas formas de representación de los géneros y las sexualidades en su diversidad y complejidad.La edición del 2023 está conformada por una Muestra Internacional curada por Cédric Succivalli, crítico de cine y programador italiano, ha sido jurado en festivales como San Sebastián y el Festival de Cannes (jurado de la Palma Queer), entre otros. Succivalli propone 5 programas con un rango ecléctico de voces queer que lo han impresionado profundamente durante los últimos años. Esta muestra estará acompañada por su curador y presentará títulos: Lobo y perro, Fire at the Lake, The Lost Boys, Errante corazón, Exalted Mars, entre otros.La Muestra Nacional es resultado, por primera vez, de una convocatoria pública donde se recibieron más de 60 obras audiovisuales de todos los formatos y duraciones, provenientes de todo el territorio nacional. La muestra se compone de un largometraje: Clara y tres programas de cortometrajes: Fuerza salvaje, Afectos disidentes y Feminidades construidas.Además, el Programa Furia presentará películas que suspendan momentáneamente las convenciones sociales y permitirá que se avive la pasión por encima de la razón. Los personajes de Furia son complicados, difíciles de entender, rabiosos e inmorales, en esencia, queer. Por otro lado, en el Foco Jorge Cadena, intimidad y rebeldía, un recorrido entre lo personal y lo colectivo, lo introspectivo y lo político de este cineasta colombiano radicado en Suiza, los asistentes podrán ver una serie de cortometrajes que ha realizado en la última década, en un ir y venir constante entre su origen en el Caribe colombiano y su mirada extranjera en el mundo. Presentado por Swiss Films.Para complementar la agenda de películas se tendrán dos estrenos Internacionales: Medusa Deluxe de Thomas Hardiman y Lingua Franca de Isabel Sandoval. En estrenos nacionales: Wërapara de Claudia Fischer, Petit mal de Ruth Caudeli y Anhell69 de Theo Montoya.Esta edición tendrá la segunda versión de la Toma Rosa que se llevará a cabo del 9 de junio hasta el 1 de julio en la Galería de la Cinemateca de Bogotá, los días jueves, viernes y sábados. La Toma Rosa es un espacio para la juntanza y la circulación de propuestas interdisciplinarias vinculadas a diferentes prácticas artísticas en el marco del Ciclo Rosa, como una forma de apropiación de la Cinemateca por parte de todos los ciudadanos. Esta versión reunirá 13 artistas que fueron seleccionados a través de una invitación pública, quienes proponen un viaje por actividades literarias, audiovisuales, escénicas (circo, música, teatro, performance) de diseño gráfico, de artes plásticas y de Artes vivas.Ricardo Cantor, gerente de Artes Audiovisuales del Idartes, comenta “el Ciclo Rosa llega a su edición 22, y se ha convertido -como un rito- en un lugar de encuentro y conversación alrededor de las narrativas de representación y autorepresentación queer a través del cine y el audiovisual y su encuentro con otras prácticas artísticas y culturales como el performance, la literatura, la música, las artes visuales y la danza. En 2023, con un panorama internacional, el programa furia, el foco de Jorge Cadena, estrenos nacionales e internacionales sumado a 3 componentes convocados por invitaciones públicas: muestra nacional, la toma rosa y diálogos ciclo rosa junto con la exposición GenIA, El Cine & Yo con Daniela Maldonado y el Laboratorio Cuerpo Cyborg-Tecnogénero ensamblamos -como en un collage- una amalgama de lenguajes, estéticas y relatos que indagan en la expresión y las disidencias del género, del afecto y del amor.”Este año en la Sala E se realizará la Exposición GenIA: exploraciones inmersivas y con inteligencia artificial en clave de género, esta se basa en las posibilidades de intersección entre la tecnología y la identidad de género. Las obras realizadas y presentadas por la ciudadanía exploran estos temas desde una perspectiva descolonial, transfeminista, transterritorial, que reflexionan sobre la ética, la autonomía, la justicia y la dignidad; utilizando herramientas de inteligencia artificial para crear experiencias particulares. La exposición contará con visitas guiadas en inglés y español.Del 15 junio al 3 de agosto se realizará Laboratorio cuerpo cyborg-tecnogénero, en la Cinemateca de Bogotá y en el Castillo de las Artes, un encuentro de 16 sesiones los días lunes y jueves, el ingreso es libre con inscripción previa. El 28 de junio para participar en Lecturas de película - Reflejos de violetas en el turbio estanque: Inventario personal del cine homosexual debe hacer inscripción previa.El Ciclo Rosa tendrá una sesión especial de El Cine & Yo con Daniela Maldonado, lideresa comunitaria y activista social del sector poblacional trans de la ciudad de Bogotá, esta actividad de entrada libre, será el 21 de junio a las 7:00 p.m.Del 21 al 28 de junio se llevarán a cabo los Diálogos Ciclo Rosa, un espacio que abre y amplía conversaciones colectivas en torno a narrativas y disidencias del afecto. La selección de estos encuentros llegaron a través de invitación pública, en la que se recibieron propuestas con múltiples formas y formatos (talleres, ponencias, estudios de caso, material de archivo, mesas redondas, proyección y conversación, lecturas performativas, conversatorios, paneles, testimonios, entre otros)Durante los días del Ciclo Rosa se lanzarán las convocatorias para el Premio Dunkel Rosa 2023 y el 4° Laboratorio de Escrituras Audiovisuales Queer.Para más información puede consultar toda la agenda del Ciclo en la página web de la Cinemateca de Bogotá. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
Bautizada la estatua imposible, "es una obra creada por cinco maestros diferentes que nunca habrían podido colaborar en la vida real", afirma a la AFP Paulina Lunde, portavoz de Sandvik, la empresa que diseñó esta escultura gracias a tres programas diferentes de IA.De acero inoxidable, mide 150 centímetros de alto y pesa 500 kilos. Esta expuesta por el museo de Tecnología de Estocolmo y representa a una mujer, cuya mitad del cuerpo debajo del busto está cubierta por una especie de túnica y lleva un globo -hecho de bronce- en su mano izquierda.La idea era crear una mezcla entre los estilos de cinco escultores que marcaron cada uno su época: Miguel Ángel (Italia, 1475-1564), Auguste Rodin (Francia, 1840-1917), Kathe Kollwitz (Alemania, 1867-1945), Kotaro Takamura (Japón, 1883-1956) y Augusta (Estados Unidos, 1892-1962)."Algo en su apariencia hace sentir que no fue creada por un ser humano", señala Julia Olderius, una responsable de innovación dentro del museo.El espectador puede percibir la musculatura inspirada en Miguel Ángel, mientras que la mano recuerda a las creadas por Takamura.Para lograrlo, los ingenieros de Sandvik alimentaron el programa con abundantes imágenes de esculturas creadas por estos artistas. La inteligencia artificial propuso luego varias imágenes en 2D que, según ella, reflejaban el sello de cada uno de estos escultores."Estas imágenes en 2D fueron incorporadas por nuestros ingenieros en un modelado 3D y, a partir de ahí, nos concentramos en la fabricación", destaca Lunde.¿Pero es arte, o más bien una hazaña técnica? "Creo que es arte", afirma Olderius, que considera que esta apreciación le corresponde al público.Sobre la cuestión más general de la irrupción de la IA en este campo, muestra el mismo optimismo. "No hay que tener miedo de lo que la IA hace con la creatividad, el concepto, el arte y el diseño", juzga. "Simplemente hay que adaptarse a un nuevo futuro", donde la tecnología tiene un lugar de pleno derecho en la creación y el diseño, añade. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.