A los 20 años, Alejandro III fue coronado como rey de Macedonia. Su padre Filipo II le dijo: “Busca, hijo mío, un reino igual a ti porque en Macedonia no cabes”, Alejandro el grande se comprometió a la palabra de su padre y decidió emprender un viaje por el mundo.
Como cualquier príncipe, Alejandro Magno recibió una educación de primera, estudió matemáticas, historia, política y filosofía, esta última siendo el aprendiz de, nada más ni nada menos, que Aristóteles. Así como se educó en las áreas del conocimiento también alimentó el cuerpo con un entrenamiento militar fundamental para su camino en la conquista.
En sus años de pupilo de Aristóteles, Alejandro Magno cargó como un libro sagrado La Iliada , de Homero pues estudió la cultura griega y las epopeyas de los héroes. La educación completa del hijo de Filipo II lo convirtió en un guerrero militar que estaba destinado a ser magnífico y a dejar su huella en el mundo.
Berta Erill Soto, periodista de la National Geographic , menciona en un artículo sobre el conquistador lo siguiente: “Alejandro Magno disponía de unos 13.500 combatientes macedonios, 12.000 griegos del sur y 8.000 de origen balcánico: un total de aproximadamente 33.500 hombres”. El ejército fue considerado uno de los más desarrollados y poderosos de los tiempos antiguos.
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El Imperio persa y la conquista
Tras la muerte de su padre en el 336 a.C, Alejandro Magno empezó a planear su travesía hacia el Imperio persa, comenzó su campaña militar en el 334 a.C., cruzando el Hellesponto con un ejército de aproximadamente 40,000 hombres. En la famosa batalla de Granico, derrotó a las fuerzas persas, lo que le permitió avanzar hacia Anatolia. Alejandro continuó su avance a través de Asia Menor, derrotando al rey persa Darío III en batallas cruciales como las de Issos y Gaugamela.
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En esta conquista Alejandro logró hacer una mezcla cultural entre los griegos y los persas, logrando también un tipo de integración cultural.
Egipto y la gloria
Siguiendo con su travesía, Alejandro Magno se dirigió a Egipto donde fue recibido como un héroe por su victoria en Persia. En su estadía construyó templos y veneró a los dioses egipcios, por eso la población local lo nombró faraón. Cuando visitó el oasis de Siwa, fue al oráculo del dios Amón para confirmar sus orígenes divinos, el oráculo le confirmó la teoría dándole luces acerca de su conexión con la divinidad griega. Según el mensaje del oráculo y la historia, Alejandro Magno fue hijo de Zeus.
Tras convertirse en faraón de Egipto y extender su dominio por el Nilo, Alejandro Magno se dirigió a la India, sin embargo, nunca logró llegar lo suficientemente lejos. En su reinado comenzó a tomar actitudes y costumbres persas, cosa que a su ejército lo le causó ninguna gracia y comenzaron a dudar de él.
En medio de la desconfianza y el poder, Hefestión, un gran amigo de Alejandro (y con quien se presume que tuvo una relación afectiva) murió. Esto le causó profunda tristeza y viajó a Babilonia para realizarle un funeral digno. Esta historia se asemeja a la de Aquiles y Patroclo, contada en La Iliada de Homero.
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En el año 331 a.C, Alejandro Magno creó Alejandría, una metrópoli monumental que se convertiría en la capital de Egipto. Junto a Alejandría creó las ciudades de Tonis-Heracleon y Canope. La ciudad solo duró algunos siglos ya que la naturaleza consumió su totalidad y arrasó con su existencia.
Alejandro Magno murió en junio, su fallecimiento ha sido un misterio hasta nuestros días. Algunos dicen que fue a causa de las fiebres por la malaria y otros expertos apuntan que fue envenenamiento , sin embargo, nunca se han esclarecido los hechos. El gran Alejandro creó una historia que quedó en los libros, así como lo hizo su libro sagrado, La Iliada .
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