
Mutter - mother - mater - mētēr - mātar - mātṛ́: todas estas denominaciones para "madre", que suenan muy similares, apuntan a un origen común que los investigadores han estado buscando durante más de 200 años.
Las palabras padre, hermano, hija, hijo, nombre, ojo o pie también son sorprendentemente similares en alemán, inglés, persa, ruso, griego, latín, sánscrito. Alrededor de 400 lenguas germánicas, romances, eslavas, bálticas, celtas e indoiranias pertenecen a la familia de lenguas indogermánicas o indoeuropeas.
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El "eslabón perdido" de las lenguas indoeuropeas
Casi la mitad de la humanidad habla hoy una lengua cuyos orígenes se encuentran en una rama poco conocida de nómadas esteparios que vivían al norte del Mar Negro. Según los investigadores, la llamada "población del Cáucaso-Bajo Volga" (en inglés, Caucasus-lower Volga, abreviado como CLV) es el vínculo largamente buscado entre las lenguas protoindoeuropeas y anatolias.
Este grupo probablemente se extendió en todas direcciones y se mezcló con los cazadores y recolectores que vivían allí para formar nuevos grupos. Así lo demuestran estudios recientes del genetista estadounidense David Reich y del antropólogo vienés Ron Pinhasi, publicados en la revista científica Nature . La línea del Cáucaso-Bajo Volga puede "conectarse con todas las poblaciones de habla indoeuropea”, asegura Pinhasi.
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El estudio del ADN de 435 personas de sitios arqueológicos en Asia y Europa reveló que de la "población del Cáucaso-Bajo Volga" vienen los antepasados de la cultura Yamna y del pueblo de Anatolia. Según el estudio, alrededor del 4000 a. C., la "población del Cáucaso-Bajo Volga" formó la cultura Yamna, que creció rápidamente después del 3750-3350 a. C.
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Lengua extendida a través de la cultura Yamnaya
La cultura Yamna llevó la lengua protoindoeuropea a la Europa de la Edad del Bronce, a Irán y a la India. Este pueblo nómada vivió hace entre 5.600 y 4.500 años en las estepas euroasiáticas al norte del mar Negro y el mar Caspio. Desde allí, se extendió a Europa del este y Asia central a partir del año 3100 a. C.
Los Yamna no eran sólo criadores de ganado, recolectores y cazadores. También se les considera los primeros en montar a caballo. Los restos de leche de caballo en cerámicas de lo que hoy es Kazajistán y los hallazgos de esqueletos indican que los caballos fueron domesticados hace unos 5.500 años y se utilizaron no sólo como animales de tiro y de carga, sino también para montar. Esto revolucionó la movilidad y podría explicar cómo su cultura, su ADN y su lengua pudieron difundirse tan rápida y ampliamente.
¿Qué se sabe sobre la cultura Yamna?
Los Yamna se movían principalmente por la estepa como nómadas. Solo quedan pocos vestigios de asentamientos, que se encontraban principalmente cerca de ríos. Probablemente vivían en casas fosas, especialmente en invierno. Practicaban ocasionalmente la agricultura. Y son considerados pioneros de la producción lechera, que contribuyó a la producción de alimentos duraderos como el queso.
Como nómadas, los Yamna utilizaban carros de dos y cuatro ruedas de disco, probablemente tirados por bueyes. Esto les permitió mover grandes rebaños a largas distancias y establecer una extensa red de comunicaciones.
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Enterraban a sus muertos boca arriba, con las rodillas dobladas, en tumbas cubiertas por pequeños montículos, los llamados kurganes. En las tumbas se encuentran a menudo ajuares funerarios y sacrificios de animales. Esto podría indicar un concepto de vida después de la muerte.
¿Por qué los Yamna abandonaron la estepa?
Hace unos 11.000 años, el Holoceno, el período cálido que continúa hasta el día de hoy, reemplazó al último período frío. Hace unos 6.500 años, el norte de Europa también se volvió significativamente más cálido. La capa de hielo retrocedió y las condiciones de vida mejoraron gradualmente.
El calentamiento global del Holoceno se considera un prerrequisito positivo para el desarrollo de civilizaciones humanas avanzadas. Y explica por qué los Yamna no sedentarios emigraron a Europa central o al este alrededor del 3100 a. C., pues la vida en las estepas euroasiáticas puede ser muy dura.
Probablemente en tres oleadas de migración, los Yamna abandonaron la estepa y se mezclaron con la población local. Dado que eran claramente superiores culturalmente y, sobre todo, numéricamente, pronto dominaron el desarrollo genético y lingüístico local. Alrededor del año 2.500 a. C. se pierden sus huellas, pero parte de la cultura Yamna sigue viva en las lenguas indoeuropeas.
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