En su obra, 'La conciencia uncida a la carne', Susan Sontag nos sumerge en una exploración profunda y apasionada de la relación entre la mente y el cuerpo. A través de una prosa rica y reflexiva, Sontag desentraña los misterios de la existencia humana y examina cómo nuestra conciencia está intrínsecamente entrelazada con nuestra experiencia física.
Nicolás Cáceres - HJCK
"La conciencia uncida a la carne", de Susan Sontag
El texto que abre este ciclo es 'La conciencia uncida a la carne', el segundo volumen de los diarios de Susan Sontag, que abarcan desde 1964 a 1980. En el fragmento que elegimos se da un diálogo complejo de Sontag consigo misma sobre su propia madre. Su relación emboscada por la rabia y el cansancio. En el texto, Sontag se refiere a la belleza de su mamá como una maldición y, al mismo tiempo, la única virtud que logró reconocerle honestamente.
En 1969, Vivian Gornick empezó a escribir sobre feminismo para el Village Voice. En "Mirarse de frente", su libro publicado en 2019 por la Editorial Sexto piso, Gornick escribe sobre sus impresiones del movimiento y la mayor enseñanza que dejó para el resto de su vida.
Para esta nueva entrega llega a sus oídos un clásico de la literatura japonesa. "La casa de las bellas durmientes" está llena de lujuria, vejez y violencia se encuentran rasgos de la estética japonesa con situaciones con escenas irreales que caracterizan la pluma de Kawabata.
"Mi lucha" es una serie autobiográfica de seis novelas publicadas en la década de los 2000, escritas por el autor noruego Karl Ove Knausgård en la que el escritor ficciona su propia vida.
Evelio Rosero es nuestro primer invitado a la nueva temporada de #Fragmentos. En esta novela dominantes y dominados se enfrentan, unos van vestidos, los otros desnudos. Una voz, la del protagonista, decide luchar desde el encierro. "El señor que no conoce la luna" fue publicado por el sello TusQuets en 2019, aunque su primera edición salió a la luz en 1992.
Pecola es una niña pequeña que vive con sus padres y tiene una prima que se llama Claudia. Le gustan las muñecas y las caléndulas, que no le gustan a nadie excepto a ella. Pecola es negra y cree que es fea porque no se parece a Shirley Temple. Y tiene un truco para desaparecer cuando sus padres se pelean o su padre la molesta por las noches: piensa que unos preciosos ojos azules, que tiene todo el mundo admira su belleza y que las otras niñas la envidian. Pero ese sueño nunca se convertirá en realidad y Pecola seguirá atrapada en la triste vida que le ha tocado en suerte.