"La soledad de América Latina", por Gabriel García Márquez
En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía.
La historia del vallenato guarda secretos y anécdotas que aún no han sido contados, pero la historia del vallenato en la radio tiene una voz y un nombre propio: Carlos Melo Salazar.
Cómo narrar lo que ha sido contado tantas veces. Cómo contar la historia de un hombre que también atravesaría la historia de un país. Hace cien años nació en Bogotá Álvaro Castaño Castillo. Su nombre sería escrito en decenas de premios, medallas y diplomas.
Hace cien años nació Alejandro Obregón, una figura emblemática del arte en Colombia. En palabras de Marta traba: “La llegada a la pintura colombiana de Obregón nos coloca ante el primer pintor de talento con que cuenta Colombia en este siglo. Una obra que muestra de manera inequívoca la alianza del talento y del trabajo”.
Hubo una época en la que una mujer decidía en Colombia los artistas que irían colgados en los museos o en las exposiciones. una mujer que era la voz y el dictamen del arte en Colombia. una sola mujer que entendió un país a través de sus imágenes y que lo criticó, lo ensalzó. Ella es Marta Traba.