La pieza es una composición musical escrita por el compositor francés Erik Satie en 1888. Esta obra es una de las piezas más conocidas y emblemáticas de Satie, y es apreciada por su belleza y simplicidad melódica.
Las gimnopedias fueron danzas celebradas en julio-agosto en honor al dios Leto y sus hijos Apolo y Artemisa. En ellas, jóvenes espartanos bailaban desnudos haciendo posturas de batalla. Algunos historiadores y filósofos, las mencionaron en sus obras: en “la Hélenicas” de Jenofonte; en las “Leyes” de Platón y en el “Tratado de música” de Plutarco. Satie desde pequeño tuvo acercamiento al idioma griego, de allí, que nombre “Gymnopédies” a sus tres obras más famosas en piano.
A pesar de que su nombre significa una fiesta, la Gymnopédia No. 1, por el contrario, es reconocida y representada en películas, series y programas de televisión y radio como una pieza de piano triste. Pero, ¿Qué la hace triste?, es muy sencillo: agregarle séptimas, menores a los acordes y emplear ña “cadencia rota”. Según el analista musical y youtuber Jaime Altozano, la obra inicia con las notas SOL(maj), Re(maj) que si bien no son tristes, Satie le introduce séptimas mayores a los acordes: Sol (maj7) – Re (maj7) y esto, cambia la sensación de la Gymnopédie No1. A media que la pieza avanza, pasa de acordes mayores a menores. La obra empieza triste y tiene un punto de quiebre en caída libre cuando agrega el acorde de séptima dominante Re7 y juega, de nuevo, con los acordes menores y mayores, crea una “cadencia rota”. La “cadencia rota” es un concepto musical que se utiliza para describir una progresión armónica que difiere de la estructura típica de la cadencia perfecta. En una cadencia rota, la resolución de los acordes no sigue el patrón de tensión y relajación esperado en una cadencia convencional. En lugar de resolver un acorde final de manera satisfactoria y conclusiva, la cadencia rota introduce una sorpresa o giro inesperado en la armonía.
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