Compuesto entre 1980 y 1984, el Réquiem Polaco ilustra según su compositor Krzysztof Penderecki, una tercera fase creativa, Escribió Penderecki: "es a la vez una especie de síntesis del último período de mi obra y la inauguración de uno nuevo en el que vuelvo hacia el primer período, el de la investigación sólida, del rigor, de la reducción de los medios y de la expresión".
Krzysztof Penderecki es uno de los representantes más famosos y característicos de la renovada generación de compositores polacos surgida en la década de 1950, generación a la que también pertenecen WojciekKilar y Henryk Gorecki.
Tal como sus colegas, Penderecki tuvo especial interés por trabajar con las texturas y los timbres, quizá en desmedro de niveles estructurales más profundos. Esto le llevó a producir una música exuberante y directa cuya simplicidad y expresividad parecieron ser una especie de antídoto a las complejidades del arte musical europeo de la post-guerra.
Por esa razón el sonido polaco impactó a una gran cantidad de público europeo sobre todo durante los 60.
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En las décadas siguientes la música polaca fue cambiando y comenzó a mirar con cierta nostalgia a la tonalidad, el romanticismo y el canto litúrgico antiguo.
Manteniendo una preocupación por las texturas y el timbre, pero recuperando la melodía y la armonía, los polacos encontraron un nuevo sitial, ahora dentro del post-modernismo europeo, con algo de complicidad de aquel ambiente social y político tan particular surgido en Polonia con la llegada de los años 80.
Krzysztof Penderecki también fue influido por la mezcla de hechos políticos y religiosos que ocurrieron en esa época en su patria, siendo un resultado inmediato el llamado Réquiem Polaco, escrito entre 1980 y 1984.
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Una primera versión del Réquiem Polaco fue estrenada hace 40 años, el 28 de septiembre de 1984 por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart bajo la dirección de Mstislav Rostropovitch. La versión definitiva fue grabada por el compositor el 11 de noviembre de 1993 en Estocolmo.
El Réquiem Polaco de Krzysztof Penderecki combina una técnica dodecafónica con una escritura casi tonal. Como virtuoso de los sonidos, el compositor destaca el manejo de voces y tratamiento instrumental.
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Al captar el ultra cromatismo a intervalos infinitesimales obtenidos por glissandi (efecto musical que consiste en deslizar el dedo sobre una cuerda del violín, creando un deslizamiento continuo en el tono), Penderecki apunta a efectos de color como explicó en 1963: La emancipación del color sonoro como elemento de la ley plena de composición tiene una larga tradición. Para mí, esta capa de la composición, enriquecida con nuevos sonidos a través de nuevos movimientos articulatorios, es la más importante.
Podrá escuchar la obra completa en la nueva edición de Canto y Música Coral este domingo, 29 de septiembre a las 9:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK
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