Cierto misterio rodea el nacimiento y la ascendencia del virtuoso pianista Sigismond Thalberg, nuestro invitado a esta audición El Músico de la Semana, pues supuestamente era hijo ilegítimo del conde Moritz Dietrichstein y la baronesa von Wetzlar.
Nacido en Pâquis, cerca de Ginebra, el 7 de enero del año 1812, su certificado de nacimiento, le proporciona información diferente y de ascendencia relativamente legítima. En él se certifica que era hijo de un ciudadano de Frankfurt, Joseph Thalberg. Por lo tanto, no parece haber ninguna razón particular para suponer que el nombre Thalberg sea una invención.
Los estudios de Sigismond Thalberg lo llevaron a Viena, donde su compañero de estudios, el duque de Reichstadt, hijo de Napoleón, casi lo convenció de seguir la carrera militar. Triunfó su interés musical y pudo estudiar con Simon Sechter y con Hummel, alumno de Mozart. En Viena actuó en fiestas privadas y causó especial impresión cuando, a los catorce años, tocó en casa del príncipe Metternich.
Hacia 1837 algunos críticos musicales como Fétis lo proclamaban el pianista más importante de Europa. El impacto del estilo interpretativo de Sigismond Thalberg dependía básicamente de su “técnica a tres manos”, en la que una melodía tocada con los pulgares en el registro medio del teclado se acompaña con una figuración arpegiada ornamentada en las regiones grave y aguda, creando un efecto pianístico a tres manos.
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Gioachino Rossini había establecido su posición en la ópera italiana en un período notablemente breve. En once años había escrito unas 34 óperas, muchas de las cuales gozaban de un éxito muy considerable. Semiramide fue la última de las óperas de Rossini escrita para su interpretación en Italia. Basada en la obra de Voltaire, se representó en febrero de 1823 en La Fenice de Venecia.
La Gran Fantasía de Thalberg sobre temas de la ópera 'Semiramide', de Rossini reproduce tanto la belleza de la línea melódica, una metamorfosis del embellecimiento operístico, como gran parte del drama.
La fantasía sobre temas operísticos fue en el siglo XIX una composición de importancia por derecho propio, que sirvió para deleitar al público por la familiaridad de su material melódico y el ingenio y artificio ejercidos en su virtuosa presentación. Thalberg eligió escribir fantasías sobre temas de varias óperas de Vincenzo Bellini, el principal compositor de ópera italiana en la década de 1820.
En 1855, tras el fracaso de las óperas Florinda y Cristina di Svezia, Sigismond Thalberg hizo realidad su ambición de dar conciertos en América. De julio a diciembre de 1855 actuó con un éxito abrumador en Río de Janeiro y Buenos Aires. Regresó a Europa, pero tras una estancia de varios meses en París se embarcó en el vapor África hacia América del Norte, donde llegó el 3 de octubre de 1856 a Nueva York.
La primera temporada americana de Thalberg terminó con un concierto el 29 de julio de 1857 en Saratoga Springs, Nueva York. El 15 de septiembre de 1857 dio otro concierto en Nueva York, iniciando su segunda temporada.
Sigismond Thalberg fue uno de los más famosos y exitosos compositores de piano del siglo XIX. En las décadas de 1830 y 1840, su estilo fue una fuerza importante en la interpretación pianística europea, pero a finales de siglo la fama de Thalberg había llegado a depender de su asociación con una única técnica pianística, el ‘efecto de tres manos’ y sólo era conocido como el viejo arpegio’, sus innovaciones musicales no eran reconocidas o habían sido olvidadas.
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Escuche una selección de obras maravillosas del pianista Sigismond Thalberg en la nueva edición de El músico de la semana el lunes 8 de enero a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.
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