Ofreceremos un recorrido por la vida y el arte interpretativo de János Starker apoyados en las notas del crítico musical Uwe Kraemer.
Dice Kraemer: "Hijo menor de padres de origen ruso, János Starker cuando sólo tenía seis años, hizo una aparición pública en Budapest, su lugar de nacimiento, y como niño prodigio se vio obligado a organizar su rutina diaria para poder combinar las necesidades educativas con sus intereses musicales y deportivos. Comenzó sus estudios en el Conservatorio de Budapest con Adolf Schiffer, el sucesor de David Popper, y ganó dinero por primera vez cuando tenía nueve años dando lecciones de violonchelo a un niño de seis".
János Starker realizó su debut profesional a los 14 años cuando interpretó el Concierto para violonchelo y orquesta en si menor, Op 104 de Anton Dvořák.
Impresionado por la observación (con intención de elogio) de un crítico vienés de que tocaba con la "seguridad de un sonámbulo", allí sentó las bases de su trabajo sobre enseñanza. Para él la enseñanza era más que un camino hacia la alta escuela del violonchelo perfecto: "La comprensión de cómo tocar el violonchelo no proviene de tocar el instrumento, es ante todo un proceso intelectual. Los requisitos previos cruciales para dominar cualquier instrumento son los mismos; y para ello, por esta razón, he enseñado ocasionalmente guitarra, piano, fagot, trompeta, saxofón, clarinete, trompa y contrabajo", escribiría Starker.
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Insatisfecho con el clima político de la Europa de posguerra, Starker aceptó una oferta de Antal Dorati en 1948 para unirse a la Sinfónica de Dallas como violonchelista solista. Ese mismo año hizo su primera grabación, la sonata solista de Kodály.
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Después de que el gran director Fritz Reiner llevara a János Starker a la Metropolitan Opera de Nueva York y a la Orquesta Sinfónica de Chicago, y después de numerosas grabaciones y una intensa actividad como músico de cámara en tríos y cuartetos, Starker se sintió lo suficientemente preparado para reanudar su carrera concertística internacional en 1958.
Al mismo tiempo comenzó su carrera docente en la Escuela de Música de la Universidad de Indiana en Bloomington (fundada en 1921), y considerada la mayor institución de educación musical del mundo.
Aunque son los primeros ejemplos conocidos de música sin acompañamiento para instrumento, las seis suites para violonchelo de Bach (BWV 1007 a BWV 1012) se sitúan en la cúspide del "clasicismo" de la suite barroca, como ejemplos incomparables de estructura, virtuosismo, expresividad y profundo intelecto musical.
Desde su "descubrimiento" y presentación al público del siglo XX por parte de Pablo Casals en 1901, para innumerables intérpretes han representado lo último en los logros de Bach, accesibles sólo después de años de experiencia, estudio y autodisciplina.
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Al comentar sobre la quinta grabación de las Suites para violonchelo sin acompañamiento de Bach, Starker dijo: "A menudo me preguntaban por qué, a los 70 años, estoy grabando las Suites de Bach por quinta vez cuando las ejecuciones anteriores han sido recibidas con elogios…. Tocar a Bach es una búsqueda interminable de la belleza y, en cierto sentido, de la verdad… Permítanme decir que quise que esta quinta grabación fuera mi última ejecución de las Suites, pero ciertamente no la definitiva. Como antes, fue una experiencia enriquecedora".
János Starker realizó más de 160 grabaciones. Como lo anotábamos antes grabó las seis suites para violonchelo solo de Bach en cinco ocasiones para RCA Red Seal Records, con la de 1992 ganó un premio Grammy.
También fue nominado a un Grammy por su grabación de 1990 de los trabajos de David Popper. Varios compositores escribieron conciertos especialmente para él, entre los que se encuentran David Baker, Antal Doráti, Bernhard Heiden, Jean Martinon, Miklós Rózsa y Robert Starer.
Podrá escuchar obras maravillosas de János Starker en la nueva edición de El Músico de la Semana el lunes 1 de julio a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.
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