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El músico de la semana: Félix Mendelssohn

Aunque la imagen de Félix Mendelssohn fuera la de una persona culta, serena, feliz y de temperamento apacible, a menudo sufría alarmantes cambios de estado de ánimo que de vez en cuando hacían que se derrumbara emocionalmente. Le contamos la historia del compositor y pianista alemán.

Félix Mendelssohn
Retrato del compositor alemán Félix Mendelssohn (1846).

Mendelssohn, compositor, director de orquesta y pianista de música romántica alemán, quien nació en Hamburgo el 3 de febrero de 1809 y falleció en Leipzig, 4 de noviembre de 1847, Con más de 120 obras publicadas en su corta vida es considerado uno de los compositores más importantes del romanticismo. En general, parece que la vida privada de Félix Mendelssohn fue convencional comparada con la de sus contemporáneos Richard Wagner, Hector Berlioz y Robert Schumann, excepto por su ambigua relación con la famosa soprano sueca Jenny Lind, a la que conoció en octubre de 1844.

Dentro de las obras más notables de Félix Mendelssohn se encuentran El sueño de una noche de verano, Las Sinfonía N°3 y N° 4 y su Obertura Las Hébridas. El sueño de una noche de verano es una obra musical escrita por el compositor Félix Mendelssohn, basada en la obra de teatro del mismo nombre escrita por el dramaturgo inglés William Shakespeare.

Mendelssohn compuso la obra musical en diferentes momentos de su vida. Entre el 8 de julio y el 6 de agosto de 1826, cuando su carrera estaba comenzando. La obertura de concierto Op. 21 se estrenó en Szczecin el 20 de febrero de 1827. En 1842, años antes de su muerte, escribió la música incidental (Op. 61) para una producción de la obra de teatro, en la que incorporó la obertura existente. Incluye la famosa Marcha nupcial.

Félix Mendelssohn fue un brillante pianista, cuyo fraseo, era en ocasiones apasionadamente vigoroso, y en otras exquisitamente delicado. A esto debió, en mucho, los resonantes éxitos logrados en dondequiera que actuaba. La eminente Clara Schumann registra entre sus más grandes experiencias artísticas el recuerdo de los momentos en que le oyó tocar el piano.

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Sin embargo, Mendelssohn no fue nunca un virtuoso de salón, por el contrario: detestaba cualquier cosa que se asemejara a un vacuo despliegue de técnica. Educado por su maestro, Zelter, en el conocimiento de la obra de Bach y de Beethoven, disciplinado en la rigurosa escuela del contrapunto, se propuso lograr y mantener en su forma de tocar el piano, lo mismo que en sus composiciones, los más altos niveles musicales.

Las composiciones para piano dejadas por Mendelssohn ponen de relieve este doble aspecto de su genio: por una parte, su asombrosa facilidad de ejecución (tenía nueve años de edad cuando se presentó por primera vez en público), y, por otra parte, su noble inspiración, que fue siempre profundamente sincera. Las 48 Canciones sin palabras son claro ejemplo.

Estas miniaturas para piano aparecieron en ocho volúmenes de seis piezas cada uno, durante un período de dos décadas, a partir de 1826. Un musicólogo ha dicho de ellas que son canciones populares en vestido de gala, y otro observa que son piezas mozartianas en su refinamiento, pero de un contenido romántico. En ellas hay mucho de la mejor inspiración del compositor que era ante todo un fino y delicado miniaturista.

Comparada con la de Mozart, Beethoven o Schubert, la obra de música de cámara de Félix Mendelssohn es mínima. Sin embargo, su Octeto -que escribió a los dieciséis años- siempre será considerado como una obra maestra, y sus cuartetos de cuerdas, caídos durante mucho tiempo en un injusto olvido, mantienen fácilmente la comparación con los de Schumann o Brahms.

En la última década de su breve vida Félix Mendelssohn fundó el Conservatorio de Leipzig en 1843, donde enseñó composición junto con profesores como Ignaz Moscheles y Robert Schumann. En el otoño de 1844 decidió tomarse unas largas vacaciones en Frankfurt y fue allí, en el verano de 1845, donde Mendelssohn escribió su segundo quinteto de cuerdas. Una de las ocho obras de cámara que compuso en la década de 1840, y una de las últimas, el Quinteto tiene varias distinciones, entre ellas que Mendelssohn decidió no publicarlo. La razón, al parecer, fue porque simplemente no le gustaba lo suficiente.

El Primer concierto para piano Op. 25 de Félix Mendelssohn fue comenzado en Roma en el otoño de 1830 y terminado un año más tarde en Múnich. Está dedicado a Delphine von Schauroth, una joven pianista de la cual Mendelssohn estaba enamorado y a quien frecuentaba en su residencia de Múnich.

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Mendelssohn confió a su hermana Fanny que Delphine compuso un pasaje para su concierto en sol menor, que le producía un efecto sorprendente. El Rey de Baviera estaba ansioso por que Mendelssohn se casara con Delphine, pero el romance parece haber terminado cuando el compositor se fue de Múnich. El compositor pasaría los últimos meses días de su vida en Leipzig y fallecería tras complicaciones posteriores a un derrame cerebral.

Escuche las obras del maestro alemán "Sueño de una noche de verano" (Música para una obra de Shakespeare), "Canciones sin palabras Op.19", "Quinteto de Cuerda N° 2 en Si bemol mayor, Op. 87" y el "Concierto para piano y orquesta Nº 1 en sol menor, Op. 25" el lunes 06 de febrero a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.