El Músico de la Semana: Duke Ellington

A la edad de siete años, Ellington comenzó a tomar lecciones de piano de Marietta Clinkscales. Los amigos de la infancia notaron que el estilo casual, su gracia natural y su vestir pulcro le daban el aspecto de un joven noble, y comenzaron a llamarlo Duke (El Duque).

Duke Ellington falleció el 24 de mayo de 1974 y con él toda una época del jazz. Su orquesta fue una de las pocas que pudo sobrevivir al achicamiento que trajo el fin de la era del Swing y de la Segunda Guerra, y con repetidas giras se mantuvo activo, a pesar de que el jazz comenzaba a perder terreno en favor de otros estilos.

Ya transformado en una leyenda en los años 50 y disfrutando de jugosos derechos de autor por sus canciones, se concentró más en las composiciones a mayor escala, las visitas a otros países, la música para filmes y comedias y las victorias en premios Grammy.

Cuando Edward Kennedy Ellington era niño, anunció a sus amigos frente a su casa en Washington: "Soy un grande y noble duque, y la gente acudirá a mí".

Duke Ellington lo logró haciendo música. Fue el compositor más versátil y prolífico de la historia del jazz. Lideró la banda más estable y duradera, actuando sin interrupción durante más de cincuenta años. Duke escribió más de dos mil piezas, entre las que se incluyen baladas, conciertos sacros, blues, música para ballet, Mood Indigo , Sophisticated Lady , etc. El motivo de tal productividad lo explicó así: "Tú sabes cómo son las cosas. Llegas a tú casa convencido que te vas directo a la cama, pero te encuentras con el piano que te coquetea, tocas un acorde y antes de que te des cuenta son las 7 de la mañana".

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A Duke Ellington, como le correspondió ser uno de los más importantes y notables compositores estadounidenses, como tal, rehusó aceptar barreras de algún tipo en su obra. Fue un compositor ecléctico, cuya música podía ser muy negra y a veces muy blanca, como también beige, gris y de todos los tonos posibles.

Duke utilizó todos estos estilos y con frecuencia incorporó las ideas de sus músicos a sus composiciones. Muchas de las improvisaciones de ellos eran tan brillantes que se transformaban en parte del repertorio estable de la banda. Tanto apreciaba Ellington las personalidades musicales de los miembros de su banda, que escribía cada parte de una composición para resaltar el talento y la habilidad de músicos específicos, mezclando con gran imaginación las ideas de ellos con las suyas. Algunos de los integrantes de su banda permanecerían en ella por más de treinta años.

Liberian Suite , tema que compuso Duke Ellington en 1947 fue el primer encargo internacional que recibió el ‘Duque’ , de una nación africana para celebrar el centenario de su fundación por los esclavos estadounidenses liberados. Si bien la música no es la pieza musical más sofisticada de Ellington, sí está llena de ritmos vigorizantes, partes jugosas para los vientos y saxos, y una parte vocal impresionante.

Duke Ellington se mantuvo al frente de su orquesta hasta su muerte, víctima de un cáncer pulmonar, el 24 de mayo de 1974, y tras su desaparición fue su hijo, Mercer Ellington, quien tomo la antorcha del relevo de su irrepetible padre.

La contribución de Duke Ellington al arte y a la cultura musical del mundo es enorme, especialmente si a sus miles de composiciones de jazz se le suman sus numerosas óperas, un par de ballets y más de diez shows musicales. Su estilo fue único e imposible de categorizar, ya que nunca se ciñó a un tipo específico de música.

Podrá escuchar obras maravillosas del compositor Duke Ellington en la nueva edición de El Músico de la Semana el lunes 20 de mayo a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.