Según el portal www.filomusica.com: A finales del siglo diecinueve en Francia van desapareciendo los restos del Romanticismo aún existentes, mientras que comienza a surgir una nueva corriente estética, que tiene gran influencia en las artes plásticas y en la música. Dicha corriente se denominó Impresionismo (que toma su nombre de un lienzo de Claude Monet expuesto en París en 1872, titulado Impresión, Salida del sol ). Mediante este movimiento se pretende romper totalmente con el Romanticismo.
El máximo representante de este movimiento, musicalmente hablando, viene encarnado en la figura de Debussy, nuestro invitado de hoy a esta audición El Músico de la Semana HJCK.com, quien nació el 22 de agosto de 1862 en Saint-Germain-en-Laye, Francia.
Pero ¿qué se propone el impresionismo?, ¿cuáles son los pilares fundamentales de su estética? Fundamentalmente destaca la libertad formal, la importancia de las sensaciones y el timbre, ya que se busca sugerir más que exponer (algo) detalladamente.
Una de sus obras más representativas y que de alguna manera afirmó las bases del Impresionismo musical fue el Preludio a la siesta de un fauno , de Claude Debussy, una obra orquestal de poco menos de 10 minutos, en la que invirtió más de dos años de trabajo. Debussy había decidido componer un tríptico orquestal sobre el poema homónimo de Mallarmée, pero tras el preludio, nunca aparecieron el interludio y la paráfrasis imaginados.
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Aun cuando habría que esperar los Nocturnos, El mar e Imágenes para llegar a la cima del impresionismo orquestal, el Preludio a la siesta de un fauno de Debussy es la primera obra de la historia en la que el nuevo estilo se deja entrever con claridad, a la vez que es también un verdadero preludio a la obra destacable de Debussy. Además, transformó a su autor en un conocido compositor del cual se podía esperar, por fin, que encabezara un resurgimiento francés de alcance internacional.
Claude Debussy nació en París. Antes de entrar en el conservatorio, estudió piano con Maute de Fleurville. A los once años ingresó en el conservatorio. Pese a que no es amigo de academicismos ni formalismos, obtuvo brillantes premios, destacando el Gran Premio de Roma en 1884, al que se presentó con la cantata El hijo Pródigo . Este premio le otorgó una beca para estudiar en Roma durante tres años en la Villa de los Medicis.
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Desde allí hizo envíos regulares a París, pero sus preceptores no estuvieron de acuerdo con lo que componía, ya que no se ajustaba a lo establecido. Ante el rechazo de París, Debussy decidió abandonar Roma.
El final de su adolescencia también llegó marcado por la millonaria Nadezhda von Meck (benefactora de Chaikovski), quien hace que Debussy se convierta en maestro y profesor de sus hijos.
Gracias a ella realiza viajes por Europa, donde conoce a importantes personalidades del panorama musical de la época: Wagner, Chaikovski, y a los músicos del grupo de los Cinco...
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Después de una estancia en Roma, Claude Debussy volvió a París donde frecuentó más a poetas que a pintores y más a pintores que a músicos. Ante esto cabe preguntarse ¿a quién admira Debussy?
En poesía a los grandes simbolistas: Baudelaire, Poe, Mallarmée, D'Annunzio ; en pintura a Moreau, Turner y no a Monet, Sisley como tanto se le asocia; en música se observa la influencia de Mussorgki más que la de Wagner, aunque en el fondo prefiera a este último.
Allí los simbolistas ponían de manifiesto su objetivo con respecto a la música: evadirse del mundo, las obligaciones sociales y sumergirse en el sueño y el misterio. Por ello la música se convierte en el lenguaje más idóneo, ya que es capaz de crear la obra- símbolo.
El piano se convierte para Claude Debussy en el instrumento ideal para buscar una sonoridad plena, rica en colores medios. Esta visión va acompañada de una gran inteligencia del gesto del pianista, y refinamiento en los ataques dinámicos.
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Ya hemos visto que la estética de Claude Debussy no trata de imitar, evocar sino de reflejar la esencia misma de la naturaleza y de traspasarla a armonías que estimulan la imaginación. Así lo dice él mismo: La música hace una reproducción entre las correspondencias de la Naturaleza y la Imaginación . Éstas son dos palabras claves en la estética de Debussy. Ante todo, proclama libertad absoluta. A quienes le pedían consejo sobre qué maestro debían seguir, les respondía: No escuchéis sino al viento que pasa y nos cuenta la historia del mundo .
Entre sus obras orquestales destacan: Preludio a la siesta de un fauno , que ya escuchamos, Los tres nocturnos: Nubes, Fiestas, Sirenas, La Mar y las Imágenes para orquesta . En ellas la técnica que sigue en el piano la aplica al lenguaje orquestal.
Las Imágenes fueron concebidas como piezas para piano a cuatro manos o para dos pianos. Originariamente Debussy las consideró piezas separadas. Hay escasa interrelación literal entre ellas y, de hecho, a menudo se las interpreta por separado.
Claude Debussy se consideraba un músico, pero aún más, creador de un mundo de arte y poesía; se sentía orgulloso de su oficio y exigía ejecutantes profesionales. Al igual que Mallarmée, no aspira a la admiración de masas sino a las de unos pocos.
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Podrá escuchar obras maravillosas deClaude Debussy en la nueva edición de El Músico de la Semana el lunes 19 de agosto a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.