- No solo la música clásica, sino la música en general, imita las características tonales de la emoción de la voz y tiene la capacidad de provocar escalofríos o producir alegría, incluso en diferentes culturas. Por ejemplo, la música occidental causa emociones de excitación o alegría. Esto se debería a que la música imita las características tonales de la emoción de la voz, aprovechando nuestra capacidad de comunicación y nuestras asociaciones culturales de la misma forma. Por el contrario, la música clásica puede bajar la presión arterial, combatir el insomnio, puede mejorar el rendimiento, el razonamiento espacio- temporal y la memoria a corto plazo.
- La música influye en nuestro estado de ánimo y provoca una serie de sensaciones que afectan a todo el cerebro ayudando a reducir el dolor y la ansiedad.
- Se ha demostrado la influencia positiva de la música clásica en el tratamiento de algunas enfermedades. Pues existen varios desórdenes neurológicos que, si bien no tienen cura, utilizan la música como una forma de tratamiento: Alzheimer, enfermedad de Parkinson, síndrome de Tourette y diferentes formas de autismo. Por ejemplo, según una investigación publicada en The Journal of Surgery Cardiothoraic, escuchar música clásica u ópera tras un trasplante de corazón puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso, ya que han encontrado que la música reduce la ansiedad, el dolor y las nauseas, incluso afirman que podría haber algún efecto sobre el sistema nervioso parasimpático (una parte del sistema nervioso cuya función es controlar cosas inconscientes de nuestro cuerpo, como la digestión).
- Escuchar música clásica podría combatir el insomnio . La Universidad de Toronto asegura que “los ritmos y patrones tonales de este tipo de música crean un estado de ánimo meditativo y unas ondas cerebrales lentas”, lo cual ayuda a dormirse más rápido. Esto se debería a los ritmos y patrones tonales de este tipo de música, que crean un estado de ánimo meditativo y unas ondas cerebrales lentas.
- Tocar un instrumento puede mejorar la capacidad de aprender idiomas . Según la Northwestern University de Illinois, las conexiones cerebrales que se producen cuando se toca un instrumento pueden ayudar en otras formas de comunicación como el habla, la lectura o la comprensión de otros idiomas.
- La música clásica reduce el estrés y podría ayudar a bajar la presión arterial. Según algunos estudios, escuchar música clásica suave un par de veces a la semana ayudaría a reducir sus niveles de estrés y ansiedad. Y si se reduce el estrés, esto a su vez afecta a la presión arterial, según las comparaciones realizadas en un estudio de la Universidad de San Diego entre música clásica y jazz, pop u otras. Quienes escuchaban música clásica tenían niveles más bajos de presión arterial.
- Escuchar música clásica, así como aprender a tocar un instrumento y lenguaje musical, podría mejorar el rendimiento para que las personas obtengan mejores resultados académicos y sufran menos fracaso escolar . Se ha demostrado la eficacia de la música a la hora de impregnar constancia, disciplina y rigor en los alumnos que la estudian. Por ejemplo, a través del siguiente estudio llevado a cabo en EE.UU. también se demostró que quienes tenían algún tipo de educación musical tenían mejores notas en los exámenes de acceso a la Universidad. Quienes estudiaron música sacaron 61 puntos más que sus pares en pruebas verbales y 42 en las matemáticas, mientras que quienes tocaban instrumentos obtuvieron 53 y 39 puntos más respectivamente en ambas pruebas.
- La música ayuda a la superación de la dislexia. Está demostrado que estudiar lenguaje musical o tocar el piano mejoran notablemente la coordinación de las personas disléxicas. “Los investigadores sostienen […] que la práctica musical temprana beneficia (a los niños con dislexia) en el aprendizaje de la lectura”. María Celia Ruiz Bernal, Directora del Real Conservatorio Superior de Música”Victoria Eugenia” de Granada en el artículo “Dislexia y Musicoterapia”.
- Se denomina “efecto Mozart” a la serie de supuestos beneficios que produce el hecho de escuchar la música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart, que supone que mejora de forma temporal el razonamiento espacio-temporal y la memoria a corto plazo. No obstante, dicho efecto continúa siendo objeto de investigación y hay muchas opiniones que lo ponen en duda, como la del biólogo Nicholas Spitzer de la Universidad de California, que cuestionó la existencia del efecto Mozart a partir de sus interpretaciones de un estudio que dijo que no se mostraba ningún efecto en la actividad o capacidad cerebral por escuchar música de Mozart.
- La música ayuda a la integración, como demuestra este caso de una niña autista que se expresa a través de la música, o como esta iniciativa a favor de los enfermos de cáncer que enseñaba a través de la música a entender lo que sienten otras personas.
- La música aumenta nuestra resistencia física. Escuchar música mientras hacemos ejercicio mejora nuestro rendimiento un 15%, sobre todo rock y pop.
- Durante el embarazo , la música clásica estimula al feto. Aunque se duda sobre que el “efecto Mozart” sea del todo cierto, sí se ha comprobado que la música estimula al feto, lo cual es bueno para su desarrollo. Y no tiene que ser Mozart necesariamente.
- Estudiar música en la infancia mejora las funciones cerebrales de adulto . Un interesante estudio realizado en la Universidad de Northwestern, en Evanston, Illinois (EEUU), demostró que los individuos que habían estudiado música “tenían mejores respuestas cerebrales frente a sonidos complejos”; lo cual se traduce en “beneficios que van desde una mejor percepción auditiva, mayor función ejecutiva y un empleo más eficaz de herramientas comunicativas”.
- La música mejora mejora la capacidad de memoria, de atención y de concentración de los niños, y estimula el área derecha del cerebro, mejorando así la capacidad para realizar cualquier otra actividad artística, como la pintura, impulsando así el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.
- La música clásica no hace milagros, pero a través de la práctica de un instrumento puede hacer más responsable y disciplinado a un niño que apenas muestra interés por sus obligaciones domésticas. Del mismo modo, actividades como cantar, bailar y estudiar un instrumento pueden mejorar notablemente sus capacidades motrices.
Actualizado: agosto 11, 2021 04:01 p. m.