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Un náufrago sin brújula en el posconflicto

El periodista español José Fajardo publica en Colombia ‘X: el francotirador rebelde’, la historia de un exguerrillero de las Farc y su paso a la vida civil tras años en el monte.

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José Fajardo es un periodista español que llegó a Colombia hace cinco años. Atrás dejó una década de trabajo en el periódico El Mundo de Madrid para, a mediados de 2016, buscar la historia no contada de un exguerrillero de las Farc, cuando apenas se estaban culminando los detalles para el desarme oficial de la extinta guerrilla.

Esta es la historia de su más reciente libro, X: el francotirador rebelde, publicado en Colombia por Tusquets Editores, que cuenta la vida de un excombatiente que conoció en un evento, que por su ambiente festivo fue bautizado como el “Woodstock rebelde”. Lea también: ¿Cómo superar la guerra? Reflexiones de John Paul Lederach

El joven desertó antes de la firma del acuerdo de paz y tiempo después buscó a Fajardo, quien asumió la tarea de reconstruir la historia de este rebelde atípico. Un X al que la guerra le quitó todo: familia, novia, amigos, pasado, identidad. Ahora es un fantasma, un náufrago sin brújula en época de paz.

Esta historia particular de un exguerrillero a su vez encierra una realidad casi invisible para muchos colombianos. “El principal problema que enfrentan estos muchachos es encontrar su hueco”, explica Fajardo en entrevista con HJCK.

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¿Cómo fue esa experiencia de estar con la guerrilla en las sabanas del Yarí?

Cuando yo llego a Colombia llevaba una década escribiendo sobre cultura, especializado en música en España, y llegué por una serie de casualidades, pero me parecía un momento fascinante para estar en Colombia. Ya estaba avanzado el proceso de paz, me parecía un buen momento para ser periodista y para apostarle a conocer este país.

Yo llegué al Yarí como tantos otros periodistas, había muchos colombianos, pero también internacionales, con la sensación de que allá iba a suceder algo extraordinario. Esta guerrilla, la más antigua del mundo, como todos los periodistas repetíamos, se iba a reunir para dejar las armas y apostarle a la vida y lucha política.

Todos los periodistas con nuestro ego llegamos sintiéndonos parte de ese momentico de la historia, que visto en perspectiva creo que sí fue un momento histórico, pero los periodistas al fin y al cabo solo éramos testigos.

Yo los primeros días, como todos, quedé fascinado de poder compartir la vida de la guerrilla porque realmente dormíamos junto al resto de bases guerrilleras en los cambuches y asistíamos a las charlas que daban los líderes del secretariado, pero pronto quedé cansado de perseguir a 'Timochenko' y a 'Iván Márquez'.

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Cada día abogaban por una labor burocrática de pedir las entrevistas con estos líderes, explicar las razones por las que los querías entrevistar, la mayoría de veces no había respuesta y finalmente sí logré entrevistar a varios de ellos, pero me di cuenta de que con esas entrevistas no lograba asomarme a la realidad de la vida de la guerrilla, no había verdad en las respuestas que nos daban a la prensa.

Ellos estaban tratando de vender una imagen, por eso nos habían invitado. De algún modo ellos tenían clara cuál era la consigna que querían transmitir. También notaba que estaban a la defensiva, pues no estaban habituados a tratar con la prensa de esa forma tan natural.

Creo que el objetivo principal de la conferencia para ellos era, no tanto decidir si dejar las armas o no pues eso era una decisión que ya habían tomado. En realidad, lo de invitar a las bases guerrilleras de todo el país era un teatro, los líderes ya habían decidido.

Creo que su misión principal era vender una imagen más humanizada de la guerrilla al mundo, por eso estábamos tantos periodistas internacionales allá. Supongo que las Farc pensaban que en Colombia les iba a costar mucho tiempo, muchas generaciones, instalar su mensaje, pero quizá pensaba que en otros países sí podían transmitir esa imagen más humana.

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José Fajardo

Hábleme del personaje de su libro, ¿cómo conoció a X?

En esos días conocí a ese muchacho, un poquito más joven que yo. Desde el primer encuentro me llama la atención porque los dos compartimos una afición por la música punk, especialmente en nuestra adolescencia, entonces de algún modo eso nos unió al principio para poder intimar un poco más allá del contexto de periodista y guerrillero.

Fuimos cogiendo confianza y a medida que yo me fui desencantando de cómo se había dispuesto la conferencia y cómo era la relación entre el secretariado y la prensa, fui dándome cuenta de que había mucha más verdad en el testimonio de lo que me contaba este chico, que de lo que escuchábamos cada día de palabras de los líderes de la guerrilla.

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Al principio fue una relación de curiosidad, de hablar un poco de todo, hablábamos de fútbol, de chicas, reíamos, pero también empezamos a hablar de política y a mí me sorprendió que él era capaz de tener una posición crítica respecto a sus propios líderes en la guerrilla, eso realmente era algo inédito en el contexto de la conferencia donde toda la guerrilla, que es una estructura muy jerárquica en las Farc, las bases guerrilleras jamás osaban contradecir lo que decían sus líderes.

Este chico sí que se mostraba crítico conmigo respecto a alguno de sus líderes y eso me pareció muy valioso. Luego la relación fue más allá. Él me compartió su perfil falso en las redes sociales y a través de ahí nos contactamos.

Él desertó unos pocos meses antes del desarme oficial de Naciones Unidas, él decide desertar y a priori es una decisión que cuesta entender desde fuera, pero hubo muchos otros muchachos que desertaron antes del desarme.

Luego fuimos reencontrándonos en su ciudad, Villavicencio, él vino a Bogotá a mi casa y la verdad fuimos profundizando más en su historia.

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En varios fragmentos de su libro, X narra algunos de los problemas que atraviesa a diario en su reincorporación a la sociedad, ¿cuál cree es que el principal problema que enfrentan jóvenes como él?

Creo que el principal problema que enfrentan estos muchachos es encontrar su hueco. Hay que tener en cuenta que los chicos cargan con el estigma del guerrillero, la mitad del país dijo NO al proceso de paz en el plebiscito entonces hay una parte del país que no quiere que estos chicos se integren en la sociedad. Creo que es una de las particularidades que hacen a Colombia tan diferente.

En el caso de este chico carga con otro problema y es que él es considerado un traidor por quienes fueron su familia, el grupo de la guerrilla con los que vivió estos años de la guerra. En el momento en que desertó fue considerado un traidor, entonces carga con ese doble problema y creo que es importante dar voz a estos muchachos que no la tienen.

Yo hablo de este personaje como X también por salvaguardar su intimidad, su anonimato. Él fue el que me pidió que cuando escribiera su historia no usara su nombre porque le matarían.