Sus 608 páginas de extensión atestiguan en parte esa ambición, pero sobre todo el hecho de que este trabajo se presente como la "publicación oficial" del Bob Dylan Center, el cual atesora el ingente archivo que se hizo público en 2016 en torno al célebre compositor, cantante, músico y poeta estadounidense.
Sito orgullosamente en Tulsa (Oklahoma), la misma ciudad que acoge el archivo de Woody Guthrie, uno de los primeros ídolos de Dylan, así como de una importante colección de objetos de las Naciones Nativas de América, entre sus fondos se encuentran desde sus primeras grabaciones hasta sus directos más recientes.
Hay, según detallan sus responsables, miles de borradores y manuscritos, cientos de cuadernos y blocs de notas, decenas de miles de fotografías, cientos de horas de vídeos y cine así como grabaciones de estudio, ensayos y actuaciones en directo... Y sigue creciendo tras la estela del hombre que una vez declaró que "el arte es el movimiento perpetuo de la ilusión".
"Para un artista tan reacio a detenerse en el pasado, lo que sorprende es que tanto de esta haya sobrevivido", señala el prefacio de esta obra que lleva la firma de Mark Davidson y Parker Fishel, archiveros y co-comisarios del Bob Dylan Center, en una alusión a esas reticencias del artista por ejemplo a recrearse en sus giras en sus grandes éxitos y apostar, sobre todo, por su material más reciente.
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A partir de esa perspectiva, el centro se afana en organizar charlas con expertos y exposiciones temporales que buscan redescubrir constantemente su vida desde su infancia en Hibbing (Minnesota), las supuestas etapas musicales y las verdades establecidas en torno al autor de "The Times They Are A-Changin'", así como sus contradicciones y reasunciones.
Con el mismo propósito, indican sus responsables, "la labor de este libro es profundizar en las exposiciones inaugurales del centro, presentando material de archivo, ya sea complementario, divergente o en conflicto junto a una panoplia de voces", que analizan en 30 ensayos originales la personalidad resbaladiza de quien fuera Premio Nobel de Literatura en 2016.
Ahí están Richard Hell, Ed Ruscha, Greil Marcus, Joy Harjo, Michael Ondaatje y Amanda Petrusich entre académicos, poetas, escritores, artistas y músicos, a varios de los cuales se animó a escoger uno solo de los objetos del archivo que los sugestionara especialmente y a que escribiera acerca de ello.
"Solo quiero verlo. (...) Una foto me bastaba; ese disco negro y plano cortado por surcos como tantos otros; pero esto no lo había visto nadie, y era el primer disco de Bob Dylan", escribe el artista Lee Ranaldo a propósito de la primera y única copia de la grabación del futuro genio, cuando aún era Robert Allen Zimmerman, registrada en la Nochebuena de 1956 en St. Paul.
Hay muchos otros fetiches, como correspondencia de seguidores que resultaron ser estrellas como Bruce Springsteen o Paul McCartney o la copia desgastada de una antología de 1960 titulada 'Blues Fell This Morning', con temas de Kansas Joe y Memphis Minnie, entre otros, junto al mensaje manuscrito: "Hecho para y acerca de Bob Dylan".
También hay un borrador de su oscarizada canción "Things Have Changed" en la otra cara de un fax en el que Leonard Cohen le remitió los versos de 'A Thousand Kisses Deep', y otro del tema 'Subterranean Homesick Blues', cuando aún la llamaba 'Look out Kid' y de cuya letra se extrae el título de este libro: "Johnny's in the basement / mixin' up the medicine / I'm on the pavement / thinkin' about the government".
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