Rafael Tamayo, doctor en Historia, magíster en Derecho Internacional, especialista en Derecho de los Negocios, abogado y teólogo, será el nuevo director de Lectura y Bibliotecas de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte - BibloRed en Bogotá. Hablamos con él acerca de las nuevas oportunidades para fomentar la lectura en los niños y jóvenes de la ciudad.
Aparte de ser el nuevo director de Biblored, Tamayo ha sido director del Museo de Memoria de Colombia, consultor internacional de la UNESCO en Latinoamérica y directivo en entidades sin ánimo de lucro relacionadas con la educación y la cultura.
¿Cuáles son los retos que se avecinan para esta nueva etapa en las bibliotecas de Bogotá?
Uno de los grandes retos que tiene la red es el fortalecimiento del proceso de expansión que ha tenido en los últimos tres años, hemos pasado de 132 a 141 espacios de lectura ubicados en todas las localidades de la capital y esa expansión implica procesos de acentamiento, trabajo con la comunidad, etc.
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Por otra parte, tendremos que socializar con las comunidades en esa intención de la política que es, sobre todo, de universalización del libro y la lectura a través de muchos tipos de actividades que Biblored viene trabajando junto al equipo de la dirección de la Secretaría de Cultura.
Otro reto que tenemos es la consolidación del sistema de bibliotecas públicas de la ciudad, si bien la dirección ya cuenta con un proyecto muy grande que es la red de bibliotecas, esperamos integrar las bibliotecas comunitarias universitarias y otro tipo de salas de lectura y eso también es un trabajo interinstitucional importante que esperamos seguir desarrollando.
¿Cómo se puede ampliar la red de bibliotecas y cómo será más accesible para todos?
Lo estamos haciendo pensando en diferentes variables, por un lado está la distribución geográfica, por ejemplo, hace poco está en funcionamiento la Biblioteca de la Fuga que es la primera biblioteca que tiene Biblored y la dirección en la Candelaria. La próxima semana tenemos la inauguración de una sala de lectura alternativa en la casa LGBTIQ+ en el barrio Santa Fe y se abrirá de nuevo la biblioteca pública escolar en Usme.
Queremos que las dinámicas no sean solo escolares, sino también para para la comunidad. Lo que venimos haciendo es trabajar con otras instituciones del Distrito, instituciones públicas y privadas en el caso, por ejemplo, de las Manzanas del Cuidado, espacios determinados para apoyar a las madres en donde pueden realizar distintas actividades como ver películas, leer, aprender habilidades tecnológicas y presentarse en programas para terminar sus estudios.
Otro de los proyectos que hemos venido trabajando es junto a la Secretaría de Movilidad con las lecturas en los paraderos, estaciones y buses del sistema articulado implementando códigos QR que hay por la ciudad.
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Cuéntenos acerca de la Política Pública de Lectura para Bogotá - LEO que se implementará para los próximos 20 años.
La política es efectivamente uno de los grandes ejes para la universalización de la lectura y el acceso del libro. Lo que busca precisamente es encontrar las metodologías, las acciones, los espacios y los esfuerzos tanto públicos como privados para que esos índices de lectura aumenten en la ciudad y podamos estar por encima del nivel y compararnos con otras latitudes donde el índice de lectura es mucho más alto.
Entonces a través del acceso al libro, la formación, la alfabetización y la participación y apropiación comunitaria se hará la implementación de la política y que en todos estos años que vienen pueda seguir fortaleciendo y hacer de Bogotá la ciudad de lectores.
¿Cómo se piensa articular y fortalecer la lectura de los niños y jóvenes en la ciudad?
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El cambio en los índices de lectura implica una transformación generacional, la lectura en niños y jóvenes definitivamente es una bandera de la dirección. Yo podría mencionar que es la alianza efectivamente con la Secretaría de Educación en las bibliotecas públicas, no solamente apoyo a los procesos educativos sino también de enamoramiento de la lectura para niños y jóvenes. Todas nuestras bibliotecas tienen La hora del cuento entre semana y fines de semana, que es un encuentro de lectura en voz alta para toda la familia que se hace con mediadores de lectura, esto es una oportunidad para que los niños puedan disfrutar de los libros y se den cuenta que son un universo y que puede ayudarlos a no solo a desarrollar sus competencias lingüísticas y en educación, sino también a divertirlos.
¿Hay alguna posibilidad o algún proyecto que se haya pensado para seguir avanzando en el sistema integrado de bibliotecas en la ciudad?
El Sistema de Bibliotecas de Bogotá está pensado precisamente para eso, para alianzas interinstitucionales con diferentes entidades, el Sena, las universidades y algunos otros institutos de formación; va más allá de la integración de catálogos bibliotecarios y de servicios básicos de las bibliotecas, busca este gran diálogo entre institucionalidad, que se tengan aliados fundamentales para la formulación de convenios.
Esta, sin duda, es una nueva etapa para el sistema de lectura en Bogotá, la responsabilidad de la dirección ahora es aplicar estas nuevas estrategias para que la lectura llegué más allá del comercio, logre armonizar los espacios de libros en Bogotá y se dedique a la expansión del hábito de leer.
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