"Mishima es una de las grandes figuras literarias del siglo XX y lo tenemos petrificado; a mí me interesaba más, no tanto la leyenda, sino el que no conocemos y quizá nunca vamos a conocer porque también eso es parte de su aura, de su encanto ", aseguró este domingo Lagunas en una entrevista con EFE.
En 1957, a sus 32 años, Mishima viajó a Nueva York y México para hacer turismo homosexual. Lagunas dio con el dato y a partir de ahí siguió durante tres años las huellas del autor. El fruto de su trabajo fue la obra publicada el mes pasado, ganadora del premio de novela Mauricio Achar 2022. "Cuando ponen fotos de Mishima, casi siempre son de su etapa tardía. A mí me interesaba su juventud; no tanto el inmortalizado", explicó Lagunas.
Editado por Random House, el libro de 310 páginas recrea la vida de Hiraoka Kimitake, recordado en la literatura como Yukio Mishima, y se adentra en los años de formación del escritor, un hombre con gran capacidad de autodestrucción, cuyos personajes se caracterizan por su complejidad psicológica.
Mishima con pinta de millenial
En la novela de Lagunas, el joven Mishima aún no es leyenda. Con sus zapatos italianos camina a pasos largos por el Zócalo de la Ciudad de México ; persigue a un hombre deseoso de seducirlo y saca en cuenta que de los mexicanos les gusta el bigote y el porte, parecido al de los competidores de caminata.
Publicidad
En Nueva York, el japonés va a la ópera, entra a una tienda, se compra una camisa y el lector de la novela puede imaginarlo como un irreverente millennial de 29 años, la edad de Cristian Lagunas, que en el proceso de la escritura a veces sintió a Mishima como un compañero de piso o en el gimnasio.
"Estuve tres años con él, pensaba todos los días en él, es quizás la relación más sólida que he tenido en mi vida. Todos los días despertaba con su imagen y leía sobre él; yo no tengo el cuerpo de Mishima, pero recuerdo estar en el gimnasio y pensar cómo hubiera experimentado Mishima mi rutina", confesó.
Lagunas es un desconfiado de la inspiración, cree más en la mirada atenta y en la reflexión mental. Cuando trabaja es como un espía que toma notas del comportamiento de la gente y usa el material para enfatizar en el lado humano de sus personajes. "Para esta novela no tuve una guía, un mapa. A mí me gusta que me habite la historia, que me lleve a distintos sitios", dijo.
Ceremonia del té
Fue Yukio Mishima un defensor de las tradiciones de Japón, contrario a la idea de adaptarse a lo occidental. Una de sus influencias fue el premio Nobel Yasunari Kawabata, quien se convirtió casi en un padre del joven Yukio.
"El lado izquierdo del sol", cuyos capítulos transcurren como en una competición deportiva, recrea esa amistad y otros momentos periféricos de la vida del autor de "Confesiones de una máscara", muerto a los 45 años de edad al hacerse el harakiri, un ritual de suicidio por desentrañamiento nipón.
"Pronto se va a cumplir el centenario del nacimiento Mishima, va a haber un resurgimiento de la figura, de su imagen. A mí me atraía más hacer un resurgimiento de él en otro contexto, sacarlo de Japón, ver cómo puedo haber sido ese viaje, ese encuentro con occidente que incluyó a México", explica el novelista mexicano.
Publicidad
Lagunas da un sorbo a su té y alguien podría imaginarlo disfrutar del Sado, el ritual con el que los japoneses agasajan a los invitados con matcha, un tipo de té verde.
- ¿Cómo reaccionaría usted si en este minuto llegara Mishima y lo invitara a la ceremonia del té?
- Aceptaría, pero sin palabras porque las suyas son mayores. Mejor nos miraríamos en silencio y que esa interacción hable.
No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Publicidad